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domingo, 25 de noviembre de 2018

Monumentos flotantes.

 Estos días ha atracado en el muelle de Cádiz el submarino de clase Galerna Mistral (S-73) con base en el Arsenal de Cartagena. Evidentemente la expectación local es notoria, pues no es muy común la presencia de una de estas naves en esta zona, a pesar de su gran tradición naval, y menos aún, que se pueda visitar por dentro en jornadas de puertas abiertas. Hay que decir ante todo, que amen de la vocación por la Armada, para trabajar dentro de un submarino hay que ser de una pasta especial, pues lo claustrofóbico que tiene que ser navegar dentro de un espacio tan reducido, y más aún, sabiendo que se está bajo superficie, debe impresionar bastante. No obstante, como ya he mencionado antes, nuestra tierra, y en concreto, San Fernando, la presencia de la Armada, así como su industria asociada, llevan largos siglos entre nosotros, y además de la arquitectura y las tradiciones, aquí se han gestado buques que han marcado la historia española, e incluso de la humanidad. Y por ello, escribo esta pequeña entrada a modo de reseña de dos naves que nacieron en el Arsenal de la Carraca, el más antiguo de los existentes en nuestra nación. Uno aún sigue en funcionamiento, mientras que el otro lógicamente, es pieza de museo. Una vez más, como es costumbre en mí, ahí van, como la sota de bastos:

  • Juan Sebastián Elcano: El buque escuela Juan Sebastián Elcano es un bergantín goleta para la formación de los futuros oficiales de la Armada Española, y fue botado en el año 1.927 en los astilleros gaditanos de Horacio Echevarrieta, coincidiendo con la conocida Exposición del año 1.929 de Sevilla, ciudad a la que la nave fue dos años antes, en una primera escala para una navegación de prueba. Posteriormente, entre el 28 y el 29, el buque hizo su primera circunnavegación, en dirección contrarias a la que realizaran tanto Magallanes como el propio Elcano. A lo largo de todos estos años ha realizado multitud de travesías en los que o bien se ha cruzado el Atlántico de norte a sur (los más frecuentes), o se ha circunvalado el mundo. Como curiosidad, destacar que el buque en cuestión tiene un hermano gemelo chileno, de similares proporciones, unos 113 metros más o menos de eslora, son tercero y cuarto veleros mayores del mundo. Cabe destacar que el chileno fue construido por el mismo astillero en el año 46, como sustituto del Galatea, pero fue cedido en pago al país sudamericano por las deudas contraídas por la Guerra Civil española. Muy vinculado a nuestra ciudad, el navío descansa todos los años durante meses en los astilleros de su puerto base, cual es el Arsenal de La Carraca. 

  • El submarino torpedero acorazado de Isaac Peral: Cuesta creer que España lleva teniendo submarinos desde el XIX, pero en efecto así fue. Nuestra nación fue pionera en la creación del arma submarina acorazada, y nuestra ciudad, San Fernando, se encuentra muy vinculada a este hito, que si bien se debe al cartagenero Isaac Peral, quien lo diseñó, y cuya casa se conserva aún junto al Callejón de Cróquer. Además, fue construido y botado en el Arsenal de La Carraca, y dio su primer paseo e inmersión en las aguas de la bahía de Cádiz entre el júbilo de todos los presentes aquel día de 8 septiembre del año 1.888. No obstante, y una vez más, las envidias personales entre oficiales, los sobornos a políticos y militares por parte de otras Armadas enemigas poco interesadas en que nuestra nación desarrollara una nave que pusiera a España en un lugar ventajoso, influyó en el cierre de un proyecto que hubiera cambiado el devenir de nuestra historia, como así afirmó el almirante norteamericano Dewey, quien entró en Cavite en la Guerra del 98. Posteriormente, España compró (después de haberlo creado, y no patentado), distintos torpederos submarinos a las Armadas francesa, norteamericana o inglesa entre otras, así como alguno alemán en tiempos del Eje. Hoy día hay que desplazarse al Museo Naval de Cartagena para poder verlo, mientras nuestra ciudad la invención del submarino permanece en el más absoluto de los olvidos.

