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domingo, 6 de noviembre de 2011

La influencia inglesa en Andalucía

Si alguien lograra imaginar dos polos más opuestos que los existentes entre Andalucía e Inglaterra se llevaría el premio gordo a la perseverancia y al ingenio; sin embargo, ambos mundos son mucho más cercanos de lo que la mayoría de los españoles pensamos. Asociamos nuestra tierra a las ferias, playas, al sol, a los caballos y los toros; es nuestro mundo heredero del reino musulmán más glorioso que existió en el mundo, y con un fuerte sustrato judío que tampoco le andaba a la zaga; en nuestra tierra escasean los días nublados y los de niebla (al menos en la parte oriental), y las personas suelen expresarse de forma gesticulante; además, a priori, son más cercanos, abiertos, y no rehúyen del contacto  físico, sino que además, lo buscan. Los ingleses por el contrario, viven en un territorio de eterno nublado, son fríos y distantes, y para nada son cercanos. Sin embargo, esto, lejos de ser una realidad, son tópicos establecidos, muchas veces, sin justificación alguna. Pues aparte de nuestra herencia latina, árabe, judía o visigoda; hay que decir, sin temor alguno, que tal vez, la última cultura que nos influenció de manera notable (antes de las modas americanas) fue, sin duda, la inglesa. Que nos dejó una profunda huella en el siglo XIX, e incluso, principios del XX; y todo hay que decirlo, para bien, y para mal. Pues a diferencia de, por ejemplo la India, lo nuestro fue una colonización encubierta, donde, por decirlo de algún modo, las primeras multinacionales explotaban, y de muy mala manera, por cuatro reales a los jornaleros y operarios de la zona. Pero hay que decir, que todo comienza mucho antes, cuando el mundo empieza a globalizarse, en el siglo XVI; en los puertos de Sevilla, Sanlúcar y Cádiz se concentran y viven, multitud de comerciantes ingleses e irlandeses, que para la época era lo mismo. En cambio, en ésta época, salvo algún detalle puntual, poca influencia se deja notar.
Será en plena decadencia de España cuando los ingleses vieron un filón en el escaso tejido empresarial de la zona sur de nuestro país, y se interesaban, sobre todo, en el mercado del vino, y en las minas existentes en la comarca del Rio Tinto, también Sevilla mostraba interés en ciertos mercados para ellos. Por ejemplo, una herencia palpable, en éste caso futbolera, es la fundación del decano del futbol español: el Real Club Recreativo de Huelva, que fue fundado en 1.889. Un club que nació, gracias a una extraña afición que traían éstos forasteros, que de vez en cuando organizaban partidos con los obreros, nacía de éste modo, el deporte rey en España, pues pronto se expandiría por todo el país. La arquitectura, es tal vez, la que más deja entrever la absorción de una cultura ajena. En muchos lugares de Andalucía occidental es común observar casas y edificaciones con clara arquitectura inglesa, pero que incorpora elementos andaluces. Como por ejemplo ocurre en algunos edificios de Jerez o en el Barrio Obrero de Huelva, donde las casas tienen tejados a dos aguas, decoraciones de madera, jardines delanteros, mezclados con cal, azulejos y rejería de hierro forjado. También se puede observar una rica arquitectura inglesa en el Campo de Gibraltar, pero a diferencia del resto de zonas andaluzas, aquí la influencia viene desde que los ingleses toman por suyo el peñón y la ciudad de Gibraltar, que aún sigue bajo bandera británica. Aquí, aparte de la arquitectura, la vecindad obligada, influye también en cosas como el habla local, y no es extraño encontrar, palabras de origen inglés pronunciadas en un perfecto andaluz, como pasa, por ejemplo con la Chevinga, que proviene de Chewing Gum (chicle). Pero volvamos a la arquitectura, que es lo que más me gusta, hay bellos ejemplos sobre todo en tres ciudades: