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domingo, 8 de abril de 2018

Rincones curiosos de Sevilla.

 Abril es el mes de la capital andaluza por excelencia, un tiempo primaveral en el que la ciudad muestra lo mejor de sí (aunque tampoco conviene perderse el otoño), con unos jardines y paseos con un colorido incomparable debido a las flores, como las de azahar o las de jacaranda. Además, a lo largo de estos meses se celebran las grandes fiestas de la ciudad: Semana Santa, Feria de Abril y Corpus Christie. Por ello, tanto en una fiesta como en otra, o en todas, muchos irán aunque sea algún día de visita, así pues, decidí crear una entrada con algunos rincones curiosos que observar en la ciudad hispalense; no hay grandes tecnicismos ni datos históricos relevantes, solamente señalar dichos lugares para que los visitantes puedan acercarse. Tampoco voy a hablar de los monumentos famosos y conocidos, como la Giralda, pues muchos circuitos y visitas programadas ya informan sobre ellos. Son secretos de una ciudad, que me han ido enseñando amigos que han hecho de guías locales, y que por tanto, aunque algunas cosas sean conocidas por los propios sevillanos, son en ocasiones una novedad para los foráneos como yo. Ahí van, como la sota de bastos: 
  • Palacio de la Algaba: Eclipsado por los palacios de Pilatos, Lebrija y Dueñas; el de la Algaba es uno de los grandes monumentos desconocidos de la ciudad. No obstante, estamos ante una de las mejores obras mudéjares que uno pueda observar. Construido entre los siglos XV y XVI, tiene una curiosa portada, un bello artesonado, y sobre todo, un magnífico patio ajardinado, de ladrillo visto, con algunas columnas de mármol de origen genovés. Antaño estaba comunicado por una algorfa con la iglesia de Ommium Sanctorum.
  • David de Pilatos: No hace falta ir hasta Florencia para ver un David de Miguel Ángel, en la ciudad hispalense hay una pequeña réplica en los jardines del Palacio de Pilatos, situado en una hornacina. Como bien puede observarse en el edificio, los dueños tanto Fadrique Enríquez de Rivera, como su sobrino Per Afán de Rivera, quedaron bastante impresionados por las esculturas renacentistas italianas en algunos de los viajes que éstos realizaron por el país transalpino. Aunque las dimensiones varíen con respecto al original, es una curiosidad más en un palacio que es una delicia para los amantes del arte. 
  • Torre de la Plata. De todos es conocida la famosa Torre del Oro, sin embargo, apenas unos metros más allá, sigue existiendo una hermana pequeña, con el mencionado nombre de la Plata. A diferencia de su hermana mayor, ésta no se encuentra en un lugar que haya sido favorecido por la belleza, sino que se encuentra junto a un aparcamiento. No obstante, merece la pena acercarse a verla, y observar su pareja arquitectura con el monumento almohade, construida en el siglo XIII en ladrillo visto, y forma octogonal, estaba unida a la del Oro, por un paño de muralla. 
  • San Bernardo y alrededores: No todo lo monumental y típico se encuentra en el centro histórico; a extramuros, entre el casco histórico y Nervión, se encuentra este barrio que fue arrabal en tiempos de Al Andalus, y que sigue manteniendo su arquitectura tradicional entorno a la parroquia que le da nombre, la de San Bernardo, construida en el siglo XVIII, tiene un estilo de transición entre el barroco y neoclásico, con el típico colorido de la ciudad hispalense. Sin embargo, el edificio que ha dado fama a la zona no es otro que la estación de ferrocarril, inaugurada en 1.902, y que está construida en un estilo clásico, de tipo isabelino. Otro edificio de interés es la Fábrica de Artillería, un enorme conjunto de edificios industriales, que si bien tuvieron orígenes del XVI, toma su forma actual en el XVIII, en estilo barroco.También en la zona de Eduardo Dato, es interesante el regionalista edificio de Bomberos, así como algunos cuarteles; en la misma avenida, se puede observar el único resto que queda de una plaza de toros Monumental que tuvo la ciudad, y al parecer bastante más popular en sus tiempos que la conocida Maestranza, más frecuentada por las clases pudientes. Al lado del barrio se encuentra un magnífico parque, el de la Buhaira, uno de los sitios más agradables de la ciudad, en el que además de la magnífica arboleda, puede observarse una obra más de Aníbal González, un pabellón mudéjar edificado sobre restos de un palacio almohade que le dio nombre al lugar. También del mismo arquitecto iba a ser la impresionante basílica, que con advocación de la Inmaculada Milagrosa, hubiera tenido proporciones de catedral, y aspecto neogótico, con dos torres de cien metros de alto. Todo quedó en nada, pero aún queda sus basamentos para hacernos una idea de lo que pudo ser.  Además, en las cercanías se puede ver la interesante iglesia de San Benito, el único edificio vivo que queda del monasterio que existió en este lugar, en estilo manierista, y que fue edificado en el XVII. En la misma avenida y a tan sólo unos metros pueden observarse también los restos de un acueducto romano, reconstruido por los almohades. 
Pabellón Mudéjar (Buhaira)

Estanque y pabellón.

Calles del barrio.

Iglesia de San Bernardo.

Fachada de la fábrica.

Iglesia de San Benito.


  • Capilla de Maese Rodrigo o de Santa María Jesús: Situada en la concurrida Puerta de Jerez, es uno de los lugares más céntricos y visitados de la ciudad. No obstante, muchos de los foráneos que por allí hemos pasado nos hemos fijado en una pequeña capilla de estilo gótico mudéjar que aquí se encuentra. Sin embargo, este templo es lo único que queda de la Universidad Sevillana, fundada y construida en tiempos de dicho templo, allá por el año 1.506. El resto de edificios se perdieron cuando fueron derribados para la ampliación de la avenida de la Constitución. Aunque la fachada de la misma, fue trasladada al compás del convento de Santa Clara.

  • Iglesia del Sagrario: Seguimos en la misma avenida de la Constitución, y eclipsada por la magnífica Catedral, tenemos otra joya, que si bien forma parte, aunque anexa de la seo. Se entra por dicha avenida, y se construyó en el XVII, en estilo barroco por Alonso de Valdevira y Cristobal de Rojas, este ultimo a quien conocemos por la magnífica obra de fortificación de Cádiz. Si bien el exterior apenas invita a pasar por su sobriedad, en el interior el horror vacui típico del barroco se hace presente entre relieves, retablos, capillas, pinturas y esculturas de gran valor artístico. Como curiosidad histórica destacan las pintadas o grafitis exteriores del siglo XIX, por estudiantes universitarios que se sacaban el doctorado.
Pintadas.

