domingo, 28 de mayo de 2017

Población Naval de San Carlos.

 Si en la última entrada hablaba de La Carraca como el primer arsenal de su clase en España, ahora, con motivo del día de las Fuerzas Armadas, nos trasladamos a la vecina población de San Carlos. Que hasta hace poco contaba como una municipalidad aparte de la de San Fernando en ciertos términos, contando incluso con alcalde propio, funciones que hacía el Comandante de la Escuela de Suboficiales. Hoy día, la población aunque activa, ya no es ni de lejos lo que era. El fin del servicio militar fue el último golpe duro, tanto para la población como para la localidad isleña, que ha acabado fagocitándola con el boom urbanístico del cambio de siglo. Tampoco era como se ve actualmente, hay bajas importantes entre sus edificios, un desgraciado incendio arrasó el Archivo General, el antiguo hospital militar derribado sin mayor miramiento, al igual que la antigua fábrica de San Carlos, o el magnífico patio del Cuartel de Instrucción, entre otros. Quedan los recuerdos y las fotos que muchos reclutas se hicieron con ellos de fondo. No obstante, se conservan aún gran parte del núcleo duro de lo que iba a ser una gran ciudad para la Armada española, y que como suele pasar en este país con los grandes proyectos, se quedan sin financiación por falta de fondos, debido a las sucesivas crisis. Lo de hoy en día, no es nuevo. Pero vayamos a aquellos tiempos.

Imagen de la población desde una azotea.
  Los Austrias,  aún teniendo grandes flotas, no tenían una organización centralizada y se encontraban mayormente en puertos de importancia comercial como Sevilla o Cádiz, con el riesgo que ello conllevaba. En cambio, los Borbones, y en especial, Felipe V y Carlos III, se decidieron claramente por una modernización del estado de manera a la francesa, ilustrada y centralizada, organizando de manera lógica los recursos disponibles. En lo que respecta a la Armada, se decidió por la zona norte de la Isla de León, para realizar toda una ciudad de nueva planta que albergara la Capitanía General de la Armada, algo así como nombrar a la localidad como capital española de la marina de guerra. Era el año 1775 cuando se firmaba el Real Decreto que autorizaba la construcción de la misma, aunque se empezaría en 1.786 (durante estos años se realizarían desmontes y allanado de terrenos), proyectado por Sabatini en forma de pentágono, al final sería llevado a encargo por el Marqués de Ureña con un proyecto más lógico, para darse por finalizado en 1.789 por falta de presupuesto. Quedando con ello un tercio de lo que se iba a construir, en algunos casos como la parroquia castrense, a medio construir, sin techar hasta el siglo XX, o sin el uso que en principio se le iba a dar, como ocurriría con el hospital, que iba a ser el convento franciscano de la parroquia antes mencionada. Posteriormente, se ampliaría la población con nuevas dependencias como el Cuartel de Instrucción (CIM), los Juzgados, el Parque Automovilístico, Factoría, o la fábrica de San Carlos entre otros. De los cuales quedan hoy día sólo el segundo y el tercero. Para hacerse una idea del proyecto inicial, basta con desplazarse al Museo Naval, hoy sito en parte del terreno de la antigua Capitanía Marítima, en el centro de San Fernando. En él se puede observar una maqueta que demuestra lo que iba a ser una enorme población de calles ortogonales, de edificios neoclásicos, además de bellas y monumentales plazas. Pero vamos a los edificios que actualmente existen:

  • Cuartel de Batallones: es el único que ha mantenido la función para la que fue construido, teniendo hoy una serie de dependencias y destinos militares relacionados con el cuerpo de la Infantería de Marina (el más antiguo en su modalidad del mundo). Es un enorme bloque neoclásico, de simetrías casi perfectas. Sólo destaca una esquina en la parte más cercana al paseo de Joly Velasco, en la actual residencia militar, donde las ventanas tienen distintas proporciones, fue la Academia de Artillería, y posteriormente, la de Torpedistas y Electricidad. Se conserva íntegro, y es todavía hoy día el mayor edificio en volumen de la ciudad de San Fernando, con unas medidas de de 108 metros de frente, 146 de costado, 33 de fondo y 17 de altura, contando además, con 76 ventanas en total. Tuvo espacio para albergar incluso un penal para prisioneros a tropas carlistas. Impresionante también por su tamaño y forma es su patio interior, puro neoclásico, octogonal, con 48 arcos y 8.000 metros cuadrados. Pienso que tal vez, tuvo en origen cierta inspiración del patio  Palacio de Carlos V de la Alhambra de Granada. O tal vez, fuera una pequeña reproducción a escala del proyecto que Sabatini le iba a dar a la población original. Cuenta también con una pequeña, pero bonita capilla. No obstante, las dependencias se han ampliado sustancialmente a lo largo de los tiempos, especialmente en el siglo XX, llegando a ocupar un tercio de la población naval. Destacando en lo monumental la realizada en 1.857 cuando se instaló la fachada de la Academia General Central de Infantería de Marina. Contando la zona con una pequeña zona verde con bancos con azulejos y rejería, además una pequeña fuente central, todo de aspecto muy regionalista. 
Fachada principal.

