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lunes, 16 de octubre de 2017

El renacimiento en la provincia de Cádiz.

 Nuestra provincia es conocida por muchos aspectos, y también por muchos estilos arquitectónicos, destacando el barroco y el neoclásico, periodo de esplendor en nuestra tierra gracias al comercio con América, y más concretamente, al traslado de la Casa de Contratación de Sevilla a Cádiz. No obstante, hay otra arquitectura desconocida en nuestra tierra, y de la que podemos presumir de bellos ejemplos, como ocurre con el gótico, el mudéjar o el renacimiento. Sobre el primero y el segundo prepararé dos entradas en el futuro, pero quería destacar el último estilo, que tal vez, sea el más olvidado de la provincia. Muchos de nosotros optamos por ir de viaje a ver preciosas obras arquitectónicas a Granada (Palacio de Carlos V o Catedral, entre otros), Sevilla (Casa de Pilatos o su ayuntamiento, entre otros) o Úbeda y Baeza, con su conjunto completo; eso por no hablar de Italia, centro universal del renacimiento, y de muchos estilos artísticos mundiales. No obstante, si uno no dispone de suficiente presupuesto, no quiere desplazarse lejos, o por el contrario, simplemente, opta por escapar de la rutina y echar el día en una localidad diferente, puede visitar lugares, que estando cercanos, dejan con la boca abierta a más de alguno que los ha visitado, pues no se imaginaban antes de conocerlos que pudieran encontrar tamaña obra, y eso por no hablar de los precios, pues la mayoría son de visita gratuita, con el único problema, de que otros no son visitables (directamente). Voy a destacar por comarcas, para no hacer una entrada excesivamente larga, por otro lado, me pararé a resaltar aparte, las localidades con mayor cantidad y mejores obras. Empezamos pues:

  • Bahía de Cádiz. Es poco lo que el renacimiento nos ha dejado en nuestra zona, los asaltos ingleses de 1.587 por parte de Drake, y sobre todo del 1.596, por parte del Conde de Essex, resultaron por ser letales a las ciudades de Cádiz y San Fernando, que resultaron arrasadas y tuvieron que ser reconstruidas. Por otro lado, el apogeo posterior del barroco y del neoclásico, hará que se derriben o se reformen muchos edificios anteriores al XVII. No obstante se pueden encontrar algunos ejemplos interesantes:
    • Cádiz: La capital concentra algunos edificios interesantes en torno al Pópulo y Santa María, todos con carácter manierista o del último renacimiento. Casos como la parroquia de Santa Cruz (Catedral Vieja), la Casa de la Contaduría, o la Capilla del Pópulo (interior), en el primer barrio mencionado. O la propia parroquia de Santa María, en el segundo. Así como la de Santiago, junto a la Catedral Nueva, o la de San Agustín, con tal vez, la mejor portada en éste estilo de la ciudad. En el plano militar, el castillo de Santa Catalina o el de Puntales, de los primeros en la península al modo italiano.
Fachada de Santa María.


Interior de Santa Cruz.


Iglesia de Santiago.


Fachada de Contaduría.


Detalle de San Agustín.

    • Resto de la bahía: El Puerto de Santa María puede presumir de varios ejemplos interesantes como el monasterio de la Victoria (antiguo penal), cuyo claustro es uno de los mejores en este estilo. Así como el convento de San Francisco, o la magnífica portada lateral plateresca de la Iglesia Mayor Prioral, así como otros detalles del mismo templo. En Puerto Real, destaca sobre todo, la Iglesia Mayor Prioral de San Sebastián, uno de los mejores ejemplos renacentista de nuestra tierra, en el que destaca la plateresca portada, llamada de las Novias. En Chiclana y San Fernando es muy escaso lo que el tiempo nos ha dejado, en el primero, las torres vigías costeras y la iglesia del Santo Cristo, aunque muy reformada en el XVIII. En La Isla, dos torreones defensivos, en la isla de Sancti Petri y el de Torrealta (con una bóveda gótica en su interior), además de uno de sus símbolos, el Puente Zuazo, de origen anterior, pero cuya forma actual viene del XVI. El Real Carenero, fundado también en dicho siglo, pero con elementos posteriores barrocos.
Fachada plateresca. El Puerto.

San Sebastián. Puerto Real.
Santo Cristo. Chiclana.


