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viernes, 15 de junio de 2018

La aportación española a la Filosofía.

 España como nación ha dado grandísimas aportaciones a la literatura universal con dos siglos uno de Oro, y otro de Plata, aunque del resto de épocas y estilos tampoco hay despreciarlos, ya que también serían la envidia de cualquier país. También ha dado grandes inventos e inventores, como Juanelo Turriano o Isaac Peral, en arquitectura ha sido siempre un referente, pues aunque muchos de los estilos arquitectónicos son de origen italiano o francés (entre otros), aquí se han adaptado a nuestras formas y costumbres, impresionando al resto del mundo, sólo hay que admirar a la Alhambra, la Sagrada Familia, o la Catedral de Burgos, entre muchos donde elegir. Como nación ha visto nacer fiestas que hoy son copiadas en el resto del mundo (y nos quejamos nosotros del Halloween), y se pueden ver unos San Fermines en Tejas o una Tomatina en Argentina o China. En cuanto a gastronomía, variada y sana, por ejemplo, la aportación andaluza a la cocina francesa es clave (y viceversa), la paella valenciana es copiada por el resto del mundo al igual que la pizza italiana, y el mundo ve con envidia como multitud de cocineros españoles están considerados entre los mejores del orbe. Pero en cuanto a una materia con una serie de puntos claramente localizados, como es la filosofía, ¿que importancia tiene España en éste contexto?, a priori pudiera parecer que ninguna, y bien es verdad, que tampoco somos una nación pródiga en pensadores. Pero tampoco carecemos de ellos. Veamos ahora su importancia, más de la que parece.
Judería cordobesa.
 Como hemos comentado anteriormente, la filosofía como materia nace dentro del mundo griego, y en casi todo el periodo antiguo podría localizarse casi exclusivamente allí. Aunque eso sí, hay que entender el mundo griego de modo algo más amplio que la nación helena actual, e incluir la Magna Grecia (hoy Sicilia), la costa occidental de Turquía, y aquellos lugares del Mediterráneo oriental helenizados, como Alejandría, en Egipto. A partir de aquí se crea la mayoría de pensamientos que serán rebatidos y debatidos una y otra vez por los filósofos posteriores. Curiosamente, en los libros de texto escolares, se da un salto cronológico hacia el siglo XVI, con René Descartes como padre de la moderna filosofía, y a partir de entonces, la filosofía se divide entre los pensadores europeos continentales (racionalistas) y los británicos (empiristas), hasta la llegada de la Ilustración y demás corrientes posteriores, de carácter más global. Pero una vez llegados a este punto, cabría destacar el injusto olvido de la filosofía medieval y tardoantigua donde España precisamente cumple un punto clave, una aportación escasa pero vital, pues junto a Santo Tomás y San Agustín, de ideas aristotélicas el primero y neoplatónicas el segundo, los filósofos, en concreto cordobeses, sirven de cadena de transmisión de las ideas de la antigua Grecia, y gracias a ellos, han llegado a nuestros días. Ahí van los ejemplos principales, y con sus principales ideas extremadamente resumidas:
  • Séneca. Importante filósofo cordobés de la época de mayor apogeo del Imperio Romano, y que llegó a grandes puestos, como el de senador. Algo que fue, precisamente, contrario a la disciplina que predicaba como era el Estoicismo, corriente de origen griego, y que se basaba en el dominio y el control de las pasiones, deseos y la eliminación de la mayor parte de bienes materiales inservibles, algo que ya era común entonces, como en la consumista sociedad actual. Con ello, se buscaba una vida ascética en la que lograr alcanzar la sabiduría y la felicidad prescindiendo de casi todo. Suena muy oriental, pero fue una corriente griega, y fue adoptada por distintas ramas cristianas, sobre todo las monacales, y la religión de Cristo en sí, adopta claramente estos principios, seguramente tras su expansión por tierras griegas, y el triunfo definitivo de los idearios de Pablo de Tarso, así como su influencia por los discípulos de la Bética en los primeros tiempos cristianos de Hispania. Curiosamente tanto Pablo de Tarso como Séneca comparten una leyenda medieval en la que se asegura que hubo una amistad epistolar entre ellos.
Estatua de Séneca frente a las murallas.
  • Averroes. En tiempos del Imperio Almorávide viene a nacer en el año 1.126, un filósofo que rompería moldes dentro de una asfixiante y radical dinastía marroquí que predicaba la literalidad del cumplimiento del Islam. Averroes se convierte en un importante transmisor de la filosofía aristotélica de la que aunque fiel, discrepa en algunos sectores. Aunque su experiencia como médico, y su mente de hombre de ciencias, lo hacen coincidir en gran parte con el filósofo griego, gran estudioso de la naturaleza. Entre las diferencias podemos encontrar que algunas facultades intelectivas se deben al cerebro y no al alma, como la memoria. Aunque considera que fuera de la última no es posible sentir, imaginar o captar el universal. Sobre ésto último, defiende que la ciencia no puede lograr el conocimiento directo de la misma, y que debe adecuarse a saberes concretos. Así mismo, para Averroes, el alma está dividida en dos partes, el intelecto pasivo, perecedera e individual, y el activo, eterna y divina. Asimismo, el mundo es eterno, y la resurrección de los muertos no es posible, algo absolutamente rompedor con el cristianismo, y que tal vez por eso, haya pasado ignorado por Europa, así como por los más aún fanáticos Almohades, dinastía marroquí aún más integrista que la anterior Almorávide, y que destruyó la mayor parte de sus obras. Sin embargo, el principal mérito de éste filósofo es el ser el primero en separa religión de filosofía, algo absolutamente impensable tanto en Europa como en el Oriente Medio de aquellos tiempos, y que sería algo que no se vería, realmente, hasta la llegada de Kant y la Ilustración.
Estatua de Averroes en la Judería cordobesa.
  • Maimónides. Otro pensador cordobés, discípulo del anterior, aunque a diferencia de éste de religión judía. Y al igual que el anterior, opta por el aristotelismo como pensamiento. De hecho se dedica a probar la existencia de Dios mediante argumentos de dicho pensamiento, siglos antes de que lo hiciera Descartes. A diferencia del anterior, es el entendimiento lo que puede ser pasivo o activo, y el alma se caracteriza por ser una sola esencia, pero con cinco facultades, fuerza vital, los sentidos, la imaginación, el apetito y la razón. Así mismo determina que el hombre es libre gracias a la función de la inteligencia, formando parte del alma, y es inmortal. Ese entendimiento constituye el fondo de nuestro ser, y debe encaminar todos sus actos a la perfección y al conocimiento de Dios como fin último de la vida. Toda esta filosofía chocaba con la mentalidad de sus correligionarios, quienes defendían la Cábala, pero tuvo gran repercusión en el mundo musulmán, así como en el cristiano, del que por ejemplo, Santo Tomás de Aquino, tan influenciado, que extrajo algunos de sus puntos principales, que sirvieron para componer  "las cinco vías" para demostrar la existencia de Dios, heredera directa de lo mencionado antes. 
Estatua de Maimonides en la Judería cordobesa.