Bello patio octogonal.
Antigua entrada a la escuela.
  • Edificio de Pilotos e Intendencia. Que fue tal hasta 1.847, siendo hasta hace poco, sede del Museo Naval hasta su traslado a Capitanía, hoy día se encuentra dentro de la Escuela de Suboficiales, también fue Academia Militar y Escuela Naval Militar, entre otras funciones. Sin embargo, lo que vemos desde el paseo General Conforto es la parte trasera del edificio, pues la fachada se encuentra en el interior de la dependencia militar, ésta es espectacular, con soportales y un magnífico frontón con relieves de motivos clásicos. El interior consta de cinco patios, con uno central, circular con una bonita montera de cristales sostenido por ocho columnas jónicas, el mismo está adornado con azulejos holandeses de Delft, del siglo XVII. También es destacable el magnífico jardín, con estatuas, fuente, y una espléndida vegetación. 
Fachada principal.

Fachada trasera, que da al paseo.
Imagen de la fachada trasera. del edificio.
  • Panteón de Marinos Ilustres. Nació como iglesia parroquial, bajo la advocación de la Purísima Concepción, quedando construido todo el templo sin techar, siendo paralizada la obra en 1.805. En 1.850 se decide convertirla en Panteón, pero aunque se iniciaron las obras y se trasladaron gran parte de los restos de gloriosos marinos, queda aún sin techar, hasta los años cuarenta con la inclusión de una bella cúpula con distintos frescos. Hay que decir, que al igual que con el edificio de la Intendencia, la fachada principal queda igualmente, dentro de la Escuela de Suboficiales, siendo ésta espectacular, con un enorme frontón sostenido por cuatro columnas corintias de orden gigante, y enorme arco de entrada, rematado todo por una cruz. Entre los marinos ilustres podemos encontrar los restos de Gravina, Cecilio Pujazón, Juan Bautista Lazaga, el piloto Juan Manuel Durán (Plus Ultra), o Santiago de Liniers entre otros. Algunas de las curiosidades a destacar: una primera es que el altar tiene la forma del puente de mando de un barco, con ojos de buey incluido, una segunda es la enorme lámpara de latón de más de 500 kgr., y la tercera es que existe dentro una pequeña piscina con las aguas de los siete mares del mundo en la que se ve reflejada la cúpula con el Paraíso pintado, a modo de que los marinos yacentes en el océano reciban también la luz del cielo; todo en un templo que es el de mayor empaque de la ciudad, siendo además más grandes que algunas catedrales españolas, y dando lugar para más de una entrada entera, pero que aquí debo resumir lo máximo en un solo párrafo. 
Fachada trasera.

Interior del templo.

Cúpula principal y lámpara.

Techo de la sala de la piscina.

