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domingo, 19 de junio de 2016

El Gibraltar oculto.

El Castillo domina el centro histórico.
 Aprovechando la corriente informativa que arrastra el asunto del Brexit, he decidido crear una entrada que ya llevaba tiempo en mi mente, y no terminaba de germinar. Han sido varias las veces las que he visitado la ciudad de Gibraltar, y tenías ganas de escribir algo sobre ella. El asunto mencionado del Brexit puede cambiarle su estatus, y hacer algo más complicado las visitas a la misma. Así pues, sin ánimo de entrar en política, recomiendo que la visiten ante el complicado panorama que puede presentarse (o no). Supongo, que conocerán o visitarán, al menos, las típicas calles y zonas comerciales. Son curiosas, y en ellas y sus alrededores, se concentran la mayoría de los monumentos más emblemáticos;  pero les voy a ser sincero, no hay que dedicarles mucho tiempo a ellos, y menos si pueden a las compras, si no es usted, ni fumador, ni bebe alcohol, el resto no es mejor que en España, y es mucho más caro (de hecho, los llanitos van a comprar a los mercados y centros comerciales españoles, desde comida a ropa). 

Iglesia del Sagrado Corazón.
Casas típicas británicas.
 A cambio, para mí, Gibraltar concentra otros muchos atractivos, pues sin ser una ciudad muy monumental, sí que es una urbe muy cuidada de aspecto, y conserva un centro histórico muy curioso con respecto a los de alrededor. Pues en él, se muestra un urbanismo, de aspecto caótico en ocasiones, que se adapta a la pendiente de la ladera del peñón, y que bebe de herencias genovesas sobre todo. Pues da la sensación de que uno se encuentra en un pueblo de la comarca de Liguria, zona regional que bordea precisamente a Génova. En otros momentos, parece que uno se encuentra en cualquier lugar colonial del Caribe o el Pacífico, por el colorido de sus casas. Pero no se lleve un desengaño, lo británico también aparece en distintos rincones: murallas, edificios, iglesias, y sobre todo en las omnipresentes cabinas rojas, por cierto, bastante más cuidadas que las de Londres. Mi recomendación como suponen, es darle ejercicio a las piernas, y subir y bajar callecitas, hasta la llegada al castillo, más o menos. Lejos de las hordas de turistas, donde uno se puede encontrar los rincones más tranquilos, típicos y castizos, además de las mejores vistas del centro de la ciudad. Aquí las calles en ocasiones, son directamente escaleras, en otras son estrechos pasadizos, con algún arco perteneciente a algunas de las murallas españolas o inglesas. En la parte más alta, las murallas y su castillo, son de origen árabe, pero desgraciadamente, éste no es visitable. Aunque preside majestuosamente el centro histórico, en lo más alto del mismo, y rodeado de casitas, que demuestran que en el fondo Gibraltar no deja de ser un pueblo, en el mejor sentido de la palabra. También se encuentra arriba del todo, y se encuentra injustamente fuera de los circuitos turísticos, la neogótica iglesia del Sagrado Corazón, católica, del tamaño de una catedral y construida a finales del XIX. La portada, con magnífico pórtico da paso a un interior, aún más impresionante y silencioso, con tres naves, igualmente neogóticas, y un techo pintado de azul y estrellado. Desde aquí se puede tirar hacia dos lados, si optamos por ir hacia la derecha, terminaremos en las murallas inglesas de Prince Edwuard, o las más antiguas, las españolas de Carlos V, y el vecino del cementerio de Trafalgar, donde puede verse a alguno de los famosos monos adentrarse por la ciudad. Si por el contrario tira hacia la izquierda, llegará hasta una calle que da hacia otro arco, y hacia una torre de aspecto genovés, con reloj incluido. Detrás se encuentra el mencionado castillo árabe, pero no es un buen final pues está detrás de un aparcamiento al aire libre que rompe toda la estética, pero es el precio de la falta de espacio. Sin embargo, las vistas desde aquí son espectaculares.  

Casa de aspecto tropical.
La típica cabina inglesa.
 Una vez llegado a este punto, recomiendo bajar, se hace de manera más brusca, por una calle muy empinada, escalonada, y ancha en ocasiones, por aquí uno puede desviarse hacia los alrededores de Casemates Square, o bien ir hacia la Garrison Library, biblioteca fundada en 1.804, y sede del diario local Gibraltar Chronicle, uno de los más antiguos también, de Reino Unido. Justo enfrente, una bella plaza arbolada, y otra iglesia desconocida para los turistas, la iglesia Presbiteriana de San Andrés o Escocesa de Gibraltar. Construida en 1.854, en un estilo muy escoto para la guarnición de dichos orígenes. Pasado la misma, se llega a Main Street y a los bares y cafeterías, donde podrá reposar, pero hay más que ver: Irish Town con su victoriana comisaría, el también victoriano Convento (realmente casa del Gobernador) y su capilla, las catedrales católicas y anglicana, las murallas, Punta de Europa, el museo con sus baños árabes, y por supuesto visitar las diversas calas como las de Rosia o Catalan Bay, así como atravesar el peñón por algunos de los muchos túneles, ver las cuevas de San Miguel, o a los famosos monos. Un saludo desde el sur.


El castillo moro.




Un rincón sacado de Liguria.

Callejas escalonadas.

Iglesia del Sagrado Corazón.

Interior de la iglesia del S.C.

Calle típica.
Callejón de aspecto inglés.

Muralla árabe en la zona alta.

Torre con reloj.

Iglesia escocesa de San Andrés.

Gibraltar Chronicle.


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