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domingo, 29 de septiembre de 2013

Novata en la fauna europea.

 Hace muy poco, desde el 2.010, más o menos, se viene observando en nuestra tierra, la presencia de una mariposa, de origen norteamericano, que ha venido para formar colonias en nuestros bosques. La noticia salió a la luz en 2.012, pero yo ya llevaba observando, de forma aislada, y en la bahía de Cádiz, algún que otro ejemplar. Imagino que no sería el único observador.

Foto de monarca en la bahía de Cádiz.
 Dicha mariposa, demuestra una vez más, que la historia natural es muy dinámica, y que tanto fauna como flora, tienden a cambiar de distribución, crecen de población, se dispersan, se reducen, e incluso se extinguen (eso sin que el ser humano influya). La mariposa monarca (Dannaus plexippus) es un insecto de carácter migratorio en sus tierras de origen, donde son famosas sus concentraciones en sus cuarteles de invierno en los bosques de México. Allí llegan a cubrir árboles enteros, e incluso forestas. En verano vuelven a las taigas del norte de EEUU y sur de Canadá. Tan largas migraciones se traducen en vuelos a gran altura, pues pueden llegar a unos dos mil metros. Éste es el motivo por el que existe una gran dispersión de la especie por ambos océanos que rodean a América. Por el Pacífico han llegado hasta Australia y sureste asiático. Por el Atlántico, hasta ahora, sólo las islas macaronésicas de Canarias, Azores y Madeira, tenían población. Y aunque siempre ha habido ejemplares que cayeron en Inglaterra o en el norte de España, nunca lograron sobrevivir. Cosa que sí han hecho en Cádiz (provenientes de Canarias), e imagino que en la zona sur de Andalucía. Son dos los motivos por los que sí se han quedado: un clima cálido- templado, y dos plantas básicas para su supervivencia- la adelfillas y la mata de la seda. Introducida la primera en el XVI desde América Central, y la segunda desde África en el siglo XVIII. 

Foto típica de las monarcas en México.
 Curiosamente, aquí tienen una forma de vida sedentaria, lejos del carácter migratorio de sus parientes norteamericanas. Los parques naturales del Estrecho y el de Los Alcornocales, son su hogar en nuestro país. La conjunción de bosques húmedos, secos y amplias praderas es la clave de un ecosistema ideal para estos bellos insectos. Ya hay quien quiere declararla como especie invasora, como si la fauna fuera un zoo con especies permanentes e inertes, carentes de vida y migración. Xenofobia hay hasta en el ecologismo. Un saludo desde el sur.



 

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