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sábado, 11 de enero de 2020

Los secretos de la Catedral Vieja de Cádiz.

La Catedral Vieja desde la Nueva.
   Ahí permanece humilde, escondida entre los callejones del Pópulo gaditano, y dando su portada a una plaza, la de Fray Félix, de irregular trazado y orografía, mientras tanto sus cúpulas y destartalado torreón del Sagrario adornan el Campo del Sur; pero en otros tiempos fue la Seo, el templo principal, la catedral de una diócesis que abarcaba desde el margen meridional del Guadalete hasta el propio Estrecho de Gibraltar. Hoy día es sólo una parroquia más de las muchas que son auténticas joyas en el centro histórico gaditano. Casi con total seguridad fue primero mezquita que templo católico, y de hecho los últimos estudios aseguran que su torre campanario, exento de la iglesia, y que da entrada al pasillo del Padre Ventura, son realmente,el alminar la primera, y el patio de las abluciones el segundo, cosa que en absoluto sería de extrañar, así como la clara orientación Este-Oeste del templo. Por cierto, si nos fijamos bien en dicho pasillo (realmente un patio) podremos observar una serie de mármoles amontonados en el suelo, son el puzle que formaba la portada de la fachada que daba a la plaza de Fray Félix de la propia Catedral Vieja, y que fue desmontada para aprovechar algunas estatuas y piezas cuando se construyó la nueva. Sus enormes columnas salomónicas aún se conservan detrás, junto al teatro romano de la ciudad. Dicha fachada, era probablemente similar a la de la iglesia del Santo Cristo de Chiclana de la Frontera, con una arquitectura y decoración muy gaditanas por cierto. La reconstrucción virtual de la misma y su estudio fueron publicados en varios artículos, allá a finales de los años noventa, por Juan Antonio Fierro Cubiella, quien proponía reconstruir la portada para recuperar así el antiguo esplendor y belleza, que hoy se antojan totalmente austeros. Totalmente de acuerdo.
  
Detalle del humilladero.
   Del exterior aún podemos observar varios elementos interesantes, y la principal características es que muchos de éstos nos demuestran como fue la iglesia en origen, un pequeño templo de estilo gótico mudéjar andaluz, muy típico de la zona del bajo Guadalquivir, desde Córdoba y Sevilla a Cádiz y Huelva. En nuestra provincia hay muy buenos ejemplos, como San Dionisio en Jerez de la Frontera, o Nuestra Señora de la O en Sanlúcar de Barrameda, no obstante, y según los últimos estudios, la que más se asemejaría a nuestra Catedral Vieja, sería la bella parroquia de Santa Catalina  de Sevilla, de la cual se habría tomado inspiración por parte del arquitecto o maestro de turno. La estructura, eso sí, muy transformada por cuenta de los distintos asedios e incendios, se antoja parecida, y si bien nos fijamos desde el Campo del Sur, en el Torreón del Sagrario podemos observar una serie de almenas o merlones de características mudéjares, similares a la del mencionado templo sevillano, y que da cuenta de que dicho torreón tuvo esa altura hasta la reforma academicista llevada a cabo por Torcuato Cayón siglos después, dando lugar a la forma y altura que tiene hoy día. Asimismo, y desde el propio Campo del Sur, llama la atención las cúpulas y cúpulitas adornadas con azulejos sevillanos, todo de origen barroco, pero que le dan un aspecto oriental, más propio de Turquía o Damasco, incluso que del Al Andalus español. Volviendo a la plaza Fray Félix, y observando la torre campanario, que como ya hemos mencionado, está exenta al templo, y es de estilo también manierista, un renacimiento final de transición al primer barroco, que es el que domina hoy día en casi toda la parroquia de Santa Cruz, que es la advocación que siempre tuvo. El mismo chapitel de la torre campanario, está adornada, al igual que las cúpulas, de azulejería sevillana, muy colorida también. El conjunto de casas pertenecientes al obispado, como la Casa de la Contaduría (estilo Manierista), la casa del Canónigo Terminelli y la Casa del Dean o Patio Mudéjar (como su nombre indica, gótico mudéjar), igualmente son de un valor incalculable y se encuentran entre las más antiguas de la ciudad.