 Termino aquí esta curiosa entrada, que aunque pudiera parecer lejana a lo que estamos acostumbrados a ver en este blog, no es menos cierto que Andalucía ha sido clave, centrando en la mítica Córdoba antigua y medieval, en lo que a movimientos filosóficos se refiere, y que han servido de puente entre el mundo antiguo y el posterior renacimiento. Pero no queda la cosa aquí, España ha dado posteriormente grandes filósofos como Unamuno u Ortega y Gasset, racionalista y positivista el primero, y raciovitalista el segundo. Fueron aquellos años entre los siglos XIX y XX, los más pródigos para nuestra nación. Pero eso ya será tema de otra entrada. Un saludo desde el sur. 

domingo, 10 de diciembre de 2017

Plazas I

  Hace ya un año o dos, no recuerdo bien, saqué una serie de entradas en las que señalaba una calle, o bien destacada, o bien típica, de las distintas localidades que he ido visitando. Es evidente que desde entonces he visitado más lugares, y que tenía en mente hacer otras series, entre las que estuviera los paseos y parques, o bien como ésta que inauguro hoy, sobre plazas. Hay que decir que nuestra tierra andaluza no suele ser pródiga en espacios abiertos, sobre todo en los pueblos, por aquello de la herencia árabe, que daba prioridad a los callejones por donde corriera el aire para refrescar a la población en nuestras tórridas canículas. No obstante, haberlas haylas, ya que tras la conquista cristiana, se establece el gusto por los espacios abiertos con distintas funciones: mercados, actos públicos, festejos, ejecuciones... Existen para todos los gustos, grandes, diáfanas, recogidas, recargadas, arboladas, con soportales, etc. Sin más, les dejo ahí con las plazas más destacadas para mi gusto, no es una cuestión objetiva, ya que no hay más criterio que mi propio agrado hacia una u otra. Aún así, en muchas ocasiones ha sido muy difícil seleccionar una, porque hay poblaciones que bien pudieran llenar varias entradas. Lo dicho, ahí van: 

  • Alcalá de los Gazules. Plaza Alta o de San Jorge. En la zona más alta de la población, y centro de un casco antiguo de herencia musulmana, como su nombre y apellido, la plaza llama la atención por dos joyas de la localidad: la iglesia de San Jorge, gótica y barroca, y el ayuntamiento, el más antiguo de la provincia, renacentista, del siglo XVI.

  • Algar. Plaza de la Constitución. En la ordenada población algareña, de plano ortogonal, viene a finalizar a la cuadrada plaza principal y fundacional, desde donde nace, herencia de las repoblaciones de Carlos III, y crece, el pueblo de Algar, tras la creación de la iglesia neoclásica, que tendría la advocación de la virgen de Guadalupe. Dentro de la misma plaza se encuentra el ayuntamiento. 

  • Almagro. Plaza Mayor. Una de las plazas más famosas de España, manchega, y joya del Siglo de Oro español. Las grandes cristaleras responden a la influencia alemana de los Fugger, banqueros de Carlos I, y a quienes se les había arrendado las minas de Almadén. De planta rectangular, tiene dentro al Ayuntamiento, varios palacetes, la antigua iglesia de San Bartolomé del XIX, y sobre todo, el único Corral de Comedias que queda en España, el cual, parece tener su origen a finales del XVI o principios del XVII.

  • Almería. Plaza de la Catedral. La capital almeriense tiene destacadas plazas dentro de su perímetro urbano. Sin embargo, la que escojo, tiene algo distinto al resto de localidades europeas, un aire oriental, más propio de tierras cruzadas, como Israel o Egipto, y cuyo aspecto se debe a su arquitectura renacentista de templo catedralicio con carácter de fortaleza, y a las palmeras datileras que la rodean. Al otro lado, el palacio del Obispo, es un edificio de estilo neorrománico del XIX, también para remarcar. Como curiosidad, aquí se rodaron algunas escenas de la película Patton. 

  • Almuradiel. Plaza de la Iglesia. En la mínima localidad manchega, situada tras Despeñaperros, se conserva una pequeña, pero bonita, iglesia de arquitectura neoclásica, y con monumental fachada de enormes pilastras y frontón. El resto de la plaza es de sobrio aspecto.

