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domingo, 6 de mayo de 2012

Curiosidades faunísticas II

 Continuando con la entrada anterior, seguiré enumerando algunas curiosidades propias de los animales del mundo. Aunque si puedo, procuraré centrarme en los españoles.  Ésta segunda parte servirá para confirmar que heredamos muchas formas del lenguaje que proceden de los hombres del campo, quienes observaban la naturaleza, y estaban en contacto con ella. Ahí van:

 Si hay alguien en éste mundo que alguna vez se haya preguntado porqué las aves tienen el color que tienen, la respuesta es sencilla, por simple adaptación al medio. Sin embargo hay aves que reciben su coloración debido, por ejemplo a sus hábitos alimenticios, entre los que destaca como arquetipo el llamado Ave fenix, es decir, el flamenco rosa. Que tiene ese color debido a su gastronomía particular. Su comida favorita está compuesta por algas, crustáceos y ciertas bacterias; ésto viene a ser como si nosotros nos dedicáramos a comer langostinos y el pelo se nos pusiera rosa. También existen aves que naciendo de un determinado color, terminan teniendo otro debido sobre todo a sus hábitos. Un ejemplo de ésto es el quebrantahuesos, quien tiene por costumbre bañarse en los charcos de barro que sean ricos en óxido de hierro. Por ello tienen una coloración rojiza y amarillenta, cuando en la realidad son blancos.

 Pero para ejemplo raro de ave, tenemos en España un córvido (familia de los cuervos) de colores, y hechuras muy bellas: el rabilargo. Que recuerdan indudablemente a un ave de tipo oriental, como las que salen en las imágenes de los lejanos Japón y China. Y precisamente en su distribución geográfica entra la curiosidad, pues éste cuervo de colorines habita la Península Ibérica (SO de España, S de Portugal) y el extremo oriente de Asia (Japón, China y Corea). Hasta hace relativamente poco se pensaba que eran aves introducidas por los marinos portugueses, pero recientes estudios han demostrado que ambas poblaciones son distintas genéticamente, y que además, hay restos fósiles en el Campo de Gibraltar, anteriores a la presencia de los humanos. Lo que parece corroborar la otra teoría existente, la que defendía la hipótesis de que éstas aves habitaran toda Eurasia, y quedaran aisladas en ambos extremos debido a las glaciaciones.

 Aunque parece que voy a seguir con las aves, voy a daros una decepción. El nombre de las Islas Canarias no procede de los canarios. Esos simpáticos pajaritos amarillos que habitan dichas islas, y la mitad de las casas del mundo, representados por el célebre Piolín. A poco que echemos un vistazo al nombre de las islas, nos daremos cuenta de que procede del término latino Canis, es decir, perros. Sin que haya una explicación clara sobre ello. Ya que Plinio asegura que dos perros mastines que habitaban allí y que fueron capturados para llevarlos a Mauritania (hoy Magreb). Sin embargo, la leyenda no parece sostenerse, ya que siempre se ha comentado que las razas de los perros que tenían los Guanches eran de pequeño tamaño.

 En el mar seguimos, pero ésta vez en el norte de España. De todos es sabido la famosa casta de balleneros que hicieron gloria en el País Vasco, y de sus formidables pescadores. De ellos proviene el nombre hoy día de la famosa ballena vasca. De las cuales no quedan ninguna en el Golfo de Vizcaya. Antiguamente eran abundantes, y se atrevían a internarse en las rías del Cantábrico, pero la caza excesiva pasó factura, y hoy día no quedan ballenas vascas en el País Vasco, y sí en el resto del Atlántico, sin que sean tampoco abundantes.

 Seguro que el Cantábrico te ha traído la imagen de una tierra húmeda, montañosa, con verdes prados y bellos bosques. Tan sólo falta la vaca de Milka. Porque ésta es sin duda tierra de vacas. Pero también las hay en el resto de España, y del mundo. Existiendo una tradición anglosajona que asegura que si las vacas se acuestan y reposan (en masa) en las hierbas más frescas, es todo un indicativo de proximidad de precipitaciones en la zona. No se, sinceramente, cuanto hay de cierto en ello, pero las veces que lo he observado sí que ha coincidido tiempo de lluvias después. Pero todo puede deberse a la casualidad.