Cúpula y ábside, de aspecto muy oriental.
   El interior, a pesar de su modesto tamaño, impresiona, por su aspecto arcaizante pese a su concepción renacentista en principio. Pero la obra posterior al asedio y saqueo de 1596, fue efectuada por Cristóbal de Rojas, el mismo ingeniero o arquitecto del castillo de Santa Catalina, hablamos de una concepción casi militar del templo, casi una iglesia fortaleza, como sucede con la Catedral de Almería, ciudad como la gaditana, también muy tendente a los frecuentes ataques de piratas y berberiscos. La quietud interior de la catedral vieja entre su bosque de columnas toscanas es realmente impresionante, y uno cree estar en una construcción sensiblemente más antigua, u oriental, como alguna iglesia o monasterio bizantino. Pero la sobriedad y la piedra ostionera de sus columnas renacentistas no engañan, estamos en la Tacita de Plata, tampoco sus bóvedas esquifadas, ya más barrocas, aunque también muy orientales. De sus laterales hay varios puntos que reclaman nuestra atención, una primera, es la última capilla de estilo gótico que queda dentro de la iglesia, así como una serie de arcos de alrededores, entre ellos el de entrada a la misma, se trata de la Capilla Bautismal, durante mucho tiempo la única de la ciudad, y con una bóveda ojival, y una pila de mármol genovés de gran valor, realizada en el siglo XVII. La gran joya para mi gusto del templo, es la conocida Capilla de los Genoveses, financiada por los comerciantes de dicha nacionalidad, y levantada al gusto de la nación transalpina,de gran tamaño, llena de barroquismo, entre sus figuras y columnas salomónicas, entera de mármoles genoveses de distintos colores, dominando el negro y el blanco, es probablemente una de las mejores obras artísticas de la ciudad, y de encontrarse en otra localidad más conocida, ya sería objeto de visita obligada y bastante más famosa de lo que es hoy día. También llama la atención el Retablo del Altar Mayor, obra barroca de Alejandro Saaavedra, con esculturas de Alonso Martínez, es un conjunto, igualmente precioso, realizado en madera dorada, con una abigarrada creación manierista y barroca, de columnas estriadas, salomónicas, hornacinas, pilastras, etc. de gran tamaño, y que sigue una tradición típicamente española y andaluza, en concreto, para este tipo de decoraciones. Justo encima del altar mayor, se puede observar la pequeña cúpula de media naranja apoyada sobre pechinas. Igual de interesante es la Capilla de los Vizcaínos, otro gremio bastante importante de la ciudad, y del que quedan dos escudos en los laterales del mencionado retablo, así como el Sagrario, debajo en el interior del torreón, obra amplia, diáfana, limpia, y de estilo neoclásico. Tampoco conviene olvidarse de las figuras que procesionan en Semana Santa, de gran valor artístico, como el Medinaceli o el Santo Entierro, con impresionante urna de plata.

Torre campanario y chapitel policromo.
    Termino aquí un imaginario paseo dentro del que tal vez, sea una de mis iglesias favoritas de Cádiz, de aspecto humilde a priori, esconde algunas de las joyas artísticas de mayor valor de una ciudad que conserva escasos recuerdos de su pasado medieval, y grandes obras de tipo genovés, pero pocas como éstas. Por último, mencionar, el descubrimiento que a finales de los noventa realizaron los arqueólogos de las tres criptas que se suponen debieran de estar, un dato que se tuvo en cuenta, pues siempre se ha mencionado que Alfonso X siempre quiso ser enterrado en dicha catedral, deseo que no se cumplió, pero que tuvo que estar todo preparado para ello. Recuerdo que entré en una de ellas, a mediados de la década del 2000, justo debajo del Sagrario, y que correspondía como casi a todo el templo restante, a una arquitectura manierista de bóvedas esquifada y columnas también toscanas, como en la nave principal. No sé sinceramente, que sucedió con las otras dos, si es que fueron tal, y no algún criptopórtico del teatro romano (que se encuentra debajo justo) o de alguna otra edificación de la época clásica, islámica o medieval. Y es que la Catedral Vieja o Parroquia de Santa Cruz, como su barrio del Pópulo, o su ciudad de Cádiz, siguen escondiendo muchos misterios y secretos dispuestos a ser encontrados por el paso de los años, cual dama misteriosa que espera a ser conquistada. Un saludo desde el sur. 

Interior del templo.


Pila Bautismal.
Bóveda gótica de la Capilla Bautismal.
Capilla de los Genoveses.


Detalle de la Capilla de los Genoveses.

Bóveda sobre altar mayor.
Bóveda del Sagrario.
Torre del Sagrario, a media altura
 se pueden observar las almenas mudéjares.
Almenas mudéjares del torreón.




Cúpulas y torre campanario, revestidos de azulejos.
Portada lateral en la plaza Fray Félix.

Portada de la iglesia de Jesús Nazareno
 de Chiclana de la Frontera, que pudo
ser gemela de la Catedral Vieja.

Portada de la iglesia de Santa Catalina,
templo que pudo ser similar a la
Catedral Vieja cuando tuvo su fábrica medieval.

Torre de Santa Catalina, a la que
 pudo parecerse la gaditana antes del año 1596.
















domingo, 18 de marzo de 2018

El castillo de Jimena de la Frontera.