  • Antequera. Plaza de Santiago. Otra localidad en la que la selección de una plaza es un acto de extrema dificultad, debido a su enorme cantidad de monumentos, y a lo fotogénico de sus rincones. Sin embargo, opto por una plazuela recogida y adoquinada, donde se encuentra la pequeña y bonita iglesia de Santiago, así como el convento de Santa Eufémia, ambos con arquitectura barroca del siglo XVIII. En el centro, una bonita fuente, viene a completar una bella estampa.

  • Arcos de la Frontera. Plaza del Cabildo. Prácticamente el único espacio abierto y diáfano de una localidad, que entre su larga herencia musulmana, y lo apretado de su urbanismo de origen defensivo, enclavado entre dos tajos en un meandro del Guadalete. De aspecto cuadrada, tiene edificios de interés, como la propia iglesia de Santa María, en estilo gótico, con espectacular fachada plateresca y torre barroca, el castillo, de estilo también ojival, el Ayuntamiento, renacentista, y el Parador Nacional, en el antiguo palacio del Corregidor. Así como el famoso, y vertiginoso Balcón de Arcos, que da directo al tajo principal.

  • Barcelona. Plaça del Rei. Una gran ciudad, que destaca por su monumentalidad, y por su marcada división en lo que a urbanismo se refiere. Entre la ciudad de origen romano, y cuyo esplendor marinero se destacó en tiempos del gótico, y el Ensanche de Cerdá. La plaza escogida representa el embrión de la localidad en sí. Debajo se encuentran restos romanos, que dieron lugar al Museo de Historia de la ciudad, así como el Palacio Real, con el famoso Salón del Tinell, el palacio de Lloctinent y la capilla de Santa Ágata. Todos joyas góticas. Así como en un lateral se sitúa también, la Casa Padellás, también ojival, pero cuya situación no era esa, sino que fue trasladada piedra a piedra desde la calle Mercaders.

  • Benalup-Casas Viejas. Plaza Nuestra Señora del Socorro. Nos trasladamos ahora a una pequeña localidad, clave en la historia del siglo XX español, por sus famosos sucesos. En aquellos tiempos se acababa de contruir la iglesia cuya advocación da nombre a la plaza, con una extraña arquitectura regionalista, que mezcla el mudéjar andaluz de ladrillo y azulejos con el románico. Un caso único en Andalucía.

  • Bornos. Plaza Alcalde José González. Bonita plaza de típico aspecto andaluz, y que concentra algunos de los monumentos más famosos de la localidad bornense, como la iglesia renacentista de Santo Domingo de Guzmán, el Castillo Palacio de los ribera, del mismo estilo en su parte más moderna, aunque aquí mismo, se puede observar la parte de origen medieval, también al neoclásico ayuntamiento, así como varios palacetes. 

  • Burgos. Plaza Santa María. Bonita plazoleta que da a la fachada principal de la espectacular catedral burgalesa. Pero no he escogido la archiconocida imagen, y he optado por el otro lado de la plaza que nunca se enseña en las fotografías. Para que se vea, que la localidad rezuma gótico por sus cuatro costados, con parte de la misma Catedral, en la imagen en la parte derecha, y la iglesia de San Nicolás, también del mismo estilo, en la parte superior izquierda de la foto. La bella fuente del primer plano, es obra barroca del año 1.663, cuya autoría corresponde al artista cántabro Clemente de Quintana.


  • Cabra. Plaza Vieja. Realmente hablamos de dos plazas en una, la propia Plaza Vieja, adornada con una bonita fuente, jardines, y algún edificio de ladrillo visto; y las vistas que destacan desde aquí, donde se puede ver la del Conde de Cabra, un poco más alta, y donde se encuentran algunos de los principales monumentos de la ciudad, la iglesia de Nuestra Sra. de la Asunción y Ángeles, barroca, con aspecto interior de mezquita, así como el castillo de los Condes de Cabra, magnífica fortaleza, donde la tradición sitúa que estuvo preso Boabdil, y donde sí, la historia corrobora, nació Enrique II, fundador de la dinastía de los Trastámara.

  • Cádiz. Plaza de las Flores. En la Tacita de Plata es muy difícil escoger una plaza en concreto, porque es de las pocas ciudades del sur que concentran un gran número de ellas en el centro histórico, y todas magníficas. Sin embargo, he optado por una pequeña, y que en realidad, más que una plaza es una confluencia de caminos, no obstante, lo notable de la arquitectura del caserío neoclásico y barroco que le rodea, así como el tipismo de sus puestos de flores, la fuente de Columela, freidurías, churrerías, mercado de abastos cercano, y demás, completan una bonita estampa del Cádiz más típico, en la que destaca el bello edificio de Correos, de arquitectura regionalista, y cuya construcción fue polémica en la época, aunque hoy día se encuentra plenamente integrado.

  • Carmona. Plaza de Blas Infante (Puerta de Sevilla). Otra localidad de muy difícil elección, porque Carmona, aparte de su grandiosa monumentalidad, regala rincones incomparables para los amantes de la fotografía. He optado en esta ocasión por su espectacular Puerta de Sevilla, uno de los símbolos de la ciudad, y entrada a la misma, en la Edad Media, por el camino que venía de la ciudad Hispalense. Por lo demás, la fortaleza, de orígenes cartagineses, conserva restos romanos, almohades, y cristianos de los siglos XIV y XV. Por si fuera poco, justo en frente se encuentra la espectacular iglesia de San Pedro, con su pequeña Giralda.

  • Cartagena. Plaza de los Héroes de Cavite. Archiconocida plaza y monumento de mármoles blancos y negros, que no sólo conmemora a los héroes de Cavite en Filipinas, sino a los de Cuba y a todos los de la Guerra del 98, y que fue diseñado por el asturiano Julio González-Pola y García. Es un espacio bellamente ajardinado, diáfano y abierto, como no podía ser de otra forma, al propio puerto de la ciudad. Las otras caras de la plaza van a parar al magnífico e impresionante Ayuntamiento, de arquitectura modernista, al igual, que el resto de edificaciones existentes, dentro de las cuales, por una, se accede al, no menos tremendo, Teatro Romano.