Fachada principal, de espectacularidad neoclásica.
  • Fortaleza de Carlos III en la Escuela de Suboficiales. En la avenida Almirante Baturone Colombo se puede observar aún parte de una fortificación moderna, levantada entre el XVIII y el XIX para la defensa de la población militar. Hoy día se encuentra dentro de las instalaciones de la Escuela de Suboficiales como almacenes. Hay que decir que tan sólo la parte de abajo es la fortaleza en sí, el resto son añadidos que se le han ido sumando con el tiempo. 
Batería defensiva moderna de la población.
  • Fachada del CIM. Única muestra arquitectónica viva del cuartel que le dio mayor vida a la ciudad de San Fernando hasta el fin del servicio militar obligatorio: el Cuartel de Instrucción, donde miles de reclutas pasaban cada año. Una lástima que su emblemático patio haya desaparecido, no obstante queda el edificio de la fachada, en un llamativo ladrillo rojo visto, y en una arquitectura neoherreriana, típica de la postguerra, aunque de herencias barrocas, como sucede con el frontón partido.
Fachada de lo que fue el CIM. 
  • Puente de Ureña. Otra joya olvidada, en este caso, casi desde el principio, ya que como sucede con el puente del Alamillo de Sevilla, se construyó antes éste que el propio río. En teoría servía para salvar un canal artificial que iba a comunicar la población de San Carlos con La Carraca por vía marítima. Y el puente venía a salvar la comunicación por tierra que existía por aquel entonces para el arsenal, que se efectuaba por la Clica, y por un puente de barcas. 
Puente de Ureña, con el de la Constitución de 1.812 bajo su ojo.
  • Paseo General Conforto. No podemos olvidarnos de este magnífico paseo, ya que todo lo de valor no son sólo los edificios. Alrededor de él se articuló en un principio lo que iba  a ser el núcleo duro de la población. Hoy se complementa con la enorme plaza del Hospital de las Anclas, casi tan grande como el paseo, y que realmente era el solar del mencionado centro médico, realmente convento franciscano, asociado al Panteón, en un principio. Con su derribo ganó el templo, que vio aumentada su visibilidad. La vegetación mayormente está compuesta por enormes pinos de alepo, además de cipreses o acacias entre otras. 
Imagen del paseo General Conforto.

Pilar con fecha de fundación.
  • Hospital Naval. La mencionada plaza en el anterior párrafo realmente era el solar del mismo hospital, derribado en 1.981, y que fue sustituido por el actual, del mismo año. Del antiguo, sólo queda la portada, retranqueada hacia el centro de la misma. Y que fue posterior a la original, justo al lado del Panteón. El moderno hospital, naval hasta hace poco, y hoy del SAS, ha sido el edificio más alto de la ciudad hasta la construcción de las torres de La Casería, aún así, la mole de su porte es incomparable incluso con éstas. Logrando con ello ser un hito arquitectónico de la ciudad.  
Solar del hospital.


El nuevo hospital destaca en la ciudad.
  • Archivo General del Departamento. De éste edificio sí que no queda nada. Ardió en 1.976, quedando reducido a cenizas, En un principio iba a ser el edificio de Capitanía, pero nunca se usó para tal fin. De aspecto gemelo al del edificio de Pilotos e Intendencia, se situaba, con respecto a éste, en el lado opuesto del Pateón, estando todos ellos encuadrados en la Escuela de Suboficiales. Hoy día unos jardines ocupan su lugar. 
Jardines donde se encontraba el Archivo General.

 Termino aquí mi particular homenaje a las Fuerzas Armadas, y en concreto a las de San Fernando, que tanta vida han dado y servicios  han prestado a nuestra ciudad y sociedad, respectivamente. También hay que decir que solamente he hablado de la población militar, y no del resto de dependencias militares, como el Observatorio Astronómico o el edificio de Capitanía, joyas sin duda, pero quería centrarme en San Carlos como entidad que dio un impulso importante a la ciudad de San Fernando, que hasta entonces, pasaba sin pena ni gloria por la historia de nuestra nación. Sin más, me despido, sabiendo que aún en lo difícil de su visita por ser zonas militares todavía, recomiendo que se acerquen a dichos edificios para que lo conozcan, pues en muchos casos, los guías, sobre todo en el Panteón, logran hacer la visita de lo más entretenido.  Un saludo desde el sur. 




lunes, 15 de mayo de 2017

Recuerdos del Cádiz industrial.

Oficinas de los Depósitos de Tabacalera.
Pronto llegará el verano, y será una vez más, la etapa de mayor índice de contratación laboral en nuestra tierra, ya que por desgracia, las playas, y poco más, se han convertido en el único pilar económico de la provincia, cuando hasta hace unos años, era más bien una ayuda, pero muy lejos de situarse como primer motor de la zona. Hasta principios de los años noventa, Cádiz capital, y sus alrededores, incluyendo Jerez de la Frontera, era una de las pocas zonas industriales del sur, junto con la bahía de Algeciras y Huelva. Pero a diferencia de estas últimas, no se trataba de un único sector, uno se podía encontrar con industrias relacionadas con el tabaco, componentes de coches, cervezas, armamentística, lácteos o aeronáuticos, entre otros. Destacando en especial importancia los astilleros, con toda su industria auxiliar. Unas reconversiones de resultados más que dudosos, y la falta de un nuevo modelo económico, o de reindustrialización tecnológica, entre otros, acabaron con todo... Tampoco se ha seguido el ejemplo de ciudades como Londres, donde con la revitalización del Támesis, se han restaurado y reutilizado numerosas industrias de Southbank.

