He de reconocer que puede ser, que ésta sea la primera entrada de mi blog sobre un museo, pero no es cuestión de ganas. Si no, simplemente, de falta de material gráfico, pues normalmente, está prohibido hacer fotos en sus interiores. No ha sido así en éste caso. Hace ya años, cuando mi esposa tuvo que irse a trabajar a Macael (Almería), me habló de un museo personal, creado por el propio artista que le da nombre, que existía en la cercana población de Olula del Río. El verano pasado volvimos a pisar tierras del Almanzora, y una de las visitas pendientes era la del museo. Y sinceramente, esperaba encontrar el típico museo de pueblo, donde hubiera un par de salas, y poco más...pero al contrario de lo que me suponía, tuvimos que aligerar el paso, sala a sala, porque se nos echaba la hora de cierre encima. Pues tiene unas dimensiones bastantes respetables (16 salas), y con una cantidad de obras enorme, en una sorprendente, y prolífica, carrera de éste joven artista. No obstante, también hay salas para exposiciones ajenas, de otros artistas.
Andrés García Ibáñez, nace en septiembre del 71 en Huercal- Overa, aunque pronto se traslada a vivir a Albox, junto con sus abuelos maternos, siendo ellos quienes le inician en el mundillo del arte, ya que José Ibáñez Fábrega (conocido como Pepe el Pintor), era tallista, ebanista, pintor, músico, inventor y un largo etc., que terminaría por contagiarle el gusanillo a su nieto. Pasado un tiempo se afinca en Olula del Río, población en donde desarrollará su carrera e inaugurará su propio museo en diciembre de 1.997, no sin antes haber expuesto ya, en múltiples salas de Andalucía. Algunas de sus obras más conocidas, son "La Mortificación del Penitente", "Vanitas II", o algunas de la serie "Los Putrefactos" como el llamativo "El Fichaje", entre otros; muchas de ellas, con carácter de denuncia de lo peor de la sociedad española . Como curiosidad , hay que decir que García Ibáñez, es el autor vivo que más obras religiosas tiene en distintos templos del mundo, entre ellos, los frescos de la nueva catedral de San Salvador (El Salvador), en 1.998. De hecho, su obra pictórica, curiosamente, triunfa más en el extranjero,en concreto en los países anglosajones, siendo poco conocido dentro de nuestras fronteras, en un mal muy común de nuestra nación, que tiene por costumbre marginar a sus genios. Tal es así, que se costea de su propio bolsillo su propio museo (aunque consigue patrocinio de Cosentino), sito en Olula del Río, y que lleva su propio nombre, porque si no, le costaría mucho más dar a conocer sus obras. Pero además, dentro del mismo museo se pueden ver pinturas y esculturas de otros autores españoles del XIX al XXI, como Sorolla, Benlliure o Ginés Parra, entre otros. O una buena colección de grabados de Goya, así como piezas de cerámica popular.
Todo un museo, digno de una gran ciudad, y que se encuentra enclavado en un pequeño pueblo, que vive más de la agricultura y las canteras de mármol, que del turismo. Tampoco se encuentra en un lugar céntrico, sino en un extremo del mismo. Hay que buscarlo, pero merece, y mucho, la pena. Ya les digo que no soy, precisamente, alguien entendido en arte, pero tanto la arquitectura del propio museo, proyectado por él mismo (con una curiosa mezcla entre Le Corbusier y decoración árabe), como los jardines, o por las mencionadas obras, escultóricas o pictóricas; merecen el desvío hacia un pueblo, y un museo, perdidos en el valle del Almanzora. Un saludo desde el sur.