  • Castellar de la Frontera. Plazuela dentro del castillo. El pueblo viejo de Castellar tiene la singularidad de encontrarse dentro del castillo. Aunque trasladada la población, al pueblo nuevo a mediados del XX, lo cierto es que el alma todavía perdura en el interior de la fortaleza. Dentro de ésta, y mantenida por hippies, se pueden encontrar estampas auténticas, que parecen sacadas de los tiempos de Al Andalus, como ocurre con esta pequeña plazoleta, que sirve de entrada única a la localidad.

  • Ceuta. Plaza de Armas de las Murallas Reales. La enorme e impresionante fortaleza, de origen portugués, y ampliada por los españoles, marcaron la frontera de la ciudad hasta la Guerra de Marruecos, sucedida entre 1.859 y 1.860, época en que tras la victoria española se amplía considerablemente el territorio hasta lo que es hoy día. Las murallas se conservan prácticamente íntegras, y el foso, que sigue siendo navegable, sirvió de refugio de los distintos barcos a lo largo de los siglos. En la Plaza de Armas se disponían en formación la enorme guarnición, y hoy día impresiona por su tamaño, de hecho, varios restaurantes dan vida a la misma.

  • Chiclana de la Frontera. Plaza de Jesús Nazareno. Uno de los rincones más típicos y queridos de la localidad chiclanera, también llamada Alameda Lora, y que conserva  íntegro el caserío típico de la ciudad, con algunas notables portadas neoclásicas e isabelinas. Aunque lo que más destaca, es la fachada de la iglesia del convento que le da nombre al lugar, barroco del XVII, con aspecto muy gaditano, y una impresionante fachada de mármol genovés, y enormes columnas salomónicas. No menos espectaculares son sus hornacinas con sus respectivas esculturas.

  • Chipiona. Plaza de Juan Carlos I. Bonita y recogida plaza, que fue embrión de la localidad, adornada con magníficas palmeras y buganvillas, que le dan un aire más andaluz, si cabe al rincón. En ella, se concentran tres de los edificios más importantes de la ciudad, el Ayuntamiento, la ermita del Cristo de las Misericordias, y sobre todo, la iglesia de Nuestra Sra. de la O, la primera que tuvo la ciudad, de origen gótico, del que solo queda la fachada lateral, fue reconstruida tras el Terremoto de Lisboa, en el estilo barroco que se ve en la actualidad.
  • Conil de la Frontera. Plaza de Santa Catalina. Uno de los rincones más bellos y vitales de la localidad, es también donde se concentra gran parte de los monumentos de la población, tales como la impresionante Torre de Guzmán, gótica del siglo XIV, el museo de Raíces Conileñas, más que aconsejable, la ermita renacentista de Jesús Nazareno, y la iglesia de Santa Catalina, de finales del XIX, ecléctica, pero con trazas que anuncia la llegada del modernismo. El buen ambiente, y las casas adornadas con macetas y buganvillas hacen del lugar un sitio agradable.
  • Córdoba. Plaza del Potro. El centro histórico cordobés nos brinda algunas de las mejores plazas españolas, algunas como la del Cristo de los Faroles, la cual es un auténtico viaje en el tiempo, otras como la Corredera, supone la única de su tipo en Andalucía. Sin embargo he optado por la del Potro, ya que su aspecto se ha conservado, íntegro y monumental, a lo largo de los siglos, las edificaciones apenas han cambiado, así como el adoquinado, ni la fuente, renacentista del siglo XVI, y que le da nombre al lugar. Aquí se encuentran en el antiguo hospital de la Caridad, los museos de Bellas Artes, y el de Julio Romero de Torres; además, aún se conserva la Posada del Potro, citada por Cervantes en el Quijote.
  • El Bosque. Plaza de la Constitución. Sencilla localidad serrana de la nuestra provincia gaditana, y que en su plaza central se sitúan los dos edificios más importantes de la localidad, tales como el Ayuntamiento, de estilo neoherreriano, de aspecto muy madrileño, y la iglesia de Santa María de Guadalupe, de arquitectura neoclásica.

 Termino aquí esta primera entrada sobre las distintas poblaciones en orden alfabético, que he ido visitando, espero haber cumplido con la misión de dar a conocer lugares en los que uno puede reposar un rato, y observar cuanto le rodea. Un saludo desde el sur.

martes, 25 de julio de 2017

Iglesias modelos II parte.