Interior del templo.

  • Callejón de la Inquisición: Nos vamos ahora para Triana, justo al lado del puente del mismo nombre, se encuentra este estrecho y angosto callejón que formó parte del castillo de San Jorge, del que hoy apenas quedan restos. Dicha fortaleza hizo las veces de prisión y sede del Santo Oficio de la ciudad, así pues que entrar por el mismo desde el río, era como hacerlo por el Traitor Gate de la Torre de Londres, se sabía que se iba a acabar condenado y torturado. Hoy comunica al barrio con un bonito paseo, algo oculto, junto al río, y desde donde se puede ver una curiosa estampa del puente trianero desde abajo.
Vista desde la salida del callejón.

El callejón.

  • Un palacio sacado de Florencia: En plena calle Imagen encontramos una edificación que bien parece sacada de la ciudad transalpina, el palacio del Marqués de la Motilla. Aunque realmente es una obra historicista, realizada en los años veinte, por el arquitecto italiano Gino Coppedé, cuyo origen precisamente es florentino. La torre de hecho, está inspirada en el Palacio Vecchio de dicha ciudad, el resto recoge modelos tanto renacentistas como neogóticos. 

  • Torre románica de Don Fadrique: Cerca de la Alameda de Hércules podemos encontrar esta torre con un claro aspecto defensivo dentro del convento de Santa Clara (también de gran interés artístico); hasta ahí todo normal, lo curioso es el estilo arquitectónico de la misma, con un estilo románico y del primer gótico en algunas partes, una solución inusual en estas latitudes, donde con la conquista cristiana ya viene con el estilo gótico, que sería ejecutado con modelos mudéjares. 

  • Casa de las Sirenas: En plena Alameda de Hércules podemos encontrar este palacio edificado a finales del XIX, con un modelo de una chateau francesa del siglo XVIII. La época en el que fue construido este edificio, el movimiento Isabelino se fijaba mucho en los modelos franceses imperiales. Tras años de abandono, hoy se encuentra felizmente restaurado. 

  • Hombre de piedra: Seguimos en las cercanías de la Alameda de Hércules, en una de sus calles que desembocan aquí encontramos este curioso nombre, debido a la presencia dentro de una pequeña hornacina a nivel de suelo, del torso de una estatua romana que sirvió en tiempos de botarruedas.

  • Columnas romanas de la calle Mármoles: Nos vamos ahora para las cercanías de la Catedral para observar los restos de un templo romano que conserva unas impresionantes columnas de mármol que alcanzan los ocho metros. No obstante, no están todas, dos se encuentran en la Alameda de Hércules, pues fueron trasladadas en el XVI, y que hoy sirven de pedestal a las famosas estatuas de dicho paseo. Otra se rompió en el traslado hacia los Alcázares. 

  • Parque de Miraflores: Bonito y extenso parque situado al norte de la ciudad, a las afueras del centro histórico, por lo tanto fuera del circuito turístico, aunque merece una detenida visita: pues con noventa hectáreas constituye la mayor extensión de zona verde de la ciudad. Aparte de su cuidada jardinería, su césped que invita a tumbarse, y tiene un precioso lago lleno de aves acuáticas como gansos, patos y fochas, entre otras anátidas; es también un punto interesante en cuanto a restos arqueológicos, pudiéndose encontrarse una torre medieval, los restos de villas romanas, hay además norias y albercas del XVI, así como el molino del aceite del XVII, entre otras joyas...

  • Colegio de la Salle: En la avenida de San Juan de la Salle, encontramos este bonito edificio de corte regionalista edificado en el año 1.931, al más puro estilo árabe andalusí, con aspecto de mezquita, el mismo campanario simula ser un alminar. Aunque fuera del centro histórico, merece la pena acercarse a verlo desde Puerta Osario. 

  • Fundación San Telmo. Cercano al mencionado parque de Miraflores, encontramos este imponente edificio de estilo regionalista edificado a principios del siglo XX por el arquitecto Antonio Gómez Millán, como nueva casa cuna de la ciudad. 

  • Edificios del Matadero: Nos vamos al otro extremo de la ciudad, en la zona de Nervión, donde podemos encontrar uno de los mejores conjuntos regionalistas de la ciudad, edificado por José Sáez y López en el año 1.916. Hoy es instituto de secundaria, así como conservatorio, siento no tener fotos para ilustralo. 
 Termino aquí una amplia lista de lugares curiosos para los foráneos como nosotros en una ciudad que rebosa monumentalidad, pero que en muchas ocasiones, siempre nos paramos en los mismos lugares y edificios de interés, sin detenernos a mirar a muchos otros, que tienen igual interés para los amantes del arte o la historia. Un saludo desde el sur. 

domingo, 4 de marzo de 2018

Plazas IV

 Continuamos ya por fin, y tras un paréntesis, con la última entrada dedicada a algunas de las plazas españolas más bellas de nuestra nación. Destacando sobre todo, las de las poblaciones de nuestra provincia gaditana por el mero hecho de que en una mínima escapada se pueda visitar. Ahí van:
  • Puerto Lápice. Plaza de la Constitución. Típica plaza manchega en la que los soportales, columnas y balcones de madera, pintados de rojo almagro, son los protagonistas. Población ligada a los recuerdos literarios de Don Quijote, nació siendo un punto donde había muchas ventas que servían de descanso a los viajeros, algo que se destaca en el mencionado libro.

  • Puerto Real. Plaza de Jesús. Magnífica plaza, rectangular, amplia y diáfana, en el centro de la ciudad histórica, y que resume lo mejor de la arquitectura del XVIII con notables palacetes y edificios de estilo neoclásico y barroco. No obstante, destaca como construcción el antiguo Ayuntamiento de la ciudad, una pequeña obra de finales del XIX, de estilo ecléctico, y formas más bien clásicas, con una coqueta torrecilla del reloj.

  • Ronda. Plaza Duquesa de Parcent. Enorme y bella plaza magníficamente ajardinada y adoquinada, donde se conservan algunos de los mejores edificios de la ciudad, entre ellos, en la imagen, la iglesia de Santa María la Mayor, antigua mezquita aljama del que queda el nicho del Mirhab, y construida en estilos gótico y renacentista. Al frente el magnífico Ayuntamiento, fue en tiempos del XVIII un cuartel de milicias. Al otro lado, el convento de las Clarisas, otra obra renacentista del XVI; justo al lado, otro convento del mismo estilo y siglo, el de la Caridad. En el otro extremo de la plaza, una moderna, de 1.951, pero bella iglesia cuya advocación a María Auxiliadora nos delata su origen salesiano. 