Castillo de Jimena de la Frontera.
 Casi todos los pueblos andaluces se organizan en torno a un castillo, normalmente situado en lo más alto del mismo, éstos además, concentran en distintos estratos todos los periodos históricos por los que ha pasado. Este es el caso de la fortaleza de uno de los pueblos menos conocidos y más escondidos de nuestra provincia y Andalucía. Me refiero a Jimena de la Frontera. Técnicamente, y en línea recta, si hubiera una carretera, no distaría más de veinte o treinta minutos de Alcalá de los Gazules, pero lo cierto es que por cuestiones orográficas esa vía no existe, y para ir dicho pueblo desde la capital o San Fernando, hay que coger la autovía de Jerez a Los Barrios, y de ahí enlazar por San Roque con la carretera de Castellar y Jimena, con un total de una hora y cuarenta minutos más o menos de viaje, casi tanto como a Ronda o Carmona.

Restos y alcazaba al fondo.
  En el caso de la fortaleza jimenata cumple además todos los estratos desde la época romana a la actual. De los primeros quedan interesantes restos en los laterales opuestos, tanto occidental como oriental, la puerta de la primera fortaleza o bastión, así como partes de un templo augústeo del que queda un pedestal así como unos sillares de grandes proporciones ambos. Sobre el siguiente periodo histórico, la alta Edad Media, se pueden observar las ruinas de lo que algunos expertos opinan que pudo ser una iglesia mozárabe rupestre, similar a las existentes en Bobastro, de la época de Omar Ben Hafsun, caudillo que logró un pequeño reino en las serranías rondeñas en tiempos del Califato. Aunque fuera del recinto de la fortaleza, se encuentra cercana a ésta, y desde la misma pueden verse como sus restos destacan entre la arboleda del boscaje circundante. En ella quedan una pileta, que le da el nombre de "Baño de Reina Mora" al antiguo templo, que todavía se discute si fue una pila bautismal o por el contrario un aljibe para un puesto de avanzada o una torre albarrana, la otra posibilidad que los historiadores barajan como la edificación que pudo ser. Arriba de ésta, una pared con cuatro grandes nichos, tres triangulares y uno cuadrado.

Aljibes almohades.
Torre del homenaje.
 Sin embargo, fue en la época almohade, cuando el castillo adquiere su aspecto actual, en aquellos tiempos se edifican los espectaculares aljibes, que posiblemente tuvieran origen romano en un principio, y que sirvieron para abastecer a toda la localidad. También de dimensiones respetables es la alcazaba, con un foso a la entrada, grandes muros, y sobre todo, una alta torre del homenaje circular, con una altura de trece metros, y que era el último bastión, o reducto de la fortaleza. Lo curioso de ésta es que, siendo normal en el mundo musulmán, como Siria o Irak (Samarra por ejemplo), no lo era precisamente en Al Andalus, donde eran más comunes las de tipo poligonal, al modo de la del Alcázar de Jerez o la Torre del Oro de Sevilla, por ejemplo.  La alcazaba, gracias a dicho foso y a su amurallamiento que le separaba del resto del castillo podía aislarse como una entidad independiente. Sin embargo, el emblema del conjunto, así como de la localidad, son la torre albarrana del Reloj y sus arcos de entrada, torre avanzada e imponente, donde residían el alcaide y la seguridad del castillo, fue bautizada con este nombre a principios del siglo XX, cuando se instaló en él un reloj en su parte más alta. En cuanto a las puertas, también son espectaculares, la propia de entrada en sí, es de herradura apuntada, enmarcada en un alfiz, y con dovelas de ladrillo visto, típicamente almohades; por encima, destacan los estucos de motivos geométricos formando estrellas de seis puntas en colores blanco y rojo. A ésta le precede otro arco, de mayor altura, e igualmente con dovelas de ladrillo visto, encima de ésta el paño de muralla se encuentra almenado y con saeteras.

Iglesia de la Misericordia.
 No obstante, tras la conquista de la fortaleza nazarita por parte de caballeros jerezanos, se harían aún más reformas, que si bien no afectaron esencialmente al castillo, si que lo hizo en el edificio religioso anexo, sustituyendo la antigua mezquita por la iglesia de la Misericordia, templo gótico mudéjar con elementos renacentistas, como su fachada. En el interior, quedan aún la bóveda de crucería, el arco gótico, así como algunas columnas con capiteles jónicos, que señalan el típico mudéjar del occidente andaluz. Desacralizada por ruina en 1.934, y hoy felizmente restaurada, es un pequeño museo que expone la historia del castillo y la población de Jimena de la Frontera. Pero aún así, la fortaleza tendría más usos, y como es común en muchos pueblos con castillos en nuestra tierra, ésta se emplearía en su parte superior como cementerio, cuyo uso aún sigue, al igual que sucedió por ejemplo con Torre Alhaquime. Como también sucede con el depósito de agua, aprovechando estructuras anteriores, como ocurre también en el castillo de Medina Sidonia. Y es que la historia de las localidades andaluzas pueden verse en sus monumentos principales por estratos, y esto es algo que se observa a las mil maravillas en el castillo de Jimena de la Frontera, el cual, recomiendo que visiten. Un saludo desde el sur.

