Abril es el mes de la capital andaluza por excelencia, un tiempo primaveral en el que la ciudad muestra lo mejor de sí (aunque tampoco conviene perderse el otoño), con unos jardines y paseos con un colorido incomparable debido a las flores, como las de azahar o las de jacaranda. Además, a lo largo de estos meses se celebran las grandes fiestas de la ciudad: Semana Santa, Feria de Abril y Corpus Christie. Por ello, tanto en una fiesta como en otra, o en todas, muchos irán aunque sea algún día de visita, así pues, decidí crear una entrada con algunos rincones curiosos que observar en la ciudad hispalense; no hay grandes tecnicismos ni datos históricos relevantes, solamente señalar dichos lugares para que los visitantes puedan acercarse. Tampoco voy a hablar de los monumentos famosos y conocidos, como la Giralda, pues muchos circuitos y visitas programadas ya informan sobre ellos. Son secretos de una ciudad, que me han ido enseñando amigos que han hecho de guías locales, y que por tanto, aunque algunas cosas sean conocidas por los propios sevillanos, son en ocasiones una novedad para los foráneos como yo. Ahí van, como la sota de bastos:
- Palacio de la Algaba: Eclipsado por los palacios de Pilatos, Lebrija y Dueñas; el de la Algaba es uno de los grandes monumentos desconocidos de la ciudad. No obstante, estamos ante una de las mejores obras mudéjares que uno pueda observar. Construido entre los siglos XV y XVI, tiene una curiosa portada, un bello artesonado, y sobre todo, un magnífico patio ajardinado, de ladrillo visto, con algunas columnas de mármol de origen genovés. Antaño estaba comunicado por una algorfa con la iglesia de Ommium Sanctorum.
- David de Pilatos: No hace falta ir hasta Florencia para ver un David de Miguel Ángel, en la ciudad hispalense hay una pequeña réplica en los jardines del Palacio de Pilatos, situado en una hornacina. Como bien puede observarse en el edificio, los dueños tanto Fadrique Enríquez de Rivera, como su sobrino Per Afán de Rivera, quedaron bastante impresionados por las esculturas renacentistas italianas en algunos de los viajes que éstos realizaron por el país transalpino. Aunque las dimensiones varíen con respecto al original, es una curiosidad más en un palacio que es una delicia para los amantes del arte.
- Torre de la Plata. De todos es conocida la famosa Torre del Oro, sin embargo, apenas unos metros más allá, sigue existiendo una hermana pequeña, con el mencionado nombre de la Plata. A diferencia de su hermana mayor, ésta no se encuentra en un lugar que haya sido favorecido por la belleza, sino que se encuentra junto a un aparcamiento. No obstante, merece la pena acercarse a verla, y observar su pareja arquitectura con el monumento almohade, construida en el siglo XIII en ladrillo visto, y forma octogonal, estaba unida a la del Oro, por un paño de muralla.
- San Bernardo y alrededores: No todo lo monumental y típico se encuentra en el centro histórico; a extramuros, entre el casco histórico y Nervión, se encuentra este barrio que fue arrabal en tiempos de Al Andalus, y que sigue manteniendo su arquitectura tradicional entorno a la parroquia que le da nombre, la de San Bernardo, construida en el siglo XVIII, tiene un estilo de transición entre el barroco y neoclásico, con el típico colorido de la ciudad hispalense. Sin embargo, el edificio que ha dado fama a la zona no es otro que la estación de ferrocarril, inaugurada en 1.902, y que está construida en un estilo clásico, de tipo isabelino. Otro edificio de interés es la Fábrica de Artillería, un enorme conjunto de edificios industriales, que si bien tuvieron orígenes del XVI, toma su forma actual en el XVIII, en estilo barroco.También en la zona de Eduardo Dato, es interesante el regionalista edificio de Bomberos, así como algunos cuarteles; en la misma avenida, se puede observar el único resto que queda de una plaza de toros Monumental que tuvo la ciudad, y al parecer bastante más popular en sus tiempos que la conocida Maestranza, más frecuentada por las clases pudientes. Al lado del barrio se encuentra un magnífico parque, el de la Buhaira, uno de los sitios más agradables de la ciudad, en el que además de la magnífica arboleda, puede observarse una obra más de Aníbal González, un pabellón mudéjar edificado sobre restos de un palacio almohade que le dio nombre al lugar. También del mismo arquitecto iba a ser la impresionante basílica, que con advocación de la Inmaculada Milagrosa, hubiera tenido proporciones de catedral, y aspecto neogótico, con dos torres de cien metros de alto. Todo quedó en nada, pero aún queda sus basamentos para hacernos una idea de lo que pudo ser. Además, en las cercanías se puede ver la interesante iglesia de San Benito, el único edificio vivo que queda del monasterio que existió en este lugar, en estilo manierista, y que fue edificado en el XVII. En la misma avenida y a tan sólo unos metros pueden observarse también los restos de un acueducto romano, reconstruido por los almohades.
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Pabellón Mudéjar (Buhaira) |
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Estanque y pabellón. |
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Calles del barrio. |
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Iglesia de San Bernardo. |
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Fachada de la fábrica. |
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Iglesia de San Benito. |
- Capilla de Maese Rodrigo o de Santa María Jesús: Situada en la concurrida Puerta de Jerez, es uno de los lugares más céntricos y visitados de la ciudad. No obstante, muchos de los foráneos que por allí hemos pasado nos hemos fijado en una pequeña capilla de estilo gótico mudéjar que aquí se encuentra. Sin embargo, este templo es lo único que queda de la Universidad Sevillana, fundada y construida en tiempos de dicho templo, allá por el año 1.506. El resto de edificios se perdieron cuando fueron derribados para la ampliación de la avenida de la Constitución. Aunque la fachada de la misma, fue trasladada al compás del convento de Santa Clara.
