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domingo, 18 de mayo de 2014

Grandes derrotas navales inglesas a manos españolas. Parte I.

 Hace poco han inaugurado en el Paseo de Canalejas de Cádiz, una estatua a uno de los marinos más gloriosos de Armada Española, y tal vez, el único (a título personal), que derrotó a la mayor flota británica de la historia, tras el del Desembarco de Normandía. Ya era hora pues, de que se reconociera a alguno de los muchos militares españoles que fueron mejores que los británicos, quienes una y otra vez, nos enseñan lo bien que lo hicieron en Trafalgar. Así pues, con ánimo de ir empezando a acostumbrar a los españoles a sentirse menos acomplejados, y más orgullosos de su patria, escribo estas entradas con diversas batallas navales, que de modo resumido, viene a explicar que ocurrió en cada una. Aquí no he decidido profundizar en exceso, para dar mayor libertad personal de interesarse por parte de cada uno. Cada batalla daba para una sola entrada, y probablemente, me olvide de muchas, pero siempre he optado por las más exóticas, y menos conocidas como selección personal, para darlas a conocer. Pero es que, no es fácil repasar el dominio naval español durante cuatro largos siglos, en los que estuvo siempre entre las tres primeras armadas, . Compartiendo peso con la inglesa o la francesa. Sin más explicaciones, ahí van las batallas que yo mismo he seleccionado:

  • La Rochela. 1372. En la costa francesa.:  
  Si bien es esta una batalla naval de las más importantes de la época bajomedieval, por sus consecuencias, y magnitud, hay que decir, que esta se libró entre Castilla e Inglaterra, pues aún no existían, ni España ni Reino Unido. Sin embargo, decidí incluirla por la importancia de la derrota inglesa, que significaba la entrada de la lana castellana en el mercado europeo en deficiencia de la anglosajona, que veía perder sus mercados continentales. Aunque la Marina tiende, asimismo, a considerarse castellana, lo cierto es que era,casi en su totalidad, de origen vasco y cántabro. También fue una batalla clave en lo que era la Guerra de los Cien años, en las que tanto Francia como Inglaterra involucraron al resto de Europa, especialmente a los reinos hispánicos, de los que intentaron buscar, una y otra, distintas alianzas, tanto con Aragón, como con Castilla. Tras la batalla, Castilla empezó a convertirse en una potencia naval y militar, que daría lugar al imperio posterior.



  • Batalla de San Juan de Ulúa. 1568. México. 

 Es esta una batalla en la que el famoso corsario Francis Drake y Hawkins salieron mal parados. Y fue debido al constante incumplimiento de la tregua entre las dos naciones, por parte de los corsarios ingleses. Que animados por su propia reina, abusaron de los tratados que cumplían solo cuando les venían bien. Así pues, en una parada de avituallamiento en la ciudad de San Juan de Ulúa. Resultó que tras secuestro de varios españoles, y chantajes al Virrey, Drake trató de rapiñar por la ciudad, y forzar la reparación de sus barcos. Pero a la llegada de una flota comandada por Francisco Luján, los ingleses se vieron atrapados por un ataque fulminante, en el que perdieron cuatro barcos y a unos quinientos marineros ingleses. No obstante, en pleno combate, y dejando de lado a sus hombres, en pleno acto de cobardía, tanto Drake como Hawkins, huyeron en sus dos barcos. Dejando a varios de sus hombres en el sur de lo que hoy es EEUU, para "aligerar" la carga. Primero llegaría Drake contando fantasiosas historias, y dando por muerto a Hawkins, quien algo más tarde llegaría, sano y salvo. 

  • Contrarmada o Invencible inglesa. La Coruña, Lisboa, y costa occidental de la península. 1589.
  Todos sabemos del desastre de la famosa Invencible española, pero pocos saben que hubo otra Invencible, también española, de idénticos resultados, y otra inglesa, la llamada Contrarmada. Sencillamente, la idea era la misma, si Felipe II decidió invadir Inglaterra, Isabel I optó por devolverle la jugada, y caer en el mismo error. Su primera parada y fonda, era a priori sencilla, La Coruña; para luego atacar San Sebastián y Santander. El desastre fue similar, pues de entre ciento cincuenta o doscientas embarcaciones inglesas, y más de dieciséis mil soldados de desembarco, cayeron cuarenta naves y quince mil hombres, y desertaron unos treintiseis buques y cinco mil hombres. En el intento de toma de La Coruña, destacó la defensa hecha por María Pita que mantuvo intacta la moral de los escasos mil quinientos hombres (para ocho mil), hasta la llegada de más tropas de refuerzo. Tras el primer fracaso, algunas naves abandonaron la expedición, y volvieron para Inglaterra, otras siguieron para Lisboa, pero sin aprovisionamiento alguno. El objetivo de tomar la capital lusa era provocar un levantamiento contra España. Aquí, ya perdieron en el desembarco catorce barcazas debido a la mala mar. Dentro de la bahía lisboeta, permanecía una flota comandada por Alonso de Bazán, quien protegía el puerto de un Francis Drake que nunca se decidió por atacar. Las tropas en tierra, fueron masacradas tanto desde mar, como desde tierra, por las defensas hispanoportuguesas, que hicieron política de tierra quemada en la ruta que los ingleses iban tomando, para que sus soldados llegaran maltrechos al asedio definitivo. La persecución hecha por la Armada Española, a lo largo del Atlántico a las naves inglesas, terminaron por darle la puntilla a la Armada inglesa, que se vio igual de reducida que la española. Y por tanto, esta última, tuvo oportunidad de recuperarse, y seguir siendo la primera potencia naval hasta el siglo XVIII. 


 Termino aquí, la primera de las entradas, con el afán de no hacerla muy larga, pues hay, al menos, seis batallas más que mencionar. Un saludo desde el sur. O desde el mar.






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