     Termino esta pequeña entrada, con dos pequeñas, y muy breves reseñas de dos hitos navales muy vinculados a nuestra ciudad de San Fernando, por uno u otro motivo, y es que en una localidad como la nuestra tan vinculada a La Armada, no todos los monumentos son de piedra o ladrillo, sino que pueden ser de metal y madera. Un saludo desde el sur.

Arsenal de La Carraca, punto muy importante para la historia de La Armada.

  

domingo, 8 de junio de 2014

Grandes derrotas navales inglesas a manos españolas. Parte III.

 Empiezo hoy la penúltima entrada de batallas navales contra Inglaterra. Las de hoy, son las últimas de nuestro Siglo de Oro que incluyo en la saga. En la próxima, serán del siglo XVIII o del XIX. Y en esta entrada, algunas no serán auténticamente batallas navales, sino que hay dos, que son desembarco en tierras inglesas o sus cercanías. Batallas de la I Guerra Angloespañola, de clara victoria hispana, a pesar del primer batacazo de la Invencible. Sin más preámbulos, ahí van:

  • Carlos Amesquita. Cornualles. Año 1.595.
 Encomendado por Juan del Águila, nuestro militar D. Carlos de Amezquita, fue el artífice de una de las campañas más exitosas de España, y a su vez, de las más desconocidas: la Batalla de Cornualles. Una expedición de castigo, y un desembarco en la punta occidental más alejada, y difícil de defender de Inglaterra. Donde desembarcaron y saquearon todos los pueblos que se pusieron por delante, de los cuales, en uno, sólo quedó vivo un pub. También tomaron varios fuertes, robando su artillería para uso propio de sus galeras. A la vuelta, se toparon con una flota holandesa, a la cual, también le hundieron varios barcos.

  •  Juan del Águila. Kinsale. Año 1.601.
 Fue éste militar, un testigo privilegiado de los grandes acontecimientos de la época, pues estuvo en el Sitio de Malta o en el Milagro de Empel, entre otros. Y fue promotor de la anterior expedición.  Pero la batalla que nos importa ocurrió en tierras irlandesas, como apoyo a los rebeldes católicos irlandeses contra la ocupación inglesa. Pero a causa de una galerna, lo que deberían haber sido unos cuatro mil hombres, se quedaron unos tres mil, más novecientos bisoños mal armados (bisoños eran novatos, por decirlo de un modo fácil de entender). Contra unos diez mil infantes y seiscientos caballeros ingleses, más su artillería. Y lo que es peor, quedaron aislados en la ciudad de Kinsale. Por lo que en las primeras batallas, Juan del Águila, pidió la rendición, que le fue denegada. Si en el enfrentamiento por tierra, se perdió, en el naval se ganó. Porque la llegada de refuerzos por parte de los rebeldes irlandeses, y de Pedro de Zubiaur, que derrotó en otra batalla naval, la de Castlehaven, a la flota inglesa; dieron vida a los arrinconados. Con ello se pudieron desembarcar más infantes. Y Juan del Águila, realizar una salida hacia su cerco para intentar romperlo. Y aunque no se consiguió, causaron bastantes bajas a unos ingleses que empezaban a estar diezmados. Luego, en la llamada Batalla de Kinsale, la coalición hispanoirlandesa perdería, a causa de su escasa coordinación. Pero pudieron sacar una rendición bastante ventajosa. 