Puerta y torre del Reloj.

El pueblo desde el castillo.

Puerta y restos romanos.

Silueta de la alcazaba.

Restos del templo romano.

Alcazaba y torre del homenaje.

Foso de la alcazaba.

Baños de la Reina Mora.

La iglesia mozárabe desde el castillo.

Aljibes y patio del castillo.

Restos de murallas romanas.
Silueta del castillo desde Jimena.


martes, 25 de julio de 2017

Iglesias modelos II parte.

 Comienzo esta segunda entrada referida a templos católicos de nuestra tierra que han sido modelo para los que posteriormente se han ido construyendo, ya sea por el mismo autor u otro, o incluso, marcar influencia para épocas posteriores. Como ya vimos en la anterior entrada, las iglesias gótico mudéjares son dominantes en Valle del Guadalquivir, hasta escasear ya, en la provincia de Cádiz, donde el gótico llega más tardíamente, a causa de ser  frontera con el reino de Granada, por lo que se van empezando a tomar otros modelos. Ahí van los templos que servirán de clara inspiración para muchos arquitectos:
Portada de la Catedral hispalense.
  • Catedral de Sevilla. Es todo una paradoja que, precisamente, donde menos ha influido el gótico florido del enorme templo hispalense, sea en su propia ciudad y provincia. Eso se debe a que, precisamente, la última gran iglesia en construirse en la misma fue ésta. La prácticamente totalidad de las iglesias medievales sevillanas son anteriores, como ya vimos en la entrada pasada. Hasta el momento de empezar la construcción de la Seo, la mezquita aljama almohade (no confundir con la taifal que se situaba en la iglesia de San Salvador) hacía las veces de templo catedralicio, al igual que en la vecina Córdoba. De hecho, como todos sabemos, aún se conservan el famoso alminar, la Giralda, y un espectacular patio de los naranjos. En cuanto al nuevo templo, como es conocido, se trata del mayor en estilo gótico del mundo, y uno de los de más grandes proporciones de toda la cristiandad. El estilo gótico, flamígero o florido, de herencia flamenca, es de un absoluto barroquismo, como manifestación última de una corriente que va camino de la desaparición en pos del renacimiento que ya asoma por Europa. Básicamente, el estilo consiste en la presencia de numerosas nervaduras tanto en su interior como en el exterior, para efectos puramente decorativos, ya no se emplean columnas en el interior, sino pilares, pues son templos con bastante altura; en el exterior, numerosos arbotantes, las puertas tienen mayor recargamiento si cabe, suelen tener un tímpano con representaciones escultóricas en algunos casos, numerosa decoración, abundante nervadura también, y arquivoltas apuntadas con numerosas tracerías, aunque en muchas ocasiones se emplea el arco conopial. La influencia que deja la catedral hispalense a lo largo del siglo XV en los distintos pueblos y ciudades de Cádiz se hace patente en algunas minicatedrales existentes, donde en Jerez y en Arcos de la Frontera, se pueden encontrar, claramente dichos elementos antes descritos, en el caso de la primera, hay dos modelos casi calcados, con la salvedad de que tienen tres naves en lugar de cinco (obviamos las reformas que cada uno ha sufrido posteriormente), es el caso de Santiago y San Miguel, absolumtamente iguales. Otros templos jerezanos de similares características serían, a groso modo, Santo Domingo (sobre todo el claustro), San Marcos, San Mateo, o la Merced. En la vecina Arcos, el otro núcleo de notable influencia sería la de Santa María de la Asunción, que incluso tiene una minigiralda barroca que no se llegó a terminar, la iglesia de la Misericordia, o el templo de la Encarnación; San Pedro ya responde a un gótico que gira más al renacimiento. Pero no son las únicas localidades con gótico flamígero que toman de modelo la catedral sevillana, a lo largo de la costa gaditana, es relativamente abundante, como ocurre con El Puerto de Santa María, con dos ejemplos muy similares también a la seo hispalense: la iglesia Mayor Prioral y el monasterio de La Victoria, famoso penal del Puerto. En Tarifa encontramos a la Mayor de San Mateo, en Chipiona, aunque con muchas reformas, Nuestra Señora de la O; de tremendo parecido es la parte nueva de la del Divino Salvador de Vejer de la Frontera, otra miniseo, aunque algo más sobria, en Medina Sidonia cabe destacar la iglesia Mayor de Santa María la Coronada, y en Alcalá de los Gazules quedan restos de éste tipo de gótico en el convento de Santo Domingo, y sobre todo en la portada y algún detalle de la Mayor de San Jorge. Como última curiosidad, destacar que los materiales empleados en casi todos los templos, incluida la catedral de Sevilla, proceden de las canteras de San Cristóbal en el Puerto de Santa María, es por ello que tienen ese característico color dorado. Así como de las canteras de Espera. 
San Miguel, Jerez de la F.

Bóveda de San Mateo, Jerez de la F.

