domingo, 27 de noviembre de 2011

Las palmeras en España


  El viernes fue tranquilo, me quedé viendo hasta tarde una película que ponían en la tele: Corrupción en Miami. Y se me encendió el chip, pues no sabía de qué escribir ésta semana, así que como todos tenemos asociados a Miami, California y Hawái con el sol y el buen clima, asociamos inherentemente a una flora particular a dichos lugares: las palmeras. Hay que decir que no hay que ir tan lejos para observar palmeras de distintos tipos, ya que vivimos en un país privilegiado, también, en cuanto a sol y temperatura, y nuestra zona, precisamente está entre las mejores. De hecho España es uno de los países que exporta palmeras a distintos países, mayoritariamente, suelen proceder de viveros, y aquí cerca, hay uno, en la población del Portal, pedanía de Jerez, cercana al Puerto de Santa María. Como curiosidad, sobre todo para aquellos que son aficionados al cine, les contaré, que por ejemplo, la película de La Chaqueta Metálica de Stanley Kubrick, está rodada en un polígono industrial, que por aquel entonces estaba abandonado en Londres, y para añadir el toque tropical necesario a la película, importaron palmeras españolas que sirvieron para dar el pego. 

  Aunque solemos llamarlas como palmeras en sí, lo cierto es que su verdadero nombre es el de palmas, y la primera acepción es sólo correcta cuando se habla de la datilera o la canaria. También tendemos a simplificar, y aunque creemos que hay sólo unos cuantos tipos de ellas en nuestro país, lo cierto es que hay, al menos, 15 especies que son comunes en nuestra geografía, y otras tantas, que actualmente, están en periodo de prueba en distintos jardines, para ver si se adaptan a nuestra tierra. E incluso para más inri, hay una que es autóctona en nuestra geografía, aunque es muy poco conocida (salvo para los comilones), y eso sí, es la más pequeña de todas, pues apenas logra alcanzar el metro de altura en su estado adulto: el palmito. Salvo ésta última el resto son importadas, aunque hay algunas como las datileras, las canarias o las californianas, que se han adaptado tan bien, que han acabado por naturalizarse en nuestros paisajes, de hecho, las últimas, provenientes de California, con un clima similar al nuestro, crece de manera fácil y espontánea, y algunas asociaciones ecologistas la quieren añadir como especie invasora. En cambio, las dos primeras se encuentran ya,  muy unidas al folclore nacional, y por ejemplo, se emplean sus hojas para adornar los balcones y fachadas en Domingo de Ramos. Sin embargo, no son propias de la península, ni siquiera de África, a pesar de que ya, pensamos que tanto en nuestra tierra, como en el Magreb hay palmeras que llevan hay toda la vida, cuando fue una importación de los árabes, en cuya península sí eran naturales, así pues, tanto los palmerales libios en los oasis, como los existentes en las cortijadas españolas, son actualmente propios del lugar, pero sus antepasados procedían de Arabia. En concreto, en España se introdujo, también, con la invasión árabe, gracias a Abderramán I, que las importó para la producción de dátiles. Y hoy día, nos parecería mentira nuestro país, sin palmeras, por ejemplo, en época de los godos. Lejos de querer enrollarme más, expongo las especies más comunes, con una foto, a ser posible, para que se logren distinguir de modo más claro a las palmas andaluzas y gaditanas en concreto:

 - El Palmito: de pequeño tamaño, apenas, si puede lograr el metro, es el único autóctono de España, y de todas las líneas costeras del Mediterráneo. Tiene la característica de que suele crecer en grupos y, concretamente, en lugares secos y soleados, aunque los he logrado ver, en nuestra tierra, en zonas inundables, como en la Carretera de las Lagunas (Chiclana) y en la Mesa Baja (Alcalá de los Gazules).

 - La Palmera Datilera: la palmera por excelencia, de hecho, lo correcto es que al resto se le denominen palmas. Importada en España por la cultura árabe, durante la edad media, actualmente está naturalizada en el sur de la península. De hecho, uno de los palmerales más grandes del mundo se encuentra en la ciudad de Elche. Tan común en nuestro paisaje que ya forma parte del mismo, a pesar de que es foránea. Actualmente, se encuentra su población, en descenso crítico, a causa de la plaga de picudo rojo, un escarabajo rojo, del desierto, de difícil erradicación.

 - La palmera Canaria: muy parecida a la anterior, pero con el tronco más gordo, y con hojas más oscuras, además tiene una “copa” más lustrosa. De crecimiento muy lento. Es natural en nuestro país en las islas Canarias, donde suelen formar bosques termófilos a media montaña con los también conocidos dragos y acebuches. Está muy extendida también por Andalucía, incluso ya, de forma natural, en algunos rincones, y soporta bastante bien el frío. También está afectada por el picudo rojo.

