domingo, 8 de noviembre de 2015

Playa de La Casería.

 Ha pasado el verano, y tal vez haya perdido la oportunidad de recomendar en una época inigualable, un rincón único, y tal vez de los más auténticos, de nuestra geografía. El verano es la época de las playas, pero también el otoño reviste de encanto con sus humedades, brumas y neblinas nuestro litoral. La playa de La Casería es de esos rincones que nunca se olvidan, y al que siempre llevo a los foráneos que traigo. Tal vez no sea un rincón monumental, pero sí es un sitio que le gusta a todo el mundo que lo visita, y que encierra más historia de la que parece. Otro punto a destacar es como observatorio de aves, ya que es un lugar más que recomendable para ello. Pocos saben que aquí hubo un campo de prisioneros republicanos en la dictadura de Franco, o que el famoso "Bartolo" se encuentra encima de una batería de la Guerra de la Independencia, que junto con la cercana de Punta Cantera, lograron rendir a la escuadra de Rosilly, refugiada en la bahía tras el desastre de Trafalgar. Desde aquí se ven centenares de barcas de pescadores, en el mar o varadas en la arena, con el bonito fondo de Cádiz y Puerto Real con sus espectaculares puentes.

 La playa de La Casería fue hasta hace poco la única abierta al público en San Fernando, y por ello se pueden ver fotos antiguas en las que se ven multitud de casetas y de bañistas a principios y mediados del siglo XX. Hoy día, solo algunas personas del barrio la frecuentan, a pesar de que tiene, como toda playa, sus servicios en verano. Es esta una playa interior, al fondo del saco de la Bahía de Cádiz, más fangosa que arenosa, y sobre todo, es de pescadores. De ello nos da cuenta los restaurantes que existen, con especialidades en pescado fresco que se ven sacar en cubos, directamente del mar para el plato. Más fresco imposible. Y son las casas de los pescadores lo más pintoresco del lugar; los lugares que sirven para almacenar sus aparejos, y que están adornados de distintos colores, y que nos transportan imaginariamente al Caribe. Para colmo de tipismo y belleza, nos encontramos con algunas barcas haciendo de tiestos para plantas. Una vez pasamos las casas, y nos volvemos a adentrar en la playa, podremos observar una de las imágenes más tradicionales de San Fernando. Aquí rodó el grupo SFDK, un videoclip donde simulaban encontrarse en Panamá, y donde se destacaba las coloridas casas con las torres de pisos de fondo. Porque esa es otra, para bien o para mal, las tres polémicas torres (iban a ser diecinueve si la crisis no lo hubiera evitado) se han convertido, guste o no, en un símbolo más del barrio y de la ciudad, observables desde cualquier rincón del saco de la bahía, pues son los edificios más altos de la localidad. Otro rincón a recuperar, y en preocupante estado de ruina y descuido, es el llamado Cementerio de los Ingleses, en el que no se enterró ningún británico, sino franceses de Rosilly o Bailén que murieron víctimas del hacinamiento y escasez sufridos mientras fueron prisioneros. Actualmente, la vegetación y el paso del tiempo se están encargando de echar abajo lo poco que queda de él.

Cementerio de los Ingleses.
 Sin embargo, prefiero terminar con unas de mis vistas preferidas, la de un San Fernando que parece que no ha cambiado en años. Me refiero a la del sector más occidental de la playa, donde se encuentran las dos palmeras, una de tipo californiana, y otra más tradicional, canaria (se distinguen de las datileras por su tronco grueso). Desde allí se ve un magnífico rincón, con la playa, las últimas huertas de La Casería, y como fondo, los polvorines y la fortaleza de Punta Cantera; otra vista más de aspecto caribeño en este lugar de la ciudad. Y es que Cádiz y su provincia, a veces, parecen más cubana que Cuba. Un saludo desde el sur.
























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