  • Jerez de la Frontera. La ciudad vinatera vivió uno de sus esplendores entre el XVI y el XVII. Un amplio legado de aquellos tiempos quedan aún, aunque muchos abandonados y en ruinas, sobre todo en los barrios de San Mateo o San Lucas. En el centro, como principal obra es destacar el antiguo ayuntamiento, de claro aspecto clásico e italiano. Dentro de los palacios particulares hay todo un repertorio: el de Camporreal, el de Dávila, el de los Ponce de León, el del Marqués de Villamarta, el de San Blas (de origen gótico), el Morla y Melgarejo, y sobre todo el de Riquelme, de magnífica portada plateresca, y por desgracia en ruinas. Todos, salvo el de Villamarta, situado en la calle Larga, y el de Melgarejo, al lado de San Juan, el resto están situados en los barrios mencionados. En el panorama eclesiástico, también hay muy buenos ejemplos, las portadas del convento de Santo Domingo, la fachada de San Juan de los Caballeros, la capilla del Calvario, el convento del Espíritu Santo, la iglesia de La Victoria, la iglesia de San Francisco, que si bien es barroca, conserva la fachada del templo anterior,  o la espectacular portada plateresca de San Miguel, visible desde lejos en el perfil de la ciudad. Por último, a las afueras de la misma, destacar la portada de entrada de la Cartuja, así como alguno de sus claustros. 
Antiguo Ayuntamiento.

Palacete de Morla y Melgarejo.

Palacio Dávila.

Palacio Riquelme.

Palacio Villamarta.

Fachada de Santo Domingo.

Portada de San Francisco.

Palacio de Ponce de León.

Capilla del Calvario.

Convento del Espíritu Santo.

Fachada exterior de la Cartuja.

Fachada de San Juan de los Caballeros.

  • Sanlucar de Barrameda. La ciudad del Guadalquivir tiene varios ejemplos notables de arquitectura renacentista, manierista en su mayoría. Entre ellos gran parte del Palacio de los Medina Sidonia, con reja de estilo  manuelino portugués incluido, una enorme joya arquitectónica de varios autores, entre los que se encuentra Alonso de Valdevira. Además en su interior hay un precioso jardín de tipo italiano, un bosque de 5000 metro cuadrados, tapices flamencos, y una importante colección de obras de arte de Murillo, Zurbarán... Otro hito monumental es el Castillo de Santiago, de tipo gótico, pero que ya adivina formas del XVI. En el plano religioso, el Convento de Santo Domingo, es un ejemplo de respetable tamaño y armónica arquitectura manierista. Así como las iglesias de la Merced, Caridad o el convento de Regina Coeli entre otras del mismo estilo, como representación de una epoca gloriosa para la ciudad.
Palacio de los Medina Sidonia.

Convento de Regina Coeli.


Antigua iglesia de La Merced.

Iglesia de La Caridad.
  • Arcos de la Frontera. Aunque en la localidad destaque, junto a Jerez, como centro del gótico provincial, también tiene algunas joyas renacentistas, dignas de destacar. Entre ellas, el palacio del Mayorazgo, de bello estilo herreriano, no muy común en nuestra zona. Otros ejemplos son la portada plateresca del convento de la Encarnación, el ayuntamiento, el palacio de Valdespino, o el convento de San Agustín, entre otros.
Fachada  del Ayuntamiento.

Fachada renacentista de  la Encarnación.

  • Bornos. Tal vez la localidad que sea centro del renacimiento provincial, con los mejores ejemplos en cantidad y calidad, destacando de sobremanera, el castillo palacio de los Ribera, la mejor obra de este estilo en la provincia, y ligado al sevillano de Pilatos, ya que compartieron dueño, al primer marqués de Tarifa, mecenas de la localidad, y que contrató tanto a artistas españoles como italianos para la construcción de ambos. Hay un magnífico patio, con notables arcadas, columnas, esculturas y gárgolas, muchas con formas de animales del nuevo mundo, como un jaguar, o un águila de aspecto azteca. El empedrado del mismo, debe de ser el original, con cantos rodados que sirvieron de lastre para los barcos de la época. Unos ordenados jardines con estatuas y fuentes, son igualmente impresionantes, con algunos árboles más que veteranos. Al final del mismo es posible ver una gran logia con nichos y hornacinas de estilo muy pompeyano. Aunque hoy se ve vacío, ya que gran parte de las estatuas acabaron en el palacio hispalense. El otro gran monumento es el convento de Corpus Christi, fundado por el mismo marqués, y que sobresale en la silueta de la ciudad por su tamaño, merece destacar su patio, así como una bonita escalera labrada. Pero hay otros monumentos renacentistas dignos de destacar, como su iglesia parroquial de Santo Domingo de Guzmán, si bien con reforma barroca, el convento de San Benardino (hoy propiedad particular), los restos del monasterio de Santa María del Rosario, la ermita de la Resurrección con influencias mudéjares o el hospital de la Sangre, entre otros.
Jardines del palacio.