 Comienzo esta segunda entrada referida a templos católicos de nuestra tierra que han sido modelo para los que posteriormente se han ido construyendo, ya sea por el mismo autor u otro, o incluso, marcar influencia para épocas posteriores. Como ya vimos en la anterior entrada, las iglesias gótico mudéjares son dominantes en Valle del Guadalquivir, hasta escasear ya, en la provincia de Cádiz, donde el gótico llega más tardíamente, a causa de ser  frontera con el reino de Granada, por lo que se van empezando a tomar otros modelos. Ahí van los templos que servirán de clara inspiración para muchos arquitectos:
Portada de la Catedral hispalense.
  • Catedral de Sevilla. Es todo una paradoja que, precisamente, donde menos ha influido el gótico florido del enorme templo hispalense, sea en su propia ciudad y provincia. Eso se debe a que, precisamente, la última gran iglesia en construirse en la misma fue ésta. La prácticamente totalidad de las iglesias medievales sevillanas son anteriores, como ya vimos en la entrada pasada. Hasta el momento de empezar la construcción de la Seo, la mezquita aljama almohade (no confundir con la taifal que se situaba en la iglesia de San Salvador) hacía las veces de templo catedralicio, al igual que en la vecina Córdoba. De hecho, como todos sabemos, aún se conservan el famoso alminar, la Giralda, y un espectacular patio de los naranjos. En cuanto al nuevo templo, como es conocido, se trata del mayor en estilo gótico del mundo, y uno de los de más grandes proporciones de toda la cristiandad. El estilo gótico, flamígero o florido, de herencia flamenca, es de un absoluto barroquismo, como manifestación última de una corriente que va camino de la desaparición en pos del renacimiento que ya asoma por Europa. Básicamente, el estilo consiste en la presencia de numerosas nervaduras tanto en su interior como en el exterior, para efectos puramente decorativos, ya no se emplean columnas en el interior, sino pilares, pues son templos con bastante altura; en el exterior, numerosos arbotantes, las puertas tienen mayor recargamiento si cabe, suelen tener un tímpano con representaciones escultóricas en algunos casos, numerosa decoración, abundante nervadura también, y arquivoltas apuntadas con numerosas tracerías, aunque en muchas ocasiones se emplea el arco conopial. La influencia que deja la catedral hispalense a lo largo del siglo XV en los distintos pueblos y ciudades de Cádiz se hace patente en algunas minicatedrales existentes, donde en Jerez y en Arcos de la Frontera, se pueden encontrar, claramente dichos elementos antes descritos, en el caso de la primera, hay dos modelos casi calcados, con la salvedad de que tienen tres naves en lugar de cinco (obviamos las reformas que cada uno ha sufrido posteriormente), es el caso de Santiago y San Miguel, absolumtamente iguales. Otros templos jerezanos de similares características serían, a groso modo, Santo Domingo (sobre todo el claustro), San Marcos, San Mateo, o la Merced. En la vecina Arcos, el otro núcleo de notable influencia sería la de Santa María de la Asunción, que incluso tiene una minigiralda barroca que no se llegó a terminar, la iglesia de la Misericordia, o el templo de la Encarnación; San Pedro ya responde a un gótico que gira más al renacimiento. Pero no son las únicas localidades con gótico flamígero que toman de modelo la catedral sevillana, a lo largo de la costa gaditana, es relativamente abundante, como ocurre con El Puerto de Santa María, con dos ejemplos muy similares también a la seo hispalense: la iglesia Mayor Prioral y el monasterio de La Victoria, famoso penal del Puerto. En Tarifa encontramos a la Mayor de San Mateo, en Chipiona, aunque con muchas reformas, Nuestra Señora de la O; de tremendo parecido es la parte nueva de la del Divino Salvador de Vejer de la Frontera, otra miniseo, aunque algo más sobria, en Medina Sidonia cabe destacar la iglesia Mayor de Santa María la Coronada, y en Alcalá de los Gazules quedan restos de éste tipo de gótico en el convento de Santo Domingo, y sobre todo en la portada y algún detalle de la Mayor de San Jorge. Como última curiosidad, destacar que los materiales empleados en casi todos los templos, incluida la catedral de Sevilla, proceden de las canteras de San Cristóbal en el Puerto de Santa María, es por ello que tienen ese característico color dorado. Así como de las canteras de Espera. 
San Miguel, Jerez de la F.

Bóveda de San Mateo, Jerez de la F.

San Jorge. Alcalá de los G.

Santa María, Arcos de la F.

Detalle del Convento de la Encarnación. Arcos.

Nuestra Señora de la O. Chipiona.

Monasterio de la Victoria. El Puerto.

Iglesia M. Prioral. El Puerto.

Santa María de la Coronada. Medina S.

San Mateo, Tarifa.

Divino Salvador. Interior.
Interior de la Catedral Hispalense.

Divino Salvador. Vejer de la F.


Detalle de la Catedral.



Santiago en Jerez de la Frontera, la más fiel al estilo Catedral de Sevilla.
Interior de la de Granada.
  • Catedral de Granada. Otra seo, que marca un estilo, esta vez entre las otras catedrales de la comunidad autónoma. En este caso queda claro el arquitecto, Diego de Siloé, quien deja una tendencia rompedora con la, hasta entonces, costumbre de construir catedrales góticas. Es un templo grandioso de cinco naves y gran altura, que no obstante, aún cierta herencia ojival recibe en las bóvedas, así como en la planta, con el uso claro de la girola. Pero se ven ya, un claro atisbo modernizador, de las corrientes arquitectónicas procedentes de Italia, y que en Granada tendrán gran acogida. Tales como el empleo de columnas de estilo clásico, que heredará,  por ejemplo, la de Cádiz. y un mayor grado de sobriedad. La fachada en cambio es barroca, de Alonso Cano, que llegó a proyectar dos torres, en vez de la única actual, que mide 57 metros, por los 81 que se proyectaron. Cabe destacar, que la única seo que logró terminar, y no del todo, las dos torres, es la de Cádiz, y aún así, quedaron reducidas entorno a los 40 metros, pues se preveían que superaran a la Giralda, por cuestiones de defensa de la ciudad, se quedó así. También quedaría manca de torres, la de Málaga, otra obra parecida, del mismo Diego de Siloé, y que sigue parámetros similares, de grandes naves, pilares con columnas clásicas, y girola. La fachada es de un barroco espectacular. Otro obra de Siloé es la catedral de Guadix, de fachada posterior, muy barroquizante, y torre, a diferencia de las demás, en la zona de la girola, el interior, responde a los típicos patrones mencionados. Fuera ya del Renacimiento, la catedral gaditana será la última en inspirarse en el modelo Siloé, si bien un par de siglos más tarde, en el XVIII, modelo que toma el arquitecto Vicente Acero, y que adaptará a la planta gótica renacentista un movimiento barroquizante, sobre todo en la fachada, con formas convexas y cóncavas que le dan gran movimiento. Si bien distintos paros y tardanza en la construcción de la misma, daría lugar a una decoración y una terminación mayormente neoclásica, llama la atención por la presencia de sus numerosas cúpulas, tanto en sus torres, como en el propio templo, asombrando la principal, de media naranja y azulejos amarillos; que aunque terminada en el XIX, probablemente se deba a la influencia que los genoveses y distintos italianos generaron en el arte gaditano. Caso aparte es la catedral de Jaen, que si bien no recibe influencias de la de Granada si fue coetánea, y marcó un estilo renacentista, si cabe más puro. Dicha catedral fue de gran influencia en Hispanoamérica, la seo de Buenos Aires es un ejemplo, y se dice que también la de Málaga. Lo cierto es, que ambas, Granada y Jaen, son casi similares en estilo, salvo en que la segunda no tiene ya girola, y que en este caso el arquitecto fue Andrés de Valdevira.


