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lunes, 1 de mayo de 2017

Iznájar y su mar interior.

Iznájar.
 Si cogiéramos un mapa de Andalucía y señaláramos un centro geográfico, ese sería, sin duda, el pueblo cordobés de Iznájar. Es de Córdoba, pero podría haber caído en Granada o Málaga ya que está cerca de ambas. Justo desde lo más alto del pueblo, se pueden observar cinco de las ocho provincias de Andalucía, es decir, salvo Almería, Cádiz y Huelva, todas las demás, y así terminamos antes. También desde él se domina los valles colindantes, las serranías subbéticas, y las orillas del Genil, río que se ha embalsado formando uno de los mayores embalses de la península, recibiendo el mismo nombre del pueblo, y que rodea a la urbe, dando la sensación de que se encuentra en la orilla del mismo mar. La espectacularidad de la peña con su castillo y su iglesia renacentista en lo más alto, rodeado casi por entero por el lago, pueden quitar el hipo a cualquiera. 

Iglesia de Santiago Apostol.
 Una vez llegado a la entrada de la localidad uno puede dar fe de la auténtica dimensión de la peña, un enorme farallón que es rodeado por la carretera de subida. No podía ser menos en una fortaleza que controla el centro del territorio andaluz, y que era llave de los reinos occidentales u orientales, según fuera el bando atacante. Tanto el castillo como la iglesia dominan el pueblo y el paisaje, no obstante la fortaleza nació primera, como ocurre en casi todos los pueblos españoles, y su origen parece ser del periodo emiral, allá por el siglo IX, cuando todavía el reino islámico andalusí dependía espiritualmente del Califato Abbasí de Bagdag, pero políticamente, Abderramán I creo un reino independiente, tras lograr huir de la matanza que éstos realizaron con los Omeyas. Sea como fuere, la fortaleza parece como una puerta de entrada a la flamante capital, Córdoba, un punto de control y seguridad entre tantas facciones y revoluciones que se hicieron en un reino donde hubo grupos bereberes, yemeníes, árabes, cristianos o judíos entre otros. No obstante, la arquitectura actual recibe sobre todo herencia del último periodo musulmán, el Nazarí, como muchos pueblos que bordean las Cordilleras Béticas, típicos de frontera del Reino de Granada. Aunque también bebe de la arquitectura califal, típicamente cordobesa, del siglo X. Conserva casi todos los elementos posibles: barbacana, murallas, y alcazaba, además del patio de armas y un pósito de grano que se encuentra en su interior. También dentro se puede observar la iglesia bajo la advocación de Santiago Apóstol, y que es una de las mejores muestras del renacimiento andaluz, construida, parece ser por Hernán Ruíz, el Joven, la cual parece ser que se quedó a mitad de camino, pues pretendía ser más grande, aún así, su tamaño ya impresiona, y exteriormente, recuerda vagamente a la toscana iglesia de San Biagio de Montepulciano. Aunque esto no es algo objetivo.

Calle y torre del castillo.
 Sin embargo, aunque pequeño, las visitas al pueblo no terminan aquí, conviene callejear por sus calles andalusíes, llenas de blanco radiante, plagadas de macetas, cuestas, suelos de adoquines y adornadas en ocasiones con pinceladas añiles. Sobre todo en zonas de intramuros. Las vistas tanto exteriores como interiores son impresionantes, y debió impactar más en el pasado cuando no existía el lago artificial que rodea a la localidad, pues verdaderamente tuvo aspecto inexpugnable. Hoy un mar interior lo rodea, y todo un océano de olivares, típico de las serranías subbéticas cordobesas, donde se produce uno de los mejores aceites de oliva del mundo. Conviene, al salir de la localidad, y cruzar uno de los dos puentes, dirigirse hacia un mirador para observar el pueblo desde la otra orilla del embalse, y ver una de las mejores estampas del interior de Andalucía, eso sí, después de haber comido algo típico, en algunos de sus buenos restaurantes. Un saludo desde el sur.

Vista de uno de los farallones de la peña.


Detalle del pueblo, rodeado de olivares.

Moderna y bonita fuente.

Detalle del castillo.

Arco de entrada a la zona histórica.
Otro detalle del mismo arco.


Visión completa del mismo.

Torre en el patio de armas.

Detalle del patio de armas.

Detalle del pósito y la iglesia.

Bella plazoleta, adornada para la Navidad.


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