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viernes, 15 de diciembre de 2017

Plazas II

 Continuamos una segunda entrada , relacionada con las distintas plazas que he seleccionado, y seguimos con el orden alfabético de las mismas. Digo lo de siempre, son criterios subjetivos, de mi propio gusto. Así pues ni están todas, ni son todas las que están. Ahí va la siguiente tanda:
  • El Puerto de Santa María. Plaza de España. La localidad portuense destaca por su ordenado urbanismo de calles ortogonales, en las que se pueden encontrar algunas plazas llamativas, sin embargo, el alma de todas es la mencionada aquí, y en el que se puede encontrar a la iglesia Mayor Prioral, una joya que mezcla el gótico con el barroco y el plateresco. Así como varios palacetes, de los cuales, en uno se encuentra el Museo Municipal, en un palacete barroco y otro a destacar es el de los Duques de Medinaceli, de corte neoclásico.

  • El Toboso. Plaza de Juan Carlos I. La localidad de Dulcinea, la amada de Don Quijote, conserva una hermosa plaza donde destaca la silueta de la iglesia de San Antonio Abad, joya renacentista del XVI. Pero no es lo único, al ser una localidad tan vinculada al Quijote, justo al lado de la parroquia, se encuentra el Museo Cervantino, digno de visitar para los amantes de la literatura, pues en él hay varios ejemplares del Quijote, en varios idiomas, y firmados por distintos personajes históricos. Como no podía ser de otro modo, dos estatuas, del propio Quijote y Dulcinea, completan la estampa.

  • Espera. Plaza Iglesias. Espacio central, abierto, escalonado y más importante de la localidad espereña. Donde se localiza la renacentista parroquia de Santa María de Gracia, del siglo XVI, aunque con alguna reforma barroca tras el Terremoto de Lisboa, en 1.755. Desde aquí se puede observar, en el cerro cercano el castillo medieval de la población, llamado de Fatetar, así como la ermita de Santiago, del XVI. Cerca, el Museo Municipal, conserva interesantes figuras íberas.

  • Estella. Plaza de San Martín. La localidad navarra destaca por su monumentalidad, que se muestra en la grandiosa plaza que les muestro. Destacan a la derecha, ocupando toda una fachada, el Palacio de los Reyes de Navarra, el único edificio románico civil de dicha comunidad; así como otros palacetes y edificios notables. En la parte superior, la iglesia de San Pedro de la Rúa, de estilo gótico, salvo en el caso de su espléndido claustro románico. En el centro de la plaza, una bonita fuente, y un precioso arbolado completa la estampa.

  • Gibraltar. Grand Casemates Square. Aunque no sea una localidad jurídicamente española, su cercanía a nuestra provincia, me hace incluirla como un lugar de visitas fáciles de ejecutar. Realmente es una plaza de armas, abierta y diáfana, rodeada de murallas de época moderna, posterior a la conquista británica. Hoy esas bóvedas, se encuentran llenas de restaurantes y tiendas, que dan vida al lugar. Sin embargo, lo más llamativo es ver a gran parte del centro histórico de la localidad escalar por el peñón hasta el llamado Castillo Moro, una torre de origen medieval. La imagen más que británica, recuerda a algún pueblo de la región de Liguria, en Italia.

  • Granada. Plaza del Mirador de San Nicolás. A decir por Bill Clinton, aquí se pueden ver los mejores atardeceres del mundo. Tenga o no, razón, lo cierto es que no hay mejor vista de la ciudad para ver la Alhambra con Sierra Nevada como fondo. La misma plaza, no sólo destaca como mirador, sino que también es digna de admirar la iglesia mudéjar, que le da nombre al lugar; así como el aljibe de origen musulmán. La cruz y el bonito arbolado completan una bella estampa, incomparable, en una plaza que tiene el mérito de ser una de las más bonitas en una de las ciudades más bellas del mundo.
  • Grazalema. Plaza de España. Estamos en una de las localidades más lluviosas de España, y que se encuentra a una altura superior a los 800 metros sobre el nivel del mar. Dentro de ella, podemos admirar una preciosa plaza donde se encuentran algunos de los monumentos más interesantes de la población. Una fuente con cuatro caños, de origen romano o visigodo, el Ayuntamiento, y por supuesto, presidiendo el lugar, la iglesia de Nuestra Señora de la Aurora, de arquitectura neoclásica. Todo ello, con las montañas y los bosques como telón de fondo.