Logia que tuvo estatuas en su tiempo.

Torre del castillo palacio.

Uno de los grutescos de los jardines.

Patio y arcadas del castillo palacio.

Estanque en los jardines del palacio.

Convento de Corpus Christi.

Hospital de la Sangre.

Iglesia de Santo Domingo de Guzmán.

Restos de Santa María del Rosario.

Antiguo claustro del Convento de Corpus Christi.

  • Espera. La vecina localidad espereña nos da otras dos sorpresas más de camino a la sierra, la primera es la iglesia parroquial de Santa María de Gracia, renacentista, pero acabada en estilo barroco tras el terremoto de 1.755, y la segunda, es la ermita de Santiago, adosada al castillo.
Iglesia parroquial de Santa María de Gracia.

  • En la comarca de la Janda hay varios edificios a destacar en distintas poblaciones. En Alcalá de los Gazules podemos encontrar al ayuntamiento, de características muy puras, que se sitúa en la zona más alta de la localidad, y es el consistorio más antiguo de la provincia. En Vejer de la Frontera, encontramos a la capilla del antiguo convento de las Monjas Concepcionistas, de fachada manierista. En la costera Conil de la Frontera, encontramos al convento de Nuestra Señora de las Virtudes, de fachada típicamente renacentista, e interior sobrio y marinero. Otra localidad jandeña con iglesia parroquial de estilo clásico es Paterna de Rivera, con características mudéjares. Por último, en Medina Sidonia, destaca las portadas y decoraciones exteriores de la iglesia mayor de Santa María de la Coronada, con notables influencias herrerianas. También del XVI es la abandonada ermita de Santa Ana, con influencias mudéjares.
Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules.

Monjas Concepcionistas, en Vejer.
Nuestra Sra. de las Virtudes. Conil.

Santa María de la Coronada. Medina.

Santa Anda. Medina Sidonia.
  • Por último, la sierra se muestra escasa en lo que a arquitectura y arte renacentista se refiere, sin embargo hay varios ejemplos que merecen ser destacados. En Benaocaz, la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, con formas sobrias, y que aprovecha la estructura de una vieja mezquita. En Villaluenga del Rosario, la antigua iglesia del Salvador, en cuyos restos se puede observar una bonita decoración manierista. En Setenil de las Bodegas, aún sin llamar la atención, y oculto entre el caserío, se encuentra el antiguo ayuntamiento, de fachada popular e interior con artesonado mudéjar. Finalmente, en territorio de Olvera, aunque perteneciendo a Alcalá del Valle, se conservan los restos del antiguo monasterio de los Caños Santos, cuya iglesia mantiene un marcado carácter clásico.
San Pedro Apóstol. Benaocaz.
Ayuntamiento antiguo. Setenil.

 Como vemos en este largo artículo, el estilo renacentista, un estilo originario de Italia, de Roma y Florencia, más concretamente, y que vemos como algo lejano, todo lo más cerca, en Úbeda o Baeza, y que en cambio, ha dejado muy buenas muestras en nuestra tierra, destacando por encima de todas las localidades las poblaciones de Jerez de la Frontera y Bornos, y lo que es mejor, se encuentra a menos de una hora, y en la mayoría de los casos, las visitas suelen ser gratuitas, y nos transportarán a otros tiempos y latitudes. Un saludo desde el sur. 

domingo, 16 de julio de 2017

Iglesias modelos I parte.

Puerta de San Juan. Jerez de la Frontera.
 Nuestra comunidad autónoma es de rico patrimonio arquitectónico, y especialmente, por su devoción popular, el arte sacro ocupa un lugar destacado dentro del panorama arquitectónico local. Y aunque hay templos católicos de todos los gustos y estilos, lo cierto es que hasta finales de la Edad Media, o principios del Renacimiento, hay una serie de patrones que se erigen como modelos de un determinado estilo de iglesia. Hablo de arquitectura, claro, porque en lo artístico, ya influyen otros factores, como tal o cual devoción mariana o no, las costumbres del lugar, y el devenir histórico: no es lo mismo los templos de la zona costera de Huelva o Cádiz, que se han visto afectados por el seísmo de 1.755, o por los distintos asedios piratas o navales, que los de Córdoba o Sevilla capitales lejanas a la costa y con mayor población morisca. O como en el caso de Almería, que se vio afectada por los bombardeos de la Guerra Civil. Y en casi todas ciudades, a lo largo del XIX o en la II República, sufrieron los efectos de la quema por manos de alguna turba anticlerical, o por efecto de las desamortizaciones (muy típicas en conventos y monasterios) o por el paso de otra guerra muy sufrida por el fenómeno de la esquilmación, como es la de la Independencia contra los franceses o los británicos (supuestos aliados), donde se pueden encontrar muchas joyas nuestras en sus museos.
Típico ábside poligonal. Alcalá de G.

