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domingo, 11 de mayo de 2014

El Corral del Carbón

 Que Granada es la ciudad de la Alhambra, nadie lo discute, una maravilla mundial que ciega como un rayo de luz directo a los ojos. No obstante, hay mucha ciudad que conocer, hay una Granada de los nazaríes, y otra de los Reyes Católicos, e incluso una, llena de joyas modernistas. Entre unas y otras, hay una perla oculta, pequeña y humilde, pero de arquitectura y arte exquisitos. Es el antiguo Corral del Carbón, un edificio que fue el primer ayuntamiento establecido de la Granada recién conquistada por los cristianos.

 Es la única alhóndiga nazarí que se conserva íntegra en Andalucía. La fachada es una joya que se esconde en una calle estrecha y poco llamativa. En ella se puede ver el típico arco de herradura (apuntado) en la entrada, que da acceso a un zaguán en el que se pueden observar otras dos ventanas ajimezadas, diversas yeserías y varias filigranas en azulejos, donde se escriben textos del Corán. Sirvió, como dije, de alhóndiga, pues se situaba junto a la alcaicería o mercado de la seda. Industria puntera de la economía granadina, pues los gusanos de la seda fueron traídos por los musulmanes en la famosa ruta homónima, y llegó a ser el medio de vida de muchos granadinos, sobre todo de las Alpujarras, hasta su expulsión, ya en época moderna. La seda granadina fue considerada de las mejores del mundo.  También fue posada para los comerciantes que pasaban por la zona. Asimismo, fue hospedaje de carboneros (de ahí su nombre), y corral de comedias, para terminar como patio de vecinos. Hasta que en 1.933 lo adquiere el estado español y se restaura por Torres Balbás, quien destaca el estilo de la propia fachada, de amplia tradición islámica. El patio es bastante más sobrio, y puramente funcional. Es cuadrado, con techumbres de madera con columnas de ladrillo visto, y ningún arco. En el centro hay una pila de piedra. Sin embargo, pese a lo austero del interior, hay una gran belleza y suavidad, característica de la arquitectura nazarí, y que logra hacer muy livianos y acogedores sus edificios.

 La entrada es gratuita, y su horario, típico de oficinas. Se encuentra situado tras el ayuntamiento, camino de la catedral. Por tanto, es un lugar de paso. Su enorme fachada y llamativa portada se ven enseguida. Y aunque no sea el monumento más conocido de Granada sí que es uno de los más antiguos (anterior, al parecer, al siglo XIV). Y se puede admirar la típica portada de Las mil y una noches, porque de este tipo son de las más abundantes en Oriente Medio y El Cairo. Recuerdos de un canto de cisne que fue el reino nazarita de Granada: esplendor en las artes, y decadencia en la política. Muy español, por cierto. Un saludo desde el sur.





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