  • Rota. Plaza de Bartolomé Pérez. Punto neurálgico del pequeño centro histórico de la localidad roteña, es una de las plazas más bonitas de nuestra provincia. Es un espacio diáfano, adornado tan sólo con palmeras, blanco caserío y dos de los principales monumentos, la gótica renacentista iglesia de Nuestra Señora de la O, del siglo XVI, así como el famoso Castillo de Luna, originario del XIII, en estilo gótico, y que hoy es sede del Ayuntamiento local.

  • San Fernando. Plaza del Rey. Ejemplo típico de una plaza neoclásica, en el que los volúmenes y espacios juegan un papel principal, y están estudiados y trazados al milímetro. Logrando así un concepto de ágora en un urbanismo ilustrado y tirado a cordel, figurando como punto central y más importante, donde se suceden todos los actos y fiestas principales de la localidad. Aquí se permite la presencia de edificios de tres o cuatro plantas para compensar el tamaño del enorme edificio consistorial, tercero más grande de España, construido para tal fin, y el de mayor volumen de Andalucía. Una joya neoclásica, que ahora está en proceso de restauración, por ello la foto es antigua. La plaza en sí, es cuadrada, ajardinada, pero diáfana, destacando la vida de sus bares, así como la estatua y fuente del General Varela, natural de la ciudad.


  • San Roque. Plaza de la Iglesia. Bonita y ordenada plaza que se sitúa al lado de la de Armas (también digna de destacar), y en el que se puede observar la bella fachada de la iglesia mayor de Santa María de la Coronada, de estilo barroco, aunque conserva elementos anteriores la iglesia de la misma advocación de Gibraltar, y que fueron traídas aquí tras la conquista inglesa. Edificada sobre la ermita de San Roque, que dará nombre a la población, en ella se encuentra enterrado el escritor romántico, y militar, José Cadalso.

  • Sangüesa. Plaza de Santa Catalina. Plaza extraña e irregular en cuyo centro se encuentra la magnífica iglesia de Santiago el Mayor, de estilo románico, con elementos góticos, iniciada en el siglo XII, y terminada en el XIV. Es un importante templo dentro de la ruta jacobea. Y en el destaca, el enorme rosetón, la portada románica, con el típico abocinamiento, así como la magnífica torre campanario, de aspecto defensivo.

  • Sanlucar de Barrameda. Plaza de la Salle. Era muy difícil elegir una plaza en la localidad del Bajo Guadalquivir, pues tiene un rico y extenso casco histórico ligado a las Américas, y en el que hay espacios tan conocidos como la plaza del Cabildo o la de San Roque. Pero he optado por una más apartada y desconocida, pero que es una de las más bellas. Empedrada con adoquines y losas de Tarifa, tiene dos enormes araucarias, y una bella fuente de mármol en el centro, regalo del Duque de Montpesier en 1.858. El caserío circundante también merece una tranquila mirada, con evocadores recuerdos, con distintos palacetes que la rodean.

  • Setenil de las Bodegas. Plaza de Andalucía. La roqueña localidad serrana, no podía tener sino una plaza en distintos niveles, con el telón de fondo de los farallones de la montaña que hace las veces de techo en las casas cuevas de la localidad. Es una plaza irregular, adaptada al terreno, siendo, realmente, más bien una amplia curva, más que un espacio abierto. Dentro del popular y blanco caserío destaca una bonita casa con azulejos, así como restos de murallas, y el mudéjar Ayuntamiento Viejo, ambos observables en la parte superior, arriba del acantilado.

  • Sevilla. Plaza de España. Otra ciudad que me ha creado más de algún dilema a la hora de elegir, y en la que al final he tenido que recurrir de la más conocida. Pero que realmente, lo merece por su destacada belleza, de encanto absolutamente romántico. Enclavada en pleno Parque María Luisa, es una obra regionalista, con tintes neomudéjares, fue diseñada por Aníbal González como pabellón de España para la Exposición Internacional de 1.929. El ladrillo rojo, los azulejos trianeros, las arquería, torres, puentes y canales con barcas, configuran un espacio único, en el que además, se representan mediante los mencionados azulejos a todas las provincias españolas. El centro es amplio y diáfano, sin ajardinar, con una magnífica fuente de generosos chorros de agua.


  • Soria. Plaza Mayor. Ciudad que a pesar de su pequeño tamaño concentra una gran monumentalidad, sobre todo a lo que de románico se refiere, así como grandes evocaciones literarias, sobre todo de Antonio Machado y Gustavo Adolfo Bécquer, ambos, curiosamente compartidos con Sevilla. Su plaza principal, la que aquí nos ocupa es un espacio rectangular, abierto, y mayormente diáfano, sin apenas arbolado. Domina la piedra, así como las cristaleras de sus balcones, y algunos soportales, como los del Ayuntamiento o los del Palacio de la Audiencia (s. XVI), otra joya renacentista es el palacio de los Beteta y la torre de Doña Urraca, neoclásica es el palacete de la Casa del Común, y una joya que va del románico al renacimiento es la iglesia de Santa María la Mayor. Pero si hay algo que domina la plaza es la Fuente de los Leones, una maravilla barroca (en la foto) del XVIII, así como la estatua de Leonor Izquierdo, esposa que fue de Antonio Machado.

  • Tarifa. Plaza de Santa María. Exótica plaza andaluza, que rezuma ya, un aroma y un aspecto, más propio del otro lado del Estrecho, la misma fuente central, con las figuras de las típicas ranas cerámicas que existen en todas las fuentes regionalistas, tiene más aspecto marroquí que andaluza. Con los jardines del resto de la plaza pasa lo mismo, o con la Biblioteca Municipal, antiguo Colegio Cervantes, edificio neomudéjar de principios del XX; todo nos transporta completamente a Tetuan o a Xauen. Pero si hay algo islámico de verdad, es el Castillo de Guzmán el Bueno, visible desde la plaza, califal del siglo X, y del que se dice, es uno de los más antiguos de Europa. Delante el edificio del Pósito (s. XVIII), en un lateral el Ayuntamiento (s. XX), y por último, oculta, la iglesia gótico mudéjar de Santa María (s. XIV).

