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Mostrando entradas con la etiqueta Gibraltar. Mostrar todas las entradas
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viernes, 15 de diciembre de 2017

Plazas II

 Continuamos una segunda entrada , relacionada con las distintas plazas que he seleccionado, y seguimos con el orden alfabético de las mismas. Digo lo de siempre, son criterios subjetivos, de mi propio gusto. Así pues ni están todas, ni son todas las que están. Ahí va la siguiente tanda:
  • El Puerto de Santa María. Plaza de España. La localidad portuense destaca por su ordenado urbanismo de calles ortogonales, en las que se pueden encontrar algunas plazas llamativas, sin embargo, el alma de todas es la mencionada aquí, y en el que se puede encontrar a la iglesia Mayor Prioral, una joya que mezcla el gótico con el barroco y el plateresco. Así como varios palacetes, de los cuales, en uno se encuentra el Museo Municipal, en un palacete barroco y otro a destacar es el de los Duques de Medinaceli, de corte neoclásico.

  • El Toboso. Plaza de Juan Carlos I. La localidad de Dulcinea, la amada de Don Quijote, conserva una hermosa plaza donde destaca la silueta de la iglesia de San Antonio Abad, joya renacentista del XVI. Pero no es lo único, al ser una localidad tan vinculada al Quijote, justo al lado de la parroquia, se encuentra el Museo Cervantino, digno de visitar para los amantes de la literatura, pues en él hay varios ejemplares del Quijote, en varios idiomas, y firmados por distintos personajes históricos. Como no podía ser de otro modo, dos estatuas, del propio Quijote y Dulcinea, completan la estampa.

  • Espera. Plaza Iglesias. Espacio central, abierto, escalonado y más importante de la localidad espereña. Donde se localiza la renacentista parroquia de Santa María de Gracia, del siglo XVI, aunque con alguna reforma barroca tras el Terremoto de Lisboa, en 1.755. Desde aquí se puede observar, en el cerro cercano el castillo medieval de la población, llamado de Fatetar, así como la ermita de Santiago, del XVI. Cerca, el Museo Municipal, conserva interesantes figuras íberas.

  • Estella. Plaza de San Martín. La localidad navarra destaca por su monumentalidad, que se muestra en la grandiosa plaza que les muestro. Destacan a la derecha, ocupando toda una fachada, el Palacio de los Reyes de Navarra, el único edificio románico civil de dicha comunidad; así como otros palacetes y edificios notables. En la parte superior, la iglesia de San Pedro de la Rúa, de estilo gótico, salvo en el caso de su espléndido claustro románico. En el centro de la plaza, una bonita fuente, y un precioso arbolado completa la estampa.

  • Gibraltar. Grand Casemates Square. Aunque no sea una localidad jurídicamente española, su cercanía a nuestra provincia, me hace incluirla como un lugar de visitas fáciles de ejecutar. Realmente es una plaza de armas, abierta y diáfana, rodeada de murallas de época moderna, posterior a la conquista británica. Hoy esas bóvedas, se encuentran llenas de restaurantes y tiendas, que dan vida al lugar. Sin embargo, lo más llamativo es ver a gran parte del centro histórico de la localidad escalar por el peñón hasta el llamado Castillo Moro, una torre de origen medieval. La imagen más que británica, recuerda a algún pueblo de la región de Liguria, en Italia.

  • Granada. Plaza del Mirador de San Nicolás. A decir por Bill Clinton, aquí se pueden ver los mejores atardeceres del mundo. Tenga o no, razón, lo cierto es que no hay mejor vista de la ciudad para ver la Alhambra con Sierra Nevada como fondo. La misma plaza, no sólo destaca como mirador, sino que también es digna de admirar la iglesia mudéjar, que le da nombre al lugar; así como el aljibe de origen musulmán. La cruz y el bonito arbolado completan una bella estampa, incomparable, en una plaza que tiene el mérito de ser una de las más bonitas en una de las ciudades más bellas del mundo.
  • Grazalema. Plaza de España. Estamos en una de las localidades más lluviosas de España, y que se encuentra a una altura superior a los 800 metros sobre el nivel del mar. Dentro de ella, podemos admirar una preciosa plaza donde se encuentran algunos de los monumentos más interesantes de la población. Una fuente con cuatro caños, de origen romano o visigodo, el Ayuntamiento, y por supuesto, presidiendo el lugar, la iglesia de Nuestra Señora de la Aurora, de arquitectura neoclásica. Todo ello, con las montañas y los bosques como telón de fondo.