  • Huelva. Plaza de las Monjas. Tal vez el rincón más completo, monumentalmente hablando, de la capital onubense. En ella todavía se ven unos pocos elementos decorativos regionalistas, como una caseta, además de la espectacular Fuente Magna y un bonito templete musical. En el plano arquitectónico, destacan el convento de las Agustinas, del XVI, en los estilos renacentistas y mudéjar; llamativo es también el antiguo Hotel París (edificio de La Bola), modernista de 1.907, el antiguo Banco de España, de 1.938, y aspecto neoclásico, así como algún edificio de aspecto regionalista (yendo para Concepción), y varios edificios neoherrerianos en la bocacalle de la Gran Vía, donde recientemente, se ha situado un monumento a Cristobal Colón.

  • Isaba. Plazuela. Bonita población situada en el Pirineo Navarro, y donde por más que busqué no encontré nombre de placeta alguna, ya que las direcciones se ordenan en barrios. No obstante, quería destacar la belleza del cuidado caserío típico, llenas en multitud de ocasiones, de macetas con flores. Como fondo, la torre campanario de la iglesia de San Cipriano, del siglo XV, y con aspecto de fortaleza.

  • Iznájar. Patio de las Comedias. Bonito pueblo cordobés, situado justo en el centro de Andalucía. Desde aquí se pueden observa los territorios de cinco provincias. La bella plazoleta se encuentra junto al castillo y a la iglesia, y se encuentra decorada en el centro por una fuente, así como por multitud de macetas de color añil y platos de cerámica que adornan las blancas paredes, así como sus rejerías.

  • Jerez de la Frontera. Plaza de San Miguel. En la localidad vinatera es también doloroso seleccionar una sola plaza. Ya que su centro histórico es enorme, y rico en rincones típicos y monumentales. Sin embargo, he optado por una pequeña plazoleta, silenciosa, irregular, y coqueta, pues se encuentra adornada con naranjos, típico andaluz. La sencillez del entorno, y del caserío, contrasta con la magnificencia del templo gótico de San Miguel, y su barroca fachada. Segunda catedral de la ciudad, es originaria del XVI, y dio origen a un barrio con alma flamenca.

  • Jimena de la Frontera. Plaza de la Constitución. Enorme y despejada plaza, en la entrada de la población campogibraltareña, donde destaca un solitario campanario, erigido en medio, cual faro, y que formaba parte de la iglesia de Nuestra Señora Coronada, derribada en 1.946. Desde aquí se puede observar una magnífica perspectiva general de la localidad, de blanco caserío, con el castillo nazarita coronando a la población.

  • Laroya. Plaza de la Constitución. Pequeña, y casi única plaza en el minúsculo pueblo almanzoreño. Presidida por la sencilla iglesia renacentista de San Ramón Nonato, del siglo XVI. Como todo el pueblo, y el entorno, se encuentra escalonada con respecto al caserío más alto que la plaza por un lado, en el otro, hay un magnífico mirador hacia los bancales que rodean a la localidad.