  • Tarragona. Plaça del Rei. Ciudad que es un auténtico muestrario de generosa historia, y por ello he elegido esta plaza como la más representativa de la misma, pues en ella se pueden observar por estratos sus distintos periodos de esplendor. Como ejemplo destacado, en la imagen se puede observar parte de la Torre del Pretorio con el Castillo del Rey, todo de origen romano, y que se conserva en gran parte, así como ampliado en la Edad Media, como residencia real. No es romano, pero lo parece, el edificio que alberga el Museo de Historia de la Ciudad, que imita a dicho Pretorio. De otros tiempos son las dos iglesias, la de Nazaret, obra del XVI, reformada en el XVIII, y la de la Santísima Trinidad.

  • Torre Alhaquime. Plaza de la Constitución. Pequeña y escalonada plaza en uno de los pueblos más pequeños de nuestra provincia. Su bello y blanco caserío parece escalar la loma sobre la que se sitúa en su punto más alto el castillo nazarita. Cerca de éste, la mencionada plaza, que asciende desde el Arco de la Villa, antigua puerta de la muralla, y finaliza en la blanca y barroca parroquia de Nuestra Señora de la Antigua, construida en el XVIII, por orden del Arzobispo de Sevilla. 

  • Tudela. Plaza de los Fueros. Una de las plazas más bonitas que uno pueda visitar en nuestro país. Un espacio limpio y amplio, con aspecto de plaza mayor castellana, fue construida en el siglo XVII, con un armonía perfecta, en la que sólo sobresalen la Casa del Reloj (s. XVII), el Hospital de Nuestra Señora de Gracia y la Iglesia de Santa María (s. XVI). En el centro, un bello templete modernista, construido en 1.921. Merece la pena observar detenidamente la azulejaría y adornos existentes en las distintas fachadas de la plaza, así como su rebosante vida.

  • Ubrique. La Plaza. Curioso y sobrio nombre para un espacio cuadrado y limpio encuadrado en un rincón privilegiado de la localidad marroquinera y serrana, y donde se pueden observar varios de sus monumentos principales, como son la Fuente de Carlos III, joya y símbolo de la localidad, construida en el XVIII, así como el neoclásico Ayuntamiento, del XIX, la parroquia de Nuestra Señora de la O, de al menos el siglo XVII, una casa solariega (en la imagen) modernista, de 1.925, y que está adornada de azulejos con motivos mitológicos. Como telón de fondo, los farallones rocosos, entre los que destaca la iglesia de San Antonio, originaria del XVI, pero reformada a lo largo de los siglos.

  • Ujué. Plaza Mayor. Bonita e irregular plaza, adornada de casas de ladrillo con multitud de plantas, flores y enredaderas que hacen del lugar un sitio único. Lo mejor de todo es el silencio del mismo, casi todo lo que rodea es peatonal, y tiene el bello telón de fondo de la parroquia de Santa María la Real, una de las joyas románicas que el Reino de Navarra ha tenido a bien dejarnos en herencia. Como curiosidad última, comentar que hace poco se descubrió una tumba medieval en la plaza. 

  • Valdepeñas. Plaza de España. Punto neurálgico de la localidad vinatera, es un espacio más o menos cuadrado, limpio, sin apenas arbolado, y sobrio en adornos. Su armónico caserío rodean la misma, con soportales más típicos de Castilla que de La Mancha; todas sus fachadas lucen un bello color azul añil. Probablemente todos estos edificios fueron construidos en el XVIII. En el centro, una bonita fuente modernista de 1.926, y en una esquina, el edificio del Ayuntamiento, frente a la magnífica iglesia de la Nuestra Señora de la Asunción, de finales del XII, pero terminada en época de los Reyes Católicos, recogiendo todos los modelos del estilo gótico, desde el primitivo al flamígero final.

  • Vejer de la Frontera. Plaza de España. Uno de los rincones más bellos de nuestra geografía, nació en el siglo XVI, a extramuros. Toma una forma irregular adaptada al terreno, al blanquísimo caserío circundante y a las murallas árabes. Adornada con esbeltas palmeras y una preciosa fuente regionalista en el centro, en el que sobresalen los azulejos y las ranitas como surtidores. Los bancos que rodean el espacio, también son del mismo estilo. Las edificaciones posteriores también merecen ser observadas, como la Puerta de la Villa, una de las entradas que aún conserva el recinto amurallado, el Ayuntamiento, la torre medieval del Mayorazgo, o la Casa del Califa, que fue tiene varios estratos, entre los siglos X, como los aljibes o algunas de sus habitaciones de época califal, o las cillas posteriores, con construcciones entre el siglo XV y XVII, como la fachada principal, barroca con columnas salomónicas. 

  • Vélez Blanco. Explanada del Convento de San Luis. No es propiamente una plaza, ya que curiosamente, la localidad carece de dicho tipo de espacios. Es una explanada que da lugar a la fachada del bello edificio religioso, obra plateresca del siglo XVII, con un curioso campanario mudéjar. No obstante, también es un excelente mirador de un blanco pueblo serrano, dominado por la omnipresente silueta de una castillo renacentista, construido para un fin más palaciego que defensivo.

  • Vélez Rubio.  Plaza de la Encarnación. Nos encontramos ante un espacio amplio y sobrio, en el que destaca la enorme y bella figura de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación, magnífico templo de proporciones catedralicias, es una obra que se construye en la transición entre el barroco y neoclásico, con una impresionante fachada y torres labrada en piedra, y un resto edificado en ladrillo visto. En el resto del caserío destaca el ayuntamiento, obra neobarroca del XX. 

  • Villamartín. Plaza del Ayuntamiento. Bonita plaza cuadrada, y como no podía ser de otra manera, adornada con esbeltas palmeras, así como con bancos y una fuente central, en estilo regionalista, de ladrillo rojo y bellos azulejos sevillanos. También del mismo estilo es el mercado de abastos, situado en un lateral, blanca edificación con ribetes de ladrillos. Otros edificios interesantes son el palacete neoclásico con portada barroca, situado frente al también interesante Casino Cultural, o el propio Ayuntamiento, construcción neobarroca con fachada con soportales. o la barroca iglesia de las Angustias. No obstante, destaca el fondo de la iglesia parroquial de Santa María de las Virtudes, de aspecto sevillana, y que combina el mudéjar el inicial del siglo XIV, con el renacimiento  de su fachada de Hernán Ruiz, o el barroco de sus ultimas reformas en el XVIII. 

  • Villanueva de los Infantes. Plaza Mayor. Una localidad sorprendente porque tiene un enorme patrimonio histórico, artístico y literario, ligado sobre todo a las figuras de Quevedo o, como no podía ser de otra manera en La Mancha, de Cervantes. Como espacio principal, la mencionada plaza, típica, sobria, con soportales, y grandes balconadas de madera, y en el que destacan notables edificios, entre los que destaca el Ayuntamiento y la iglesia parroquial de San Andrés, ambos en estilo herreriano, similar al Escorial. En un lateral de la plaza, como no, unas estatuas de Sancho y el Quijote, completan el panorama.