- Iglesia del Sagrario: Seguimos en la misma avenida de la Constitución, y eclipsada por la magnífica Catedral, tenemos otra joya, que si bien forma parte, aunque anexa de la seo. Se entra por dicha avenida, y se construyó en el XVII, en estilo barroco por Alonso de Valdevira y Cristobal de Rojas, este ultimo a quien conocemos por la magnífica obra de fortificación de Cádiz. Si bien el exterior apenas invita a pasar por su sobriedad, en el interior el horror vacui típico del barroco se hace presente entre relieves, retablos, capillas, pinturas y esculturas de gran valor artístico. Como curiosidad histórica destacan las pintadas o grafitis exteriores del siglo XIX, por estudiantes universitarios que se sacaban el doctorado.
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Pintadas. |
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Interior del templo. |
- Callejón de la Inquisición: Nos vamos ahora para Triana, justo al lado del puente del mismo nombre, se encuentra este estrecho y angosto callejón que formó parte del castillo de San Jorge, del que hoy apenas quedan restos. Dicha fortaleza hizo las veces de prisión y sede del Santo Oficio de la ciudad, así pues que entrar por el mismo desde el río, era como hacerlo por el Traitor Gate de la Torre de Londres, se sabía que se iba a acabar condenado y torturado. Hoy comunica al barrio con un bonito paseo, algo oculto, junto al río, y desde donde se puede ver una curiosa estampa del puente trianero desde abajo.
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Vista desde la salida del callejón. |
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El callejón. |
- Un palacio sacado de Florencia: En plena calle Imagen encontramos una edificación que bien parece sacada de la ciudad transalpina, el palacio del Marqués de la Motilla. Aunque realmente es una obra historicista, realizada en los años veinte, por el arquitecto italiano Gino Coppedé, cuyo origen precisamente es florentino. La torre de hecho, está inspirada en el Palacio Vecchio de dicha ciudad, el resto recoge modelos tanto renacentistas como neogóticos.
- Torre románica de Don Fadrique: Cerca de la Alameda de Hércules podemos encontrar esta torre con un claro aspecto defensivo dentro del convento de Santa Clara (también de gran interés artístico); hasta ahí todo normal, lo curioso es el estilo arquitectónico de la misma, con un estilo románico y del primer gótico en algunas partes, una solución inusual en estas latitudes, donde con la conquista cristiana ya viene con el estilo gótico, que sería ejecutado con modelos mudéjares.
- Casa de las Sirenas: En plena Alameda de Hércules podemos encontrar este palacio edificado a finales del XIX, con un modelo de una chateau francesa del siglo XVIII. La época en el que fue construido este edificio, el movimiento Isabelino se fijaba mucho en los modelos franceses imperiales. Tras años de abandono, hoy se encuentra felizmente restaurado.
- Hombre de piedra: Seguimos en las cercanías de la Alameda de Hércules, en una de sus calles que desembocan aquí encontramos este curioso nombre, debido a la presencia dentro de una pequeña hornacina a nivel de suelo, del torso de una estatua romana que sirvió en tiempos de botarruedas.
- Columnas romanas de la calle Mármoles: Nos vamos ahora para las cercanías de la Catedral para observar los restos de un templo romano que conserva unas impresionantes columnas de mármol que alcanzan los ocho metros. No obstante, no están todas, dos se encuentran en la Alameda de Hércules, pues fueron trasladadas en el XVI, y que hoy sirven de pedestal a las famosas estatuas de dicho paseo. Otra se rompió en el traslado hacia los Alcázares.
- Parque de Miraflores: Bonito y extenso parque situado al norte de la ciudad, a las afueras del centro histórico, por lo tanto fuera del circuito turístico, aunque merece una detenida visita: pues con noventa hectáreas constituye la mayor extensión de zona verde de la ciudad. Aparte de su cuidada jardinería, su césped que invita a tumbarse, y tiene un precioso lago lleno de aves acuáticas como gansos, patos y fochas, entre otras anátidas; es también un punto interesante en cuanto a restos arqueológicos, pudiéndose encontrarse una torre medieval, los restos de villas romanas, hay además norias y albercas del XVI, así como el molino del aceite del XVII, entre otras joyas...
- Colegio de la Salle: En la avenida de San Juan de la Salle, encontramos este bonito edificio de corte regionalista edificado en el año 1.931, al más puro estilo árabe andalusí, con aspecto de mezquita, el mismo campanario simula ser un alminar. Aunque fuera del centro histórico, merece la pena acercarse a verlo desde Puerta Osario.
- Fundación San Telmo. Cercano al mencionado parque de Miraflores, encontramos este imponente edificio de estilo regionalista edificado a principios del siglo XX por el arquitecto Antonio Gómez Millán, como nueva casa cuna de la ciudad.
- Edificios del Matadero: Nos vamos al otro extremo de la ciudad, en la zona de Nervión, donde podemos encontrar uno de los mejores conjuntos regionalistas de la ciudad, edificado por José Sáez y López en el año 1.916. Hoy es instituto de secundaria, así como conservatorio, siento no tener fotos para ilustralo.
Termino aquí una amplia lista de lugares curiosos para los foráneos como nosotros en una ciudad que rebosa monumentalidad, pero que en muchas ocasiones, siempre nos paramos en los mismos lugares y edificios de interés, sin detenernos a mirar a muchos otros, que tienen igual interés para los amantes del arte o la historia. Un saludo desde el sur.
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