Hace unos días, en los que el viento de levante ha estado más o menos fuerte, ha aparecido (una vez más) un ejemplar de buitre leonado en la vecina ciudad de Cádiz. Enseguida hubo personas que hablaron de la anormalidad del asunto, y su relaciones con el cambio climático...No obstante, y sin entrar en una discusión bizantina de transformación del clima sí o no, quiero hablar de lo común, que no frecuente, aparición de éstas aves rapaces, y otras muchas forestales y serranas, en la Bahía de Cádiz. La cuestión viene siendo escrita y detallada en multitud de textos desde hace varios siglos, en los que siempre, tras un temporal de levante, normalmente fuerte, un buitre leonado aparece por algún rincón de nuestras ciudades. Como es lógico, el animal se encuentra desorientado y débil, y eso es, debido a la forma de volar, o más bien planear de dichas aves. Los buitres y otras grandes aves, como es el caso de las cigüeñas, debido a su peso, hacen un gran esfuerzo al batir las alas, y por ello recurren a las corrientes térmicas que hay en el aire, por ello es más frecuente ver grandes bandadas en días de sol, y no nublados o de lluvia, en el que estas corrientes o escasean, cuando no directamente, no existen. Con ello logra alcanzar una buena altura para planear con el mínimo esfuerzo posible. Y por eso, algunos buitres, cuando hay temporal de levante, procedente del este, de nuestras sierras, acaban en nuestra comarca.
Ahora bien, explicado ésto, hay que aclarar las especies de buitres que hay en nuestra provincia; una tierra pródiga en rapaces, y que concentra una de las mayores poblaciones de buitres leonados de Europa, a la par con Navarra en España, los dos lugares donde más parejas hay. Preferentemente, se concentran en las zona oriental de la provincia, por ser éstas zonas montañosas y boscosas, o con multitud de riscos, en su defecto. Pero no huyen de la costa, como las existentes en la parte de Tarifa o Algeciras, de carácter montañoso también. Y expanden la búsqueda de comida por la campiña, donde hay abundancia de reses taurinas; cuyos cadáveres son exquisito manjar para dichas aves. Además, los buitres buscan con ello, terrenos despejados de arbolado donde poder otear bien desde el aire. Una vez aclarado, voy a explicar las especies que hay, hubo o posiblemente habrán en un futuro:
- Buitre leonado (Gyps Fulvus): la estrella de nuestra sierra, y el más abundante de nuestra provincia con mucha diferencia. Es el segundo buitre en tamaño de Europa, con unos diez kilogramos de peso medio, y una envergadura de sus alas que puede alcanzar los dos metros y medio. Suele habitar sobre todo en terrenos montañosos, o donde haya cortados y cañones. En nuestra provincia se puede observar, con absoluta facilidad, en casi cualquier sitio, destacando el peñón de Zaframagón, ciertas zonas de Grazalema, como el Salto del Cabrero o la Garganta Verde (en ambos donde se pueden ver volando debajo del observador), así como en Los Alcornocales, en la zona del Picacho, en el Estrecho, o fuera ya de los parques naturales, en el Tajo del Águila, en éste último lugar, con una cercanía descarada. Pero cerca de San Fernando es también muy fácil de ver buitres, a tan solo veinte minutos, en la campiña de Medina Sidonia, se suelen dejar ver, para ello, recomiendo el Cordel de los Marchantes, pasado el cementerio mancomunado. Es el más gregario y social de los buitres, formando grandes colonias.
- Alimoche (Neophron Percnopterus): la segunda especie de buitre de la provincia, no es abundante, y además, a nivel mundial, su población sufre un grave descenso de efectivos. De hecho, hay apenas una veintena de parejas en Andalucía, de las cuales, dieciséis se encuentran en nuestra provincia, y el resto, repartidas entre Jaén con cuatro y Córdoba, con solo dos. Dándose casi por extinguido en el resto de la comunidad autónoma. El alimoche es conocido como buitre sabio (también apodado buitre egipcio), por su inteligencia a la hora de aplicar el uso de herramientas, como el uso de piedras con el pico para romper los huevos de avestruces, entre otras habilidades. Es el más pequeño de los buitres europeos con apenas dos kilogramos de promedio y metro y medio de envergadura.
