En anteriores entradas he explicado las características del bosque mediterráneo, que es el que más abunda en España, seguido a muy larga distancia, del bosque atlántico. Luego abundan los bosques montanos de pinos silvestres y marítimos y abetos (blanco en el norte, y pinsapos en las Béticas occidentales). Y encontramos en cuarto lugar a la laurisilva, término latinizado que quiere decir "bosque de laureles", ya que a pesar de que hay varios tipos de árboles y arbustos diferentes, todas las hojas de los mismos tienen formas lauroides, de laurel, por ser más concreto. Una adaptación que sirve para que la humedad recogida por las hojas caiga al suelo. Son éstos los bosques subtropicales húmedos que tienen su equivalencia con el bosque mediterráneo, en las fachadas orientales de los continentes; que viven en condiciones de abundante humedad, y con un regimen de precipitaciones bastante generoso: con una cantidad importante de lluvias todo el año, especialmente en verano. Baste decir que antes de las glaciaciones, el clima de las riberas del Mediterráneo era así. Los distintos cambios climáticos acontecidos en los últimos miles de años favorecieron la vegetación actual.
Todo empezó con la retirada de los hielos en el continente europeo, que trajo consigo un desecamiento brutal de lo que hoy es el Sáhara, que por aquel entonces estaba ocupada por ecosistemas propios de la sabana. A partir de ahí, el Mediterráneo se convirtió en la zona de transición entre los desiertos del sur, y los húmedos climas oceánicos del norte. Los inviernos son lluviosos, pero irregulares, incluso interanualmente, y los veranos muy secos y cálidos. Todo ésto hizo que la laurisilva, o bosque subtropical húmedo desapareciese de casi toda Europa, menos de ciertos enclaves españoles y portugueses. ¿Pero por qué sobrevive un bosque de éstas características en un país como el nuestro?. En el caso canario, de Madeira y Azores, patria actual de la laurisilva, el asunto está claro: la presencia de los vientos alisios, que traen consigo una importante cantidad de nieblas y de precipitaciones a ciertas alturas de las montañas. En el caso penínsular, la razón es parecida, pero la naturaleza se ha decidido caprichosa. Aquí, los rodales más puros de laurisilva se encuentran en el Parque Natural de Los Alcornocales, y aún así, aparecen mezclados con especies mediterráneas. En ésta ocasión, es el Estrecho de Gibraltar el que trae las nieblas procedentes de los vientos de levante, y las precipitaciones cuando hay poniente. Pero aún así, la sequía estival está presente en varios meses largos, lo que, en teoría, supondría la aniquilación de todo bosque húmedo. En el resto de la península hay rodales sueltos monoespecíficas (de una sola especie), sobre todo de loros (otra especie de laurel) repartidos en las cercanías del Atlántico, en Portugal (Monchique), Huelva, y en Extremadura (Peña de Francia) sobre todo . También Galicia tiene bosques espontáneos de laureles, sobre todo en la zona de las Rías Bajas. Aquí en Cádiz, la laurisilva crece sobre todo en valles, llamados "canutos" por los lugareños, y más cuanto más cercano. Aunque también sale fuera de los ríos, como es el caso del Tiradero, en ciertos llanos, e incluso se mezcla con especies mediterráneas en las lomas cercanas al Estrecho, como es el caso de las que rodean Bolonia. Las especies representativas son, principalmente, el laurel común (laurus nobilis), el rododendro u ojaranzo (rhododendrom ponticum), el acebo (ilex aquifolium), avellanillo (frangula alnus), durillo (viburnum tinus) y alisos (alnus glutinosa) como parte integrante del arbolado, y en el plano arbustivo. Pero lo importante aquí son los helechos, con 41 especies descritas, algunas como la Christela dentata, con hojas traslúcidas, culcita macrocarpa, el helecho más grande de Europa, alcanzando alturas arborescentes, o el psilotum nudum, cuya población más cercana se encuentra en Cabo Verde. También hay una cita, sin confirmar, de una lorera en las cercanías de Algeciras.
La laurisilva crea una imagen que contrasta con el tópico de la Andalucía tórrida y seca. Un simple vistazo a las fotografías nos trasladan a tiempos anteriores, o a otras latitudes del globo terráqueo. Sin embargo, ésta joya forestal se encuentra a tan sólo una hora nuestra en coche. Más espectacular, si cabe, es la laurisilva canaria, pero para ello ya tienen que planear un viaje. En el caso de Los Alcornocales sirve la excusa de pasar un día en el campo. Y con la extraña posibilidad de observar juntas especies subtropicales húmedas con otras de tipo mediterráneo, e incluso oceánicas, como es el caso del bosquete de robles existente en la cima del Aljibe (1.091 mts). Eso es algo que no existe en ningún otro lado de la tierra; por ello, un grupo de botánicos propuso, hace más o menos una década, que se declarara la zona como Parque Nacional. Pero como siempre, parece que nadie en éste país escucha al entendido en un tema. Un saludo desde el sur.
PD: Las fotos no son mías, son sacadas de Google Maps, donde se pueden encontrar infinidad de ellas. Las pongo a modo de ejemplo, para que puedan hacerse la idea del tipo de bosques de los que hablo.
Garganta del Capitán. |
Rododendros en flor y helechos. |
Ejemplo claro de mezcla de bosque mediterráneo y laurisilva. |