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miércoles, 4 de enero de 2012

El pequeño comercio no se entera

  Una entrada corta, ya que éste fin de semana pasado, al ser fin de año, no entré a escribir. Y probablemente el sábado, vuelva a las andadas con alguna curiosidad nueva. Ante todo hay que decir una cosa: que Dios me libre de defender los intereses de las grandes cadenas, como Carrefour o El Corte Inglés. Pero tras la demostración de nulo interés profesional y total desprecio por el cliente mostrada por dos comerciantes de un local, cuyo nombre no citaré, pero que diré, se encuentra al lado de una conocida panadería y una nueva heladería, que se sitúan en la Calle San Rafael, de San Fernando. Y que se dedican a vender complementos. Todo éstos datos en sí, ya bastan para hacerse una idea, del comercio en sí, del que les hablo. Y creánme, que no me gusta joderle el pan a nadie. Pero se lo han ganado, y cabrearme, no es fácil.
  Todo surgió con unos regalos que nos quedaban por rematar para el próximo día seis. Así que me recomendaron dicha tienda por tener bonitos artículos, y así es. Escogimos varios. Ya me mosqueaba, como las dos vejestorias, teñidas de rubio pijo, y vestidas, como si fueran a jugar al criquet con señoritos de Jerez, no paraban de mirarme como si fuera a sustraer de manera ilegal algún artículo. Una vez terminada la faena de elegir, pasé por caja y pagué. Siempre hago la misma pregunta, y de forma educada: ¿ésto tiene devolución en caso de que el regalo coincida con uno que ya tenga?. De malas maneras me contestó que no había devolución; ahí fué la primera en la frente. Me pregunta la pija gorda, que era la que estaba de cajera, y que me contestó de mala forma, que si es para regalo; le respondo que sí. Se lo endosa a la otra pija, más delgada y callada. Mientras cobra al de atrás, la gorda empieza a despotricarle a la otra, en mi presencia, que si hay mucho listo, y muchas devoluciones que no son correctas, y demás. Ya me puse de mala ostia. Y les contesté de mala manera, yo sólo he preguntado, que después vienen los malos entendidos. El silencio, mientras envuelven los regalos es tenso. Cuando terminan, me despido con educación, pero el que echa rayos y truenos, soy yo. Así, pues pensé: que hay que defender al comercio tradicional con respecto a las grandes superficies... pues que quieren que les diga, que se jodan. Por lo menos las tiendas típicas de San Fernando, que se han creído que nos hacían un favor vendiéndonos algo. Y que piensen, que así se fueron a freir espárragos, muchas de ellas cuando abrió el Bahía Sur, entre ellos el cutrecine Almirante. Lo que siento es que paguen justos por pecadores. Así que, viva El Corte Inglés. Es mi particular venganza hacía dos vendedoras con poca clase y nula educación, y que den gracias a que no pongo el nombre de su tienda, porque ganas no me faltan, pero a buen entendedor, pocas palabras bastan. Y los cañaillas que pasen a menudo por ahi sabrán de que mierda de tienda les hablo. Un saludo desde el sur. Y feliz 2.012.





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