 - Las palmeras californianas o tipo washingtonias: son muy común en Andalucía, donde gracias a sus frutos, crecen de manera espontánea, pues provienen de un clima parecido, el del sur de California, y norte de Méjico. Crecen en nuestra tierra con muy pocos recursos, apenas un poco de suelo y algo de lluvia, incluso creciendo entre adoquines de las aceras. Son altas y espigadas, y para ayudar a asociarla, hay una imagen que enseguida vendrá a nuestra cabeza, la de Eddie Murphy en Superdetective en Hollywood, donde se le ve con estas palmeras de fondo. No les afecta el picudo rojo.

 - La palma Coco plumífero: muy común en nuestras ciudades desde los años 90 a esta parte, con ella se adornan paseos, rotondas, e incluso playas. Le añaden un aspecto muy tropical al lugar en el que se han plantado. Son las típicas, que actualmente se asocian a Bahía Sur, y provienen del Norte de Argentina y sur de Brasil (la región del Iguazú), necesita pocos cuidados en nuestra tierra, salvo un poco de humedad en verano.

 - Palmera Kentia: muy común en los patios interiores de Cádiz. De origen australiano, es también muy común en los jardines de nuestra tierra, sobre todo en Cádiz y Málaga, donde pueden a llegar a alcanzar alturas considerables. Tiene también un aspecto tropical, y de hecho, es de las más cultivadas en Canarias. De pocos cuidados en nuestra tierra.

 - Cocoteras: las he incluido más como una curiosidad, pues aquí sólo pueden crecer en interiores, y con muchos cuidados, pues es la palmera tropical por excelencia: no soporta temperaturas más bajas de 18º, ni escasez de humedad. De hecho, en los años 80, se fueron a pique el 75% de las cocoteras de Florida en una helada. Aquí, en nuestro país, sólo crecen, y plantadas, en las zonas costeras canarias, aunque hay quien asegura, haber visto algunas en los distintos tramos de costa entre Motril y Cádiz, aunque es muy poco de fiar este dato.

  Y una última curiosidad: no son árboles, en sentido estricto, sino monocotiledoneas, estando más emparentadas con las hierbas que por ejemplo, con un chopo. Aunque seguramente, me haya dejado, muchas en el tintero, lo cierto, es que prefiero no alargar más éste artículo, pues sino corre el riesgo de parecer una clase magistral, simplemente, con que se conozcan nuestras palmas más comunes y abundantes en nuestra tierra me llega. Pues forman parte inherente a nuestro paisaje y nuestra alma colectiva, y créanme, que cuando tengo que viajar a otros lugares más fríos, una de las cosas que más echo de menos son la silueta de alguna palmera, o una doble hilera de las mismas, en alguna calle, como es común aquí. Puedo parecer friki, pero no puedo evitarlo. Un saludo desde el sur.

Palmeras Canaria (Izquierda) y Washingtonia (derecha) en la playa de La Casería, San Fernando.

Ejemplar de Coco Plumífero en Bahía Sur, San Fernando.

Grupo de Washingtonias, datileras y canarias en el Parque Genovés, Cádiz.

Las palmeras datileras adornan muchas plazas, como ésta de San José en San Fernando.

Palmera datilera en la plaza de la Catedral, en Cádiz.

Alineación de palmeras canarias en un convento abandonado en San Fernando.

Grupo de Cocos Plumíferos en el parque de la Oliva, San Fernando.

Coco plumífero al anochecer, una imágen casi tropical de Bahía Sur, San Fernando.

Grupo de palmitos entre pinos piñoneros, carretera de Las Lagunas, Chiclana de la Frontera.

Ejemplar de palmito, Cañada de los Marchantes, Medina Sidonia.

Grupo de palmitos, Cañada de Marchantes, Chiclana de la Frontera.

Coco plumífero y datilera adornadas por Navidad, San Fernando.

Grupo de Washingtonias en Cádiz.

Los ejemplares grandes son Kentias, típicas en los patios y jardines de la provincia. Hospital de Mujeres, Cádiz.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Curiosidades democráticas


   Aprovechando que estamos en jornada de reflexión (aunque cuando leáis esto, ya es hora de votar) y que también, vivimos en una tierra de larga tradición democrática, pues no obstante, la Constitución de 1.812 de Cádiz, fue de las primeras del mundo, aunque su duración, fue efímera. Voy a escribir algunas curiosidades relacionadas con las democracias españolas, aunque sin profundizar demasiado en el tema, pues no soy un especialista, simplemente enumeraré algunas anécdotas que sólo pueden pasar en éste país. Hay que decir, que consideraré como democrático, incluso, el periodo decimonónico del turnismo, pues aunque fueran una pantomima de elecciones, ayudan a alargar algo el artículo, pues si no, nos tendríamos que ceñir solamente a cuatro periodos, que por ahora, son cortos a nivel histórico: 

-         -  El bienio de las 1.810 a 1.812, que se ciñó solamente a las islas gaditanas, y parte de América.

