El mundo se prepara para su particular cataclismo en 2.012, ya sea por culpa de los mayas, que dicho sea de paso, no tenían ni idea de la que iban a liar con su calendario; y por el otro apocalipsis anunciado, el económico, más contracción, más sacrificios, y más congelación de salarios. Y digo bien, pues la ridícula subida que han acordado patronatos y sindical da, realmente, vergüenza, ajena y propia, si me apura. Ya estoy hasta la coronilla, por no decir otra cosa, de que nos vendan una moto que no anda. De que repitan, una y otra vez, que estamos mejor que hace treinta años, y que la democracia sólo ha traído bendiciones. Bien sabe Dios que no quiero una dictadura, pero de Franco todos sabían que era un sátrapa. Pero ahora no, en teoría somos libres, pero sólo en teoría, el neoliberalismo nos ha colado, como el que no quiere la cosa, una dictadura, en la que encima tienes que sonreir, porque oye, eres libre. Y pregunto: ¿libre de que?, ¿de que las empresas nos exploten?, ¿de que los bancos jueguen a ser Dios con el dinero que hemos depositado, y que es nuestro?. No se engañen, bajo la "maravillosa" palabra liberal, nos quieren vender la libertad plena del dinero, o lo que es lo mismo: la merma de los derechos de los trabajadores. ¿Que sacrificios le van a pedir a unos trabajadores que cobran 300 euros?. ¿O a uno que está asegurado cuatro horas y trabaja nueve?. Hemos pasado de la dictadura de un tío con bigote, a una en la que mandan miles de impresentables que se forran a nuestra costa, y nosotros callados. Preferimos hablar del pisotón de Pepe a Messi, o de las últimas pamplinas de Belén Esteban, que salir a quemar la calle de una vez. Porque que quede claro, van dos crisis desde 2.008, la de los activos tóxicos y la de deuda. Pero está claro que va a llegar una tercera, y la sencilla razón es la siguiente: Da igual lo que hagamos, lo que nos apretemos, pues para el FMI, las agencias de Rating y los bancos, todo es poco, y sino se siguen con más ajustes, pues todo irá igual de mal, hagamos lo que hagamos, estará mal. Ya empieza a cansarse uno de tanto rollo. Así pues toca trabajos precarios, congelación de sueldos, cuando no reducción, subida de impuestos y del nivel de vida en general. Con la mierda de sueldos que nos van a pagar va a ser mejor empezar a rechazar los trabajos que nos salgan, porque no vamos a tener para pagar ni un triste alquiler, así, llegará el dia en que nadie quiera trabajar. Y lógico, pues tener un trabajo que no te permite pagar nada, en el que te sale más caro el collar que el perro, no convence a nadie. Hemos llegado a un nivel en el que ya no le piden peras al olmo, sino melones. Ésta es la nueva crisis que nos viene, y de la que nadie nos ha hablado. Para la opinión pública, antes los malos eran el ejercito, los curas y los policias; ahora son los bancos, empresarios, políticos y sindicatos. Que se pregunten por qué. Un saludo desde el sur.
No hay comentarios:
Publicar un comentario