Ésta vez toca paseo urbano, y dudando entre varias ciudades, he decidido empezar por mi propia ciudad en una decisión un tanto salomónica. A fín de cuentas, es la ciudad que mejor conozco, y de la que más puedo hablar. Hay que decir también, que es una de las plazas, de las que he visto, que más me gusta. Ya que su trazado es herencia directa de la Ilustración, allá por el siglo XVIII, cuando Carlos III trajo aires renovadores a nuestro país, y sobre todo, en el trazado de nuestras ciudades, no obstante, por algo se le apodó como "El mejor alcalde de Madrid". Pero no sólo nuestra capital se benefició de sus sabios urbanistas, también el resto de ciudades tuvo algún tipo de influencia, cuando no toda entera, como es el caso de San Fernando (Cádiz). Donde el casco histórico, a diferencia de la gran mayoría de centros de ciudades, tiene un trazado perfectamente ortogonal en la mayoría de sus antiguos barrios. Siendo la Plaza del Rey, el mayor exponente de éste tipo de urbanismo, pensado y trazado, para agradar a la vista, siguiendo un criterio racional. Todo está calculado, las medidas, proporciones y las vistas de la misma plaza, donde el Ayuntamiento se proyecta para adquirir el protagonismo del lugar, y todas las perspectivas se orientan a éste espacio, que ha sido desde hace dos siglos y medio, el centro de la política local. Las mismas casas que bordean la plaza, siguen un criterio común, para uniformar las edificaciones, logrando que sobresalga entre ellas el Consistorio. Hay que decir también, que ésta plaza, siempre se ha llamado en realidad de España, además de por otros muchos nombres, que normalmente se cambiaban según el criterio político de la época, hasta que hace poco, se nombró oficialmente como todo el mundo la ha llamado siempre. Fue en su época una plaza del mercado, además de la de armas de la ciudad, pero ante todo, ha sido el punto de encuentro de todo isleño. Llama también la atención, en una de sus esquinas, una estatua de bronce dedicado a un camaronero.
El ayuntamiento, que sorprende por sus dimensiones, ha sido tradicionalmente, el más grande (en tamaño del edificio) de Andalucía, y el tercero de España; aunque imagino, que es posible, alguna construcción moderna, en otra ciudad le haya quitado ese honor. Maravilla, de corte neoclásico, tardó casi dos siglos en construirse, empezándose a mediados del siglo XVIII, sufriendo un parón en el XIX, achacado sin duda, a la Guerra de la Independencia, y volviéndose a reanudar en 1.888, terminandose, en 1.895. Su descomunal tamaño llama la atención de extraños que visitan por primera vez la ciudad, y probablemente, se construyó con tales dimensiones, porque en la época ilustrada se proyectaba urbanizar una gran ciudad (casi surgida de la nada) para concentrar todos los poderes de la Armada española en San Fernando, pues fue nombrada Capitanía General, para entendernos, con intención de hacer una especie de Pentágono a la española, en aquella época. Luego éstas ideas fueron adoptadas por otras potencias como Inglaterra o Estados Unidos. Sin embargo, cuestiones de dinero, dieron al traste con el proyecto. A cambio, la ciudad conserva hoy día, éste maravilloso edificio, de proporciones y factura muy bellas. Desgraciadamente, por su tamaño, es muy caro de mantener, así que el edificio, actualmente está ruinoso, espero, que no perdamos un monumento más, de los muchos que hemos perdido en éste país de ladrillo y asfalto. Un saludo desde el sur.
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Gárgola neoclásica en las arcadas del Ayuntamiento |
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Plaza del Rey |
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Una calle de los alrededores, muestra el trazado típico de la ciudad |
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Casas que bordean la plaza |
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Calle de recto trazado que desemboca en la plaza |
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Ayuntamiento de San Fernando |
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Estatua del camaronero, una estampa habitual en la ciudad |