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domingo, 16 de octubre de 2011

El románico tardío andaluz

      Cuando pensamos en el románico, solemos pensar en paisajes norteños, en calles silenciosas, con casas de piedras cubiertas de musgo y nieblas o lloviznas constantes. Nos cuesta creer que en nuestra tierra pueda existir algo que corresponda a éste estilo, pues la imagen es la contraria, casas encaladas, calles ruidosas y acompañadas, y sobre todo por una enorme herencia musulmana, que en tiempos de la citada corriente artística, eran los pobladores del sur de la península. Aún así, se puede observar retazos, sobre todos en las primeras iglesias que se construyeron en Andalucía tras la conquista cristiana del valle del Guadalquivir por parte de Fernando III, el Santo, y Alfonso X, el sabio, que tomaron toda ésta zona a lo largo del siglo XIII. Asimismo, parte de Andalucía oriental no se vería privado del románico, sino que además conservaría su forma más pura en nuestra tierra: la torre de la iglesia de Santiago en Almería. Dicha ciudad fue conquistada por los aragoneses, acompañados por multitud de cruzados, allá por el año 1147, aunque su dominio duró poco, pues los musulmanes volvieron a conquistarla pronto. En el periodo que permanecieron pudieron empezar a construir una templo que se terminaría ya, en el siglo XVI, bajo patrones tardogóticos y renacentistas, pero aún así la torre se conservaría, y nos ha llegado hasta nuestros días. Hay que decir, que nadie espere encontrar en ella espectaculares arcos, ni nada por el estilo, sin embargo, es un testimonio único en el sur, pues es la única torre auténticamente románica de Andalucía.

     Sin embargo, las tierras más ricas del estilo de transición del románico al gótico, las llamadas iglesias fernandinas (por ser de la época de Fernando III, el Santo), se encuentran en las provincias de Córdoba y Jaén, que fueron las primeras que cayeron en manos cristianas tras la batalla de las Navas de Tolosa. En ellas se encuentran multitud de iglesias, como la de Santa Marina, que apuntan ya algunos arcos ojivales, pero que aún conservan el abocinamiento en las puertas y ventanas (véase imagen para saber que es abocinamiento), además de la utilización de contrafuertes en vez de arbotantes. También algunas iglesias y edificios de la parte occidental de la provincia de Cádiz tienen algunas formas románicas, ya escasas, y muy mezcladas con el gótico, y sobre todo con el mudéjar. Aquí las iglesias tienen mucha influencia de Sevilla, primero con el mudejarismo, y luego más tarde con el último gótico, cuya máxima expresión se encuentra en la enorme catedral de la citada ciudad de la Giralda. Por ello, encontramos sólo retazos, pues muchas de las primeras iglesias se derribaron para construir las góticas, o en el mejor de los casos, como la del Divino Salvador de Vejer de la Frontera, donde el templo se encuentra claramente dividido en dos partes: una moderna, del siglo XVI, muy luminosa, que sigue los patrones de la catedral sevillana; y la antigua, oscura, que tiene una fuerte presencia del románico y del mudéjar más puro, a pesar de que ya despunta un gótico arcaico. De ello dan fe, las columnas y arcos que se sitúan junto al altar, además de algunas ventanas y la torre, que era un antiguo alminar, del que se conserva la primera parte, y siendo la segunda ya románica, aunque su chapitel es barroco. Asimismo en Arcos de la Frontera es posible también, encontrar elementos góticos en la extraña iglesia de Santa María (tiene dos rosetones) que tiene una arquitectura propia del siglo XV y XVI en su mayor parte, pero su ábside es anterior, y está rodeado de contrafuertes al modo románico, formando una girola, también es posible ver ventanas abocinadas en un cercano edificio.

     Ya poco más se puede encontrar en nuestra tierra de éste bello estilo, que fue el primero que se internacionalizó por toda la Europa cristiana. Después llegaría el auge del gótico, correspondiente ya, a un arte propiamente urbano, alejado del rural que representaba el románico. Y Andalucía, ya tenía grandes urbes en un periodo en el que solían existir pequeñas ciudades. Además llegó tarde para tener ésta corriente, pero su compensación fue la de tener el mejor legado musulmán del mundo occidental, el del Al Ándalus, un sueño que aún perdura en muchos de aquellos que añoran tiempos mejores. Un saludo desde el sur. 

Iglesia fernandina de Santa Marina en Córdoba

Torre románica de la iglesia de Santiago, en Almería

Basílica de Santa María en Arcos de la Frontera, aunque poco, se puede observar el ábside a la derecha la torre.

Ventana abocinada en Arcos de la Frontera

Columna románica en el Divino Salvador de Vejer de la Frontera

Torre de la misma iglesia, cuya primera mitad fue un alminar.

Ventana abocinada de dicho templo.

Arco románico cercano al altar.

Bóvedas de medio cañón con adornos góticos de la parte antigua del templo.

Parte nueva del templo, más luminosa, y con influencia de la catedral de Sevilla.

Restos árabes del mismo templo vejeriego.

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