San Jorge. Alcalá de los G.

Santa María, Arcos de la F.

Detalle del Convento de la Encarnación. Arcos.

Nuestra Señora de la O. Chipiona.

Monasterio de la Victoria. El Puerto.

Iglesia M. Prioral. El Puerto.

Santa María de la Coronada. Medina S.

San Mateo, Tarifa.

Divino Salvador. Interior.
Interior de la Catedral Hispalense.

Divino Salvador. Vejer de la F.


Detalle de la Catedral.



Santiago en Jerez de la Frontera, la más fiel al estilo Catedral de Sevilla.
Interior de la de Granada.
  • Catedral de Granada. Otra seo, que marca un estilo, esta vez entre las otras catedrales de la comunidad autónoma. En este caso queda claro el arquitecto, Diego de Siloé, quien deja una tendencia rompedora con la, hasta entonces, costumbre de construir catedrales góticas. Es un templo grandioso de cinco naves y gran altura, que no obstante, aún cierta herencia ojival recibe en las bóvedas, así como en la planta, con el uso claro de la girola. Pero se ven ya, un claro atisbo modernizador, de las corrientes arquitectónicas procedentes de Italia, y que en Granada tendrán gran acogida. Tales como el empleo de columnas de estilo clásico, que heredará,  por ejemplo, la de Cádiz. y un mayor grado de sobriedad. La fachada en cambio es barroca, de Alonso Cano, que llegó a proyectar dos torres, en vez de la única actual, que mide 57 metros, por los 81 que se proyectaron. Cabe destacar, que la única seo que logró terminar, y no del todo, las dos torres, es la de Cádiz, y aún así, quedaron reducidas entorno a los 40 metros, pues se preveían que superaran a la Giralda, por cuestiones de defensa de la ciudad, se quedó así. También quedaría manca de torres, la de Málaga, otra obra parecida, del mismo Diego de Siloé, y que sigue parámetros similares, de grandes naves, pilares con columnas clásicas, y girola. La fachada es de un barroco espectacular. Otro obra de Siloé es la catedral de Guadix, de fachada posterior, muy barroquizante, y torre, a diferencia de las demás, en la zona de la girola, el interior, responde a los típicos patrones mencionados. Fuera ya del Renacimiento, la catedral gaditana será la última en inspirarse en el modelo Siloé, si bien un par de siglos más tarde, en el XVIII, modelo que toma el arquitecto Vicente Acero, y que adaptará a la planta gótica renacentista un movimiento barroquizante, sobre todo en la fachada, con formas convexas y cóncavas que le dan gran movimiento. Si bien distintos paros y tardanza en la construcción de la misma, daría lugar a una decoración y una terminación mayormente neoclásica, llama la atención por la presencia de sus numerosas cúpulas, tanto en sus torres, como en el propio templo, asombrando la principal, de media naranja y azulejos amarillos; que aunque terminada en el XIX, probablemente se deba a la influencia que los genoveses y distintos italianos generaron en el arte gaditano. Caso aparte es la catedral de Jaen, que si bien no recibe influencias de la de Granada si fue coetánea, y marcó un estilo renacentista, si cabe más puro. Dicha catedral fue de gran influencia en Hispanoamérica, la seo de Buenos Aires es un ejemplo, y se dice que también la de Málaga. Lo cierto es, que ambas, Granada y Jaen, son casi similares en estilo, salvo en que la segunda no tiene ya girola, y que en este caso el arquitecto fue Andrés de Valdevira.


Detalle de columnas. Granada.

Girola. Granada.

Fachada. Málaga.

Girola. Málaga.
Girola y cúpulas. Cádiz.

Interior. Cádiz.

Detalle interior de la cúpula. Cádiz.
  • Iglesias híbridas gótico renacentistas de las zonas béticas. La entrada del cristianismo en las zonas béticas se efectuó a finales del siglo XV, tiempos en los que aún existía el último gótico, pero que ya iba planteándose un nuevo estilo, el renacimiento. Lográndose un estilo híbrido de aspecto muy sólido, sobrio y pétreo, a veces con aspecto de fortaleza, pero que aún tenían reminiscencia góticas. Es heredero del estilo isabelino, pues aún conservan bóvedas con nervaduras, y pináculos exteriores, pero ya han perdido los arbotantes típicos, así como gran parte de su decoración, tanto externa como interna, aunque curiosamente, se vuelven a emplear, en ocasiones, elementos que no se veían desde el románico, como el uso de arbotantes o ventanas con arcos abocinados de medio punto. No hay muchos ejemplos. pero los que hay son bellos y espectaculares, podríamos situar el primero en Arcos de la Frontera, con la iglesia de San Pedro, directamente construida sobre una fortaleza. Cerca, encontramos otro de aspecto similar, que sería la parroquia de Nuestra Señora de la O, en Rota. Otros dos ejemplos de características muy similares, y tremendo parecido serían la de Nuestra Señora de la Encarnación de Setenil de las Bodegas, y la del Espíritu Santo de Ronda, probablemente, por su cercanía geográfica, una se inspirara en la otra. Sin embargo, los ejemplos prototípicos de estos modelos híbridos se encuentran en Granada: la espectacular y preciosa iglesia de Santo Domingo, de fachada más detallada que de costumbre, pero de interior similar a las mencionadas, y por supuesto, en la Capilla Real, anexa a la seo granadina, y que tiene los elementos típicos mencionados en éste párrafo. 
Interior de San Pedro. Arcos de la F.