  Sin embargo, a raíz del Renacimiento, aunque suene paradójico por lo estricto de sus códigos arquitectónicos, el constructor tenía mayor libertad para dejar su sello personal en sus obras. Hasta entonces, muchos de ellos, se servían del modelo matriz de su región, que venían, una vez más, determinados por factores históricos y de población. En toda la España que fue musulmana se da el fenómeno mudéjar, que se mezcla con otros estilos cristianos, el románico en Aragón por ejemplo, y el gótico en Andalucía. Este último estilo, entraría de forma más cristiana, ya tardíamente, en el siglo XV, y perduraría hasta el XVI, coexistiendo en muchos sitios con el renacentista. Cualquiera que venga a nuestra comunidad autónoma, podrá observar como hay una serie de patrones que unen a una serie de templos que encuentran en una iglesia matriz como patrón a seguir, un modelo de inspiración, que muchas veces sobrepasa al propio estilo arquitectónico original, como ya veremos adelante. Sin entretenerme mucho más, voy a exponer los modelos más comunes, sobre todo en el valle del Guadalquivir, un ente más uniformado, ya que al ser una tierra llana, había más fluidez para el intercambio de estilos e ideas. Ahí van:
La Magdalena, Córdoba.

  • Iglesias gótico mudéjares: Son el modelo más común y numeroso de iglesias medievales andaluzas. Y sus formas corresponden a su devenir histórico, pues durante un tiempo importante de dos siglos, Andalucía seguía teniendo una importante población morisca que estampaba su sello en los templos. Ya que normalmente, los alarifes y obreros eran musulmanes en su mayoría, sus obras parecen destinadas a una mezquita que a una iglesia cristiana. De hecho, hay templos en los que aún se dudan si su origen fue tal, o por el contrario, nació como construcción católica. Se caracterizan generalmente, por una portada con arcos ojivales abocinados y rosetón, tres naves con arquerías igualmente apuntadas, abundancia de yesos y cerámica musulmana, presencia de alfiz, empleo del ladrillo (muchas veces visto), un techo con artesonado de madera, una bóveda gótica donde se encuentra el altar, y la presencia de una sola torre campanario, situada en un lateral, y que muchas veces se asemeja a un alminar. Aunque de todo ésto, como veremos, hay diferencias entre localidades y provincias. Pese a que podemos considerar que dicho estilo nació con las iglesias fernandinas de Córdoba, es en Sevilla donde arraiga con más fuerza, dando un modelo para el resto del bajo Guadalquivir. No obstante, no se puede saber claramente, cual fue la primera iglesia matriz, a diferencia del resto que ya iremos viendo más adelante.
    • Córdoba. En la ciudad del Guadalquivir, antigua capital del Califato, se establecen los primeros templos que darán inspiración a las del valle del Guadalquivir a medida que las fronteras entre Castilla y Granada vayan cambiando de bando. Aquí nacen las llamadas iglesias fernandinas, auspiciadas bajo el reinado de Fernando III el Santo, y son templos que sirven de transición entre un románico ya, bastante tardío, y un gótico que empieza a asomar por estas tierras meridionales, aunque, como hemos indicado, con un sello mudéjar. No obstante, la influencia castellana es bastante notoria aún, y el uso de la piedra es comúnmente extendida, así como la presencia de contrafuertes en el exterior. Sin embargo, ya se nota lo que va a ser el típico estilo mudéjar posterior. Ejemplos claros son la iglesia de Santa Marina, la más "románica" de todas, o las más típicamente mudéjares como San Nicolás de la Villa, San Miguel o San Andrés, o la que tuvo una reforma posterior renacentista, como San Pedro.
Santa Marina, la más románica.

San Lorenzo, porticada. 

Iglesia de la Magdalena, mudéjar típico.

San Pedro, con reforma renacentista.

Magnífico interior de San Pedro.

San Nicolás con su torre.

