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sábado, 23 de junio de 2012

Baelo Claudia

 Si hay un rincón en España que une paisaje, naturaleza, historia, playa, ocio y gastronomía, ese es sin duda, la zona de Bolonia. En pleno Estrecho de Gibraltar, y a pocos kilómetros de Tarifa, y justo en frente de Tánger, se encuentra situada ésta ensenada, que en tiempos no estivales, bien recuerda a un paisaje más propio del norte que del sur, por el verdor de sus prados desde el otoño a la primavera, y por la cantidad de bosques que se amontonan en las lomas que la circundan. Entre las maravillas naturales se pueden observar enormes arenales, donde se forman una de las dunas más grandes de Europa, y que engulle a un bosque de pinos cercanos. Los mismos bosques de pinos y eucaliptos dan una imagen bella de la ensenada, en la desembocadura de un pequeño riachuelo se pueden observar galápagos europeos comiendo al atardecer, los acantilados de la zona norte crean un ambiente mediterráneo aún en el Atlántico, y en la aldea del Lentiscal, se puede comer bien y a buen precio, comidas de la zona. Pero sin embargo, lo más famoso, aparte de su bella playa, son las ruinas romanas de la antigua ciudad de Baelo Claudia, que atrae a miles de turistas cada año.

 Aunque dentro de la misma España hay ruinas romanas más espectaculares, como las de Mérida, Cádiz capital, Málaga o Córdoba; lo cierto es, que el nivel de conservación de Baelo Claudia es en general bastante bueno. Pero lo más interesante, y lo que no tiene ninguna de las ciudades antes mencionadas, es la conservación íntegra del urbanismo romano de la época, que era bastante uniforme, de una ciudad como Baelo. Tan sólo, en España, se pueden encontrar paralelos en Emporiom (Ampurias, Gerona), Itálica (Santiponce, Sevilla) y Carteia (San Roque, Cádiz), pero ésta última, se encuentra gran parte sin excavar, y su exposición al público es casi nula. En Baelo Claudia se puede observar como la civilización romana ordenaba sus ciudades, y aquí, por ejemplo, se observan las dos vías principales que existían en toda ciudad clásica: el Cardo y el Decumanus. Siendo la primera de orientación norte-sur, y la segunda este-oeste. Ambas se encontraban en el centro de la ciudad, donde se situaba el Foro, digamos, trasladándolo hoy día, que era la Plaza Mayor del pueblo. Donde se situaban todos los templos de las deidades más importantes, la Basílica que en aquellos tiempos no tenía sentido religioso alguno, sino que era un tribunal; y la Curia, un lugar propio de la vida pública, como si de un ayuntamiento actual se tratara. También existían mercados en la citada plaza, aunque por lo general, éstos solían tener su propia calle, como ocurre en Baelo, y que se solía situar también cerca del Foro. La Basílica es el edificio mejor conservado de la ciudad, y tiene en su interior, una enorme estatua de Trajano, aunque la actual es una imitación, pues la original se encuentra en el Museo de Cádiz, donde se le garantiza una mejor conservación y defensa de los elementos climatológicos. De los tres templos que se encuentran en el Foro de Baelo, el más interesante es de la diosa Isis, de origen egipcio, y que fue una deidad más, de las adoptadas en el ecléctico panteón de los romanos. Éste templo es el único de España dedicado a ésta diosa oriental, aunque su estado de conservación es bastante malo. También conserva la ciudad unos baños o Termas, pero en éste caso, de carácter privado, que se debían, probablemente, a algún personaje rico de la urbe. No hay duda de que en la localidad debieron existir unos baños públicos, pero hasta ahora no se han encontrado, ya que aún hay zonas que están por excavar. Asimismo, los ciudadanos de Baelo, entretenían su tiempo libre en el Teatro, que se encuentra casi a las afueras de la ciudad; es de pequeñas proporciones, y mientras el escenario más o menos se conserva bien, el graderío ha sufrido más los efectos del tiempo, conservándose sólo algunas zonas de él. Sin embargo, lo que hizo próspera a la ciudad, fue como no, el pescado. Y es que la cosa en Cádiz viene de antiguo. En las zonas más cercanas al muelle de la urbe (que hoy día está tapado por la arena de la playa, pero que se conserva milagrosamente), se encuentra la zona industrial, una suerte de Zona Franca de aquellos tiempos, donde había industrias relacionadas con el Salazón, pescado metido en sal, y una misteriosa salsa de la época, que los romanos utilizaban para condimentar las comidas, y que tenía un éxito enorme en todo el imperio, el Garum. De éste manjar de la época, apenas se sabe ingredientes alguno, salvo que estaba compuesta, entre otras cosas, de tripas de pescado, algo que hoy nos parece, realmente chocante. De la importancia del Garum, y del aceite de oliva, que Hispania exportaba a Roma, lo da el hecho de que el Monte Testaccio de dicha localidad, es que era un vertedero de ánforas provenientes de nuestro país, y que hoy día es una colina más de la ciudad del Lazio. Por último, comentar, que también se conservan las murallas que protegían a la ciudad,  parte de un acueducto, y un ombú de enorme tamaño, que fue traído de América, y plantado en un bidón, que acabó reventando en su crecimiento.

 Sin embargo, como todo en Cádiz, el esplendor es efímero, y todo son pulgas para el perro flaco. No hay nada bueno aquí que dure más de dos siglos. Y la ciudad fue víctima de una serie de terremotos y maremotos que acabaron por mermar su brillo en la historia. El declive paulatino del Imperio Romano, y algún saqueo bárbaro que otro, vinieron a dar definitivamente la puntilla a la localidad, que acabó siendo despoblada. Hasta ser encontrada a principios del siglo XX. Hoy día es uno de los monumentos más visitados de la provincia, y un lugar clave para las universidades para el estudio del urbanismo romano en la Península Ibérica. Poco podían imaginar los habitantes de aquella localidad, que dos milenios después los turistas se iban a hacer fotos con sus centros de trabajo o de ocio. Un saludo desde el sur.

Restos del acueducto.

Enorme Ombú traído de América.

La ruinas con las montañas de fondo.

Imagen de una de sus calles.

Acceso a la zona industrial

Zonas de almacenaje del Garum.

Otra perspectiva de las industrias.

Perspectiva de las industrias.

Vista del Foro.

Otra vista del Foro.

Imagen de las Termas privadas.

Graderío del Teatro.

Arcos y gradas.

Acceso al escenario.

Vista general del teatro.

Templo capitolino, de los principales dioses del panteón romano.

Vista concreta del Foro, basílica al fondo.

Imagen de la basílica.

La basílica es lo mejor conservado de la ciudad.

El verdor de los bosques actúa como fondo en la foto.

Una imagen muy mediterránea, en pleno Atlántico.

Estatua de Trajano.

Otra vista del Foro.

Vomitorio de entrada al graderío del Teatro.


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