San Pedro. Arcos de la F.

Interior N. Sra de la O. Rota.

Nuestra Sra. de la O. Rota.

Nuestra Sra. de la Encarnación. Setenil

Espíritu Santo. Ronda.

Espíritu Santo. Ronda.
Santo Domingo. Granada.

Interior S. Domingo. Granada.

Capilla Real. Granada.


  • Mudejar granadino. Son unas pocas iglesias, y casi se ciñen a un sólo barrio, el Albaicín, su origen como cabe suponer se debe a la amplia población musulmana existente tras la conquista de Granada, lo que supone, prácticamente, la última influencia del mudéjar en la arquitectura española, en concreto en este caso, del estilo renacentista, cuya arquitectura y arte de modelo clásico se ven acompañados de elementos como la azulejería, el ladrillo, que le da mayor ligereza al edificio, así como la presencia interior del típico artesonado de madera en el techo, que viene siendo tradicional desde el románico. Casi todas conservan las típicas torres en un lateral, como en el gótico mudéjar, pero con un modelo más sobrio y clásico, aunque en algunos casos fueron en origen alminares. Los casos principales, son San Gil y Santa Ana y San Idelfonso, en el Albaicín Bajo, San José, con alminar almohade original, o las de San Nicolás (donde el famoso mirador) y San Miguel Bajo, en el Albaicín Alto, entre otros muchos.
San Andrés.

Torre de San Bartolomé.

San José, la torre es alminar original.

Interior de San Miguel Bajo.

Portada de S. Miguel Bajo.

San Nicolás.

Interior de S. Nicolás

Santa Ana. La más bella.

San Pedro y San Pablo, con el Darro.
  • Arquitectura Colombina de Huelva. Otros casos del fenómeno mudéjar, que mayormente se dio en los distintos monasterios de la zona onubense, así como en las distintas iglesias. Concentrado principalmente entre Palos, Moguer y Huelva capital.  Heredero del mudéjar cordobés y sevillano, muestra no obstante, ligeras diferencias, que aunque no son muchas con el mudéjar andaluz, es algo más sobrio. La principal de ellas, radica en los claustros de los mismos, con construcciones de ladrillo visto, aunque en el caso de Santa Clara de Moguer, se encuentre pintado de blanco, así como el uso del arco de medio punto en lugar del ojival, apoyado en columnas, también es frecuente el uso de flora exótica, procedente mayormente de América. Muy transformados por las reformas barrocas tras el terremoto de Lisboa de 1.755, aún así, mantienen su identidad. Ejemplos claros son, el mencionado de Santa Clara de Moguer, el más famoso de La Rábida en Palos de la Frontera, el Convento de las Agustinas (Plaza de las Monjas) y el Santuario de la Cinta en Huelva capital.
Las Agustinas. Huelva.

Interior de la Cinta. Huelva.

Portada de la Cinta. Huelva.

Patio de Santa Clara. Moguer.

Claustro de Santa Clara. Moguer.

Iglesia del monasterio. Santa Clara.

Arcos en el patio. Santa Clara.

Claustro de La Rábida. Palos de la F.

Iglesia de La Rábida. Palos.

Exterior de La Rábida. Palos de la F.
  • Barroco Sevillano. Es un modelo en el que aparte del barroquismo típico del horror vacui: fachadas ondulantes, el uso de abundantes yeserías, y columnas salomónicas y demás, en el caso hispalense la importancia del color, tanto en fachadas como en interiores, llaman especialmente la atención, debido sobre todo a sus fuertes tonos, primando el rojo o el amarillo, entre el típico blanco andaluz, que domina generalmente en los interiores. Y como es típico en la ciudad, una clara influencia del mudéjar en algunos elementos que pervivirán hasta bien entrado el siglo XX. Así como el uso, en muchos casos de cúpulas cubiertas de tejas árabes, y con linterna. Pero como en todos los templos barrocos andaluces, hay un lugar destacado para los retablos, recargados y con el dorado del pan de oro, como componentes principales. Las paredes, arcos, y bóvedas, están extremadamente decorados, con pinturas, mármoles y esculturas, casi sin dejar un hueco. No hay iglesias que sean similares, pero sí con características parecidas. Principales son la del El Salvador, San Luis de los Franceses, Santa María de la Magdalena, San Jacinto, el convento de La Merced (actual Museo de Bellas Artes), o la pequeña capilla de San José. Fuera de la capital, son comunes los mencionados elementos, además de la típica torre barroca, bastante alta, imitando a la Giralda, hay que decir que la influencia se deja notar también en el norte de la provincia gaditana, a cuya diócesis perteneció. Como ejemplo son destacables la de San Pedro en Carmona, Santa María de la Mesa en Utrera, o Santa Ana en Algodonales, ya en la sierra norte de Cádiz. 
Convento de La Merced.

