Si alguien
lograra imaginar dos polos más opuestos que los existentes entre Andalucía e
Inglaterra se llevaría el premio gordo a la perseverancia y al ingenio; sin
embargo, ambos mundos son mucho más cercanos de lo que la mayoría de los
españoles pensamos. Asociamos nuestra tierra a las ferias, playas, al sol, a
los caballos y los toros; es nuestro mundo heredero del reino musulmán más
glorioso que existió en el mundo, y con un fuerte sustrato judío que tampoco le
andaba a la zaga; en nuestra tierra escasean los días nublados y los de niebla
(al menos en la parte oriental), y las personas suelen expresarse de forma
gesticulante; además, a priori, son más cercanos, abiertos, y no rehúyen del
contacto físico, sino que además, lo
buscan. Los ingleses por el contrario, viven en un territorio de eterno
nublado, son fríos y distantes, y para nada son cercanos. Sin embargo, esto,
lejos de ser una realidad, son tópicos establecidos, muchas veces, sin
justificación alguna. Pues aparte de nuestra herencia latina, árabe, judía o
visigoda; hay que decir, sin temor alguno, que tal vez, la última cultura que
nos influenció de manera notable (antes de las modas americanas) fue, sin duda,
la inglesa. Que nos dejó una profunda huella en el siglo XIX, e incluso,
principios del XX; y todo hay que decirlo, para bien, y para mal. Pues a
diferencia de, por ejemplo la India, lo nuestro fue una colonización
encubierta, donde, por decirlo de algún modo, las primeras multinacionales
explotaban, y de muy mala manera, por cuatro reales a los jornaleros y
operarios de la zona. Pero hay que decir, que todo comienza mucho antes, cuando
el mundo empieza a globalizarse, en el siglo XVI; en los puertos de Sevilla,
Sanlúcar y Cádiz se concentran y viven, multitud de comerciantes ingleses e
irlandeses, que para la época era lo mismo. En cambio, en ésta época, salvo
algún detalle puntual, poca influencia se deja notar.
Será en plena
decadencia de España cuando los ingleses vieron un filón en el escaso tejido
empresarial de la zona sur de nuestro país, y se interesaban, sobre todo, en el
mercado del vino, y en las minas existentes en la comarca del Rio Tinto,
también Sevilla mostraba interés en ciertos mercados para ellos. Por ejemplo,
una herencia palpable, en éste caso futbolera, es la fundación del decano del
futbol español: el Real Club Recreativo de Huelva, que fue fundado en 1.889. Un
club que nació, gracias a una extraña afición que traían éstos forasteros, que
de vez en cuando organizaban partidos con los obreros, nacía de éste modo, el
deporte rey en España, pues pronto se expandiría por todo el país. La
arquitectura, es tal vez, la que más deja entrever la absorción de una cultura
ajena. En muchos lugares de Andalucía occidental es común observar casas y
edificaciones con clara arquitectura inglesa, pero que incorpora elementos
andaluces. Como por ejemplo ocurre en algunos edificios de Jerez o en el Barrio
Obrero de Huelva, donde las casas tienen tejados a dos aguas, decoraciones de
madera, jardines delanteros, mezclados con cal, azulejos y rejería de hierro
forjado. También se puede observar una rica arquitectura inglesa en el Campo de
Gibraltar, pero a diferencia del resto de zonas andaluzas, aquí la influencia
viene desde que los ingleses toman por suyo el peñón y la ciudad de Gibraltar,
que aún sigue bajo bandera británica. Aquí, aparte de la arquitectura, la vecindad
obligada, influye también en cosas como el habla local, y no es extraño
encontrar, palabras de origen inglés pronunciadas en un perfecto andaluz, como
pasa, por ejemplo con la Chevinga, que proviene de Chewing Gum (chicle). Pero
volvamos a la arquitectura, que es lo que más me gusta, hay bellos ejemplos
sobre todo en tres ciudades: Huelva, por decirlo de algún modo, capital de la
región minera, y puerto de salida de los buques que zarpaban con los minerales
hacia Gran Bretaña. Jerez de la Frontera, lugar favorito de los empresarios del
vino; obsérvese que todos los nombres de las grandes familias son Terry, Osborne,