Antiguas fábricas reaprovechadas  en Londres.
 No obstante, algunos recuerdos quedan de arqueología industrial del Cádiz del siglo XIX o del XX. e incluso de siglos anteriores: en San Fernando, el primer "polígono", se encuentra hoy en terreno de Puerto Real, pero fue un catalizador para la llegada de pobladores a La Isla, y que fue sustituido posteriormente por el Arsenal de la Carraca, donde todavía se conservan naves del XVIII o del XIX. Pero no son los únicos, y por eso, voy a enumerar a alguno de los monumentos industriales que quedan tanto en Cádiz capital, como en San Fernando. Dejo injustamente al Dique de Puerto Real, y su interesante museo, pero al carecer de material gráfico prefiero no entrar en jardines ajenos.

 En Cádiz capital se ha destrozado mucho, debido sobre todo a la escasez de espacios. Pocos saben que la ciudad tuvo una de las primeras industrias de vehículos de España, en concreto de la Ford, entre 1.919 y 1.923, allá en las naves que posteriormente fueron de las Bodegas Lacave, hoy también desaparecidas, y que existieron hasta finales de los años noventa. También podemos introducir en la lista de bajas la antigua fábrica de cervezas que se situaba donde hoy está la piscina municipal de Cortadura, además de más de la mitad de los astilleros más grandes del sur. Sin embargo, aún queda mucho que visitar, gracias a que varias instalaciones se encuentran hoy protegidas. Estos son algunas:

  • La antigua Fábrica de Tabacos. Hoy Palacio de Congresos de la ciudad, se encuentra en el barrio de Santa María, frente al puerto. Aunque la industria del tabaco se encontraba en la ciudad desde el siglo XVIII, el edificio actual es de 1.829, pues anteriormente se encontraba en un almacén de Plocia. La fábrica es del típico estilo neomudejar que existió en Andalucía a finales del XIX, no obstante, se denota una importante influencia inglesa tanto en decoración como arquitectura. Como curiosidad, aquí se encuentra el primer reloj eléctrico de la ciudad, y que fue visitado por Thomas Alva Edison. 

  • Base de la grúa pórtico de Astilleros. Poco ya que comentar, pues solo queda lo dicho, la base, formando una suerte de espigones donde muchos van a pescar, rodeada por un nuevo barrio residencial. Desgraciadamente, aquella enorme grúa pórtico, fue derribada, no recuerdo si a finales de los noventa o principio de los dos mil, con muy poca vista turística. Hoy es uno de los mejores miradores del nuevo puente. 

  • Pilones o torres del tendido eléctrico. Construidas entre 1.957 y 1.960, eran los edificios de mayor altura de la bahía hasta la construcción de los pilares del nuevo puente. Las torres son de una espectacular estructura metálica, que alcanzan los 150 metros en Cádiz, y 160 en Puerto Real, para así facilitar el paso de los buques a La Carraca, especialmente el buque escuela Juan Sebastián Elcano. Construidas por el italiano Remo Scalla  y el español Alberto Toscano, inspiradas en las que ellos mismos construyeron en el Estrecho de Messina. Hoy día, sólo quedan otras dos similares en el mundo, las de Shújov en Rusia.  

  • Edificio de oficinas de Ibérica AGA. Bonita edificación de ladrillo visto que se construyó en 1.968 por el arquitecto Jesús Rodríguez Sanz, edificando un típico ejemplo de arquitectura brutalista. Ibérica AGA fue una empresa de capital sueco fundada en 1.926, y que duró más de ochenta años en la ciudad. Asociada a la industria naval, cerró en los años ochenta. 

  • Harinera Vilafranquina. Edificio situado en Zona Franca (por eso no tengo fotos) posterior a las reconversiones, de 1.992, y una de las tres de la empresa situadas en España . Forma asimismo, por su capacidad, la mayor instalación de este tipo en Europa. La edificación principal se conforma con una batería de silos y unas oficinas que alcanzan la altura de diez plantas. Hoy día es un hito en el paisaje de la bahía. 
Imagen de Google Maps.