  • Huelva. Plaza de las Monjas. Tal vez el rincón más completo, monumentalmente hablando, de la capital onubense. En ella todavía se ven unos pocos elementos decorativos regionalistas, como una caseta, además de la espectacular Fuente Magna y un bonito templete musical. En el plano arquitectónico, destacan el convento de las Agustinas, del XVI, en los estilos renacentistas y mudéjar; llamativo es también el antiguo Hotel París (edificio de La Bola), modernista de 1.907, el antiguo Banco de España, de 1.938, y aspecto neoclásico, así como algún edificio de aspecto regionalista (yendo para Concepción), y varios edificios neoherrerianos en la bocacalle de la Gran Vía, donde recientemente, se ha situado un monumento a Cristobal Colón.

  • Isaba. Plazuela. Bonita población situada en el Pirineo Navarro, y donde por más que busqué no encontré nombre de placeta alguna, ya que las direcciones se ordenan en barrios. No obstante, quería destacar la belleza del cuidado caserío típico, llenas en multitud de ocasiones, de macetas con flores. Como fondo, la torre campanario de la iglesia de San Cipriano, del siglo XV, y con aspecto de fortaleza.

  • Iznájar. Patio de las Comedias. Bonito pueblo cordobés, situado justo en el centro de Andalucía. Desde aquí se pueden observa los territorios de cinco provincias. La bella plazoleta se encuentra junto al castillo y a la iglesia, y se encuentra decorada en el centro por una fuente, así como por multitud de macetas de color añil y platos de cerámica que adornan las blancas paredes, así como sus rejerías.

  • Jerez de la Frontera. Plaza de San Miguel. En la localidad vinatera es también doloroso seleccionar una sola plaza. Ya que su centro histórico es enorme, y rico en rincones típicos y monumentales. Sin embargo, he optado por una pequeña plazoleta, silenciosa, irregular, y coqueta, pues se encuentra adornada con naranjos, típico andaluz. La sencillez del entorno, y del caserío, contrasta con la magnificencia del templo gótico de San Miguel, y su barroca fachada. Segunda catedral de la ciudad, es originaria del XVI, y dio origen a un barrio con alma flamenca.

  • Jimena de la Frontera. Plaza de la Constitución. Enorme y despejada plaza, en la entrada de la población campogibraltareña, donde destaca un solitario campanario, erigido en medio, cual faro, y que formaba parte de la iglesia de Nuestra Señora Coronada, derribada en 1.946. Desde aquí se puede observar una magnífica perspectiva general de la localidad, de blanco caserío, con el castillo nazarita coronando a la población.

  • Laroya. Plaza de la Constitución. Pequeña, y casi única plaza en el minúsculo pueblo almanzoreño. Presidida por la sencilla iglesia renacentista de San Ramón Nonato, del siglo XVI. Como todo el pueblo, y el entorno, se encuentra escalonada con respecto al caserío más alto que la plaza por un lado, en el otro, hay un magnífico mirador hacia los bancales que rodean a la localidad.

  • Los Barrios. Plaza de la Iglesia. Centro neurálgico de la localidad barreña, se sitúan varios de sus edificios más notables aquí. Destacando la iglesia parroquial de San Isidro, barroca del siglo XVIII, y donde llama la atención su alta torre, la casa de los Urrutia, palacete barroco del XVIII, con la típica decoración gaditana, así como el edificio del Ayuntamiento, de mediados del siglo XX, de arquitectura neobarroca.
  • Lucena. Plaza Colón. Llamada también Llanete de San Agustín, es una pequeña plaza, recogida y coqueta, y que además, conserva íntegro el caserío tradicional de la ciudad. Reinando la misma, la iglesia conventual cuya advocación da nombre al lugar, del siglo XVIII, tiene una arquitectura barroca, si cabe, más espectacular en el interior.