-         -La I república, que duró menos de un año.

-         -La II república, que duró tres años.

-Y el periodo actual, que por ahora, es el más largo de los que hemos tenido con democracia, unos 36 años si incluimos la Transición, por lo que se demuestra con ello, que nuestra tradición democrática (a nivel nacional), es cuanto menos, escasa en tiempo.

No tendré en cuenta el orden cronológico, sino que escribiré, en función de lo que me acuerde, literalmente. Ahí van, al igual que diría Becquer, como la sota de bastos:

-           En éste año, que Loterías del Estado, anuncia un Gordo más generoso que los anteriores, voy a sorprender a más de algún lector que guste de jugarse todos los años algún dinerillo con la esperanza de que le toque. Situada frente a la iglesia de San Servando y San Germán, se encuentra la rotonda Loterías del Estado, llamada así en honor a la primera lotería fundada en España, que nació en nuestra ciudad, San Fernando, con las Cortes de Cádiz. Así pues, los primeros premios Gordos de Navidad cayeron en Cádiz, como no podía ser de otro modo, aunque desde entonces no ha vuelto a tocar ningún primer premio en nuestra tierra. La idea surgió para recaudar fondos para la lucha contra Napoleón.

-      En la Constitución de Cádiz las mujeres no podían votar, sólo los hombres, y no todos. A pesar de la idealización que actualmente tenemos de aquella primera Carta Magna, lo cierto es que, a pesar de que fue muy adelantada para su época, tenía ciertas deficiencias que actualmente vemos políticamente incorrectas, pero que eran de lo más normal para la época. Caemos, muchas veces en un error al pensar con mentalidad actual, pero en el prisma de aquella época, la abolición de la Inquisición, se vio como algo revolucionario, y era normal, que en otras democracias las mujeres y esclavos no votaran. Asimismo, fue la única en reconocer a sus colonias y habitantes, como españoles, al igual que los peninsulares.

-      Se cuenta, habitualmente, que la Constitución de Cádiz inspiró en gran medida a las Cartas Magnas de Hispanoamérica, pero pocas veces se cuenta que las bases democráticas de los países escandinavos, y otros europeos, como Finlandia, casi copiaron el texto de la famosa Pepa. Siendo una herencia gaditana, para bien, que se ha extendido a gran parte del mundo. Asimismo, se suele asociar a la Constitución de Cádiz con la influencia de los masones, pues fueron bastante participativos en ella, y la Tacita de Plata está llena de símbolos de diferentes logias en su casco antiguo. Había tantos, que se decía de nuestra ciudad, literalmente, que había más masones que putas. La influencia masónica vino en gran parte de Francia, pero como era nuestro enemigo en aquel momento, se dice que fue una constitución bastante influida por la norteamericana, de hecho en San Agustín, Florida, en EEUU, se encuentra el único monumento a las Cortes de Cádiz, junto con el de Méjico D.F. fuera de España. Curiosamente, se dio el caso de que los franceses que venían a dejarnos una influencia democrática (aunque fuera a ostias), se fueron con el rabo entre las piernas, por otros que luchaban por lo mismo.

-         Sobre el periodo decimonónico, y el turnismo, hay todo tipo de anécdotas, la más común, es algo, que si hoy nos quejamos de bipartidismo, aquello ya era descarado. Pues el periodo caciquil se llamaba turnista por lo mismo, los dos grandes partidos, se turnaban para amañar los votos de cada legislatura, y así poder gobernar todos, con ello se pretendía dar más estabilidad a una España bastante combativa.

-           La I república duró menos de un año, pero tuvo cuatro presidentes (en nuestro periodo mañana tendremos al quinto), dos de ellos gaditanos; el más famoso, sin duda fue Castelar. Aún se dice en Cádiz aquello de que “hablas más que Castelar”, pues era un orador que no tenía fin. Cuentan las malas lenguas, que en cierta ocasión, en una intervención en el Congreso de los Diputados tardó 24 horas en exponer sus tesis, pues diferencia de ahora, no había turnos con un tiempo estimado, así pues, cada uno podía enrollarse lo que quisiera.

-       Sobre el Sexenio Revolucionario llama la atención  la desconocida guerra de los Cantones, de los cuales, los más famosos fueron los de Cartagena, Sevilla y Cádiz. Que se declararon independientes, asimismo, entre las distintas ciudades, hubo guerras por ampliar su territorio, como por ejemplo pasó, entre San Fernando y Cádiz, que tuvieron una lucha armada por la posesión del molino de mareas del río Arillo. También en La Isla hubo otra guerra interna entre la propia ciudad de San Fernando y la población de San Carlos, fiel al estado, como es lógico en una zona militar. El político más famoso de aquella época fue el alcalde anarquista de Cádiz: Fermín Salvoechea. La cosa, como no podía ser de otro modo, terminó de mala manera, con el ejército realista ganando todas las ciudades para la causa realista. El cantón que más duró fue el de Cartagena, que tuvo que ser atacada por tierra y mar.

