Tenía pensada otra entrada, pero a la vista de la
semana, informativamente hablando, en el que se han habido varios
avistamientos de escualos en diversas playas españolas, y como los
distintos medios han tratado el tema, he de decir que la población española
tiene bastante conciencia medioambiental, y que nos encontramos ante
una mentalidad madura y consciente de lo importante que es conservar la
naturaleza. Han sido más escandalosos algunos medios, que buscaban
alguna noticia sensacionalista (como si no hubiera problemas y
escándalos en España) que la propia ciudadanía y autoridades, que
evidentemente, y por la lógica precaución, se encontraban fuera del
agua, y con la prohibición del baño. Pero fuera de todo escándalo,
la gente grababan y fotografiaban al animal en cuestión, sin intención de hacerle
daño, ni con histeria de por medio, sino como algo curioso, casi turístico.
Ante todo, he de decir que España es un país
donde existen casi todas las clases de escualos del mundo, ya que
nuestras costas se encuentran en una encrucijada entre el Atlántico y el Mediterráneo, y entre aguas templadas, cálidas y frías. Si a eso le añadimos que los
tiburones son animales que necesitan grandes espacios para campar en
sus cacerías, podremos decir que cada día pasan centenares o miles
de tiburones por nuestros mares, incluido el temible tiburón
blanco...y no pasa nada. Ningún ataque por lo general, salvo en años
contados, debido a confusiones de los escualos que probablemente
buscaban otra especie, pues al parecer, no somos nada apetitosos para
ellos. Eso sí, tampoco caigamos en el ecologismo dulzón, ellos no
son tampoco angelitos, son predadores, y nosotros, también podemos
convertirnos en sus presas. Pero digamos, que ellos tienen que
temernos más a nosotros, pues para empezar forman parte de nuestra dieta,
quien en Cádiz se come un filetito de marrajo o un cazón en tomate
o adobado, o el famoso bienmesabe isleño, que sepa que se está
comiendo un trozo de escualo, o quien vaya muchas veces a las parafarmacias
o dietistas se podrán encontrar frascos que tienen en su interior
cápsulas o pastillas de cartílago de tiburón (algo a mi parecer,
denigrante). Y eso, que yo ahora recuerde, así que, haciendo sumas,
a lo largo sólo de la costa española, y sin tener en cuenta a los
asiáticos (que eso sí que es para echarse a llorar) podremos darnos
cuenta de que somos los humanos los que asesinamos en masa a ellos, y no al
revés.
Pocos saben que en Cádiz mismo hay tiburones
de todos los tipos, desde los chicos como los cazones, pintarrojas o
marrajos (cuyas afiladas dentaduras de doble hilera de diente ya son
capaces de cercenar cualquier extremidad) a algunos espectaculares
como la tintorera, capaz de alcanzar unos cinco metros, o el famoso
tiburón blanco, avistado cada cierto tiempo en el Estrecho, y que al
igual que las orcas, siguen la migración de los atunes. Así que son
bastantes más comunes de lo que imaginamos. Pero usted dirá que
por qué aquí no son tan frecuentes los ataques como pudiera suceder
en Australia o Sudáfrica u otros países, primero probablemente porque no son tan
abundantes, segundo porque mayoritariamente, como he dicho, se
encuentran de paso en la búsqueda de otras especies, y tercero,
porque en los mencionados países hay bastantes especies de costa (a
diferencia de Europa donde se han extinguido la mitad) que les sirve
de alimento, como focas o leones marinos, pingüinos, y
tortugas, entre otros. Así pues, como siempre en la vida, hay una de cal
y una de arena, sabemos que los escualos en España rara vez cometen
un ataque, y es rarísimo que se acerquen a la costa, pero por otro
lado, cuando nos bañemos este año, pensemos que hay casi
trescientas especies aquí, y que según los expertos alguna vez en
nuestra vida hemos estado fichado por alguno. Ya empieza el calor, y
se apetece un chapuzón. ¿Se anima?. Un saludo desde el sur.
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