 En las fincas donde hay vacas, también puede haber, como no, caballos. Cádiz es tierra de éstos bellos animales, y Jerez de la Frontera, la ciudad que más presume de su imagen. Pero la curiosidad no viene por ahí, sino por el nombre que reciben los que suelen montarlos, es decir, los jinetes. Ésta denominación procede de la costumbre de los árabes que vivían en España durante la Edad Media, los cuales solían adornar sus caballos con pieles de gineta, un animal de la familia de los vivérridos, una familia, entre las que se encuentran las civetas, y que suelen vivir en regiones tropicales, pero que sin embargo también habitan en España. Tiene cierto parecido a los gatos, sin serlos, y características y costumbres parecidas. Los árabes lo solían utilizar como mascotas para que cazaran roedores en sus casa, de ahí su expansión por el sur de la Península Ibérica. Para confirmar el origen de la palabra jinete, baste con pensar que, por ejemplo, en inglés su traducción sería la de rider o horseman, es decir, conductor o hombre que monta a caballo, literalmente. No hay traducción literal del español al inglés.

 Pero mucho antes de que los árabes poblaran la Península Ibérica, habitaban una especie de elefantes lanudos por el norte de Eurasia y Norteamérica. Eran los mamuts, los cuales se extinguieron mucho antes de que el hombre creara la primera escritura, y al parecer por causas naturales. El fin de la última glaciación y el calentamiento de la Tierra fueron causas determinantes para que éstos curiosos animales desaparecieran del mundo. También el hombre prehistórico, que los cazaba para obtener una ingente cantidad de alimentos y abrigo, terminó por darles la puntilla. Sin embargo, los descendientes de aquellos seres humanos pueden volver a resucitarlos como parte integrante de la fauna mundial. Y es que si Parque Jurásico se mostró como pura ciencia ficción en su época de estreno, hoy día las noticias científicas hacen que nos echemos a temblar, no vaya a ser que a algún loco le de por recuperar a alguna especie de dinosaurio. Pero tranquilicense, ésto puede ocurrir porque se han encontrado mamuts congelados en Siberia, que están en óptimas condiciones. De los cuales se puede obtener su ADN, pero aún así no es fácil, y todo puede quedar en una utopía. El proyecto de científicos rusos y coreanos consiste en fertilizar a una hembra de elefante de algún zoológico, con la genética propia del animal prehistórico, y que ya nacería siendo un mamut. Sería interesante ver en un zoológico un espécimen de mamut, pues sería la primera especie extinguida que el ser humano recuperaría. Pero la cosa tiene consecuencias éticas, los mamuts desaparecieron realmente por causas naturales (en aquel tiempo, el hombre era aún una especie más), y no por culpa de la industrialización o urbanización de un medio. Así que ya veremos, en un futuro no muy lejano,  unos diez años, como termina la historia.

 Sobre animales extinguidos hay otra curiosidad, la del bisonte europeo, que se extinguió a principios del siglo XX en estado salvaje, quedando algunos espécimenes en los zoológicos de diversas ciudades. De los cuales los científicos lograron cruzar, para que hoy en día podamos disfrutarlos con libertad en el P.N. de Bialowieza, en Polonia. Sin embargo, no hace falta irse tan lejos para verlos, hace apenas un año, una pequeña población de bisontes europeos se reintrodujeron en el norte de Palencia, pues la cornisa cantábrica es un lugar ideal para ellos. Pero si aún así le da pereza ir hasta allí, puede visitar el zoológico de Jerez de la Frontera, donde hay un ejemplar, que sirve para cruzarse con otros bisontes, que darán lugar a crías que irán repoblando los rincones más salvajes de Europa.

 En fin, terminó ya aquí, y puede que, quizás algún día, ofrezca una tercera parte, pero por ahora no se me ocurren más curiosidades para contar. No obstante, con dos entradas ya me parece suficiente tortura para unos pobres lectores que no saben que pecados han cometido para tener que soportarme. Un saludo desde el sur. Y muchas gracias.

Es curioso saber que la coloración de las plumas de los flamencos se debe a su alimentación.



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