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domingo, 19 de mayo de 2013

Plaza de Mina

  Cada ciudad tiene una plaza o varias, céntricas, y que son de lo más populares en la urbe; ya sean porque pillan de paso a todo el mundo, o porque son el centro donde se organizan todas las fiestas, por sus jardines o por su ambiente. La mayoría de estas plazas en el centro histórico de las localidades españolas nacieron con algunas de las dos desamortizaciones, de Mendizábal o de Madoz (S. XIX). Sobre todo la primera, supuso la desaparición de miles de monasterios, conventos e iglesias que luego, se dedicaron a plazas o a parques públicos. En Cádiz hay varias, una es la de Candelaria, que nació con la desaparición del  Convento bajo la advocación de la Virgen del mismo nombre. Otra, es la plaza de Espoz y Mina, hoy conocida popularmente como Mina.

  La plaza gozó en tiempos del típico templete decimonónico que hoy día se encuentra desaparecido. No obstante, el aire propio de finales del XIX se conserva aún a la perfección, ya que todos los edificios de la época, y anteriores aún siguen en pie. Sólo algún bloque aislado estropea el contorno, pero apenas se ve. Hay palacetes del XVIII, con una enorme cantidad de materiales nobles. Hay otros, como el propio museo, que es una construcción posterior a la creación de la plaza y al derribo de parte del monasterio de San Francisco, del que aún queda la iglesia y el claustro.  El museo fue creado como pinacoteca en un principio, luego se añadieron las zonas arqueológicas y etnográfica. Todas son dignas de ser visitadas, pero eso se comentará en otra entrada. El edificio en sí, es de estilo isabelino, modelo propio de mediados y finales del XIX, al igual que el palacete del cercano callejón del Tinte. Otro palacete que me llama la atención es uno barroco, propio del XVIII, con un balcón que bien recuerda a La Habana.

 El ambiente de los bares acompaña todo el año. Pero tanto las dimensiones de la propia plaza, como su monumentalidad son sencillamente impresionantes. Pero es la vegetación de los jardines lo que de verdad llama la atención de todo el mundo. Enormes palmeras, ficus, y demás especies tropicales americanas; que en la plaza de Mina tienen unas proporciones destacadas, propias de especies centenarias. El nombre de la plaza viene dado por el militar navarro Francisco Espoz y Mina, heroe de las Guerra de la Independencia, y las Carlistas, donde participó en el bando liberal. Un saludo desde el sur.








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