etc. Y Algeciras y zonas aledañas, pero como ya comenté antes, a causa de la
cercanía al Peñón. De cuatro ciudades destacaría tres hitos
arquitectónicos: en la capital de los dos ríos (Tinto y Odiel), como ya dije
antes, el Barrio Obrero, una bonita urbanización de finales del XIX, que mezcla
la arquitectura inglesa con la andaluza; además por el tamaño de sus casas y
jardines, se puede observar la jerarquía laboral de quienes ocupaban, en origen,
las casas; y el muelle del mineral, obra maravillosa de la arquitectura del hierro. En Jerez, sobresale el pabellón del Jockey Club, hoy Depósito de
Sementales, propiedad del ejército, es una extraña arquitectura modernista que
mezcla lo inglés con lo japonés y lo andaluz. Y por último, en la ciudad de la
isla verde, el Hotel Reina Cristina, de impresionante arquitectura inglesa
colonial, con tintes tropicales, algo muy típico, de muchas casas de origen
inglés en la zona; asimismo, es muy interesante por la cantidad de historias de
espionaje que se han dado entre los que se alojaron allí, y que pertenecían a
varios de los servicios secretos más importantes del mundo, el británico y el
español, por supuesto, como rivales; además de los alemanes, soviéticos o
americanos. Y por ser lugar donde se alojaron varios diplomáticos que
participaron en la famosa Conferencia de Algeciras de 1.906, donde se decidió
dividir en dos el Protectorado de Marruecos, con una parte francesa y otra
española.Y por último, de Cádiz, destacaría dos edificaciones de clara influencia británica: la fábrica de tabacos, sobre todo en su parte trasera; y el depósito, también de tabacos, situada en Puertas de Tierra, y que a pesar de su arquitectura regionalista, tiene elementos típicos ingleses; ambas son buenas muestras de la arquitectura industrial del XIX inglés, aunque el depósito, es posterior, de principios del XX.
El resto de
ciudades, también participaron la
influencia anglosajona, como es el caso de Almería o Málaga, aunque en menor medida, aún así, a lo largo de los
siglos XIX y XX, se pueden observar en muchas ciudades, edificios que recuerdan
la presencia de éstos emprendedores británicos, que por primera vez,
trasladaron sus multinacionales a territorios que no eran ni suyos, ni estaban
colonizados por ellos (al menos en teoría). No pocos hechos de armas se
vivieron entre españoles e ingleses, como fue la Revuelta de Riotinto, donde
los segundos a causa de una explotación minera a cielo abierto, dejaron escapar
una serie de vapores y sustancias tóxicas que dejaron estéril el campo durante
generaciones. Ello desembocó en unos graves disturbios donde la policía disparó,
sin piedad, a los jornaleros que luchaban por lo suyo. Es éste artículo una aproximación muy
resumida, de un mundo, que es mucho más amplio, pero aunque sé que me dejo
muchos flecos abiertos, prefiero dejar de modo resumido, para hacer justicia de
una herencia que tuvo claroscuros, pero que dejó una profunda huella que aún
persiste. Perdónenme, si me he quedado escaso, pero sino, la entrada sería
demasiado larga y aburrida para el personal. Un saludo desde el sur.
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Barrio Obrero de Huelva. |
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Casa del Coronel, Jerez de la Frontera. |
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Pabellón del Jockey Club, Jerez de la Frontera, con arquitectura inglesa y japonesa. |
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Portada de la Fábrica de Tabacos de Cádiz. |
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Fachada de la misma fábrica. |
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Colegio de las Esclavas, Cádiz. |
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Parte del Palacio de los Duques de Orleans, Sanlúcar de Barrameda. |
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Hotel Reina Cristina en Algeciras. |
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Fachada de los Depósitos de Tabacos en Cádiz. |
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