-         En la II república las mujeres aún seguían sin votar, ya en aquella época Clara Campoamor luchó por el voto femenino, y por tanto del sufragio universal, pero curiosamente, fue la izquierda la que negó el voto de ellas, pues argumentaban que las féminas tenían ideas más conservadoras que los hombres, por causa de su analfabetismo, con ello se pretendía evitar que gran parte del sufragio fuera para la derecha, que en aquella época sólo obtuvo poder con la CEDA.

-         En el mismo periodo, es curioso constatar, que jamás existió la mayoría absoluta, y que era común que varios partidos se unieran para formar gobierno. Pero no piensen que es como ocurre actualmente, en los que el PSOE o el PP son mayoritarios, y se apoyan en partidos regionalistas para alcanzar una necesaria estabilidad. En aquella época, era común la unión de más de tres partidos, e incluso cinco o seis, donde ninguno de ellos tenía una mayoría clara como ocurre actualmente. Se daba el caso, entonces, trasladándolo a la época actual, de que tendríamos por ejemplo: un presidente del PSOE, un Vicepresidente de IU, y varios ministerios fueran repartidos entre PSOE, IU, ERC, PNV y BNG. 

-             Curiosamente, siempre hago la asociación de que ningún nombre cumple con lo que promete. Y el ejemplo más claro es el del Partido Radical, que existió en la II República, y que fue el único partido de centro de la época, y ciertamente, el más moderado de todos, lejos, precisamente de toda radicalidad. Todo ello viene por su mandamás, que era Alejandro Lerroux, quien fundó el partido con un tono combativo en la lucha de clases, pero que pasó varios años de cárcel por ello, siendo ésta la causa de que su voz se fuera moderando cada vez más.

-       Todos sabemos cómo acabó la II República, y como la bandera tricolor fue denostada por el nuevo régimen, cuya bandera fue reconocida por todos los países, siendo ilegal la bandera republicana desde aquel momento. Por aquel entonces, se encontraba refugiado Azaña en la frontera francesa, país éste último, que fue conquistado por los alemanes. Así pues, el ex-presidente, aparte de ser perseguido en España, también lo era en Francia. Pero justo antes de ser buscado por la GESTAPO, falleció de manera irremediable; en su entierro, los exiliados quisieron homenajear al antiguo presidente poniendo la bandera tricolor en su ataúd, pero al ser ésta una bandera no reconocida no se permitió tal fin. Por ello, para salvar los muebles, el país de Méjico, quien más ayudó a la república, en un bonito gesto, honró honores a Azaña con su bandera nacional. Así pues, el presidente que más duró en la república está enterrado con la bandera del país americano, en Francia, a causa de éste triste suceso.
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                 Sobre la transición se ha dicho de todo, por aquella época abundaban los grupos terroristas, pero sin duda, el más activo, y el único que pudo desestabilizar la democracia fue ETA. Sobre éste periodo convulso ni los propios presidentes sabían muchas veces, el porqué de los sucesos acaecidos. De hecho Adolfo Suarez, llegó a decir literalmente: “A pesar de los años que llevo en la Moncloa, aún no se si ETA cobra en rublos o en dólares.”

-      Pocos saben que la Transición española fue tomada como ejemplo en los países del este de Europa, especialmente Polonia, y gracias a ello, muchos de estos países, anteriormente bajo el orbe soviético, actualmente son democracias, y bastantes de ellos, o bien pertenecen a UE o están como candidatas a entrar.

       Espero haber servido de distracción en éste día en el que se va a votar, pero recuerde bien, que la papeleta que tiene usted en su mano ha costado mucha sangre. Aunque he pretendido escribir una entrada más o menos simpática, lo cierto es, que debemos valorar lo que tenemos, pues la democracia española ha costado cerca de dos siglos en instalarse, y siempre lo ha hecho de la manera más convulsa. Actualmente vivimos en un periodo de placidez, y a pesar de la crisis,  nunca se ha estado tan estable como ahora, por ello es casi obligatorio votar en el día de hoy, y escoja lo que escoja, siempre será buena opción, pues por eso han hecho nuestros antepasados un sacrificio tan enorme: para que podamos pensar libremente. Algo que hoy día damos por hecho, pero que si uno se detiene a mirar de reojo la historia española, para nada ha sido lo común en nuestro país. Un saludo desde el sur.




