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sábado, 11 de enero de 2020

Los secretos de la Catedral Vieja de Cádiz.

La Catedral Vieja desde la Nueva.
   Ahí permanece humilde, escondida entre los callejones del Pópulo gaditano, y dando su portada a una plaza, la de Fray Félix, de irregular trazado y orografía, mientras tanto sus cúpulas y destartalado torreón del Sagrario adornan el Campo del Sur; pero en otros tiempos fue la Seo, el templo principal, la catedral de una diócesis que abarcaba desde el margen meridional del Guadalete hasta el propio Estrecho de Gibraltar. Hoy día es sólo una parroquia más de las muchas que son auténticas joyas en el centro histórico gaditano. Casi con total seguridad fue primero mezquita que templo católico, y de hecho los últimos estudios aseguran que su torre campanario, exento de la iglesia, y que da entrada al pasillo del Padre Ventura, son realmente,el alminar la primera, y el patio de las abluciones el segundo, cosa que en absoluto sería de extrañar, así como la clara orientación Este-Oeste del templo. Por cierto, si nos fijamos bien en dicho pasillo (realmente un patio) podremos observar una serie de mármoles amontonados en el suelo, son el puzle que formaba la portada de la fachada que daba a la plaza de Fray Félix de la propia Catedral Vieja, y que fue desmontada para aprovechar algunas estatuas y piezas cuando se construyó la nueva. Sus enormes columnas salomónicas aún se conservan detrás, junto al teatro romano de la ciudad. Dicha fachada, era probablemente similar a la de la iglesia del Santo Cristo de Chiclana de la Frontera, con una arquitectura y decoración muy gaditanas por cierto. La reconstrucción virtual de la misma y su estudio fueron publicados en varios artículos, allá a finales de los años noventa, por Juan Antonio Fierro Cubiella, quien proponía reconstruir la portada para recuperar así el antiguo esplendor y belleza, que hoy se antojan totalmente austeros. Totalmente de acuerdo.
  
Detalle del humilladero.
   Del exterior aún podemos observar varios elementos interesantes, y la principal características es que muchos de éstos nos demuestran como fue la iglesia en origen, un pequeño templo de estilo gótico mudéjar andaluz, muy típico de la zona del bajo Guadalquivir, desde Córdoba y Sevilla a Cádiz y Huelva. En nuestra provincia hay muy buenos ejemplos, como San Dionisio en Jerez de la Frontera, o Nuestra Señora de la O en Sanlúcar de Barrameda, no obstante, y según los últimos estudios, la que más se asemejaría a nuestra Catedral Vieja, sería la bella parroquia de Santa Catalina  de Sevilla, de la cual se habría tomado inspiración por parte del arquitecto o maestro de turno. La estructura, eso sí, muy transformada por cuenta de los distintos asedios e incendios, se antoja parecida, y si bien nos fijamos desde el Campo del Sur, en el Torreón del Sagrario podemos observar una serie de almenas o merlones de características mudéjares, similares a la del mencionado templo sevillano, y que da cuenta de que dicho torreón tuvo esa altura hasta la reforma academicista llevada a cabo por Torcuato Cayón siglos después, dando lugar a la forma y altura que tiene hoy día. Asimismo, y desde el propio Campo del Sur, llama la atención las cúpulas y cúpulitas adornadas con azulejos sevillanos, todo de origen barroco, pero que le dan un aspecto oriental, más propio de Turquía o Damasco, incluso que del Al Andalus español. Volviendo a la plaza Fray Félix, y observando la torre campanario, que como ya hemos mencionado, está exenta al templo, y es de estilo también manierista, un renacimiento final de transición al primer barroco, que es el que domina hoy día en casi toda la parroquia de Santa Cruz, que es la advocación que siempre tuvo. El mismo chapitel de la torre campanario, está adornada, al igual que las cúpulas, de azulejería sevillana, muy colorida también. El conjunto de casas pertenecientes al obispado, como la Casa de la Contaduría (estilo Manierista), la casa del Canónigo Terminelli y la Casa del Dean o Patio Mudéjar (como su nombre indica, gótico mudéjar), igualmente son de un valor incalculable y se encuentran entre las más antiguas de la ciudad.