Detalle de columnas. Granada.

Girola. Granada.

Fachada. Málaga.

Girola. Málaga.
Girola y cúpulas. Cádiz.

Interior. Cádiz.

Detalle interior de la cúpula. Cádiz.
  • Iglesias híbridas gótico renacentistas de las zonas béticas. La entrada del cristianismo en las zonas béticas se efectuó a finales del siglo XV, tiempos en los que aún existía el último gótico, pero que ya iba planteándose un nuevo estilo, el renacimiento. Lográndose un estilo híbrido de aspecto muy sólido, sobrio y pétreo, a veces con aspecto de fortaleza, pero que aún tenían reminiscencia góticas. Es heredero del estilo isabelino, pues aún conservan bóvedas con nervaduras, y pináculos exteriores, pero ya han perdido los arbotantes típicos, así como gran parte de su decoración, tanto externa como interna, aunque curiosamente, se vuelven a emplear, en ocasiones, elementos que no se veían desde el románico, como el uso de arbotantes o ventanas con arcos abocinados de medio punto. No hay muchos ejemplos. pero los que hay son bellos y espectaculares, podríamos situar el primero en Arcos de la Frontera, con la iglesia de San Pedro, directamente construida sobre una fortaleza. Cerca, encontramos otro de aspecto similar, que sería la parroquia de Nuestra Señora de la O, en Rota. Otros dos ejemplos de características muy similares, y tremendo parecido serían la de Nuestra Señora de la Encarnación de Setenil de las Bodegas, y la del Espíritu Santo de Ronda, probablemente, por su cercanía geográfica, una se inspirara en la otra. Sin embargo, los ejemplos prototípicos de estos modelos híbridos se encuentran en Granada: la espectacular y preciosa iglesia de Santo Domingo, de fachada más detallada que de costumbre, pero de interior similar a las mencionadas, y por supuesto, en la Capilla Real, anexa a la seo granadina, y que tiene los elementos típicos mencionados en éste párrafo. 
Interior de San Pedro. Arcos de la F.

San Pedro. Arcos de la F.

Interior N. Sra de la O. Rota.

Nuestra Sra. de la O. Rota.

Nuestra Sra. de la Encarnación. Setenil

Espíritu Santo. Ronda.

Espíritu Santo. Ronda.
Santo Domingo. Granada.

Interior S. Domingo. Granada.

Capilla Real. Granada.


  • Mudejar granadino. Son unas pocas iglesias, y casi se ciñen a un sólo barrio, el Albaicín, su origen como cabe suponer se debe a la amplia población musulmana existente tras la conquista de Granada, lo que supone, prácticamente, la última influencia del mudéjar en la arquitectura española, en concreto en este caso, del estilo renacentista, cuya arquitectura y arte de modelo clásico se ven acompañados de elementos como la azulejería, el ladrillo, que le da mayor ligereza al edificio, así como la presencia interior del típico artesonado de madera en el techo, que viene siendo tradicional desde el románico. Casi todas conservan las típicas torres en un lateral, como en el gótico mudéjar, pero con un modelo más sobrio y clásico, aunque en algunos casos fueron en origen alminares. Los casos principales, son San Gil y Santa Ana y San Idelfonso, en el Albaicín Bajo, San José, con alminar almohade original, o las de San Nicolás (donde el famoso mirador) y San Miguel Bajo, en el Albaicín Alto, entre otros muchos.
San Andrés.

Torre de San Bartolomé.

San José, la torre es alminar original.

Interior de San Miguel Bajo.

Portada de S. Miguel Bajo.

San Nicolás.

Interior de S. Nicolás

Santa Ana. La más bella.

San Pedro y San Pablo, con el Darro.
  • Arquitectura Colombina de Huelva. Otros casos del fenómeno mudéjar, que mayormente se dio en los distintos monasterios de la zona onubense, así como en las distintas iglesias. Concentrado principalmente entre Palos, Moguer y Huelva capital.  Heredero del mudéjar cordobés y sevillano, muestra no obstante, ligeras diferencias, que aunque no son muchas con el mudéjar andaluz, es algo más sobrio. La principal de ellas, radica en los claustros de los mismos, con construcciones de ladrillo visto, aunque en el caso de Santa Clara de Moguer, se encuentre pintado de blanco, así como el uso del arco de medio punto en lugar del ojival, apoyado en columnas, también es frecuente el uso de flora exótica, procedente mayormente de América. Muy transformados por las reformas barrocas tras el terremoto de Lisboa de 1.755, aún así, mantienen su identidad. Ejemplos claros son, el mencionado de Santa Clara de Moguer, el más famoso de La Rábida en Palos de la Frontera, el Convento de las Agustinas (Plaza de las Monjas) y el Santuario de la Cinta en Huelva capital.
Las Agustinas. Huelva.