  • Zahara de la Sierra. Plaza del Rey. Situada en lo más alto del pueblo (en lo que a caserío se refiere), y donde se obtienen las mejores vistas de la población y su entorno. En ella se pueden observar como el castillo nazarita domina el peñasco que sirve de telón de fondo de dicho espacio, o la bella iglesia parroquial de Santa María de la Mesa, obra barroca del siglo XVIII. Cerca, se encuentra un mirador desde donde se puede observar el embalse, la silueta de otros pueblos, como Olvera, o el más cercano, Jardín de los Pinsapos, toda una preciosidad de parque.

  • Zahara de los Atunes. Patio de Armas del Castillo. Realmente no es una plaza propiamente dicha, sí que lo fue de Armas de la fortaleza del siglo XVI, y que servía para alojar y proteger a las almadrabas y las diversas fábricas dedicadas al trabajo del atún, así como palacio de los Guzmanes. Pero la fortaleza también está asociada a la literatura, ya que Cervantes situó aquí el escenario de una de sus Novelas Ejemplares, la Ilustre Fregona. No obstante, aunque sólo fuera por el hecho de situarse en un entorno tan paradisíaco, como una playa, ya merece la pena su visita. 

  • Zuheros. Plaza del Castillo. Terminamos la larga lista de localidades con la bella localidad cordobesa situada en las serranías Subbéticas. Es un espacio abierto al acantilado donde se sitúa el mirador junto al Castillo, fortaleza musulmana originaria del siglo IX, pero que tiene estructura del siglo XII, con una reforma renacentista de Hernán Ruiz en el XVI, para adaptarlo a formas palaciegas. Frente al mismo, la iglesia de los Remedios, parroquia de la población, edificación renacentista del XVI. 

 Termino aquí la lista de plazas destacadas que he visitado, y que me han parecido dignas a destacar, perdonen los lugareños si en algún dato he errado, pero han sido una serie de entradas bastante densas a la hora de buscar información de los distintos lugares para resumirlos en un mínimo párrafo. Así pues finalizo como siempre: Un saludo desde el sur. 

martes, 25 de julio de 2017

Iglesias modelos II parte.

 Comienzo esta segunda entrada referida a templos católicos de nuestra tierra que han sido modelo para los que posteriormente se han ido construyendo, ya sea por el mismo autor u otro, o incluso, marcar influencia para épocas posteriores. Como ya vimos en la anterior entrada, las iglesias gótico mudéjares son dominantes en Valle del Guadalquivir, hasta escasear ya, en la provincia de Cádiz, donde el gótico llega más tardíamente, a causa de ser  frontera con el reino de Granada, por lo que se van empezando a tomar otros modelos. Ahí van los templos que servirán de clara inspiración para muchos arquitectos:
Portada de la Catedral hispalense.
  • Catedral de Sevilla. Es todo una paradoja que, precisamente, donde menos ha influido el gótico florido del enorme templo hispalense, sea en su propia ciudad y provincia. Eso se debe a que, precisamente, la última gran iglesia en construirse en la misma fue ésta. La prácticamente totalidad de las iglesias medievales sevillanas son anteriores, como ya vimos en la entrada pasada. Hasta el momento de empezar la construcción de la Seo, la mezquita aljama almohade (no confundir con la taifal que se situaba en la iglesia de San Salvador) hacía las veces de templo catedralicio, al igual que en la vecina Córdoba. De hecho, como todos sabemos, aún se conservan el famoso alminar, la Giralda, y un espectacular patio de los naranjos. En cuanto al nuevo templo, como es conocido, se trata del mayor en estilo gótico del mundo, y uno de los de más grandes proporciones de toda la cristiandad. El estilo gótico, flamígero o florido, de herencia flamenca, es de un absoluto barroquismo, como manifestación última de una corriente que va camino de la desaparición en pos del renacimiento que ya asoma por Europa. Básicamente, el estilo consiste en la presencia de numerosas nervaduras tanto en su interior como en el exterior, para efectos puramente decorativos, ya no se emplean columnas en el interior, sino pilares, pues son templos con bastante altura; en el exterior, numerosos arbotantes, las puertas tienen mayor recargamiento si cabe, suelen tener un tímpano con representaciones escultóricas en algunos casos, numerosa decoración, abundante nervadura también, y arquivoltas apuntadas con numerosas tracerías, aunque en muchas ocasiones se emplea el arco conopial. La influencia que deja la catedral hispalense a lo largo del siglo XV en los distintos pueblos y ciudades de Cádiz se hace patente en algunas minicatedrales existentes, donde en Jerez y en Arcos de la Frontera, se pueden encontrar, claramente dichos elementos antes descritos, en el caso de la primera, hay dos modelos casi calcados, con la salvedad de que tienen tres naves en lugar de cinco (obviamos las reformas que cada uno ha sufrido posteriormente), es el caso de Santiago y San Miguel, absolumtamente iguales. Otros templos jerezanos de similares características serían, a groso modo, Santo Domingo (sobre todo el claustro), San Marcos, San Mateo, o la Merced. En la vecina Arcos, el otro núcleo de notable influencia sería la de Santa María de la Asunción, que incluso tiene una minigiralda barroca que no se llegó a terminar, la iglesia de la Misericordia, o el templo de la Encarnación; San Pedro ya responde a un gótico que gira más al renacimiento. Pero no son las únicas localidades con gótico flamígero que toman de modelo la catedral sevillana, a lo largo de la costa gaditana, es relativamente abundante, como ocurre con El Puerto de Santa María, con dos ejemplos muy similares también a la seo hispalense: la iglesia Mayor Prioral y el monasterio de La Victoria, famoso penal del Puerto. En Tarifa encontramos a la Mayor de San Mateo, en Chipiona, aunque con muchas reformas, Nuestra Señora de la O; de tremendo parecido es la parte nueva de la del Divino Salvador de Vejer de la Frontera, otra miniseo, aunque algo más sobria, en Medina Sidonia cabe destacar la iglesia Mayor de Santa María la Coronada, y en Alcalá de los Gazules quedan restos de éste tipo de gótico en el convento de Santo Domingo, y sobre todo en la portada y algún detalle de la Mayor de San Jorge. Como última curiosidad, destacar que los materiales empleados en casi todos los templos, incluida la catedral de Sevilla, proceden de las canteras de San Cristóbal en el Puerto de Santa María, es por ello que tienen ese característico color dorado. Así como de las canteras de Espera. 
San Miguel, Jerez de la F.