  • Luque. Plaza de España. Otra población de la Subbética cordobesa, en cuya parte más alta y despejada se localiza su principal plaza, casi un paseo alargado. En cada extremo de la misma, se localizan dos de los más importantes monumentos de la localidad: la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, obra de los Hernán Ruiz II y III en estilo renacentista, en el otro lado, el ayuntamiento, y tras él, se puede observar y subir, al castillo nazarita, que cubría la frontera norte del reino de Granada.

  • Macael. Plaza de la Constitución. Esta foto es antigua, del 2.008, actualmente, una enorme réplica de la  fuente de los leones ocupa un lado de la plaza. Fabricada al igual que la original, con mármol de Macael, famoso y cotizado en el mundo, y que forma parte de la mitad de los monumentos andaluces. La iglesia originaria de 1.609, en un estilo mudéjar del que sólo se ha conservado el exterior, el interior, se encuentra muy transformado. La misma cierra la plaza en forma diagonal, haciéndola más estrecha por el lado de la torre.  

  • Madrid. Plaza de Oriente. Preciosa plaza de lo que es justo el embrión de la ciudad. Aunque hay que especificar que no es la misma el núcleo de la población, sino el desaparecido alcázar, donde ahora está el Palacio Real, en la imagen, y las casas medievales que fueron demolidas para crear dicha plaza. Impulsada por José I, llegó a su fin con Pascual y Colomer. Su caserío circundante con una arquitectura que corresponde al siglo XIX, al igual que el Teatro Real, al otro lado, el Palacio Real, el más grande de su tipo en Occidente, y en estilos neoclásico y barroco, así como el Real Monasterio de la Encarnación, en estilo Herreriano, del XVII. En el centro, unos magníficos jardines, adornados con diversas estatuas como la de todos los reyes españoles, así como una al Cabo Noval, y un monumento a Felipe IV. 

  • Málaga. Plaza del Obispo. Pequeña plaza donde se encuentra tanto la Catedral, la famosa Manquita, como el Palacio del Obispo.  La primera nos regala aquí con la magnífica fachada principal, con su esbelta torre, todo en un espectacular estilo renacentista, el segundo, es un colorido edificio de estilo barroco andaluz, y una tremenda portada de mármoles. En el centro de la plaza, una bonita fuente, también de mármol, del siglo XVIII.

  • Manresa. Plaça de la Reforma. Como plaza en sí, es totalmente nueva, ya que debajo se construyó un aparcamiento de pago. No obstante, lo despejado de la misma, y los distintos grados de escalonamiento logran hacer justicia con el magnífico templo que es La Seu, una joya desconocida de estilo gótico, no obstante, conserva restos románicos, y otros elementos posteriores, renacentistas o barrocos en sus distintas dependencias. 

  Terminamos esta semana con la letra M de las distintas plazas de las ciudades que he ido pisando. La semana que viene más. Sin más me despido. Un saludo desde el sur.

domingo, 19 de junio de 2016

El Gibraltar oculto.

El Castillo domina el centro histórico.
 Aprovechando la corriente informativa que arrastra el asunto del Brexit, he decidido crear una entrada que ya llevaba tiempo en mi mente, y no terminaba de germinar. Han sido varias las veces las que he visitado la ciudad de Gibraltar, y tenías ganas de escribir algo sobre ella. El asunto mencionado del Brexit puede cambiarle su estatus, y hacer algo más complicado las visitas a la misma. Así pues, sin ánimo de entrar en política, recomiendo que la visiten ante el complicado panorama que puede presentarse (o no). Supongo, que conocerán o visitarán, al menos, las típicas calles y zonas comerciales. Son curiosas, y en ellas y sus alrededores, se concentran la mayoría de los monumentos más emblemáticos;  pero les voy a ser sincero, no hay que dedicarles mucho tiempo a ellos, y menos si pueden a las compras, si no es usted, ni fumador, ni bebe alcohol, el resto no es mejor que en España, y es mucho más caro (de hecho, los llanitos van a comprar a los mercados y centros comerciales españoles, desde comida a ropa). 