Huelva, por decirlo de algún modo, capital de la región minera, y puerto de salida de los buques que zarpaban con los minerales hacia Gran Bretaña. Jerez de la Frontera, lugar favorito de los empresarios del vino; obsérvese que todos los nombres de las grandes familias son Terry, Osborne, etc. Y Algeciras y zonas aledañas, pero como ya comenté antes, a causa de la cercanía al Peñón. De cuatro ciudades destacaría tres hitos arquitectónicos: en la capital de los dos ríos (Tinto y Odiel), como ya dije antes, el Barrio Obrero, una bonita urbanización de finales del XIX, que mezcla la arquitectura inglesa con la andaluza; además por el tamaño de sus casas y jardines, se puede observar la jerarquía laboral de quienes ocupaban, en origen, las casas; y el muelle del mineral, obra maravillosa de la arquitectura del hierro. En Jerez, sobresale el pabellón del Jockey Club, hoy Depósito de Sementales, propiedad del ejército, es una extraña arquitectura modernista que mezcla lo inglés con lo japonés y lo andaluz. Y por último, en la ciudad de la isla verde, el Hotel Reina Cristina, de impresionante arquitectura inglesa colonial, con tintes tropicales, algo muy típico, de muchas casas de origen inglés en la zona; asimismo, es muy interesante por la cantidad de historias de espionaje que se han dado entre los que se alojaron allí, y que pertenecían a varios de los servicios secretos más importantes del mundo, el británico y el español, por supuesto, como rivales; además de los alemanes, soviéticos o americanos. Y por ser lugar donde se alojaron varios diplomáticos que participaron en la famosa Conferencia de Algeciras de 1.906, donde se decidió dividir en dos el Protectorado de Marruecos, con una parte francesa y otra española.Y por último, de Cádiz, destacaría dos edificaciones de clara influencia británica: la fábrica de tabacos, sobre todo en su parte trasera; y el depósito, también de tabacos, situada en Puertas de Tierra, y que a pesar de su arquitectura regionalista, tiene elementos típicos ingleses; ambas son buenas muestras de la arquitectura industrial del XIX inglés, aunque el depósito, es posterior, de principios del XX.
El resto de ciudades, también participaron la influencia anglosajona, como es el caso de Almería o Málaga, aunque en menor medida, aún así, a lo largo de los siglos XIX y XX, se pueden observar en muchas ciudades, edificios que recuerdan la presencia de éstos emprendedores británicos, que por primera vez, trasladaron sus multinacionales a territorios que no eran ni suyos, ni estaban colonizados por ellos (al menos en teoría). No pocos hechos de armas se vivieron entre españoles e ingleses, como fue la Revuelta de Riotinto, donde los segundos a causa de una explotación minera a cielo abierto, dejaron escapar una serie de vapores y sustancias tóxicas que dejaron estéril el campo durante generaciones. Ello desembocó en unos graves disturbios donde la policía disparó, sin piedad, a los jornaleros que luchaban por lo suyo.  Es éste artículo una aproximación muy resumida, de un mundo, que es mucho más amplio, pero aunque sé que me dejo muchos flecos abiertos, prefiero dejar de modo resumido, para hacer justicia de una herencia que tuvo claroscuros, pero que dejó una profunda huella que aún persiste. Perdónenme, si me he quedado escaso, pero sino, la entrada sería demasiado larga y aburrida para el personal. Un saludo desde el sur. 
Barrio Obrero de Huelva.

Casa del Coronel, Jerez de la Frontera.

Pabellón del Jockey Club, Jerez de la Frontera, con arquitectura inglesa y japonesa.

Portada de la Fábrica de Tabacos de Cádiz.

Fachada de la misma fábrica.


Colegio de las Esclavas, Cádiz.

Parte del Palacio de los Duques de Orleans, Sanlúcar de Barrameda.

Hotel Reina Cristina en Algeciras.




Fachada de los Depósitos de Tabacos en Cádiz.

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