Imágenes del monumento a las Cortes de Cádiz

domingo, 13 de noviembre de 2011

La Santa Cueva


Ahora que por fin entra el otoño y el frío empieza a asomar, es hora de empezar a hacer planes distintos para los fines de semana. Hay ya que buscar algunas distracciones que se desarrollen más en interiores que en exteriores, aunque al paso que vamos, si las temperaturas no bajan, nos vemos celebrando las uvas en la playa Victoria. Dicho esto, y si el calentamiento global lo permite, y no tenemos un tercer verano tan largo como el de San Martín, una recomendación, fuera parte de visitar la infinidad de centros comerciales y grandes almacenes que rodean a las ciudades, es la de ponerse al día en nuestra historia local y visitar algún museo o monumento cercano, y que seguramente desconoceremos. Esto es aplicable a todo nuestro país, que tiene por costumbre olvidarse de su glorioso pasado; seguramente, nos encontremos con entradas gratuitas o a un módico precio, y con ello ayudamos, aunque no lo creamos a nuestro patrimonio, pues un mayor número de visitas implica mayores cuidados para nuestras joyas locales.

Hoy me propongo a hablaros de una maravilla que se sitúa en la ciudad de Cádiz, y que, de manera incomprensible, es una auténtica desconocida incluso en su propia ciudad. Apartada de las grandes rutas turísticas del casco antiguo, es un auténtico compendio de arte que cae en el más absoluto olvido, aunque, todo hay que decirlo, está muy bien conservada y cuidada. Se trata, en cuestión, de un pequeño oratorio: la Santa Cueva de Cádiz. Un misterioso templo que tiene dos capillas, una encima de la otra, literalmente; el nombre no es caprichoso, y el oratorio se llama así por estar situada, una de sus capillas, precisamente en una cueva subterránea. Se podría dividir la Santa Cueva, de modo muy claro, en dos partes, muy diferentes la una de la otra, pues la capilla baja o subterránea es de lo más austera, mientras que la capilla alta, que se encuentra justo encima, está decorada con muy buen gusto. Todo tiene su sentido, primero se debe bajar a la capilla baja, donde la sobriedad y la oscuridad de la iglesia representan a la vida terrenal; la propia imagen del Calvario con un Cristo muy sufriente da idea de lo dura que es la existencia. A la capilla alta se asciende por unas angostas escaleras de mármoles, y en ellas te puedes encontrar con alguna sorpresa, como la auténtica partitura de “Las Siete Palabras”, obra musical de Joseph  Haydn que fue encargada, por los fundadores del templo, allá por el siglo XVIII, al compositor austriaco, expresamente para el oratorio; una sinfonía que aún se escucha aquí todos los Viernes Santos. Una vez llegado al templo superior, nos encontramos con todo lo contrario, aquí domina el horror vacui, todo está adornado al gusto más puramente barroco, aunque ya se pueden observar formas academicistas que darían lugar al neoclásico. Los mármoles son de proporciones enormes, y de todos los colores: rosados, blancos, negros…Algo que sin duda, tuvo que costar una auténtica fortuna para la época (y para la nuestra). También son impresionantes unos relieves hechos en estuco blanco, y que representan al Bautismo de San Luis Gonzaga y de San Estanislao, ambos son obra de Cosme Velázquez. Pero si para Ud. aún os parece poco, también el templo goza de maravillosos cuadros pintados por algunos de los pintores de más renombre nacional e internacional, como por ejemplo José Velázquez o Goya, quien deja dos obras, por encargo, en el templo: La Santa Cena y el Milagro de los panes y los peces. Asimismo las esculturas del templo, y sobre todo, el impresionante fresco de la cúpula son dignos de destacar. Una vez fuera el templo nos deja en completa confusión, una espartana fachada neoclásica, sin más adornos que unos cuantos frontones triangulares, y con triste color gris, que no hacen honor a lo que existe en su interior. De hecho, mucha gente pasa por delante sin saber que allí se encuentra un oratorio. Pero como todo aquí, hay una explicación de porqué tanta austeridad. Se debe precisamente a la necesidad de pasar desapercibida, y no llamar la atención; a causa de sus orígenes. Antes de que se construyera el templo en cuestión, se reunían en una casa particular, unos cuantos ricos comerciantes, en su mayoría genoveses, a rezar, a altas horas de la madrugada. Una costumbre extraña que empezó a llamar la atención de los viandantes y vecinos de la zona. Todo ello dio lugar a todo tipo de habladurías, entre la que se contaba que los miembros en cuestión de dicho grupo pertenecían a algún tipo de secta herética. Para combatir dichas injurias, los ricos burgueses empezaron a construir el templo que les acabo de describir, y que al ser de mayoría genovesa, dejaron recuerdos de dicha ciudad, como es el caso de los ricos mármoles de Carrara, o incluso, la propia arquitectura, que en ocasiones recuerda, a la de los templos del país transalpino.