Iglesia del Sagrado Corazón.
Casas típicas británicas.
 A cambio, para mí, Gibraltar concentra otros muchos atractivos, pues sin ser una ciudad muy monumental, sí que es una urbe muy cuidada de aspecto, y conserva un centro histórico muy curioso con respecto a los de alrededor. Pues en él, se muestra un urbanismo, de aspecto caótico en ocasiones, que se adapta a la pendiente de la ladera del peñón, y que bebe de herencias genovesas sobre todo. Pues da la sensación de que uno se encuentra en un pueblo de la comarca de Liguria, zona regional que bordea precisamente a Génova. En otros momentos, parece que uno se encuentra en cualquier lugar colonial del Caribe o el Pacífico, por el colorido de sus casas. Pero no se lleve un desengaño, lo británico también aparece en distintos rincones: murallas, edificios, iglesias, y sobre todo en las omnipresentes cabinas rojas, por cierto, bastante más cuidadas que las de Londres. Mi recomendación como suponen, es darle ejercicio a las piernas, y subir y bajar callecitas, hasta la llegada al castillo, más o menos. Lejos de las hordas de turistas, donde uno se puede encontrar los rincones más tranquilos, típicos y castizos, además de las mejores vistas del centro de la ciudad. Aquí las calles en ocasiones, son directamente escaleras, en otras son estrechos pasadizos, con algún arco perteneciente a algunas de las murallas españolas o inglesas. En la parte más alta, las murallas y su castillo, son de origen árabe, pero desgraciadamente, éste no es visitable. Aunque preside majestuosamente el centro histórico, en lo más alto del mismo, y rodeado de casitas, que demuestran que en el fondo Gibraltar no deja de ser un pueblo, en el mejor sentido de la palabra. También se encuentra arriba del todo, y se encuentra injustamente fuera de los circuitos turísticos, la neogótica iglesia del Sagrado Corazón, católica, del tamaño de una catedral y construida a finales del XIX. La portada, con magnífico pórtico da paso a un interior, aún más impresionante y silencioso, con tres naves, igualmente neogóticas, y un techo pintado de azul y estrellado. Desde aquí se puede tirar hacia dos lados, si optamos por ir hacia la derecha, terminaremos en las murallas inglesas de Prince Edwuard, o las más antiguas, las españolas de Carlos V, y el vecino del cementerio de Trafalgar, donde puede verse a alguno de los famosos monos adentrarse por la ciudad. Si por el contrario tira hacia la izquierda, llegará hasta una calle que da hacia otro arco, y hacia una torre de aspecto genovés, con reloj incluido. Detrás se encuentra el mencionado castillo árabe, pero no es un buen final pues está detrás de un aparcamiento al aire libre que rompe toda la estética, pero es el precio de la falta de espacio. Sin embargo, las vistas desde aquí son espectaculares.  

Casa de aspecto tropical.
La típica cabina inglesa.
 Una vez llegado a este punto, recomiendo bajar, se hace de manera más brusca, por una calle muy empinada, escalonada, y ancha en ocasiones, por aquí uno puede desviarse hacia los alrededores de Casemates Square, o bien ir hacia la Garrison Library, biblioteca fundada en 1.804, y sede del diario local Gibraltar Chronicle, uno de los más antiguos también, de Reino Unido. Justo enfrente, una bella plaza arbolada, y otra iglesia desconocida para los turistas, la iglesia Presbiteriana de San Andrés o Escocesa de Gibraltar. Construida en 1.854, en un estilo muy escoto para la guarnición de dichos orígenes. Pasado la misma, se llega a Main Street y a los bares y cafeterías, donde podrá reposar, pero hay más que ver: Irish Town con su victoriana comisaría, el también victoriano Convento (realmente casa del Gobernador) y su capilla, las catedrales católicas y anglicana, las murallas, Punta de Europa, el museo con sus baños árabes, y por supuesto visitar las diversas calas como las de Rosia o Catalan Bay, así como atravesar el peñón por algunos de los muchos túneles, ver las cuevas de San Miguel, o a los famosos monos. Un saludo desde el sur.


El castillo moro.




Un rincón sacado de Liguria.

Callejas escalonadas.

Iglesia del Sagrado Corazón.

Interior de la iglesia del S.C.

Calle típica.
Callejón de aspecto inglés.