Bóveda de San Mateo, Jerez de la F.

San Jorge. Alcalá de los G.

Santa María, Arcos de la F.

Detalle del Convento de la Encarnación. Arcos.

Nuestra Señora de la O. Chipiona.

Monasterio de la Victoria. El Puerto.

Iglesia M. Prioral. El Puerto.

Santa María de la Coronada. Medina S.

San Mateo, Tarifa.

Divino Salvador. Interior.
Interior de la Catedral Hispalense.

Divino Salvador. Vejer de la F.


Detalle de la Catedral.



Santiago en Jerez de la Frontera, la más fiel al estilo Catedral de Sevilla.
Interior de la de Granada.
  • Catedral de Granada. Otra seo, que marca un estilo, esta vez entre las otras catedrales de la comunidad autónoma. En este caso queda claro el arquitecto, Diego de Siloé, quien deja una tendencia rompedora con la, hasta entonces, costumbre de construir catedrales góticas. Es un templo grandioso de cinco naves y gran altura, que no obstante, aún cierta herencia ojival recibe en las bóvedas, así como en la planta, con el uso claro de la girola. Pero se ven ya, un claro atisbo modernizador, de las corrientes arquitectónicas procedentes de Italia, y que en Granada tendrán gran acogida. Tales como el empleo de columnas de estilo clásico, que heredará,  por ejemplo, la de Cádiz. y un mayor grado de sobriedad. La fachada en cambio es barroca, de Alonso Cano, que llegó a proyectar dos torres, en vez de la única actual, que mide 57 metros, por los 81 que se proyectaron. Cabe destacar, que la única seo que logró terminar, y no del todo, las dos torres, es la de Cádiz, y aún así, quedaron reducidas entorno a los 40 metros, pues se preveían que superaran a la Giralda, por cuestiones de defensa de la ciudad, se quedó así. También quedaría manca de torres, la de Málaga, otra obra parecida, del mismo Diego de Siloé, y que sigue parámetros similares, de grandes naves, pilares con columnas clásicas, y girola. La fachada es de un barroco espectacular. Otro obra de Siloé es la catedral de Guadix, de fachada posterior, muy barroquizante, y torre, a diferencia de las demás, en la zona de la girola, el interior, responde a los típicos patrones mencionados. Fuera ya del Renacimiento, la catedral gaditana será la última en inspirarse en el modelo Siloé, si bien un par de siglos más tarde, en el XVIII, modelo que toma el arquitecto Vicente Acero, y que adaptará a la planta gótica renacentista un movimiento barroquizante, sobre todo en la fachada, con formas convexas y cóncavas que le dan gran movimiento. Si bien distintos paros y tardanza en la construcción de la misma, daría lugar a una decoración y una terminación mayormente neoclásica, llama la atención por la presencia de sus numerosas cúpulas, tanto en sus torres, como en el propio templo, asombrando la principal, de media naranja y azulejos amarillos; que aunque terminada en el XIX, probablemente se deba a la influencia que los genoveses y distintos italianos generaron en el arte gaditano. Caso aparte es la catedral de Jaen, que si bien no recibe influencias de la de Granada si fue coetánea, y marcó un estilo renacentista, si cabe más puro. Dicha catedral fue de gran influencia en Hispanoamérica, la seo de Buenos Aires es un ejemplo, y se dice que también la de Málaga. Lo cierto es, que ambas, Granada y Jaen, son casi similares en estilo, salvo en que la segunda no tiene ya girola, y que en este caso el arquitecto fue Andrés de Valdevira.


Detalle de columnas. Granada.

Girola. Granada.

Fachada. Málaga.

Girola. Málaga.
Girola y cúpulas. Cádiz.

Interior. Cádiz.

Detalle interior de la cúpula. Cádiz.
  • Iglesias híbridas gótico renacentistas de las zonas béticas. La entrada del cristianismo en las zonas béticas se efectuó a finales del siglo XV, tiempos en los que aún existía el último gótico, pero que ya iba planteándose un nuevo estilo, el renacimiento. Lográndose un estilo híbrido de aspecto muy sólido, sobrio y pétreo, a veces con aspecto de fortaleza, pero que aún tenían reminiscencia góticas. Es heredero del estilo isabelino, pues aún conservan bóvedas con nervaduras, y pináculos exteriores, pero ya han perdido los arbotantes típicos, así como gran parte de su decoración, tanto externa como interna, aunque curiosamente, se vuelven a emplear, en ocasiones, elementos que no se veían desde el románico, como el uso de arbotantes o ventanas con arcos abocinados de medio punto. No hay muchos ejemplos. pero los que hay son bellos y espectaculares, podríamos situar el primero en Arcos de la Frontera, con la iglesia de San Pedro, directamente construida sobre una fortaleza. Cerca, encontramos otro de aspecto similar, que sería la parroquia de Nuestra Señora de la O, en Rota. Otros dos ejemplos de características muy similares, y tremendo parecido serían la de Nuestra Señora de la Encarnación de Setenil de las Bodegas, y la del Espíritu Santo de Ronda, probablemente, por su cercanía geográfica, una se inspirara en la otra. Sin embargo, los ejemplos prototípicos de estos modelos híbridos se encuentran en Granada: la espectacular y preciosa iglesia de Santo Domingo, de fachada más detallada que de costumbre, pero de interior similar a las mencionadas, y por supuesto, en la Capilla Real, anexa a la seo granadina, y que tiene los elementos típicos mencionados en éste párrafo. 
Interior de San Pedro. Arcos de la F.

San Pedro. Arcos de la F.

Interior N. Sra de la O. Rota.

Nuestra Sra. de la O. Rota.

Nuestra Sra. de la Encarnación. Setenil

Espíritu Santo. Ronda.

Espíritu Santo. Ronda.
Santo Domingo. Granada.

Interior S. Domingo. Granada.

Capilla Real. Granada.


  • Mudejar granadino. Son unas pocas iglesias, y casi se ciñen a un sólo barrio, el Albaicín, su origen como cabe suponer se debe a la amplia población musulmana existente tras la conquista de Granada, lo que supone, prácticamente, la última influencia del mudéjar en la arquitectura española, en concreto en este caso, del estilo renacentista, cuya arquitectura y arte de modelo clásico se ven acompañados de elementos como la azulejería, el ladrillo, que le da mayor ligereza al edificio, así como la presencia interior del típico artesonado de madera en el techo, que viene siendo tradicional desde el románico. Casi todas conservan las típicas torres en un lateral, como en el gótico mudéjar, pero con un modelo más sobrio y clásico, aunque en algunos casos fueron en origen alminares. Los casos principales, son San Gil y Santa Ana y San Idelfonso, en el Albaicín Bajo, San José, con alminar almohade original, o las de San Nicolás (donde el famoso mirador) y San Miguel Bajo, en el Albaicín Alto, entre otros muchos.
San Andrés.