     Aunque seguramente, haya personas que sepan más que yo, de las joyas de dicho monumento, y me tachen de corto a la hora de describir, y no sin cierta razón; soy consciente de que se me han pasado muchos elementos por alto, pero que lo que al fin y al cabo, pretendo es dar a conocer una joya muy poco conocida. Para profundizar más, hay libros especializados, y en el mismo templo, las explicaciones son excelentes, y lo más importante en éstos tiempos de crisis, el precio es de lo más barato, un solo euro. A cambio podrán gozar de un auténtico compendio de arte, en el que están representadas todas sus ramas: música, arquitectura, escultura, pintura…Puede parecer un tópico, y puede que a los lectores de éste blog les parezca repetitivo, pero lo vuelvo a decir, porque es una verdad más grande que éste oratorio: de estar situado en otro país, sería mucho más famoso y visitado, habría colas para entrar en él, como ocurre en muchos otros rincones, por ejemplo de Florencia o Venecia. Pero nosotros, preferimos quedarnos con las playas y el carnaval para exportar a los extranjeros, en un turismo, mayormente, descerebrado, pues ni siquiera se profundiza en el arte del carnaval, sólo se vende lo superficial. Y así nos va. Un saludo desde el sur. 
Imagen de la Capilla Baja

Foto del Altar de la Capilla Alta

Capilla Alta

La cúpula, en realidad, salvo los ángeles, todo es un fresco.

Detalle de los angelitos de la cúpula.

Bautismo de San Luis Gonzaga.

San Estanislao

Altar con sus pinturas y esculturas.

Imagen más general del mismo.

Ángel con un cuadro de fondo.

La Sagrada Cena de Goya.

Fachada del oratorio.
El milagro de los panes y los peces, de Goya.