Muralla árabe en la zona alta.

Torre con reloj.

Iglesia escocesa de San Andrés.

Gibraltar Chronicle.


domingo, 31 de enero de 2016

Calles I

 He recorrido muchas calles, me encanta andar por ellas; y las he visto de todos los gustos: estrechas, anchas, con encanto, cuidadas, decadentes, limpias, blancas, oscuras, luminosas... ya les digo, en la variedad encuentra uno, la belleza de todo. He pensado en varias entradas dedicadas a seleccionar un grupo de calles de los distintos pueblos y ciudades que he recorrido, y que he podido fotografiar de la península, especialmente del sur. Tras éstas, haré una selección de plazas y parques, ya que también son elementos importantes del paisaje urbano. Las calles escogidas, lo están, por una decisión totalmente subjetiva, simplemente, porque son las más me gustan. Ahí van, por orden alfabético:
  • Albufeira. calle de la Iglesia Matriz. Pequeña ciudad turística del Algarve, que fue en origen un pueblo de pescadores. Conserva un mínimo, aunque bonito y popular centro histórico, con un par de iglesias, entre ellas, ésta Matriz, lo que en España sería Mayor o arciprestal. Es una calle sencilla, blanca, y escalonada, que conserva todo elemento típico de Portugal.

  • Alcalá de Guadaíra. Calle Cuesta de Santa María (subida al castillo): Es tal vez la vía más popular de la población sevillana. Una localidad, del todo influenciada en su concepción urbanística en su impresionante castillo. Como su nombre indica, es una calle que implica una subida al cerro donde se encuentra la fortaleza. La calle parte de la iglesia de Santiago (muy recomendable de ver), al principio se puede observar la alternancia de casas populares junto con otras de aspecto palaciego, en una rúa que se salva en muchos tramos con escalones. Hasta llegar a la Villa de San José, la estrella de las viviendas, y que es una obra de 1.927, a juzgar por el azulejo de su entrada. Luego, la calle se va despoblando, y aparecen cubos de la fortaleza, y las vistas se tornan espectaculares. La calle termina en la amplia explanada del castillo, que da a otra iglesia de típico mudéjar sevillano: la ermita de Nuestra Señora del Águila.

  • Algar. Calle Sol. Otra calle escalonada, aunque bastante más empinada que las anteriores. Y se debe al urbanismo racionalista típico del XVIII, siglo en que fue fundado el pueblo. Las calles son de carácter ortogonal, salvando directamente en cuestas los desniveles, huyendo de toda curva posible. Lo adornados parterres laterales terminan de conferir un aspecto popular.
  • Almagro. Plaza de Santo Domingo. Aunque tenga el nombre de plaza, realmente, es un ensanche de la calle Bernardas. Tiene el típico aspecto del Siglo de Oro español que se aprecia en casi todas las localidades de La Mancha, donde Almagro fue un centro de especial importancia. Austera, y rodeada de palacetes e iglesias barrocas, da la impresión de ser lugar de duelo de espadachines.


  • Almería. Calle Ramón Castilla Pérez: Vía que bordea el principal monumento de la ciudad, la Alcazaba, la cual es la de mayor tamaño de España. Las vistas que ofrecen las murallas, torres, y puertas de acceso, además de encontrarse rodeada de casas populares, cúbicas, y de distintos colores, que son junto al barrio de La Chanca, los paisajes más típicos de Almería. Un lugar, que una vez subido a las murallas permite una maravillosa vista de la ciudad y del mar Mediterráneo, en un paisaje, de lo más exótico, y que nos traslada a las poblaciones del norte de África. 

  • Arcos de la Frontera. Cuesta de Belén. Ha sido muy difícil escoger en una población, como ésta, donde su centro urbano es extraordinario, y un catálogo de calles preciosas, y de todos los estilos: paseos o calles al borde de los dos tajos, calles estrechas, en cuesta, escalonadas, con arcos...pero he escogido ésta, tal vez de las más anchas, y de entrada al centro histórico. La razón, aparte de su belleza, su monumentalidad, empieza en la iglesia de San Juan de Dios,y termina (en su prolongación) en la Basílica de Santa María de la Asunción, pasando por distintos palacetes, en el que destaca el del Conde del Águila.