Torre de San Bartolomé.

San José, la torre es alminar original.

Interior de San Miguel Bajo.

Portada de S. Miguel Bajo.

San Nicolás.

Interior de S. Nicolás

Santa Ana. La más bella.

San Pedro y San Pablo, con el Darro.
  • Arquitectura Colombina de Huelva. Otros casos del fenómeno mudéjar, que mayormente se dio en los distintos monasterios de la zona onubense, así como en las distintas iglesias. Concentrado principalmente entre Palos, Moguer y Huelva capital.  Heredero del mudéjar cordobés y sevillano, muestra no obstante, ligeras diferencias, que aunque no son muchas con el mudéjar andaluz, es algo más sobrio. La principal de ellas, radica en los claustros de los mismos, con construcciones de ladrillo visto, aunque en el caso de Santa Clara de Moguer, se encuentre pintado de blanco, así como el uso del arco de medio punto en lugar del ojival, apoyado en columnas, también es frecuente el uso de flora exótica, procedente mayormente de América. Muy transformados por las reformas barrocas tras el terremoto de Lisboa de 1.755, aún así, mantienen su identidad. Ejemplos claros son, el mencionado de Santa Clara de Moguer, el más famoso de La Rábida en Palos de la Frontera, el Convento de las Agustinas (Plaza de las Monjas) y el Santuario de la Cinta en Huelva capital.
Las Agustinas. Huelva.

Interior de la Cinta. Huelva.

Portada de la Cinta. Huelva.

Patio de Santa Clara. Moguer.

Claustro de Santa Clara. Moguer.

Iglesia del monasterio. Santa Clara.

Arcos en el patio. Santa Clara.

Claustro de La Rábida. Palos de la F.

Iglesia de La Rábida. Palos.

Exterior de La Rábida. Palos de la F.
  • Barroco Sevillano. Es un modelo en el que aparte del barroquismo típico del horror vacui: fachadas ondulantes, el uso de abundantes yeserías, y columnas salomónicas y demás, en el caso hispalense la importancia del color, tanto en fachadas como en interiores, llaman especialmente la atención, debido sobre todo a sus fuertes tonos, primando el rojo o el amarillo, entre el típico blanco andaluz, que domina generalmente en los interiores. Y como es típico en la ciudad, una clara influencia del mudéjar en algunos elementos que pervivirán hasta bien entrado el siglo XX. Así como el uso, en muchos casos de cúpulas cubiertas de tejas árabes, y con linterna. Pero como en todos los templos barrocos andaluces, hay un lugar destacado para los retablos, recargados y con el dorado del pan de oro, como componentes principales. Las paredes, arcos, y bóvedas, están extremadamente decorados, con pinturas, mármoles y esculturas, casi sin dejar un hueco. No hay iglesias que sean similares, pero sí con características parecidas. Principales son la del El Salvador, San Luis de los Franceses, Santa María de la Magdalena, San Jacinto, el convento de La Merced (actual Museo de Bellas Artes), o la pequeña capilla de San José. Fuera de la capital, son comunes los mencionados elementos, además de la típica torre barroca, bastante alta, imitando a la Giralda, hay que decir que la influencia se deja notar también en el norte de la provincia gaditana, a cuya diócesis perteneció. Como ejemplo son destacables la de San Pedro en Carmona, Santa María de la Mesa en Utrera, o Santa Ana en Algodonales, ya en la sierra norte de Cádiz. 
Convento de La Merced.

Santa María de la Magadalena.
Interior de Sta. María de la Magdalena.


Monstserrat.

Otra portada de la Magdalena.

Parte trasera del Divino Salvador.

San José.

Hospital de la Paz.

Retablo, Divino Salvador.

Cúpula, Divino Salvador.

Interior del Divino Salvador.

Portada del Divino Salvador.

San Bernardo.

Parroquia del Sagrario.

Nuestra Señora de la O.

San Jacinto

Capilla de los Marineros.


Interior de San José.

Santa Cruz.

San Nicolás de Bari.
Torre de Santiago el Mayor. Alcalá de G.

Torre de Santa María. Arcos de la F.

San Pedro, con su Giralda. Carmona.

San Francisco. Carmona.

Cúpula del Divino Salvador. Carmona.

Santa Clara y al fondo, la Caridad. Carmona.

  • Barroco Subbético cordobés. Si el epicentro del medievo en la provincia fue la capital, durante el periodo moderno sería Priego el punto neurálgico (compartido en parte con Cabra y Lucena) de un barroco blanco, luminoso y recargado, que se expandería hasta llegar a la propia Córdoba. A diferencia del sevillano, aquí domina el blanco por todo el edificio, interiores y exteriores; en el primer caso, se puede observar un recargamiento absoluto de yeserías y esculturas verdaderamente impresionante en tanto en bóvedas y paredes, como en las cúpulas, eso sí, con la común características, de que prima la luz natural, gracias al efecto de cristaleras y linternas. Como es costumbre en la Andalucía barroca, es frecuente el empleo del pan de oro en retablos y capillas laterales. Los exteriores suelen ser también blancos, pero con sensación de movimiento de la fachada, debido a sus formas curvas y al empleo recargado, muchas veces de mármoles de distintos colores, destacando los rosas, principalmente. Siendo espectaculares las fachadas, de dos pisos, con esculturas y columnas de distintos tipos, salomónicas sobre todo. Ejemplos claros son: las iglesias de San Pedro, Virgen del Carmen, San Francisco, Virgen de las Mercedes, y especialmente, la Aurora y San Nicasio, de bella bóveda, aunque lo más espectacular es la iglesia de la Asunción, de increíble fachada, y mejor capilla del Sagrario. En Cabra destacan las parroquias de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles, así como la de San Juan Bautista. En Lucena hay otro catálogo inmenso de barroco: Santiago, Santo Domingo, Nuestra Señora del Valle, y sobre todo, San Juan de Dios, con los elementos típicos del barroco cordobés, y como una de las joyas de la provincia, y de España diría yo, que es la capilla del Sagrario de la iglesia de San Mateo (el resto es renacentista). Y en la capital, San Francisco, San Salvador y Santo Domingo, y sobre todo el antiguo convento de La Merced, hoy Diputación Provincial, majestuoso.
Portada de la Asunción y Ángeles, Cabra.