domingo, 6 de noviembre de 2011

La influencia inglesa en Andalucía

Si alguien lograra imaginar dos polos más opuestos que los existentes entre Andalucía e Inglaterra se llevaría el premio gordo a la perseverancia y al ingenio; sin embargo, ambos mundos son mucho más cercanos de lo que la mayoría de los españoles pensamos. Asociamos nuestra tierra a las ferias, playas, al sol, a los caballos y los toros; es nuestro mundo heredero del reino musulmán más glorioso que existió en el mundo, y con un fuerte sustrato judío que tampoco le andaba a la zaga; en nuestra tierra escasean los días nublados y los de niebla (al menos en la parte oriental), y las personas suelen expresarse de forma gesticulante; además, a priori, son más cercanos, abiertos, y no rehúyen del contacto  físico, sino que además, lo buscan. Los ingleses por el contrario, viven en un territorio de eterno nublado, son fríos y distantes, y para nada son cercanos. Sin embargo, esto, lejos de ser una realidad, son tópicos establecidos, muchas veces, sin justificación alguna. Pues aparte de nuestra herencia latina, árabe, judía o visigoda; hay que decir, sin temor alguno, que tal vez, la última cultura que nos influenció de manera notable (antes de las modas americanas) fue, sin duda, la inglesa. Que nos dejó una profunda huella en el siglo XIX, e incluso, principios del XX; y todo hay que decirlo, para bien, y para mal. Pues a diferencia de, por ejemplo la India, lo nuestro fue una colonización encubierta, donde, por decirlo de algún modo, las primeras multinacionales explotaban, y de muy mala manera, por cuatro reales a los jornaleros y operarios de la zona. Pero hay que decir, que todo comienza mucho antes, cuando el mundo empieza a globalizarse, en el siglo XVI; en los puertos de Sevilla, Sanlúcar y Cádiz se concentran y viven, multitud de comerciantes ingleses e irlandeses, que para la época era lo mismo. En cambio, en ésta época, salvo algún detalle puntual, poca influencia se deja notar.
Será en plena decadencia de España cuando los ingleses vieron un filón en el escaso tejido empresarial de la zona sur de nuestro país, y se interesaban, sobre todo, en el mercado del vino, y en las minas existentes en la comarca del Rio Tinto, también Sevilla mostraba interés en ciertos mercados para ellos. Por ejemplo, una herencia palpable, en éste caso futbolera, es la fundación del decano del futbol español: el Real Club Recreativo de Huelva, que fue fundado en 1.889. Un club que nació, gracias a una extraña afición que traían éstos forasteros, que de vez en cuando organizaban partidos con los obreros, nacía de éste modo, el deporte rey en España, pues pronto se expandiría por todo el país. La arquitectura, es tal vez, la que más deja entrever la absorción de una cultura ajena. En muchos lugares de Andalucía occidental es común observar casas y edificaciones con clara arquitectura inglesa, pero que incorpora elementos andaluces. Como por ejemplo ocurre en algunos edificios de Jerez o en el Barrio Obrero de Huelva, donde las casas tienen tejados a dos aguas, decoraciones de madera, jardines delanteros, mezclados con cal, azulejos y rejería de hierro forjado. También se puede observar una rica arquitectura inglesa en el Campo de Gibraltar, pero a diferencia del resto de zonas andaluzas, aquí la influencia viene desde que los ingleses toman por suyo el peñón y la ciudad de Gibraltar, que aún sigue bajo bandera británica. Aquí, aparte de la arquitectura, la vecindad obligada, influye también en cosas como el habla local, y no es extraño encontrar, palabras de origen inglés pronunciadas en un perfecto andaluz, como pasa, por ejemplo con la Chevinga, que proviene de Chewing Gum (chicle). Pero volvamos a la arquitectura, que es lo que más me gusta, hay bellos ejemplos sobre todo en tres ciudades: Huelva, por decirlo de algún modo, capital de la región minera, y puerto de salida de los buques que zarpaban con los minerales hacia Gran Bretaña. Jerez de la Frontera, lugar favorito de los empresarios del vino; obsérvese que todos los nombres de las grandes familias son Terry, Osborne, etc. Y Algeciras y zonas aledañas, pero como ya comenté antes, a causa de la cercanía al Peñón. De cuatro ciudades destacaría tres hitos arquitectónicos: en la capital de los dos ríos (Tinto y Odiel), como ya dije antes, el Barrio Obrero, una bonita urbanización de finales del XIX, que mezcla la arquitectura inglesa con la andaluza; además por el tamaño de sus casas y jardines, se puede observar la jerarquía laboral de quienes ocupaban, en origen, las casas; y el muelle del mineral, obra maravillosa de la arquitectura del hierro. En Jerez, sobresale el pabellón del Jockey Club, hoy Depósito de Sementales, propiedad del ejército, es una extraña arquitectura modernista que mezcla lo inglés con lo japonés y lo andaluz. Y por último, en la ciudad de la isla verde, el Hotel Reina Cristina, de impresionante arquitectura inglesa colonial, con tintes tropicales, algo muy típico, de muchas casas de origen inglés en la zona; asimismo, es muy interesante por la cantidad de historias de espionaje que se han dado entre los que se alojaron allí, y que pertenecían a varios de los servicios secretos más importantes del mundo, el británico y el español, por supuesto, como rivales; además de los alemanes, soviéticos o americanos. Y por ser lugar donde se alojaron varios diplomáticos que participaron en la famosa Conferencia de Algeciras de 1.906, donde se decidió dividir en dos el Protectorado de Marruecos, con una parte francesa y otra española.Y por último, de Cádiz, destacaría dos edificaciones de clara influencia británica: la fábrica de tabacos, sobre todo en su parte trasera; y el depósito, también de tabacos, situada en Puertas de Tierra, y que a pesar de su arquitectura regionalista, tiene elementos típicos ingleses; ambas son buenas muestras de la arquitectura industrial del XIX inglés, aunque el depósito, es posterior, de principios del XX.
El resto de ciudades, también participaron la influencia anglosajona, como es el caso de Almería o Málaga, aunque en menor medida, aún así, a lo largo de los siglos XIX y XX, se pueden observar en muchas ciudades, edificios que recuerdan la presencia de éstos emprendedores británicos, que por primera vez, trasladaron sus multinacionales a territorios que no eran ni suyos, ni estaban colonizados por ellos (al menos en teoría). No pocos hechos de armas se vivieron entre españoles e ingleses, como fue la Revuelta de Riotinto, donde los segundos a causa de una explotación minera a cielo abierto, dejaron escapar una serie de vapores y sustancias tóxicas que dejaron estéril el campo durante generaciones. Ello desembocó en unos graves disturbios donde la policía disparó, sin piedad, a los jornaleros que luchaban por lo suyo.  Es éste artículo una aproximación muy resumida, de un mundo, que es mucho más amplio, pero aunque sé que me dejo muchos flecos abiertos, prefiero dejar de modo resumido, para hacer justicia de una herencia que tuvo claroscuros, pero que dejó una profunda huella que aún persiste. Perdónenme, si me he quedado escaso, pero sino, la entrada sería demasiado larga y aburrida para el personal. Un saludo desde el sur. 
Barrio Obrero de Huelva.

Casa del Coronel, Jerez de la Frontera.

Pabellón del Jockey Club, Jerez de la Frontera, con arquitectura inglesa y japonesa.

Portada de la Fábrica de Tabacos de Cádiz.

Fachada de la misma fábrica.


Colegio de las Esclavas, Cádiz.

Parte del Palacio de los Duques de Orleans, Sanlúcar de Barrameda.

Hotel Reina Cristina en Algeciras.




Fachada de los Depósitos de Tabacos en Cádiz.