Santa María de la Magadalena.
Interior de Sta. María de la Magdalena.


Monstserrat.

Otra portada de la Magdalena.

Parte trasera del Divino Salvador.

San José.

Hospital de la Paz.

Retablo, Divino Salvador.

Cúpula, Divino Salvador.

Interior del Divino Salvador.

Portada del Divino Salvador.

San Bernardo.

Parroquia del Sagrario.

Nuestra Señora de la O.

San Jacinto

Capilla de los Marineros.


Interior de San José.

Santa Cruz.

San Nicolás de Bari.
Torre de Santiago el Mayor. Alcalá de G.

Torre de Santa María. Arcos de la F.

San Pedro, con su Giralda. Carmona.

San Francisco. Carmona.

Cúpula del Divino Salvador. Carmona.

Santa Clara y al fondo, la Caridad. Carmona.

  • Barroco Subbético cordobés. Si el epicentro del medievo en la provincia fue la capital, durante el periodo moderno sería Priego el punto neurálgico (compartido en parte con Cabra y Lucena) de un barroco blanco, luminoso y recargado, que se expandería hasta llegar a la propia Córdoba. A diferencia del sevillano, aquí domina el blanco por todo el edificio, interiores y exteriores; en el primer caso, se puede observar un recargamiento absoluto de yeserías y esculturas verdaderamente impresionante en tanto en bóvedas y paredes, como en las cúpulas, eso sí, con la común características, de que prima la luz natural, gracias al efecto de cristaleras y linternas. Como es costumbre en la Andalucía barroca, es frecuente el empleo del pan de oro en retablos y capillas laterales. Los exteriores suelen ser también blancos, pero con sensación de movimiento de la fachada, debido a sus formas curvas y al empleo recargado, muchas veces de mármoles de distintos colores, destacando los rosas, principalmente. Siendo espectaculares las fachadas, de dos pisos, con esculturas y columnas de distintos tipos, salomónicas sobre todo. Ejemplos claros son: las iglesias de San Pedro, Virgen del Carmen, San Francisco, Virgen de las Mercedes, y especialmente, la Aurora y San Nicasio, de bella bóveda, aunque lo más espectacular es la iglesia de la Asunción, de increíble fachada, y mejor capilla del Sagrario. En Cabra destacan las parroquias de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles, así como la de San Juan Bautista. En Lucena hay otro catálogo inmenso de barroco: Santiago, Santo Domingo, Nuestra Señora del Valle, y sobre todo, San Juan de Dios, con los elementos típicos del barroco cordobés, y como una de las joyas de la provincia, y de España diría yo, que es la capilla del Sagrario de la iglesia de San Mateo (el resto es renacentista). Y en la capital, San Francisco, San Salvador y Santo Domingo, y sobre todo el antiguo convento de La Merced, hoy Diputación Provincial, majestuoso.
Portada de la Asunción y Ángeles, Cabra.

San Juan Bautista. Cabra.

Convento de La Merced. Córdoba.


San Juan de Dios. Lucena.

Capilla Sagrario de San Mateo
Lucena.

Interior de Virgen de la Aurora
y Nicasio. Priego de C.

Portada de la Aurora y San
Nicasio. Priego de C.

Capilla del Sagrario de la Asunción. Priego.

Cúpula del Sagrario, la Asunción. Priego.

San Juan de Dios. Priego.

San Pedro. Priego.

Virgen de las Angustias. Priego.

Virgen del Carmen. Priego.

Las Mercedes. Priego.