San Juan Bautista. Cabra.

Convento de La Merced. Córdoba.


San Juan de Dios. Lucena.

Capilla Sagrario de San Mateo
Lucena.

Interior de Virgen de la Aurora
y Nicasio. Priego de C.

Portada de la Aurora y San
Nicasio. Priego de C.

Capilla del Sagrario de la Asunción. Priego.

Cúpula del Sagrario, la Asunción. Priego.

San Juan de Dios. Priego.

San Pedro. Priego.

Virgen de las Angustias. Priego.

Virgen del Carmen. Priego.

Las Mercedes. Priego.

  • Barroco gaditano. El barroco de nuestra bahía, y aledaños, se concentra principalmente en la capital, y tienen una serie de características que la definen. Generalmente, con grandes influencias genovesas y napolitanas, así como andaluzas, y algunas francesas. A grandes rasgos: el empleo de azulejos y pinturas con caracteres moriscos, la mayor sencillez y menor barroquismo con respecto al resto de Andalucía, dando lugar a un mayor clasicismo, el uso frecuente de espadañas en lugar de torres, en cuanto al color predomina mayormente el blanco, y cuando no, colores suaves, amarillo o crema, en algunos casos, se deja a la vista a la piedra, que suele ser ostionera, aunque normalmente, eso se emplea hasta media altura, y en las columnas externas. Y como no podía ser de otra manera el empleo del mármol genovés para la creación de portadas espectaculares, con columnas salomónicas y clásicas, así como de preciosas esculturas. Los interiores se caracterizan por los suelos ajedrezados, también de mármol, este mismo material será el más utilizado para los retablos más importantes o los que son de origen genovés, de distintos colores, pero primando, curiosamente el negro y el blanco; también son importantes los de madera con pan de oro como en el resto de Andalucía; a nivel arquitectónico abundan los arcos fajones, arcos de medio punto y grandes pilares, y a diferencia de Córdoba, aquí se opta más por las pinturas en las paredes o los frescos, que por las yeserías, aunque hay notables excepciones, como en Santo Domingo. Ejemplos casi gemelos del típico barroco gaditano son las iglesias del Carmen de Cádiz y San Fernando, más americanista la primera, otros casos parecidos son San Lorenzo y La Palma, así como espectaculares son la de la Pastora, San Agustín, San Francisco o San Antonio. Notables también son de destacar las de Santo Domingo, por las mencionadas yeserías y la Santa Cruz, Catedral Vieja, por sus terminaciones barrocas de cupulitas moriscas en los exteriores, así como por sus retablos, el del altar mayor y el de los Vizcaínos, además dos retablos de mármol genovés, de gran valor que destaca en ambos templos. Fuera de la capital, la mencionada del Carmen en San Fernando, o la de Jesús Nazareno en Chiclana la Frontera, cuya portada es similar a la que hubo en la de Santa Cruz de Cádiz.

El Carmen. 

San Antonio. 



San Juan de Dios.

Capilla de los Genoveses.
Santa Cruz.

Capilla de los Genoveses.

San Francisco. 


El Rosario.

Santo Domingo.

Torre de la Merced.

San Lorenzo. 

La Pastora.

Jesús Nazareno. Chiclana de la F.

El Carmen. San Fernando.
Techo de Santa Cruz. Cádiz.

  • Neoclásico gaditano. Por último, destacar un estilo que tanto en Cádiz como en San Fernando arraigó dando un carácter particular a ambas ciudades. Podemos dividir en dos estilos claros: uno primero con influencia de la Armada Española presente en la ciudad isleña, de carácter muy sobrio y elegante, pensado para las distintas perspectivas, sus exteriores son espartanos, con una portada clásica, y en el mejor de los casos, pilastras pintadas de amarillo o con el color de la piedra ostionera. El interior es similar, blanco dominante, con pilastras amarillas sobre pilares, o directamente sobre la pared, y normalmente suelen utilizarse arcos fajones. Casos típicos son la iglesia de San Francisco, un tanto distinta es la Mayor de San Pedro y San Pablo, y similares en los interiores son la capilla de la Veracruz (Cristo Viejo), la Pastora y la del Rosario, en La Carraca, los exteriores de estos dos últimos son muy parecidos, ya que los mismos obreros construyeron ambas. El segundo caso, son los ejemplos menos localistas, aunque con patrones gaditanos igualmente. Serían el ejemplo de tres iglesias gemelas en planta, que no en aspecto, porque son de distintos arquitectos, y además, han evolucionado cada uno a su modo, con sus retrasos y funciones iniciales y finales. Me refiero a la de San José en Cádiz, y sobre todo al Panteón de Marinos Ilustres y la iglesia de San Juan Bautista, que si bien de diferente aspecto, tanto exterior e interior, y tienen una planta muy parecida, con dos capillas laterales de planta circular, tras el altar. Y un salón, que en el caso del templo castrense se emplea como cenotafio con las aguas de todos los mares del mundo. Las tres están construidas por diferentes arquitectos,  y con motivos ni siquiera parecidos, pero las plantas siguen el modelo típico neoclásico. Sería injusto, aunque no fueran imitadas, dejar fuera los dos oratorios gaditanos, de la Santa Cueva y San Felipe Neri, dos joyas neoclásicas únicas. 
San Francisco. San Fernando.

San Pedro y San Pablo. San Fernando.

Interior de la Pastora. San Fernando.

La Pastora. San Fernando.

El Rosario. San Fernando.

Interior del Rosario. San Fernando.






Panteón de Marinos Ilustres. SF.

Interior del Panteón. San Fdo

San Juan Bautista. Chiclana de la F.

Panteón de los Marinos Ilustres. Fachada.

Capilla de la Veracruz. San Fernando.
San José. Cádiz.
Interior de San José. Cádiz.

 Termino ya, la lista de iglesias o templos que sirvieron de modelo, en algunos casos, como hemos visto, sobre todo con las catedrales, se puede saber cual fue la primera, y cual inspiró a las demás, así como sus arquitectos y motivaciones. En la gran mayoría de los casos, no es así, pero queda claro que hubo una o varias que inspiraron al resto. Como siempre, termino con una disculpa, o dos en este caso, la mía típica, de que se me puede haber olvidado algunas, y la segunda, si es por algún error que se pudiera encontrar, pues esta entrada, prima más mis impresiones personales, muchas veces subjetivas, que lo leído en los libros. Un saludo desde el sur.