Interior de la Cinta. Huelva.

Portada de la Cinta. Huelva.

Patio de Santa Clara. Moguer.

Claustro de Santa Clara. Moguer.

Iglesia del monasterio. Santa Clara.

Arcos en el patio. Santa Clara.

Claustro de La Rábida. Palos de la F.

Iglesia de La Rábida. Palos.

Exterior de La Rábida. Palos de la F.
  • Barroco Sevillano. Es un modelo en el que aparte del barroquismo típico del horror vacui: fachadas ondulantes, el uso de abundantes yeserías, y columnas salomónicas y demás, en el caso hispalense la importancia del color, tanto en fachadas como en interiores, llaman especialmente la atención, debido sobre todo a sus fuertes tonos, primando el rojo o el amarillo, entre el típico blanco andaluz, que domina generalmente en los interiores. Y como es típico en la ciudad, una clara influencia del mudéjar en algunos elementos que pervivirán hasta bien entrado el siglo XX. Así como el uso, en muchos casos de cúpulas cubiertas de tejas árabes, y con linterna. Pero como en todos los templos barrocos andaluces, hay un lugar destacado para los retablos, recargados y con el dorado del pan de oro, como componentes principales. Las paredes, arcos, y bóvedas, están extremadamente decorados, con pinturas, mármoles y esculturas, casi sin dejar un hueco. No hay iglesias que sean similares, pero sí con características parecidas. Principales son la del El Salvador, San Luis de los Franceses, Santa María de la Magdalena, San Jacinto, el convento de La Merced (actual Museo de Bellas Artes), o la pequeña capilla de San José. Fuera de la capital, son comunes los mencionados elementos, además de la típica torre barroca, bastante alta, imitando a la Giralda, hay que decir que la influencia se deja notar también en el norte de la provincia gaditana, a cuya diócesis perteneció. Como ejemplo son destacables la de San Pedro en Carmona, Santa María de la Mesa en Utrera, o Santa Ana en Algodonales, ya en la sierra norte de Cádiz. 
Convento de La Merced.

Santa María de la Magadalena.
Interior de Sta. María de la Magdalena.


Monstserrat.

Otra portada de la Magdalena.

Parte trasera del Divino Salvador.

San José.

Hospital de la Paz.

Retablo, Divino Salvador.

Cúpula, Divino Salvador.

Interior del Divino Salvador.

Portada del Divino Salvador.

San Bernardo.

Parroquia del Sagrario.

Nuestra Señora de la O.

San Jacinto

Capilla de los Marineros.


Interior de San José.

Santa Cruz.

San Nicolás de Bari.
Torre de Santiago el Mayor. Alcalá de G.

Torre de Santa María. Arcos de la F.

San Pedro, con su Giralda. Carmona.

San Francisco. Carmona.

Cúpula del Divino Salvador. Carmona.

Santa Clara y al fondo, la Caridad. Carmona.

  • Barroco Subbético cordobés. Si el epicentro del medievo en la provincia fue la capital, durante el periodo moderno sería Priego el punto neurálgico (compartido en parte con Cabra y Lucena) de un barroco blanco, luminoso y recargado, que se expandería hasta llegar a la propia Córdoba. A diferencia del sevillano, aquí domina el blanco por todo el edificio, interiores y exteriores; en el primer caso, se puede observar un recargamiento absoluto de yeserías y esculturas verdaderamente impresionante en tanto en bóvedas y paredes, como en las cúpulas, eso sí, con la común características, de que prima la luz natural, gracias al efecto de cristaleras y linternas. Como es costumbre en la Andalucía barroca, es frecuente el empleo del pan de oro en retablos y capillas laterales. Los exteriores suelen ser también blancos, pero con sensación de movimiento de la fachada, debido a sus formas curvas y al empleo recargado, muchas veces de mármoles de distintos colores, destacando los rosas, principalmente. Siendo espectaculares las fachadas, de dos pisos, con esculturas y columnas de distintos tipos, salomónicas sobre todo. Ejemplos claros son: las iglesias de San Pedro, Virgen del Carmen, San Francisco, Virgen de las Mercedes, y especialmente, la Aurora y San Nicasio, de bella bóveda, aunque lo más espectacular es la iglesia de la Asunción, de increíble fachada, y mejor capilla del Sagrario. En Cabra destacan las parroquias de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles, así como la de San Juan Bautista. En Lucena hay otro catálogo inmenso de barroco: Santiago, Santo Domingo, Nuestra Señora del Valle, y sobre todo, San Juan de Dios, con los elementos típicos del barroco cordobés, y como una de las joyas de la provincia, y de España diría yo, que es la capilla del Sagrario de la iglesia de San Mateo (el resto es renacentista). Y en la capital, San Francisco, San Salvador y Santo Domingo, y sobre todo el antiguo convento de La Merced, hoy Diputación Provincial, majestuoso.
Portada de la Asunción y Ángeles, Cabra.

San Juan Bautista. Cabra.

Convento de La Merced. Córdoba.


San Juan de Dios. Lucena.

Capilla Sagrario de San Mateo
Lucena.

Interior de Virgen de la Aurora
y Nicasio. Priego de C.

Portada de la Aurora y San
Nicasio. Priego de C.

Capilla del Sagrario de la Asunción. Priego.

Cúpula del Sagrario, la Asunción. Priego.

San Juan de Dios. Priego.

San Pedro. Priego.

Virgen de las Angustias. Priego.

Virgen del Carmen. Priego.

Las Mercedes. Priego.