martes, 1 de noviembre de 2011

Los misteriosos asesinatos de Puerta Tierra

     No se asusten, no hay ningún asesino en serie en el casco nuevo de Cádiz, ni creo que lo haya habido. Lo sitúo en Puertas de Tierra, porque es donde hoy se sitúa la tragedia que les voy a contar; pero realmente, ocurrió hace unos 2.500 ó 3.000 años, en pleno Gadir fenicio. Aunque hay que remontarse a la actualidad, hará unos años, cuando en pleno boom inmobiliario, y tras el derribo de unas viejas casas, se encontró una necrópolis, por otro lado, muy común en éste lado de la ciudad, ya que las ciudades romana, púnica y fenicia, se encontraban en lo que más o menos hoy es el casco antiguo, mientras que en los exteriores se encontraban, como es común hoy día, los enterramientos. Sobre las necrópolis gaditanas hay auténticas curiosidades, y mucha variedad, pero la historia de hoy se lleva la palma. La actual ciudad de Cádiz, aprovecha cualquier hueco para hacer nuevas construcciones, debido a la falta de espacio, pero muchas veces, la construcción de nuevas edificaciones lleva aparejada una excavación arqueológica, pues la ciudad es rica en yacimientos, y tal vez, gracias a ellos, se logra encajar las piezas de un puzle histórico que se confunde la mitología. Sea como fuera, hace cerca de una década, en una de éstas excavaciones rutinarias, se encontró una necrópolis, en éste caso fenicia, pero lo que más llamó la atención, era la cantidad de cadáveres que había sin enterrar en los alrededores de los nichos, que parecían haber sido sorprendidos en el mismo lugar, sin que tuvieran tiempo de reaccionar.

    Tras diversas investigaciones, se planteó una hipótesis, aquellas gentes, entre las que había niños, presenciaban lo que hoy día sería un entierro, y en el transcurso del mismo se vieron sorprendidos por alguien que les atacó, sin dejar, prácticamente, a nadie vivo. Pero la cuestión clave es: ¿Quién les atacó? Cierto es que al parecer los fenicios gaditanos tuvieron más de algún que otro rifirrafe con las poblaciones locales, pero según los historiadores la cosa no había llegado a mayores, pues se supone que la civilización fenicia era superior a la íbera. Esto enlaza con una noticia que el Diario de Cádiz publicó hace unos días, en la que unos médicos habían hecho una resonancia a un esqueleto de época fenicia, encontrado en el solar del Cómico, para saber las causas de su muerte, sus conclusiones al parecer no dejan lugar a la duda: se debió a un incendio, murió asfixiado. Tal vez las muertes de ambos lugares no tengan nada que ver, y el último cadáver del que les hablo, simplemente falleció en un incendio corriente que pudiera haber ocurrido solamente en su casa. Pero aún los investigadores de uno y otro lugar se preguntan, si el incendio arrasó con casi toda la ciudad (lo que vendría a explicar la escasez de restos anteriores al siglo VIII) y a que se debió. Era relativamente común, hasta principios del siglo XX, que grandes fuegos arrasasen con una ciudad, ya que no había leyes que regulara nada, los medios eran escasos para defenderse y en las casas abundaba la madera como material; además, hasta el invento de la electricidad, todo el mundo se iluminaba con velas y cirios. Pero es también “casualidad”, que en muchos de los yacimientos fenicios que existen en la comarca, se han encontrado estratos en los que se encuentran indicios de que hubo una gran violencia; como por ejemplo, ocurre en Doña Blanca (El Puerto de Santa María), donde se han llegado a encontrar murallas con fisuras y bolas de catapultas. Todo parece indicar desde luego que hubo una guerra en una determinada época, pero ¿contra quién? Los autores clásicos apuntaron en sus textos que hubo una guerra entre tartesios y fenicios, que pasaron de ser aliados que comerciaban a competidores, pues los últimos, que llegaron con la intención de establecer una serie de factorías comerciales acabaron por terminar siendo conquistadores que arramplaban con todo. Pero tampoco hemos de fiarnos demasiado de los textos griegos, que siempre que podían, ponían a parir a la civilización semita. Si según las últimas teorías de los arqueólogos del yacimiento del Carambolo (Camas, Sevilla) son ciertas, y los Tartesios no eran otra cosa que una colonia fenicia, y no una civilización autóctona, estaríamos hablando de una probable guerra civil entre reyezuelos locales, tal vez por controlar algún yacimiento, algún monopolio, o vaya a saber qué. Si por el contrario, se demuestra que Tartessos existió como cultura propia, entonces tendrían razón los historiadores clásicos griegos. Así pues, aquella pobre gente de las que les hablaba iban a enterrar a algún familiar cuando, probablemente se vieron sorprendidos por un ataque enemigo, dado que las necrópolis se situaban a las afueras de la ciudad, y por tanto de las murallas se vieron sin defensa posible, cayendo todos como moscas, a causa de un cruel destino. Sea como fuere, los que estaban dentro de las murallas tampoco se libraron, y muchos cayeron, gracias a un incendio provocado por sus enemigos.

     Espero que les haya gustado ésta historia que es poco conocida en la ciudad, y que me llegó a manos de la hija de un trabajador de la obra que se iba a comenzar tras las correspondientes excavaciones. Como siempre, en ésta tierra, se corrió un tupido velo, y el yacimiento fue tapado con cemento en una tradición más nuestra que los Tosantos o el Día de los Difuntos que vengo a celebrar contándoos éste curioso suceso. Apenas unas joyas se llevaron al museo, donde aún se guardan a la espera de ser puestas en exposición. Un saludo desde el sur.