No obstante, todo este texto viene por la inclusión del Retiro (y alrededores) y del Prado en la lista de Patrimonio Mundial, antiguamente de la humanidad (otro tren que pierde Cádiz, para variar...pero eso será tema de otra entrada). Desde aquí me alegro que dichas joyas sean declarada de tal modo, pues no podría ser de otro modo. Lo sorprendente es, que en Madrid, no existiera nada de antes tal denominación, y que fuera de las pocas capitales europeas en no tener dicha distinción en ninguno de sus monumentos (que mira que le sobran). En ésta ciudad podremos encontrar palacios que no tienen que envidiar a ninguno de Europa, e incluso, superan artísticamente y arquitectónicamente a muchos de famas mayores. Podremos encontrar junto a una zona de rascacielos de casi un siglo, a un templo egipcio. Hay barrios que parecen anclados en el XVII, como el de las Letras o el de los Austrias, preciosas fuentes, estatuas y arboledas en el Retiro o en el Prado. Grandes museos. Zonas de rascacielos en la Castellana, y cerca, la casa de Sorolla, y por otro lado, una plaza modernista como la de Dalí. Todo ello muy, muy resumido para no hacer el texto excesivamente pesado. Todo un catálogo arquitectónico, de todos los tiempos desde el siglo XV, partiendo con la torre de Lujanes en la Plaza de la Villa, como el elemento más antiguo de la ciudad (sin olvidar las murallas árabes de la Almudena), y que continua en plena evolución. Por eso, ya digo, me sorprende el poco reconocimiento de la ciudad por parte de nuestros ciudadanos, e incluso, del propio extranjero, seguramente, debido a una mala promoción turística, que ha logrado que el número de los mismos haya ido a la baja en los últimos años.
En mi caso, y porque estuve muy bien (como turista, hay que decirlo), me gustaría desde este blog darle la enhorabuena a la ciudad por dicho nombramiento. Que entra ya, sin complejo, dentro de la lista de las ciudades con maravillas mundiales. Ya era hora. No entiendo que por otro lado, a la UNESCO, que tiene que estar repleta de pedantes, le cueste sangre y sudor, conceder la inclusión de algún monumento español dentro de la lista de Patrimonio Mundial, parece que nadie puede, ni debe, superar a Italia (España es segunda) en esta lista de maravillas, pues, al parecer, es pecado, o algo parecido. Como todo en la vida, en las altas esferas, solo se puede esperar politiqueo. Felicidades a la ciudad de Madrid, que se lo merece. Un saludo desde el sur.
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