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domingo, 8 de julio de 2012

Revistas y coleccionables desaparecidos.

 En el momento en que te paras a reflexionar lo rápido que pasan los años, y te pones a pensar que entre los 90 y ahora, hay más de una década por medio; te das cuenta de que todo ha cambiado mucho en relativamente poco tiempo. Invito a una reflexión: viaja en el tiempo al año 97, y piensa, como era todo antes, y como son las cosas ahora. En aquellos tiempos no había pen drives, ni mp3; sino cassettes y diskettes. Pero no sólo la tecnología ha cambiado, también los gustos lo han hecho. Por entonces, la sombra de Felix Rodríguez de la Fuente todavía era alargada, a pesar de que hacía tiempo de su triste desaparición. Por aquellos años, aún abundaban las revistas de naturaleza que hoy día escasean, pues sólo queda una de ellas: Quercus. Fue el periodo de mayor esplendor del periodismo de naturaleza, en el que los mayores expertos del panorama nacional e internacional, exponían en nuestras revistas sus avances científicos. Hoy día, es la Historia, como disciplina, la que ocupa el nicho que dejaron éstas revistas. Ya que son muchos los aficionados a ésta bella materia. Pero es una lástima que por simples leyes de mercado hayan terminado por desaparecer una fuente de conocimiento de nuestro patrimonio natural, que cada mes, o semana, se distribuían por nuestras papelerías. 

 De algunas de ellas, sino de casi todas, he sido asiduo comprador, y de una de ellas, suscriptor. No todas han tenido la misma vida: algunas duraron bastantes años, otras apenas un par. También entro a homenajear, en ésta entrada, a uno de los coleccionables que marcaron mi vida como aficionado a la naturaleza. Nombro aquí, a las que recuerdo a priori. Empiezo la lista, con aquella a la que tuve mayor devoción, y de la que fui suscriptor:

 - Biológica: Para mi gusto, la mejor revista de naturaleza de las que han existido en los últimos tiempos en España. Creada por el grupo del periódico ABC, era una revista, puramente científica, pero con un lenguaje claro para todos aquellos que éramos aficionados a la materia. Abarcaba múltiples campos: Avances científicos, criptozoología, fauna, flora, porfolios, rutas, espacios naturales (españoles e internacionales), bosques, e incluso, artículos de opinión, algunos inolvidables, como los de Mario Saenz de Buruaga o Miguel Delibes. Su vida empezó en octubre de 1.996, y terminó aciagamente, no se cuando...porque allá por el año 2.001, más o menos, fue comprada por la editorial de la competencia, que transformó toda su seriedad, en puro sensacionalismo; fue entonces, cuando me borré de la suscripción, y no volví a saber de ella. Fue, bajo mi punto de vista, todo un desastre, perdiéndose una revista que hubiera tenido un próspero futuro, y que se hubiera comido, mercantilmente, a aquella que la compró. Fue una competencia desleal, y simplemente, la adquirieron, para que desapareciera. Ha sido todo una merma para aquellos que nos gusta saber de la naturaleza, gracias a aquellos generosos reportajes de los que hacía gala.


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Número 34, de julio del 99.

 - Hábitat: Éste fue un coleccionable que en principio era, solamente, una serie de reportajes para una revista dominical que se repartían los domingos con los periódicos locales. A diferencia de la anterior revista, fue un empeño de un sólo hombre: Juan Gabriel Pallarés. Quien se dedicaba a recorrer, fotografiar y explicar, rincones naturales de nuestro país. Algunos conocidos, como Doñana o Cazorla, y otros, que por aquel entonces no conocía nadie, como Azután, Cabañeros, los Arribes del Duero o el Río Mundo. Hoy, gracias en gran parte a su labor, son espacios protegidos, y conocidos por el gran público. En el año 95, empezó siendo ya coleccionable, terminándose en un corto espacio, en el 96. En el 97 sacó dos libros, con los reportajes anteriores, no coleccionables, pero que se imprimieron con la revista dominical. Para mí, al menos, fue un hito en éstos temas, pues todavía hojeo una y otra vez, las páginas de sus ya, viejos libros. 


http://pictures.todocoleccion.net/fot/2007/09/06/5878407.jpg
Capítulo 38, del año 95.