  • Los Barrios. Plaza de la Iglesia. Centro neurálgico de la localidad barreña, se sitúan varios de sus edificios más notables aquí. Destacando la iglesia parroquial de San Isidro, barroca del siglo XVIII, y donde llama la atención su alta torre, la casa de los Urrutia, palacete barroco del XVIII, con la típica decoración gaditana, así como el edificio del Ayuntamiento, de mediados del siglo XX, de arquitectura neobarroca.
  • Lucena. Plaza Colón. Llamada también Llanete de San Agustín, es una pequeña plaza, recogida y coqueta, y que además, conserva íntegro el caserío tradicional de la ciudad. Reinando la misma, la iglesia conventual cuya advocación da nombre al lugar, del siglo XVIII, tiene una arquitectura barroca, si cabe, más espectacular en el interior.

  • Luque. Plaza de España. Otra población de la Subbética cordobesa, en cuya parte más alta y despejada se localiza su principal plaza, casi un paseo alargado. En cada extremo de la misma, se localizan dos de los más importantes monumentos de la localidad: la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, obra de los Hernán Ruiz II y III en estilo renacentista, en el otro lado, el ayuntamiento, y tras él, se puede observar y subir, al castillo nazarita, que cubría la frontera norte del reino de Granada.

  • Macael. Plaza de la Constitución. Esta foto es antigua, del 2.008, actualmente, una enorme réplica de la  fuente de los leones ocupa un lado de la plaza. Fabricada al igual que la original, con mármol de Macael, famoso y cotizado en el mundo, y que forma parte de la mitad de los monumentos andaluces. La iglesia originaria de 1.609, en un estilo mudéjar del que sólo se ha conservado el exterior, el interior, se encuentra muy transformado. La misma cierra la plaza en forma diagonal, haciéndola más estrecha por el lado de la torre.  

  • Madrid. Plaza de Oriente. Preciosa plaza de lo que es justo el embrión de la ciudad. Aunque hay que especificar que no es la misma el núcleo de la población, sino el desaparecido alcázar, donde ahora está el Palacio Real, en la imagen, y las casas medievales que fueron demolidas para crear dicha plaza. Impulsada por José I, llegó a su fin con Pascual y Colomer. Su caserío circundante con una arquitectura que corresponde al siglo XIX, al igual que el Teatro Real, al otro lado, el Palacio Real, el más grande de su tipo en Occidente, y en estilos neoclásico y barroco, así como el Real Monasterio de la Encarnación, en estilo Herreriano, del XVII. En el centro, unos magníficos jardines, adornados con diversas estatuas como la de todos los reyes españoles, así como una al Cabo Noval, y un monumento a Felipe IV. 

  • Málaga. Plaza del Obispo. Pequeña plaza donde se encuentra tanto la Catedral, la famosa Manquita, como el Palacio del Obispo.  La primera nos regala aquí con la magnífica fachada principal, con su esbelta torre, todo en un espectacular estilo renacentista, el segundo, es un colorido edificio de estilo barroco andaluz, y una tremenda portada de mármoles. En el centro de la plaza, una bonita fuente, también de mármol, del siglo XVIII.

  • Manresa. Plaça de la Reforma. Como plaza en sí, es totalmente nueva, ya que debajo se construyó un aparcamiento de pago. No obstante, lo despejado de la misma, y los distintos grados de escalonamiento logran hacer justicia con el magnífico templo que es La Seu, una joya desconocida de estilo gótico, no obstante, conserva restos románicos, y otros elementos posteriores, renacentistas o barrocos en sus distintas dependencias. 

  Terminamos esta semana con la letra M de las distintas plazas de las ciudades que he ido pisando. La semana que viene más. Sin más me despido. Un saludo desde el sur.

lunes, 1 de mayo de 2017

Iznájar y su mar interior.