  • Barroco gaditano. El barroco de nuestra bahía, y aledaños, se concentra principalmente en la capital, y tienen una serie de características que la definen. Generalmente, con grandes influencias genovesas y napolitanas, así como andaluzas, y algunas francesas. A grandes rasgos: el empleo de azulejos y pinturas con caracteres moriscos, la mayor sencillez y menor barroquismo con respecto al resto de Andalucía, dando lugar a un mayor clasicismo, el uso frecuente de espadañas en lugar de torres, en cuanto al color predomina mayormente el blanco, y cuando no, colores suaves, amarillo o crema, en algunos casos, se deja a la vista a la piedra, que suele ser ostionera, aunque normalmente, eso se emplea hasta media altura, y en las columnas externas. Y como no podía ser de otra manera el empleo del mármol genovés para la creación de portadas espectaculares, con columnas salomónicas y clásicas, así como de preciosas esculturas. Los interiores se caracterizan por los suelos ajedrezados, también de mármol, este mismo material será el más utilizado para los retablos más importantes o los que son de origen genovés, de distintos colores, pero primando, curiosamente el negro y el blanco; también son importantes los de madera con pan de oro como en el resto de Andalucía; a nivel arquitectónico abundan los arcos fajones, arcos de medio punto y grandes pilares, y a diferencia de Córdoba, aquí se opta más por las pinturas en las paredes o los frescos, que por las yeserías, aunque hay notables excepciones, como en Santo Domingo. Ejemplos casi gemelos del típico barroco gaditano son las iglesias del Carmen de Cádiz y San Fernando, más americanista la primera, otros casos parecidos son San Lorenzo y La Palma, así como espectaculares son la de la Pastora, San Agustín, San Francisco o San Antonio. Notables también son de destacar las de Santo Domingo, por las mencionadas yeserías y la Santa Cruz, Catedral Vieja, por sus terminaciones barrocas de cupulitas moriscas en los exteriores, así como por sus retablos, el del altar mayor y el de los Vizcaínos, además dos retablos de mármol genovés, de gran valor que destaca en ambos templos. Fuera de la capital, la mencionada del Carmen en San Fernando, o la de Jesús Nazareno en Chiclana la Frontera, cuya portada es similar a la que hubo en la de Santa Cruz de Cádiz.

El Carmen. 

San Antonio. 



San Juan de Dios.

Capilla de los Genoveses.
Santa Cruz.

Capilla de los Genoveses.

San Francisco. 


El Rosario.

Santo Domingo.

Torre de la Merced.

San Lorenzo. 

La Pastora.

Jesús Nazareno. Chiclana de la F.

El Carmen. San Fernando.
Techo de Santa Cruz. Cádiz.

  • Neoclásico gaditano. Por último, destacar un estilo que tanto en Cádiz como en San Fernando arraigó dando un carácter particular a ambas ciudades. Podemos dividir en dos estilos claros: uno primero con influencia de la Armada Española presente en la ciudad isleña, de carácter muy sobrio y elegante, pensado para las distintas perspectivas, sus exteriores son espartanos, con una portada clásica, y en el mejor de los casos, pilastras pintadas de amarillo o con el color de la piedra ostionera. El interior es similar, blanco dominante, con pilastras amarillas sobre pilares, o directamente sobre la pared, y normalmente suelen utilizarse arcos fajones. Casos típicos son la iglesia de San Francisco, un tanto distinta es la Mayor de San Pedro y San Pablo, y similares en los interiores son la capilla de la Veracruz (Cristo Viejo), la Pastora y la del Rosario, en La Carraca, los exteriores de estos dos últimos son muy parecidos, ya que los mismos obreros construyeron ambas. El segundo caso, son los ejemplos menos localistas, aunque con patrones gaditanos igualmente. Serían el ejemplo de tres iglesias gemelas en planta, que no en aspecto, porque son de distintos arquitectos, y además, han evolucionado cada uno a su modo, con sus retrasos y funciones iniciales y finales. Me refiero a la de San José en Cádiz, y sobre todo al Panteón de Marinos Ilustres y la iglesia de San Juan Bautista, que si bien de diferente aspecto, tanto exterior e interior, y tienen una planta muy parecida, con dos capillas laterales de planta circular, tras el altar. Y un salón, que en el caso del templo castrense se emplea como cenotafio con las aguas de todos los mares del mundo. Las tres están construidas por diferentes arquitectos,  y con motivos ni siquiera parecidos, pero las plantas siguen el modelo típico neoclásico. Sería injusto, aunque no fueran imitadas, dejar fuera los dos oratorios gaditanos, de la Santa Cueva y San Felipe Neri, dos joyas neoclásicas únicas. 
San Francisco. San Fernando.

San Pedro y San Pablo. San Fernando.

Interior de la Pastora. San Fernando.

La Pastora. San Fernando.

El Rosario. San Fernando.

Interior del Rosario. San Fernando.






Panteón de Marinos Ilustres. SF.

Interior del Panteón. San Fdo

San Juan Bautista. Chiclana de la F.

Panteón de los Marinos Ilustres. Fachada.

Capilla de la Veracruz. San Fernando.
San José. Cádiz.
Interior de San José. Cádiz.

 Termino ya, la lista de iglesias o templos que sirvieron de modelo, en algunos casos, como hemos visto, sobre todo con las catedrales, se puede saber cual fue la primera, y cual inspiró a las demás, así como sus arquitectos y motivaciones. En la gran mayoría de los casos, no es así, pero queda claro que hubo una o varias que inspiraron al resto. Como siempre, termino con una disculpa, o dos en este caso, la mía típica, de que se me puede haber olvidado algunas, y la segunda, si es por algún error que se pudiera encontrar, pues esta entrada, prima más mis impresiones personales, muchas veces subjetivas, que lo leído en los libros. Un saludo desde el sur.