  • Depósitos de Tabacalera. Quisiera terminar la lista gaditana, tal vez con la mayor joya industrial de la ciudad. Se conservan casi todos los elementos: naves, garita del guarda, jardines, depósitos, oficinas, incluidos los raíles para la llegada de vagones. Aunque la gran mayoría de las instalaciones, se componen por edificios de ladrillo rojo visto, típico de las edificaciones regionalistas del principios del siglo XX (época en la que se construyeron),  hay también ampliaciones posteriores del año 1.962. Además, el edificio de oficinas tiene colorido y aspecto colonial. Ha sido la última gran instalación que se ha abandonado en la localidad.
Raíles en zona de descarga.

Caseta de vigilancia.

Edificio de oficinas.

La instalación más moderna.

Vista de las distintas naves desde fuera.

 En San Fernando, también se ha conservado un importante legado industrial, asociado sobre todo a la Armada Española. Y que yo resumiría en dos claves: una primera, que consta en las barriadas industriales, donde vivían los operarios y que hoy subsisten, y que será tema de otra entrada. Y una segunda, las joyas industriales son propias de la época moderna, en la que La Isla, tuvo su mayor periodo de esplendor gracias al impulso de la Marina:


  • Real Carenero. Los primeros astilleros modernos de la provincia, situados junto al Puente Zuazo, y que nacieron en el siglo XV en tiempos de los Reyes Católicos, aunque no obstante, la mayoría de las edificaciones existentes son del XVI o del XVII. Se efectuó en él una profunda reforma con motivos del Bicentenario de 2010, encontrándose entre otras cosas, los suelos originales, las plantas de almacenes desaparecidos, y sobre todo, vino a descubrir que lo que siempre se pensó que era una capilla o iglesia, resultó ser la antigua Puerta del Mar, espectacular, de piedra ostionera, y frontón partido, típico del barroco.
Pavimento original.

Fachadas principales.

Puerta del Mar.

  • Reales Fábricas de la Cetina. El Carenero no era el único "polígono" de La Isla, y en el siglo XVIII, había otro conjunto de edificaciones neoclásicas que servían para la fabricación de Terciopelo de Algodón, lienzos pintados y sombreros. Actualmente, sólo queda una fachada con los típicos frontones, alternando curvos con triangulares. Peor suerte ha corrido la puerta principal, reformada hace poco con una obra absolutamente mamotrética. 

  • Arsenal de La Carraca. Aunque es un centro militar, tiene una vocación absolutamente industrial, fue levantado en el siglo XVIII, siendo el primero de este tipo en España. Aunque realmente, lo que se puede ver es una pequeña ciudad, con sus baterías, muelle, iglesia, cementerio, puertas  monumentales, penal, colegio... destaca principalmente sus naves de almacenaje, edificios de oficinas, diversos talleres de montura y carena, además de los diques. Durante el XVIII y el XIX, tuvo una gran actividad en la botadura de numerosas corbetas y fragatas. Cabe decir que entre los  grandes logros cabe destacar las botaduras de naves míticas como la Descubierta, la Atrevida, o el primer submarino torpedero de Isaac Peral. Hoy en día mantiene su actividad militar, aunque languidece poco a poco a causa de otras bases e instalaciones más apropiadas para estos tiempos.
Ramo de Ingenieros.

Almacenes a la izquierda y Puerta del Mar. S. XVIII

Enfermería y fuente.

Puente de Hierro. Inaugurado en 1926.

Puertas de Tierra, siglo XVIII, da entrada al arsenal.

 Tal vez el lector se vea sorprendido que entre los edificios escogidos por mí, en lo que se refiere a arqueología industrial, no incluya por ejemplo a los hornos púnicos y fenicios de San Fernando, o las fábricas de Salazones romanas del Teatro Andalucía o del Yacimiento Gadir en la Tacita de Plata. Pero eso alargaría mucho la entrada y sería como una hidra en la que cada cabeza que se corta sale otra. Y por eso he optado "sólo" por las construcciones modernas, esto es, desde el siglo XVI en adelante. Hay que decir, que aunque algunas son muy recientes, todas las aquí mencionadas gozan de la protección que la Junta de Andalucía le otorga a cualquier monumento. Un saludo desde el sur. 

domingo, 7 de mayo de 2017

Carteia, el yacimiento olvidado.