  • Barcelona. Carrer del Call. En la ciudad condal son famosos el barrio de Gracia, Ribera o el Gótico, entre otros... Dentro de este último, y relativamente fuera de los circuitos turísticos, se encuentra la antigua judería, una de las mayores de Europa, y con la sinagoga más antigua del continente (alrededor del siglo IV). Como todo barrio judío es de calles estrechas y laberínticas, en una de las zonas que conserva la arquitectura más tradicional de la ciudad.

  • Benaocaz. Barrio Alto Nazarí. Para esta localidad he escogido su calle más famosa, que por cierto, no tiene porque estar habitada, pues se encuentra abandonada desde hace mucho. La calle tuvo origen los últimos siglos medievales, en la época del reino musulmán de Granada, como indica su nombre, en el que la serranía de nuestra provincia fue frontera entre dicho reino y el de Castilla.

  • Bornos. Calle San Sebastián. Calle rectilínea en una ciudad de gran riqueza renacentista. Dicha calle que va de la plaza de San Francisco (donde quedan los restos del convento del mismo nombre, y una bonita fuente de tipo regionalista) a la del Alcalde José González, preciosa plaza con la parroquia de Santo Domingo de Guzmán, y el castillo- palacio de los Ribera. Joyas del renacimiento, desconocidas en la provincia.

  • Cabra. Calle Puerta del Sol. Bonita calle tradicional de la localidad, de cuidada fisonomía y fachadas, adornada con multitud de macetas. y que se encuentra situada en el barrio del Cerro, Antiguo arrabal de la Villa Vieja. Donde destaca el arco neomudéjar que se sitúa donde se encontraba la antigua puerta medieval del barrio.

  • Cádiz. Calle Mesón. Una ciudad donde es muy difícil escoger una de sus muchas calles espectaculares. No obstante, he optado por el núcleo fundacional de la ciudad, el barrio del Pópulo, donde nació la que es la ciudad actual, encaramada a los restos del teatro romano. La calle Mesón es una calle cuidada y tradicional, con macetas, la Posada del Mesón, y el Callejón del Duende. Además de una preciosa perspectiva de la placita de San Martín y su barroco Palacio del Almirante. 

  • Campo de Criptana. Calle Barbero. En la localidad que representa la estampa más manchega posible, he escogido la última calle de la misma si se viene subiendo. Una vez terminada ésta, va a parar a los famosos molinos de viento donde se dice que el hidalgo Don Quijote luchó con ellos creyendo que eran gigantes. Todo un hito de la literatura universal, da las que pocas urbes pueden presumir. Lo molinos se pueden visitar, y tienen hasta un museo, así como uno de ellos dedicado a Sara Montiel.

  • Carmona. Calle Santa María de Gracia. Es muy difícil, verdaderamente, escoger una calle en una ciudad con tantos rincones tan bellos, y tan monumentales. He optado por esta calle de la parte más alta de la ciudad, cercana al Alcázar de Don Pedro. La pequeña capilla del antiguo Hospital de la Caridad, fundado por Miguel de Mañara, preside la calle. En un lateral se encuentra la doble fachada del Monasterio de las Clarisas Franciscanas. Si se vuelve la espalda, se verá el Convento de las Descalzas. Como todas las de la zona antigua de la ciudad, es una calle estrecha, y blanca, de tradicional arquitectura andaluza.
  • Castellar de la Frontera. Calles del Castellar Viejo. El castillo, donde se encuentra el antiguo pueblo anterior al actual, de 1.971. Donde las calles no tienen, actualmente, nombre que las identifique. Por ello, pongo una de las innumerables calles andalusies de uno de las últimas poblaciones en caer en manos cristianas.
  • Chipiona. Paseo Cruz del Mar. Uno de los paseos marítimos más famosos de la veraniega localidad chipionense, que parte de la parte más antigua (donde se encuentra la iglesia parroquial), y termina en una de las estampas más conocidas de la urbe: en el bonito castillo gótico, que perteneció a Guzmán el Bueno, y que lleva ya, la friolera de siete siglos siendo golpeado por las olas del Atlántico.
  • Conil de la Frontera. Calle Cádiz. Calle céntrica de esta costera localidad gaditana, donde el turismo, la pesca y la agricultura han sido sus motores principales desde hace años. Es ésta, una vía repleta de bares y tiendas, con casas adornadas con macetas, y portones abiertos para poder deleitarnos de sus patios. Para colmo de belleza, desemboca (o nace, según se mire) en la plaza de Santa Catalina donde queda la torre de Guzmán el Bueno, la iglesia de homónima advocación, el Museo de Raíces Conileñas y la pequeña capilla del Jesús.

