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martes, 28 de febrero de 2012

El arco de herradura

 Hoy es el día de Andalucía, y les podría hablar de muchas cosas de nuestra tierra, sobre su orígen, política, estructuras sociales, etc. pero me metería en un terreno bastante fangoso, del que me costaría salir. En cambio, he recordado que hay un elemento de nuestra arquitectura tradicional, más bien histórica, que nos une a casi toda la nación española, pero que tuvo su esplendor en nuestra tierra, me refiero al arco de herradura.

Dicho arco es para profanos en la materia, el famoso que adorna los ventanales y estancias, de por ejemplo, la Mezquita de Córdoba. Y es que sin duda, los que más lo utilizaron fueron los musulmanes españoles en la época del Califato cordobés, etapa gloriosa, sin duda de la historia andaluza, pues fue la única cultura propiamente urbana, junto con Bizancio, de Europa. Sin embargo, a pesar de que todos asociamos el arco de herradura a la cultura musulmana, ya que casi se lo apropiaron, la realidad es, que su orígen es bastante anterior, y curiosamente de una civilización bastante rural: la visigoda. Éste elemento decorativo se trajo a la antigua Hispania en tiempos tan tempranos como el siglo V, pues aunque los visigodos estaban instalados en la península en siglos anteriores, no sería hasta su etapa de esplendor, casi para la sexta centuria, cuando casi toda la península estaba gobernadas por ellos, se empezaría a desarrollar una arquitectura propia, pues las anteriores eran de pura imitación romana. Curiosamente, hay otras fuentes que hablan de una autoría propiamente íbera, es decir, prerromana, que de llegar a ser cierto, hubiera sido transmitido a través de los siglos; aunque cuesta creer que lograra sobrevivir a la uniformidad extrema de la arquitectura clásica. El arco en cuestión como su nombre indica, tiene forma de herradura, con un exagerado tono ultrasemicircular. Sin embargo, como ya dije, fueron los árabes los que fueron sofisticándolo, añadiendo múltiples variantes, como por ejemplo: árcos de herradura apuntados, lobulados o entrelazados entre otros. Todo ello dependiendo del gusto de la dinastía reinante en el momento; siendo los más puristas los califas omeyas cordobeses, y los más barrocos, los nazaritas de Granada, que habían llegado al punto álgido de sofisticación. También es interesante decir, que el árco musulman de herradura es más peraltado que el visigodo, pero mucho menos exagerado que el mozárabe, pues la arquitectura de éstos últimos, inspirada en el románico, era tan rudimentaria, que de no cerrar en exceso en propio arco, o ventana, el techo podría tener peligro de derrumbe. Posteriormente, los mudéjares (alarifes musulmanes que quedaron en tierras cristianas) seguirían adoptando dicho arco en la construcción de las distintas iglesias y palacios; aunque eso sí, adaptándolo a la arquitectura cristiana. Así pues, se da en España un fenómeno único: el mudejar. Que es un estilo propio de nuestra patria y la vecina Portugal; en ella se conjugan los elementos arquitectónicos musulmanes en los templos cristianos, por eso, hay muchas iglesias en nuestro país que tienen decoraciones similares a la de las mezquitas, pero con una estructura propia cristiana, es decir, la planta basilical, y sobre todo la de crucero (con forma de cruz). Así es posible observar campanarios con formas de alminares, arcos de herradura en ventanales y puertas, yeserías, azulejos morunos, y sobre todo, una arquitectura de ladrillo, que es la que predomina en Andalucía a diferencia de la existente en el resto de España, en la que la piedra se hace presente en todas sus formas. Esto da a lugar a una arquitectura muy ligera, suave, y con una estética, en muchas ocasiones superior al resto, pues el uso del ladrillo y el cemento, evolutivamente superiores en arquitectura, logra definir formas que serían de otro modo imposible con materiales más pesados. El mudejar tuvo su esplendor, curiosamente en dos tierras muy distintas, Aragón y Andalucía, y según etapas de la Reconquista se mezcló con diferentes estilos arquitectónicos cristianos, románico en la primera comunidad, y gótico y renacentista en la segunda.

La arquitectura española, es cuanto menos apasionante, y debido a su rica historia, y a los distintos climas reinantes en nuestro suelo patrio, es bastante diversa. Hay que observar, como ejemplo, que incluso dentro de una misma provincia un estilo recibe influencias distintas según la localidad en la que nos encontremos. Asimismo, la historia española ha dado estilos únicos que sólo han existido aquí, como es el caso del herreriano, el plateresco, los mencionados mudéjar y mozárabe, y el neoherreriano. Pero eso sera historia para otra entrada. Un saludo desde el sur.


Ejemplo de tres arcos de herradura en la mezquita almohade de Jerez de la Frontera.

Campanario con forma de alminar en la iglesia de San Dionisio, Jerez de la Frontera.

Ejemplo de arco lobulado, en la misma iglesia. Ejemplo de mudejarismo.

Iglesia mudéjar de San Dionisio, Jerez de la frontera.

Arco de la Pastora, Medina Sidonia, del siglo X.

Arco de herradura visigodo, ermita de los Santos Mártires, del siglo VII, Medina Sidonia.

Ejemplo de arco de herradura apuntado, en el palacio de los Duques de Medina Sidonia, en Sanlucar de Barrameda.
 

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