  • Asalto de Cádiz. Año 1.625.
 Uno de los asaltos más conocidos a nuestra Tacita de Plata, pues fue pintado por Zurbarán, en unas vistas desde lo que hoy es Puertas de Tierra, y desde se observan Torregorda y el Castillo de San Romualdo de San Fernando. Dicho cuadro se encuentra en El Prado. La flota atacante fue compuesta por una coalición angloholandesa, al mando de Sir Edward Cecil, con quince mil hombres y cien barcos. La batalla fue un fracaso, porque las naves se quedaron estancadas en el ataque al fuerte de San Lorenzo del Puntal (Puntales). Asimismo, el desembarco de tropas fue un fiasco, y la escasa guarnición de Cádiz, acabó por espantar a los ingleses. La intención de llegar a La Carraca, como era lo previsto, no se llegó ni a intentar. La batalla, supuso para Inglaterra un grave quebranto económico, y una pérdida enorme de prestigio. Y con ello, la nación anglosajona, salía trasquilada de la Guerra de los Treinta Años.

  • Guerra Angloespañola con Oliver Cronwell. Entre 1.655 y 1.660.
 En esta guerra ambas potencias salieron tocadas en lo económico, Inglaterra, una vez más, y España, por primera vez, saboreaba que una guerra puede ser poco rentable, y no salir de ella totalmente victoriosa. Como venía siendo de costumbre desde hacía más de un siglo. Como era tradicional, y más, con el fanático de Oliver Cronwell, la nación inglesa solía ignorar los tratados, y era común, los asaltos a las naves españolas. La mayor victoria española de la guerra fue el sonoro fracaso del intento de conquista de La Española en 1.655. No obstante, el resto de la guerra no iría tan bien, y España perdería para siempre Jamaica, entre otras. Otro fracaso inglés fue el bloqueo de Cádiz, en busca de la Flota de Indias, pero esta a sabiendas de la noticia, pasó el invierno en El Caribe, para regresar cuando esta se hubiera ido. Sin prácticamente, gastar una bala.

 En la próxima, y última entrada, entramos en el siglo XVIII, en el de la Ilustración, ya con reyes Borbones en el trono español. Todavía España seguirá siendo una de las tres potencias navales, aunque ya no será la única, y la hegemonía tendrá que compartirla tanto con Francia, como con Inglaterra. No obstante, aún nos quedaban muchas victorias por celebrar, entre ellas, varias a Lord Nelson. Un saludo desde el sur.

Defensa de Cádiz contra los ingleses. Zurbarán.





domingo, 18 de mayo de 2014

Grandes derrotas navales inglesas a manos españolas. Parte I.

 Hace poco han inaugurado en el Paseo de Canalejas de Cádiz, una estatua a uno de los marinos más gloriosos de Armada Española, y tal vez, el único (a título personal), que derrotó a la mayor flota británica de la historia, tras el del Desembarco de Normandía. Ya era hora pues, de que se reconociera a alguno de los muchos militares españoles que fueron mejores que los británicos, quienes una y otra vez, nos enseñan lo bien que lo hicieron en Trafalgar. Así pues, con ánimo de ir empezando a acostumbrar a los españoles a sentirse menos acomplejados, y más orgullosos de su patria, escribo estas entradas con diversas batallas navales, que de modo resumido, viene a explicar que ocurrió en cada una. Aquí no he decidido profundizar en exceso, para dar mayor libertad personal de interesarse por parte de cada uno. Cada batalla daba para una sola entrada, y probablemente, me olvide de muchas, pero siempre he optado por las más exóticas, y menos conocidas como selección personal, para darlas a conocer. Pero es que, no es fácil repasar el dominio naval español durante cuatro largos siglos, en los que estuvo siempre entre las tres primeras armadas, . Compartiendo peso con la inglesa o la francesa. Sin más explicaciones, ahí van las batallas que yo mismo he seleccionado:

  • La Rochela. 1372. En la costa francesa.:  
  Si bien es esta una batalla naval de las más importantes de la época bajomedieval, por sus consecuencias, y magnitud, hay que decir, que esta se libró entre Castilla e Inglaterra, pues aún no existían, ni España ni Reino Unido. Sin embargo, decidí incluirla por la importancia de la derrota inglesa, que significaba la entrada de la lana castellana en el mercado europeo en deficiencia de la anglosajona, que veía perder sus mercados continentales. Aunque la Marina tiende, asimismo, a considerarse castellana, lo cierto es que era,casi en su totalidad, de origen vasco y cántabro. También fue una batalla clave en lo que era la Guerra de los Cien años, en las que tanto Francia como Inglaterra involucraron al resto de Europa, especialmente a los reinos hispánicos, de los que intentaron buscar, una y otra, distintas alianzas, tanto con Aragón, como con Castilla. Tras la batalla, Castilla empezó a convertirse en una potencia naval y militar, que daría lugar al imperio posterior.