- Buitre negro (Aegypius Monachus): es la espcie de buitre de mayor tamaño de Europa, con un peso comprendido entre los siete y doce kilogramos, y pudiendo alcanzar los tres metros de envergadura, aunque su media sea de dos metros y medio. A diferencia del resto de buitres ibéricos, que viven en zonas montañosas o de roquedo, el buitre negro prefiere los terrenos boscosos, sobre todo adehesados, como en Extremadura o Sierra Morena (sus paraísos). No es especie nidificante en nuestra provincia, no obstante se puede observar con facilidad a muchos ejemplares jóvenes mezclados con buitres leonados, pues toman nuestra tierra como territorio de dispersión. Asimismo, existe un proyecto de reintroducción en nuestra provincia, como en la vecina de Málaga, por parte de la Junta de Andalucía.
- Quebrantahuesos (Gypaetus Barbatus): el buitre barbado no existe ya, en nuestra provincia. Lejos quedan los tiempos románticos del XIX, en los que A. Chapman y J. Buck exploraron el sur de España, escribiendo La España Salvaje y España Inexplorada, y anotando la presencia de la especie desde las serranías de Grazalema a los acantilados del Estrecho. A diferencia de los otros buitres, éste aprovecha los restos del cadáver cuando apenas queda nada, alimentándose de la poca carne existente, y sobre todo del tuétano de los huesos que rompe tirándolos desde las alturas. Su envergadura puede alcanzar los tres metros, y su peso ronda entre los cuatro kilogramos y medio y los siete. Actualmente solo queda una población autóctona en España, en el Pirineo aragonés, extendiéndose al navarro y al catalán. En semilibertad existen en los Picos de Europa y Cazorla, donde participan en un programa de reintroducción. Se espera que en un futuro (lleva planeándose desde los noventa) vuelva a nidificar en Grazalema, pues fue uno de los sitios escogido para el mismo plan, esta vez, por parte de la Junta de Andalucía.
- Buitre moteado o de Rupel. (Gyps Rueppellii): la última, y al parecer la futura incorporación a la fauna ibérica. A pesar de que se encuentra en peligro de extinción ha venido tomando su área de dispersión por nuestra tierra, que se encuentra a miles de kilómetros de sus áreas de origen, el África subsahariana oriental, es decir, los territorios de sabana, llegando hasta Etiopía y Eritrea, como rincones más cercanos a Cádiz. Sin embargo, la presencia de ejemplares jóvenes mezclados con buitres leonados es cada vez más común. Al igual que el Elanio Azul (Elanus Caeruleus) o la Garcilla Bueyera (Bubulcus Ibis) son aves que ven en nuestras dehesas de la España occidental un ecosistema parecido al suyo de origen. Pueden llegar a tener una envergadura de dos metros y medio, y un peso de hasta nueve kilogramos. Tiene, además el récord de ser el ave que voló a mayor altura, unos once mil metros (largos), llegando a impactar con un avión.
Por último, decir que cada buitre cumple una función (cual bisturí), una vez avistado un cadáver. En una secuencia ideal, suponiendo que los cuatro buitres ibéricos ocuparan toda la península, sería así:
- Primero se acercan los cuervos y demás córvidos, así como los alimoches, de picos "más blandos", para ir arrancando los primeros trozos, y los órganos blandos, como los ojos.
- Posteriormente sería la hora de los buitres negros, que en pequeña cantidad, se acercan con su cuello más corto, y su pico más robusto y duro, a rasgar las partes duras como la piel, músculos, y demás.
- Luego sería el momento de los buitres leonados, de cuellos más largos, y que aprovecharían, los órganos internos, sobre todo. Vendrían en grandes bandadas, y habría disputas por la comida.
- Por último, el quebrantahuesos aprovecharía lo restante, sobre todo los huesos, que arrancaría de los restos, para salir volando, y desde el aire, tirar el hueso escogido con el fin de romperlo y alimentarse del tuétano.
Todavía en nuestra provincia podemos presumir de la presencia de tres de los grandes buitres ibéricos, más la incorporación del moteado. Aunque eso sí, solo críen el alimoche y el leonado, en muy buen número. Tan solo el quebrantahuesos es imposible de ver, aunque esperemos que en un futuro, en nuestra provincia podamos presumir de tener los cuatros (o cinco) grandes buitres europeos. Un saludo desde el sur.