  • Doña Mencía. Calle La Virgen. La calle más representativa de la localidad subbética cordobesa donde se conservan los recios y altos torreones y murallas del antiguo castillo árabe, que nació para defender el camino entre Cabra y Baena. Cerca se encuentra lo que queda de lo que fue una de las mayores joyas barrocas de la provincia: la portada de la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación. Fue pasto de las llamas el 14 de septiembre de 1932, en un incendio, que se dice provocado.

  • El Bosque. Calle Sevilla. Tal vez una de las vías más originales de la entrada, pues da a un río y a su bosque de ribera. De hecho es la calle límite de la localidad con los bosques y dehesas que la circundan y que le han dado su nombre. Es una calle empedrada, no asfaltada, hecha más bien para los peatones, aunque puedan circular vehículos. Donde se pueden ver molinos y albergues que dan más belleza al lugar, así como un punto de venta directa de truchas.

  • El Puerto de Santa María. Ribera del Marisco. No podía pasar por El Puerto, sin mencionar su calle más universal, y casi diría que una de las más famosas de la provincia a nivel nacional. Pero independientemente de los restaurantes y locales de moda, la vía es todo un ejemplo de tipismo andaluz mezclado con el gallego. Aquí, las casas barrocas, de corte barroco o neoclásico, con merlones, azulejos, etc...se apoyan sobre soportales como si del norte mismo se tratara. Además, se puede ver la Fuente de las Galeras, y el bonito paseo, que junto con el río Guadalete conforman una de las estampas más bellas de nuestra tierra. 

  • El Toboso. Calle Monjas Franciscanas. Típica localidad manchega, patria de Dulcinea, amor de Don Quijote. Y donde uno puede respirar toda la paz posible, gracias a sus tranquilas calles. La escogida, va a parar al convento de Monjas Franciscanas Clarisas, donde se pueden comprar los dulces típicos llamados "Caprichos de Dulcinea". A pesar de la original fachada del siglo XVI, que puede llevar a engaño, el interior es del todo moderno, del siglo XX.


  • Faro. Rúa do Municipio. Bonita calle que comunica la ciudad moderna con la catedral medieval. Se accede, como no, por un bonito arco, que formaba parte de las antiguas murallas, y de las que aún se pueden ver restos. Está muy bien cuidada, y conserva todos los elementos posibles típicos del Algarve. Como he dicho, desemboca en la catedral, bonito templo de origen medieval, restaurada en parte, tras el terremoto de Lisboa. Se recomienda su visita.

  • Gibraltar. Lime Kiln Steps. Seguramente, para muchos que visitan la localidad, y que se quedan con las calles comerciales, esta estampa puede suponerles una sorpresa. La ciudad conserva rincones típicos y bellos donde se conjuga la arquitectura, sobre todo genovesa, con la inglesa y la andaluza. Las cuestas y los escalones, lejos de ser un impedimento, añaden belleza. Es el lado desconocido y más típico de la ciudad, y que se encuentra en las zonas más altas del centro urbano. Justo al lado, se encuentra la que es para mi gusto, la iglesia más bella (y enorme) de Gibraltar, Sacred Heart Parish Church, de arquitectura neogótica.

  • Granada. Carrera del Darro. Estamos tal vez, para muchas personas, en la calle más bonita de España. Y puede que sea cierto. Si Granada es una de las ciudades más bellas del mundo, la Carrera del Darro viene a confirmarlo. Casas típicas, unos baños árabes, calles en cuestas que suben al Albahicín, un par de iglesias: la de Santa Ana y la de San Pedro y San Pablo, palacetes, chopos y álamos que acompañan al río Darro, que pone un fondo musical con sus aguas. Todo ello bajo la sombra de la Alhambra y su montaña. Todo un no parar para aquellos que gustan de la fotografía. Explosiva en primavera, y melancólica en otoño. Lo tiene todo para presumir.