  • Batalla de San Juan de Ulúa. 1568. México. 

 Es esta una batalla en la que el famoso corsario Francis Drake y Hawkins salieron mal parados. Y fue debido al constante incumplimiento de la tregua entre las dos naciones, por parte de los corsarios ingleses. Que animados por su propia reina, abusaron de los tratados que cumplían solo cuando les venían bien. Así pues, en una parada de avituallamiento en la ciudad de San Juan de Ulúa. Resultó que tras secuestro de varios españoles, y chantajes al Virrey, Drake trató de rapiñar por la ciudad, y forzar la reparación de sus barcos. Pero a la llegada de una flota comandada por Francisco Luján, los ingleses se vieron atrapados por un ataque fulminante, en el que perdieron cuatro barcos y a unos quinientos marineros ingleses. No obstante, en pleno combate, y dejando de lado a sus hombres, en pleno acto de cobardía, tanto Drake como Hawkins, huyeron en sus dos barcos. Dejando a varios de sus hombres en el sur de lo que hoy es EEUU, para "aligerar" la carga. Primero llegaría Drake contando fantasiosas historias, y dando por muerto a Hawkins, quien algo más tarde llegaría, sano y salvo. 

  • Contrarmada o Invencible inglesa. La Coruña, Lisboa, y costa occidental de la península. 1589.
  Todos sabemos del desastre de la famosa Invencible española, pero pocos saben que hubo otra Invencible, también española, de idénticos resultados, y otra inglesa, la llamada Contrarmada. Sencillamente, la idea era la misma, si Felipe II decidió invadir Inglaterra, Isabel I optó por devolverle la jugada, y caer en el mismo error. Su primera parada y fonda, era a priori sencilla, La Coruña; para luego atacar San Sebastián y Santander. El desastre fue similar, pues de entre ciento cincuenta o doscientas embarcaciones inglesas, y más de dieciséis mil soldados de desembarco, cayeron cuarenta naves y quince mil hombres, y desertaron unos treintiseis buques y cinco mil hombres. En el intento de toma de La Coruña, destacó la defensa hecha por María Pita que mantuvo intacta la moral de los escasos mil quinientos hombres (para ocho mil), hasta la llegada de más tropas de refuerzo. Tras el primer fracaso, algunas naves abandonaron la expedición, y volvieron para Inglaterra, otras siguieron para Lisboa, pero sin aprovisionamiento alguno. El objetivo de tomar la capital lusa era provocar un levantamiento contra España. Aquí, ya perdieron en el desembarco catorce barcazas debido a la mala mar. Dentro de la bahía lisboeta, permanecía una flota comandada por Alonso de Bazán, quien protegía el puerto de un Francis Drake que nunca se decidió por atacar. Las tropas en tierra, fueron masacradas tanto desde mar, como desde tierra, por las defensas hispanoportuguesas, que hicieron política de tierra quemada en la ruta que los ingleses iban tomando, para que sus soldados llegaran maltrechos al asedio definitivo. La persecución hecha por la Armada Española, a lo largo del Atlántico a las naves inglesas, terminaron por darle la puntilla a la Armada inglesa, que se vio igual de reducida que la española. Y por tanto, esta última, tuvo oportunidad de recuperarse, y seguir siendo la primera potencia naval hasta el siglo XVIII. 


 Termino aquí, la primera de las entradas, con el afán de no hacerla muy larga, pues hay, al menos, seis batallas más que mencionar. Un saludo desde el sur. O desde el mar.