Templo romano en el Foro.
 Como en la vida de las personas, hay yacimientos que tienen una buena estrella, y otros que pasan por la vida sin pena ni gloria, en muchas ocasiones de manera injusta. Es el caso del yacimiento arqueológico que les vengo a mostrar hoy. Se ha empezado, como quien dice, a exponer al público no hace mucho, para colmo, a diferencia de por ejemplo Baelo Claudia, está rodeada de siniestras chimeneas industriales en vez de en un paraje natural, de un polígono cuyo acceso no está ni claro ni señalizado, nadie salvo previo conocimiento del monumento, se le ocurriría meterse por una carretera en la que parece que no hay nada que ver. Además gran parte del mismo se encuentra enterrado, pues los presupuestos no dan para proteger con eficacia a toda la antigua urbe romana. Imagino que el hecho de encontrarse junto al mar, y rodeado de un aire contaminado complica más, si cabe, la conservación de la misma.  

Factoría de salazones.
 Pero dejando de un lado todo ésto, y olvidando toda esta cara A, hay que prestarse a ver (y a leer) los datos que corroboran la importancia de uno de los yacimientos más importantes del mundo romano. Sin exageración alguna. Fundada por fenicios, hereda el prefijo de Qart- en su toponimia(como Cartagena, Qart agana). Carteia es mencionada en el mundo antiguo en varios textos como una ciudad importante, a la altura misma de Gades: fue la primera urbe, fuera de suelo itálico, que consiguió ser colonia latina, es decir, hijos de libertos, lo que posibilitaba el que pudieran ser ciudadanos romanos de pleno derecho. Otros textos, recogidos por Plinio el Viejo, allá por el siglo I d.c., relatan otros hechos más fantásticos, como el del Kraken, pulpo o calamar gigante que asolaba las factorías de salazones de la ciudad y que los ciudadanos acabaron con él, a duras penas y a golpes de tridentes. Posteriormente, ya en periodo medieval, con la llegada de los musulmanes, se funda en un antiguo templo romano (también uno de los más antiguos y más grandes de Hispania), la que sería la primera mezquita en Europa. Otro momento de gloria para una ciudad, que dejaría de existir tras la marcha de los meriníes a finales del medievo.


  En el paraje la espectacularidad de la verde Bahía de Algeciras se abre ante nosotros. El yacimiento, según lo que está desenterrado, se puede dividir en tres partes:


  • Una primera y principal. Que consiste en la parte central de la ciudad con el Foro, un edificio republicano y los templos, de los cuales, algunos son de los màs grandes de Hispania. Es la típica imagen de la escalinata que se ve en las fotos del yacimiento. Aquí también se pueden observar una muralla púnica, una piscina de un templo bizantino y una necrópolis visigoda. 
Imagen del Foro.
  • Una segunda zona, donde se encuentra una típica domus romana y unas termas, con letrinas incluídas. Cerca de estas, pegada al mar, hay una factoría de salazones y una muralla con una torre. Aquí se encuentra, además, una torre del siglo XVI, la del Rocadillo, y un búnker, de la II Guerra Mundial, apuntando como no podía ser de otro modo, hacia Gibraltar. Por suerte, nunca se llegó a disparar desde aquí, pues como todos sabemos España no entró en la contienda. Eso sí, se ha conservado y caracterizado muy bien el interior del mismo. 
Restos de las termas.
  • La última zona es la del teatro romano, del cual, no hay casi nada excavado, tan solamente se encuentra señalizada su perímetro. Es aquí donde el aire está más enrarecido y contaminado. 
Teatro con las vistas a la bahía.
  Entre medio hay otros restos. Pero destaca un verde y espeso bosque de eucaliptos, con un denso sotobosque, entre los que se encuentran enormes palmitos y algunas palmeras. Fue plantado en los años sesenta por parte de la refinería para absorber parte de la contaminación. Justo al lado, y a medio camino entre unos y otros "barrios", se encuentra los restos del Macellum, el mercado cubierto, parecido a los de abastos actuales, aquí se pueden ver la planta de cada puesto. La visita, guiada puede durar una dos horas, el yacimiento lo merece, aunque sin publicidad alguna, se está haciendo un hueco dentro de los restos romanos más reputados y mejor conservados de España. Recomiendo hacer la visita por la tarde, ver el atardecer en la propia bahía, y sobre todo, ver la imagen de las chimeneas encendidas, tan fantasmagórica como espectacular. Un saludo desde el sur.
Restos del Macellum.
Bosquete.
Tumba visigoda.

Habitación de las letrinas.

Tepidarium o baño templado en las termas.

Calzada y domus.

Torre del Roncadillo.

Muralla y torre romana.

Interior del búnker.

Búnker musealizado.