domingo, 10 de mayo de 2015

Castilnovo, o el último prado costero.

El pastizal en primavera.
   Se encuentra cerca el verano, y para mucha gente de otras latitudes, nuestra tierra ya tiene temperaturas estivales, aunque sea primavera. Pronto empezaremos a elegir a que playas iremos este año, y aparte de la nuestra habitual, siempre pegamos alguna escapada a alguna cercana, pero más exótica. No urbana, en definitiva. Y tenemos infinidad de opciones: calitas, playas con dunas vírgenes, con montañas en los alrededores, con marismas, pequeñas, grandes, con acantilados... De toda clase hay en Cádiz, además, mediterráneas y atlánticas. Dos de las más famosas son la del Palmar en Vejer de la Frontera y Los Bateles, en Conil de la Frontera. Dos enormes playones donde cuesta otear la orilla desde donde uno planta la sombrilla, pues es sorprendente la anchura de las mismas. Entre medio, una gran desconocida, y que se salvó in extremis, en época de la maldita burbuja inmobiliaria, de puro milagro, gracias al ayuntamiento de Conil. Pues si Los Bateles, es playa urbana, El Palmar está plagada de diseminados que estropean el paisaje. Por el contrario, en Castilnovo sólo una construcción domina el paisaje: la alta torre vigía construida en época moderna para avisar a las poblaciones costeras de la llegada de los piratas.

Conil desde Castilnovo.

Marismas mareales del río Salado.

 Sin embargo, aún con el enorme valor histórico de la torre, esta entrada de hoy va destinada a dar a conocer la gran categoría paisajística y ecológica del lugar, como uno de los últimos rincones costeros vírgenes. Destacando sobre todo su preciosa pradería, de gran valor ecológico, y mantenida naturalmente por la ganadería retinta de la zona. Por otro lado, a pesar de que el paraje es pequeño, pues ocupa unas pocas hectáreas, tiene variedad de ecosistemas, como la desembocadura del río Salado de Conil, donde vive una especie endémica de fartet, el salinete. Además de tener en su ribera no urbanizada un pequeño sector de marismas mareales. Cerca de la torre, podremos encontrar una laguna formada por la subida de las mareas y por la lluvia, creando otro sistema marismeño importante, donde se encuentra vegetación como el taraje y el junco, además de numerosos endemismos vegetales. En la fauna destaca el mencionado salinete, la garceta común, el aguilucho pálido, y varias clases de anfibios, entre otras especies. Además es lugar de descansadero para aves migratorias. Asimismo, en el prado cercano, es posible observar, aparte del ganado retinto antes mencionado, aves esteparias como el aguilucho cenizo o el alcaraván. Últimamente, se observan también la presencia de ibis eremitas.  Asimismo hay que tener en cuenta la presencia de aves marítimas en la propia línea de playa. Todo un mosaico, pequeño, de ecosistemas que merece ser declarado paraje natural por la Junta de Andalucía, la cual parece que se ha olvidado de la declaración de figuras de protección de numerosos lugares. En este caso además, con el agravante de que fue el propio ayuntamiento conileño el que logró salvar el territorio de la especulación, pues se preparaba otro hotelito con campo de golf (que novedoso...).
Ganadería retinta.


Prado colindando con la arena.
 Yo siempre recomiendo visitar los parajes de Cádiz en dos estaciones distintas, en verano y en invierno, ambas muy distintas. Mientras tanto en invierno como primavera, el verde domina el paisaje, alternado con la policromía de las flores, en verano el paisaje es monocromo, ocre; el prado inundable cede espacio a la reseca estepa. Es el sistema de vida de los pastizales suroccidentales de Cádiz: terrenos verde inundados, donde viven especies de humedales, y áreas secas en época estival, donde habitan aves del secarral más absoluto. Todas las estaciones tienen su encanto, y sus inconvenientes. Pero con esta entrada quiero resaltar el olvidado valor ecológico que encierra la costa de Conil, destacando Castilnovo, pero resaltando también la zona de los pinares de Roche y los acantilados con sus calas. Por cierto, ninguno, de estos lugares protegidos, tampoco, . Pero eso será tema para otra entrada. Un saludo desde el sur.


Desembocadura del Salado.

Playa de Castilnovo.


Camino a la torre.

Pastizales en primavera.


Pozo y abrevadero.

Ganadería retinta en el pastizal.



Laguna y torre al fondo.

Laguna y playa.

Ejemplares de barrón.

Detalle del generoso pasto.

Bunker.

Prado prelitoral.

Ganado en el abrevadero.


Ternerillo.


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