  • Grazalema. Doctor Mateos Gago. Postal muy típica de la localidad serrana de la provincia gaditana. Esta imagen refleja fielmente lo más típico del pueblo: calle estrecha, en cuesta y empedrada, paredes blancas, cierros y lluvia (es uno de los lugares con mayor índice de precipitaciones de España), con un fondo montañoso, rocoso y boscoso. Es una vía larga, relativamente ancha en un principio, donde comienza con la torre de la iglesia de San Juan, para ir estrechándose al final.
  • Iznájar. Calle Julio Burell.  Vía muy larga y sin nada que remarcar en un principio, lo interesante llega al final, en la que un arco de entrada da al recinto interior amurallado donde se encuentran el castillo y la iglesia parroquial de Santiago Apostol, renacentista. Todo absolutamente recomendable, y con preciosas vistas al paisaje de alrededor, ya que nos encontramos en un auténtico nido de águilas. Algunos palacetes adornan la calle antes de llegar a dicha villa; ya en el arco, una hornacina con una virgen  completa el conjunto.

  • Jerez de la Frontera. Calle Cordobeses. Las calles del barrio de San Mateo son una mezcla de preciosidad y decadencia absoluta. Aquí se puede admirar a muchos de los mejores palacetes de la ciudad, y los algunos de los más antiguos, que se pueden remontar a la edad media y al renacimiento. Pero muchos de ellos están o abandonados, o convertidos en patios de vecinos en el mejor de los casos. Con las bodegas podríamos decir lo mismo que de los palacetes, mezcla de señorío y ruina. Las calles, blancas, estrechas, absolutamente medievales, con el fondo majestuoso de la parroquia de San Mateo, es una estampas más bellas de una ciudad con un patrimonio histórico inigualable.
  • Jimena de la Frontera. Calle San Sebastián. Preciosa calle cuidada, cuesta arriba que presenta, en estampa, lo más típico de la localidad:  blancas fachadas adornadas con plantas y cierros. El castillo de la localidad, de los más antiguos de la provincia, y feudo nazarita, corona cada vía del pueblo, no siendo ésta una excepción. 
  • Júzcar. Calle Iglesias. Pueblo serrano malagueño, que si en un principio fue blanco ha terminado por ser azul a causa de la promoción de la película Los Pitufos. Gracias a este film, la urbe, denominada oficialmente como pueblo Pitufo, ha multiplicado exponencialmente el número de visitantes a lo largo del año. La calle escogida, como no, es azul, con flores, y con escaleras.
  • Lagos. Rúa Henrique Correia da Silva. La localidad algarviense tiene una maravilla de centro histórico, con murallas y castillos medievales y de época moderna, al igual que sus iglesias y calles. La escogida, une precisamente dos templos principales de la ciudad: la de Santa María y la de San Antonio, ambas de estilo barroco. La misma rúa es estrecha, tranquila y con una blancura impoluta.

  • Loulé. Rúa do Municipio.  Una de las más antiguas localidades del Algarve conserva una de las calles de origen medieval, como la expuesta en esta foto. Una calle blanca, estrecha, empedrada, con arco, que en uno de sus lados, más para arriba tiene restos arqueológicos de origen islámicos y cristianos medievales. El resto de la calle, es igualmente estrecha, y con todos los elementos portugueses posibles.

  • Lucena. Calle San Pedro. Bonita y ancha vía de la localidad subbética cordobesa. De grandes casas, blancas, con el fondo, siempre presente, de la iglesia de San Martín (antiguo convento de San Agustín). Una joya barroca del siglo XVIII. Pero no es la única joya, la iglesia de San Pedro Mártir, de arquitectura neoclásica, así como diversos palacetes, como el de los Condes de Santa Ana, que se encuentran repartidos por la calle. La calle desemboca en la primera iglesia mencionada, donde se encuentra una recoleta plazoleta, en el que la fachada barroca de San Martín ocupa un lugar destacado.


  • Continuará...Un saludo desde el sur.