 - La Tierra: Fue una revista de muy corta duración, pero que dejó una huella profunda en el mundillo de las revistas de naturaleza. El primer ejemplar que tuve fue, más o menos, entre el 97 o el 98; y duró sólo unos pocos años más, hasta el 2.002, año arriba, año abajo. Su nombre era más largo; pues en realidad se llamaba "La Tierra que todos desearíamos". Fue una revista con reportajes de notable calidad, sobre todo en lo fotográfico, y con un lenguaje llano, que servía para que aficionados como yo, entendiéramos todo. Para mí, mitológico fue el reportaje del diciembre del 2.000, en el que hacía un resumen  de los cambios en la fauna y paisajes de la península ibérica a lo largo del milenio, desde al año 1.000, hasta el citada fecha. También tenía una sección infantil que explicaba de forma atractiva, para que los niños aprendieran. Fue víctima del declive que ha tenido la afición a la naturaleza entre las generaciones más jóvenes.

REVISTA LA TIERRA QUE TODOS DESEARIAMOS - NUMERO 46 - MARZO 2002 - SERPIENTES (Papel - Revistas y Periódicos Modernos (a partir de 1.940))
Número 40, marzo del 2.002.


 - Natura: Otra revista mitológica dentro del panorama nacional. Ésta duró bastantes años (no puedo decir cuantos), y también tuvo memorables reportajes, como uno sobre lobos árticos, allá por el año 89, no recuerdo bien la fecha. Tengo menos ejemplares de ésta memorable revista; pero también tenía secciones y reportajes inolvidables. Al igual que la anterior, fue víctima de los nuevos tiempos, y las nuevas aficiones. 

REVISTA NATURA NÚMERO 17 JULIO 1997 (Papel - Revistas y Periódicos Modernos (a partir de 1.940))
Número 17, julio del 97.


 - Red Life: Era ésta, una revista gratuita que se repartía entre los diarios locales, cierto día de la semana. Aquí vino con el Diario de Cádiz. Algo más fina que las anteriores, vino a cubrir el hueco que las éstas dejaron durante ésta última década que hemos pasado. Tengo algunos ejemplares, que van desde el año 2.004 al 2.011. Tampoco he vuelto a saber nada de ella. Aunque parece ser que aún existe, aunque de modo trimestral. Era una revista de noticias, que contaban los avances científicos, y los proyectos que habían sobre las especies protegidas. 

http://www.demaprimilla.org/dema/wp-content/uploads/2010/11/01_PORTADA-RED-LIFE.jpg
Número 23, otoño del 2.010.


 Tal vez sea injusto no recordar a otras, pero no me he parado a pensar ni informarme de aquellas que ahora no recuerdo. Sin embargo, todas las que he nombrado estaban a la misma altura, o superior, de las hoy existentes. Siendo para mi gusto, mejores que National Geographics que tanta fama tiene, y que recibió alguna que otra corrección a cargo de alguna de las revistas antes mencionadas, a causa de su sensacionalismo. Ésta entrada sirve sólo de homenaje, y no como una explicación a la existencia y desaparición de las citadas revistas. Para ello hay otras páginas, y otros blogs; pero sirven para honrar la memoria de aquellos que nos dieron mucho de su saber y sacrificio, a cambio de muy poco. Y sirve, también, para demostrar, que la década del 2.000 ha sido un constante destrozo ecológico tras otro, incluyendo el cambio de mentalidad entre la población española, más dedicada a saber de los cotilleos de la televisión, o de profundizar más en el conocimiento del facebook o el tuenti, que de formarse con alguna materia que algún día les pudiera servir para algo. De aquellos polvos, éstos lodos. Ahora no se quejen de la crisis, pues se veía venir. Un saludo desde el sur.