Iznájar.
 Si cogiéramos un mapa de Andalucía y señaláramos un centro geográfico, ese sería, sin duda, el pueblo cordobés de Iznájar. Es de Córdoba, pero podría haber caído en Granada o Málaga ya que está cerca de ambas. Justo desde lo más alto del pueblo, se pueden observar cinco de las ocho provincias de Andalucía, es decir, salvo Almería, Cádiz y Huelva, todas las demás, y así terminamos antes. También desde él se domina los valles colindantes, las serranías subbéticas, y las orillas del Genil, río que se ha embalsado formando uno de los mayores embalses de la península, recibiendo el mismo nombre del pueblo, y que rodea a la urbe, dando la sensación de que se encuentra en la orilla del mismo mar. La espectacularidad de la peña con su castillo y su iglesia renacentista en lo más alto, rodeado casi por entero por el lago, pueden quitar el hipo a cualquiera. 

Iglesia de Santiago Apostol.
 Una vez llegado a la entrada de la localidad uno puede dar fe de la auténtica dimensión de la peña, un enorme farallón que es rodeado por la carretera de subida. No podía ser menos en una fortaleza que controla el centro del territorio andaluz, y que era llave de los reinos occidentales u orientales, según fuera el bando atacante. Tanto el castillo como la iglesia dominan el pueblo y el paisaje, no obstante la fortaleza nació primera, como ocurre en casi todos los pueblos españoles, y su origen parece ser del periodo emiral, allá por el siglo IX, cuando todavía el reino islámico andalusí dependía espiritualmente del Califato Abbasí de Bagdag, pero políticamente, Abderramán I creo un reino independiente, tras lograr huir de la matanza que éstos realizaron con los Omeyas. Sea como fuere, la fortaleza parece como una puerta de entrada a la flamante capital, Córdoba, un punto de control y seguridad entre tantas facciones y revoluciones que se hicieron en un reino donde hubo grupos bereberes, yemeníes, árabes, cristianos o judíos entre otros. No obstante, la arquitectura actual recibe sobre todo herencia del último periodo musulmán, el Nazarí, como muchos pueblos que bordean las Cordilleras Béticas, típicos de frontera del Reino de Granada. Aunque también bebe de la arquitectura califal, típicamente cordobesa, del siglo X. Conserva casi todos los elementos posibles: barbacana, murallas, y alcazaba, además del patio de armas y un pósito de grano que se encuentra en su interior. También dentro se puede observar la iglesia bajo la advocación de Santiago Apóstol, y que es una de las mejores muestras del renacimiento andaluz, construida, parece ser por Hernán Ruíz, el Joven, la cual parece ser que se quedó a mitad de camino, pues pretendía ser más grande, aún así, su tamaño ya impresiona, y exteriormente, recuerda vagamente a la toscana iglesia de San Biagio de Montepulciano. Aunque esto no es algo objetivo.

Calle y torre del castillo.
 Sin embargo, aunque pequeño, las visitas al pueblo no terminan aquí, conviene callejear por sus calles andalusíes, llenas de blanco radiante, plagadas de macetas, cuestas, suelos de adoquines y adornadas en ocasiones con pinceladas añiles. Sobre todo en zonas de intramuros. Las vistas tanto exteriores como interiores son impresionantes, y debió impactar más en el pasado cuando no existía el lago artificial que rodea a la localidad, pues verdaderamente tuvo aspecto inexpugnable. Hoy un mar interior lo rodea, y todo un océano de olivares, típico de las serranías subbéticas cordobesas, donde se produce uno de los mejores aceites de oliva del mundo. Conviene, al salir de la localidad, y cruzar uno de los dos puentes, dirigirse hacia un mirador para observar el pueblo desde la otra orilla del embalse, y ver una de las mejores estampas del interior de Andalucía, eso sí, después de haber comido algo típico, en algunos de sus buenos restaurantes. Un saludo desde el sur.

Vista de uno de los farallones de la peña.


Detalle del pueblo, rodeado de olivares.

Moderna y bonita fuente.

Detalle del castillo.

Arco de entrada a la zona histórica.
Otro detalle del mismo arco.


Visión completa del mismo.

Torre en el patio de armas.

Detalle del patio de armas.

Detalle del pósito y la iglesia.

Bella plazoleta, adornada para la Navidad.