  • Barroco gaditano. El barroco de nuestra bahía, y aledaños, se concentra principalmente en la capital, y tienen una serie de características que la definen. Generalmente, con grandes influencias genovesas y napolitanas, así como andaluzas, y algunas francesas. A grandes rasgos: el empleo de azulejos y pinturas con caracteres moriscos, la mayor sencillez y menor barroquismo con respecto al resto de Andalucía, dando lugar a un mayor clasicismo, el uso frecuente de espadañas en lugar de torres, en cuanto al color predomina mayormente el blanco, y cuando no, colores suaves, amarillo o crema, en algunos casos, se deja a la vista a la piedra, que suele ser ostionera, aunque normalmente, eso se emplea hasta media altura, y en las columnas externas. Y como no podía ser de otra manera el empleo del mármol genovés para la creación de portadas espectaculares, con columnas salomónicas y clásicas, así como de preciosas esculturas. Los interiores se caracterizan por los suelos ajedrezados, también de mármol, este mismo material será el más utilizado para los retablos más importantes o los que son de origen genovés, de distintos colores, pero primando, curiosamente el negro y el blanco; también son importantes los de madera con pan de oro como en el resto de Andalucía; a nivel arquitectónico abundan los arcos fajones, arcos de medio punto y grandes pilares, y a diferencia de Córdoba, aquí se opta más por las pinturas en las paredes o los frescos, que por las yeserías, aunque hay notables excepciones, como en Santo Domingo. Ejemplos casi gemelos del típico barroco gaditano son las iglesias del Carmen de Cádiz y San Fernando, más americanista la primera, otros casos parecidos son San Lorenzo y La Palma, así como espectaculares son la de la Pastora, San Agustín, San Francisco o San Antonio. Notables también son de destacar las de Santo Domingo, por las mencionadas yeserías y la Santa Cruz, Catedral Vieja, por sus terminaciones barrocas de cupulitas moriscas en los exteriores, así como por sus retablos, el del altar mayor y el de los Vizcaínos, además dos retablos de mármol genovés, de gran valor que destaca en ambos templos. Fuera de la capital, la mencionada del Carmen en San Fernando, o la de Jesús Nazareno en Chiclana la Frontera, cuya portada es similar a la que hubo en la de Santa Cruz de Cádiz.

El Carmen. 

San Antonio. 



San Juan de Dios.

Capilla de los Genoveses.
Santa Cruz.

Capilla de los Genoveses.

San Francisco. 


El Rosario.

Santo Domingo.

Torre de la Merced.

San Lorenzo. 

La Pastora.

Jesús Nazareno. Chiclana de la F.

El Carmen. San Fernando.
Techo de Santa Cruz. Cádiz.

  • Neoclásico gaditano. Por último, destacar un estilo que tanto en Cádiz como en San Fernando arraigó dando un carácter particular a ambas ciudades. Podemos dividir en dos estilos claros: uno primero con influencia de la Armada Española presente en la ciudad isleña, de carácter muy sobrio y elegante, pensado para las distintas perspectivas, sus exteriores son espartanos, con una portada clásica, y en el mejor de los casos, pilastras pintadas de amarillo o con el color de la piedra ostionera. El interior es similar, blanco dominante, con pilastras amarillas sobre pilares, o directamente sobre la pared, y normalmente suelen utilizarse arcos fajones. Casos típicos son la iglesia de San Francisco, un tanto distinta es la Mayor de San Pedro y San Pablo, y similares en los interiores son la capilla de la Veracruz (Cristo Viejo), la Pastora y la del Rosario, en La Carraca, los exteriores de estos dos últimos son muy parecidos, ya que los mismos obreros construyeron ambas. El segundo caso, son los ejemplos menos localistas, aunque con patrones gaditanos igualmente. Serían el ejemplo de tres iglesias gemelas en planta, que no en aspecto, porque son de distintos arquitectos, y además, han evolucionado cada uno a su modo, con sus retrasos y funciones iniciales y finales. Me refiero a la de San José en Cádiz, y sobre todo al Panteón de Marinos Ilustres y la iglesia de San Juan Bautista, que si bien de diferente aspecto, tanto exterior e interior, y tienen una planta muy parecida, con dos capillas laterales de planta circular, tras el altar. Y un salón, que en el caso del templo castrense se emplea como cenotafio con las aguas de todos los mares del mundo. Las tres están construidas por diferentes arquitectos,  y con motivos ni siquiera parecidos, pero las plantas siguen el modelo típico neoclásico. Sería injusto, aunque no fueran imitadas, dejar fuera los dos oratorios gaditanos, de la Santa Cueva y San Felipe Neri, dos joyas neoclásicas únicas. 
San Francisco. San Fernando.

San Pedro y San Pablo. San Fernando.

Interior de la Pastora. San Fernando.

La Pastora. San Fernando.

El Rosario. San Fernando.

Interior del Rosario. San Fernando.






Panteón de Marinos Ilustres. SF.

Interior del Panteón. San Fdo

San Juan Bautista. Chiclana de la F.

Panteón de los Marinos Ilustres. Fachada.

Capilla de la Veracruz. San Fernando.
San José. Cádiz.
Interior de San José. Cádiz.

 Termino ya, la lista de iglesias o templos que sirvieron de modelo, en algunos casos, como hemos visto, sobre todo con las catedrales, se puede saber cual fue la primera, y cual inspiró a las demás, así como sus arquitectos y motivaciones. En la gran mayoría de los casos, no es así, pero queda claro que hubo una o varias que inspiraron al resto. Como siempre, termino con una disculpa, o dos en este caso, la mía típica, de que se me puede haber olvidado algunas, y la segunda, si es por algún error que se pudiera encontrar, pues esta entrada, prima más mis impresiones personales, muchas veces subjetivas, que lo leído en los libros. Un saludo desde el sur.