domingo, 26 de febrero de 2012

El eucalipto maldito

Todo el mundo sabe que el medio que nos rodea es dinámico y que a la par que existen especies que desaparecen, otras nuevas colonizan un determinado lugar, eso sí, de modo natural. Las especies en peligro de extinción deben ser protegidas a toda costa, fomentando el crecimiento de la población de un determinado tipo de animal o vegetal para que recolonice sus antiguos dominios, y llegado en caso extremo, repoblarlo o reintroducirlo, de modo artificial. Dejando a un lado el peligro de extinción de, ya demasiadas, especies, hay que dar una, relativa, buena noticia: en nuestro continente, Europa, son muchas las especies las que se van recuperando, y algunas, como el lobo, colonizan sus antiguas moradas. Éste optimismo tiene letra pequeña, pues el crecimiento de una mentalidad acorde con los tiempos actuales no son compartidas por todos los habitantes de nuestro planeta; mientras en los paises desarrollados, como EEUU, Australia, o gran parte de Europa, se están recuperando hábitats, ecosistemas y especies, en los del tercer mundo, o los que están en vías de desarrollo el panorama es precisamente al contrario; sino basta con mirar el ejemplo chino, donde nueve de las diez ciudades más contaminadas del mundo se encuentran en el gigante asiático, y donde el índice de deforestación alcanza grados alarmantes. Sin embargo, todavía nos falta por corregir ciertos puntos en nuestra visión ecologista, como para mirar la paja en el ojo ajeno; la gran mayoría del contrabando de especies exóticas existentes en naciones, como Brasil, de gran riqueza ecológica, tienen como recorrido final el mercado negro (siniestro diría yo) de los países del primer mundo. También es un indicativo de que tenemos que mejorar nuestra percepción naturalista el rechazo hacia ciertas especies que se han naturalizado en nuestras tierras por mano del hombre, como si el ser humano no participara de la naturaleza. Hay que decir que está claro, y no tienen que convencerme de ello, de que toda especie que se convierta en plaga hay que quitarla de en medio. Pero en ocasiones, hay demasiada leyenda negra con determinadas especies, sobre todo las vegetales. Para mí, el ejemplo más claro es el eucalipto.

Dicho árbol, que hoy día, es una estampa común en muchos de nuestros campos, está considerado como uno de los criminales más peligrosos de nuestra naturaleza. Se ha expuesto que consumen demasiada agua y acidifican el suelo, auyentando al resto de especies autóctonas del radio que ocupa el susodicho árbol. Evidentemente, cuando río suena, agua lleva, pero eso lo he observado en las plantaciones monoespecíficas que tanto abundan en Galicia o el Golfo de Cádiz. Hay que decir que las especies de uno y otro lugar son distintas, siendo las primeras Eucaliptos Blancos (Eucalyptus Globulus) y las del sur, rojos (E. Camaldulensis). He observado, que en efecto, en una plantación pura de éstos gigantes procedentes de Australia, que el suelo se empobrece, pero exactamente igual, que en cualquier otra en la que sólo hay una especie, como ocurre con los pinos. Pero en cambio, también les debemos algunos favores, ya que en tierras gaditanas, por ejemplo (no sé en el resto), la especie se ha naturalizado con éxito, sin ocupar ningún nicho preponderante, y mezclándose con especies autóctonas sin mayor problema alguno. Tengo fotos (en el extremo inferior de la entrada), donde éstos colosos se mezclan con alcornoques y acebuches en una formación espesa. Asimismo, ocupa terrenos pobres, normalmente arenosos, en lugares cercanos a las dunas costeras, y ya fijados, donde comparte espacio con los pinos piñoneros (P. Pinea) y carrascos (P. Halepiensis); donde sustentan un suelo, que de otro modo estaría suelto, y tendría escasos nutrientes, dichas especies colonizan en segundo lugar una duna, tras el primero, que es el barrón; para después crear humus, en un principio delicado, pero que obtiene su recompensa, a medida que el bosque se va haciendo más presente, empiezan a aparecer otras especies autóctonas, como alcornoques (Q. Suber), acebuches (O. Eureopaea) y algunos álamos (Populus Ssp.). Hay que decir, que nuestro eucalipto rojo, aunque procede del otro lado del mundo, tiene en su patria original, la cuenca del río Murray, en el sur de Australia, un clima, y unas condiciones similares, con lluvias invernales, que vienen a inundar parte de su bosque, y una dura sequía estival. Otra especie que comparte idéntico odio ecológico es la palmera washingtonia, de origen californiano. Igualmente de un lugar con clima mediterráneo, y que le ha tomado la vez a las palmeras tipo Phoenix, es decir, las datileras y las canarias, poco adaptadas a las condiciones de nuestra tierra, aunque también se encuentran naturalizadas en el sur peninsular. Sin embargo, la californiana palmera de abanico, crece como perico por su casa, sin echar de menos ningún elemento de su lugar de origen, pues aquí las condiciones climáticas son prácticamente iguales a las de la costa suroeste de EEUU. Pero a diferencia de las mencionadas Phoenix, no tienen el cariño de la población, y ninguna tradición local, pero en cambio, es más fácil de mantener en un jardín o huerto local, pues las exigencias son mínimas. Tal vez les sorprenda saber, ya por último, que algunas de las especies hoy protegidas, no sean autóctonas de aquí, y ahí van varios ejemplos:

  - En cuanto a la fauna, la gineta, el meloncillo o el camaleón, fueron aportaciones de nuestra fauna por los árabes que conquistaron España. Aunque del último, pesan mis dudas, pues es casualidad, que tras el pelotazo urbanístico costero (que afecta de pleno sus ecosistemas) ahora resulte que no es paisano nuestro. También lo es, el famoso mono de Gibraltar, que fue un regalo de los oficiales británicos hacia sus tropas para que se entretuvieran cazando en el peñón en sus tediosos asedios. Dos grandes hervíboros, como el gamo y el muflón fueron aportaciones romanas, pues sólo quedaban en Siria, el primero, y en Córcega y algunas islas mediterráneas el segundo.
  - Las especies vegetales foráneas son más abundantes, como ya dije, las tradicionales palmeras datileras y canarias, son otra aportación de los árabes, la primera, y la segunda, natural de nuestro país, pero no de nuestra península, probablemente viniera en la época moderna. Otras que pueden causar una sorpresa a más de uno son dos clásicos de nuestros montes: el algarrobo, procedente de Asia Menor, que fue una aportación fenicia; y el castaño, un regalo de los romanos. 

 En fin, por no alargar más la entrada, pues si me pongo a enumerar, no terminamos, expongo como conclusión, y claro está, sin descubrir América, que el ser humano es un elemento más, y muy activo del mundo que nos rodea. Es imposible aislar el medio natural de la historia humana que le rodea, por ejemplo, si en vez de conquistarnos los romanos, lo hubieran hecho los mayas (en un ejemplo extremo), el cultivo local sería, a lo mejor el tabaco, y no los viñedos. No se trata de proteger en extremos, ahora, al eucalipto, sino dejarlo tranquilo, y evitar las campañas demagógicas en las que se eliminan algunas especies para favorecer a otras. Ya he dicho, y estoy de acuerdo, con la erradicación de las que se convierten en plaga, pero éste no es el caso, sino que su problema radica, precisamente, en su cultivo monoespecífico, que sí empobrece el suelo, y creanme, eso pasa también con un sembrado tradicional de nuestro país, el de los cereales, y sino ¿por qué creen que existe el barbecho?. Un saludo desde el sur.

Bosquete de eucaliptos en el P.N. del Estrecho, color claro con respecto al verde oscuro de los pinos.

Ejemplares de eucaliptos mezclados con otras especies en un bosquete del P.N. Bahía de Cádiz.

Un solitario ejemplar de eucalipto sobresale en el alcornocal existente en la Cañada de los Marchantes, Chiclana.

Bosquete de eucaliptos y pinos inundable en la carretera de la laguna, Chiclana. Como se observa, existe un rico sotobosque.

Una vez sujeto el suelo por los pinos, eucaliptos y diversos matorrales, crecen otros árboles, como el alcornoque de la imagen.

Eucaliptos flanqueando una carretera de Tarifa.