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domingo, 3 de julio de 2011

Sobre el águila imperial

   Ha sido todo un palo. Hay que decirlo así, para todos aquellos que hemos deseado lo mejor para nuestra naturaleza, lo de la Junta de Andalucía, y su Consejería de Medio Ambiente, ha sido una tremenda decepción la que nos ha embargado. Lo de la supuesta estafa en la recuperación del águila imperial llevada a criar en la provincia de Cádiz es de vergüenza, se suponía que dichas aves (y  otras en peligro) debían ser criadas en cautividad de cara a una posible reintroducción en lugares donde ésta especie se había extinguido. Sin embargo, lo que parecía una cría en cautividad, resultaron ser huevos robados a unas águilas que procedían de nidos naturales, salvajes, poniéndo, más aún, en peligro a una especie, cuyo futuro, precisamente, no es nada optimista. Todo eso, evidentemente, cobrando millones de euros en subvenciones. Ya de sí, era caprichoso, el lugar para reintroducir nuestra majestuosa rapaz: la comarca de La Janda. Donde hay una laguna desecada (por la que no se ha hecho lo más mínimo por restaurarla), donde no hay ningún espacio protegido (ni intención de proteger la zona), ni siquiera una LIC*, ni una ZEPA* de la Red Natura 2000, en lugar, por ejemplo del vecino Parque Natural de los Alcornocales, donde por cierto, ya no sabemos si quedan linces, pues a la Junta, parece ser que les da igual. Ahora entiendo, porqué muchos proyectos andaluces fracasaban y muchas especies menguaban en población, cuando en el resto de España se recuperan sus números, como es el caso del lobo.
    Lo que más me duele de esto, es que ahora, en tiempos de crisis, enseguida salen demagogos de turno criticando que en tiempos de crisis, como los actuales, no está bien dar subvenciones a proyectos para recuperar las especies en peligro de nuestra tierra, cuando hay miles de parados. Como si la velocidad tuviera que ver con el tocino; el lince ibérico, o el águila imperial son tan patrimonio nuestro como lo pueda ser la Giralda, la Alhambra o la Mezquita de Córdoba, las cuales reciben subvenciones para ser mantenidas, como es lógico. Pero también nuestra fauna y flora necesita que las cuidemos, pues sabemos que mucha gente hace asociación de nuestra tierra con Doñana y su lince ibérico, por ejemplo; como hacemos nosotros de los tigres y la India. Es nuestra personalidad, y nuestro patrimonio, y quien no lo quiera ver así, se encierra en la demagogia barata del progreso. Espero que no nos arrepintamos de ver a alguna especie extinguida, como ahora se lamentan en Aragón del bucardo (cabra montesa). Pues ésto no es Parque Jurásico, la especie que se pierde, se pierde para siempre. Que quede claro. Un saludo desde el sur.

* Notas:
ZEPA: Zona de Especial Protección para Aves. 
LIC: Lugar de Interés Comunitario.
Son ambas figuras de protección a nivel UE, propuestas por la Junta de Andalucía, y que entran dentro de la Red Natura 2000, destinada a proteger los ecosistemas más importantes de la Unión Europea.

Imágen del águila imperial con un polluelo


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