Cúpula y ábside, de aspecto muy oriental.
   El interior, a pesar de su modesto tamaño, impresiona, por su aspecto arcaizante pese a su concepción renacentista en principio. Pero la obra posterior al asedio y saqueo de 1596, fue efectuada por Cristóbal de Rojas, el mismo ingeniero o arquitecto del castillo de Santa Catalina, hablamos de una concepción casi militar del templo, casi una iglesia fortaleza, como sucede con la Catedral de Almería, ciudad como la gaditana, también muy tendente a los frecuentes ataques de piratas y berberiscos. La quietud interior de la catedral vieja entre su bosque de columnas toscanas es realmente impresionante, y uno cree estar en una construcción sensiblemente más antigua, u oriental, como alguna iglesia o monasterio bizantino. Pero la sobriedad y la piedra ostionera de sus columnas renacentistas no engañan, estamos en la Tacita de Plata, tampoco sus bóvedas esquifadas, ya más barrocas, aunque también muy orientales. De sus laterales hay varios puntos que reclaman nuestra atención, una primera, es la última capilla de estilo gótico que queda dentro de la iglesia, así como una serie de arcos de alrededores, entre ellos el de entrada a la misma, se trata de la Capilla Bautismal, durante mucho tiempo la única de la ciudad, y con una bóveda ojival, y una pila de mármol genovés de gran valor, realizada en el siglo XVII. La gran joya para mi gusto del templo, es la conocida Capilla de los Genoveses, financiada por los comerciantes de dicha nacionalidad, y levantada al gusto de la nación transalpina,de gran tamaño, llena de barroquismo, entre sus figuras y columnas salomónicas, entera de mármoles genoveses de distintos colores, dominando el negro y el blanco, es probablemente una de las mejores obras artísticas de la ciudad, y de encontrarse en otra localidad más conocida, ya sería objeto de visita obligada y bastante más famosa de lo que es hoy día. También llama la atención el Retablo del Altar Mayor, obra barroca de Alejandro Saaavedra, con esculturas de Alonso Martínez, es un conjunto, igualmente precioso, realizado en madera dorada, con una abigarrada creación manierista y barroca, de columnas estriadas, salomónicas, hornacinas, pilastras, etc. de gran tamaño, y que sigue una tradición típicamente española y andaluza, en concreto, para este tipo de decoraciones. Justo encima del altar mayor, se puede observar la pequeña cúpula de media naranja apoyada sobre pechinas. Igual de interesante es la Capilla de los Vizcaínos, otro gremio bastante importante de la ciudad, y del que quedan dos escudos en los laterales del mencionado retablo, así como el Sagrario, debajo en el interior del torreón, obra amplia, diáfana, limpia, y de estilo neoclásico. Tampoco conviene olvidarse de las figuras que procesionan en Semana Santa, de gran valor artístico, como el Medinaceli o el Santo Entierro, con impresionante urna de plata.

Torre campanario y chapitel policromo.
    Termino aquí un imaginario paseo dentro del que tal vez, sea una de mis iglesias favoritas de Cádiz, de aspecto humilde a priori, esconde algunas de las joyas artísticas de mayor valor de una ciudad que conserva escasos recuerdos de su pasado medieval, y grandes obras de tipo genovés, pero pocas como éstas. Por último, mencionar, el descubrimiento que a finales de los noventa realizaron los arqueólogos de las tres criptas que se suponen debieran de estar, un dato que se tuvo en cuenta, pues siempre se ha mencionado que Alfonso X siempre quiso ser enterrado en dicha catedral, deseo que no se cumplió, pero que tuvo que estar todo preparado para ello. Recuerdo que entré en una de ellas, a mediados de la década del 2000, justo debajo del Sagrario, y que correspondía como casi a todo el templo restante, a una arquitectura manierista de bóvedas esquifada y columnas también toscanas, como en la nave principal. No sé sinceramente, que sucedió con las otras dos, si es que fueron tal, y no algún criptopórtico del teatro romano (que se encuentra debajo justo) o de alguna otra edificación de la época clásica, islámica o medieval. Y es que la Catedral Vieja o Parroquia de Santa Cruz, como su barrio del Pópulo, o su ciudad de Cádiz, siguen escondiendo muchos misterios y secretos dispuestos a ser encontrados por el paso de los años, cual dama misteriosa que espera a ser conquistada. Un saludo desde el sur. 

Interior del templo.


Pila Bautismal.
Bóveda gótica de la Capilla Bautismal.
Capilla de los Genoveses.


Detalle de la Capilla de los Genoveses.

Bóveda sobre altar mayor.
Bóveda del Sagrario.
Torre del Sagrario, a media altura
 se pueden observar las almenas mudéjares.
Almenas mudéjares del torreón.




Cúpulas y torre campanario, revestidos de azulejos.
Portada lateral en la plaza Fray Félix.

Portada de la iglesia de Jesús Nazareno
 de Chiclana de la Frontera, que pudo
ser gemela de la Catedral Vieja.

Portada de la iglesia de Santa Catalina,
templo que pudo ser similar a la
Catedral Vieja cuando tuvo su fábrica medieval.

Torre de Santa Catalina, a la que
 pudo parecerse la gaditana antes del año 1596.