    • Sevilla. Es en la capital hispalense donde el gótico mudéjar se desarrolla plenamente, adquiriendo su aspecto típico andaluz, ya hablamos de una arquitectura alfonsí (Alfonso X, el Sabio),  y que servirá de modelo al resto de la zona. Aquí ya se puede hablar del uso del ladrillo (salvo en las puertas, normalmente de cantería), el uso típico de cabeceras poligonales con remates almenados y escalonados al modo musulmán, las torres, cuando no son directamente alminares aprovechados, imitan el estilo Giralda; y ya, la desaparición de los contrafuertes, abandonando de pleno el románico, a diferencia de Córdoba, gracias al uso de materiales más ligeros. Es tan común el estilo en la ciudad, que es patrón en casi todas las iglesias de la misma, pues incluso templos nuevos para distintas cofradías, aunque actuales, copian dichas estructuras. Es paradójico decir que la catedral hispalense, en un estilo gótico flamígero, más cristiano, es más común como patrón, en otras ciudades, como Jerez o Arcos, que en la propia Sevilla. Mientras que aquí, las iglesias mudéjares se encuentran más o menos reformadas posteriormente, por miles. Solamente voy a nombrar algunos ejemplos más típicos de las decenas existentes para no alargar más el apartado: las de Omnium Sanctorum, San Gil y San Román, del siglo XIII, y de las más antiguas de la ciudad; Santa Marina, San Andrés, San Esteban y San Marcos, que son de los ejemplos mejor conservados, Santa Catalina, de las más mudéjares con un aspecto muy oriental, y que conserva curiosamente elementos toledanos en el llamado "Redondillo" frente al bar El Rinconcillo (para quien conozca la ciudad), y algunas más transformadas, pero no menos interesantes, como la trianera de Santa Ana, San Pedro o San Lorenzo entre otras muchas existentes en la ciudad. Pero no hemos de ceñirnos únicamente a la capital, ya que fuera de ésta, en la misma provincia encontramos otros ejemplos más que destacables, como ocurre en la cercana Alcalá de Guadaíra, donde destacan las iglesias de San Miguel o Nuestra Señora del Águila, con la típica arquitectura mudéjar, o la más transformada, de Santiago el Mayor; también destacable son los templos de la parte más antigua de Marchena, como la iglesia de San Juan o la de Santa María de la Mota, también típicos sevillanos. También hay otro catálogo de templos mudéjares en la monumental Carmona, donde destacan la iglesia de San Felipe, la de San Bartolomé, o la de Santiago como ejemplos más puros, y la de San Blas con reformas barrocas. No son las única localidades con este tipo de templos en la provincia, pero me veo obligado a acortar la lista con el fin de no alargar más el apartado sevillano.
Iglesia de San Marcos.

Iglesia de San Isidoro.

Iglesia de Santa Ana.

Iglesia de Omnium Sanctorum.

Iglesia de San Vicente.

Santa María la Blanca.

Iglesia de San Román.


Torre de Santa Catalina.

Iglesia de San Julián.

Capilla deSanta María de Jesús.
Nuestra Sra. del Águila. Alcalá de Guadaíra.

San Felipe. Carmona.

Iglesia de San Juan. Marchena.

Santa María de la Mota. Marchena.

    • Huelva. En la capital onubense, existen dos ejemplos de mudejarismos algo transformados por las reconstrucciones barrocas tras el terremoto de 1.755, que dejó a la ciudad prácticamente hecha escombros. La principal, es la iglesia más antigua de la localidad, me refiero a la iglesia de San Pedro, situada en un cabezo junto al castillo que existía por aquel entonces. Salvo por las mencionadas reformas posteriores, se puede observar como la parroquia cumple el prototipo de templo mudéjar andaluz, de similar estructura a las de Sevilla, ladrillo visto, con tres naves, rosetón en la fachada, una sola torre, arquerías apuntadas, bóvedas góticas junto al altar y ábside poligonal. El otro ejemplo se encuentra en la céntrica iglesia de la Concepción, que aún conserva la estructura original de tres naves, siendo más alta la central, y algunas bóvedas góticas, el resto muy restaurado tras el mencionado terremoto. No debemos abandonar la provincia sin incidir en sus pueblos donde se conservan magníficas muestras de mudéjar sevillano, como ocurre con Palos de la Frontera y la iglesia de San Jorge, que igualmente hace uso de las mencionadas estructuras, así como de azulejería. En la cercana Moguer el único ejemplo conservado casi íntegro es la ermita de San Sebastián, de una sola nave, y tapada entre edificios, tanto que hoy día, casi sólo se observa la fachada, la otra parroquia, la de Nuestra Señora de la Granada, si bien nació teniendo dicho estilo, casi fue reedificada al completo tras el terremoto, permaneciendo como único elemento superviviente la torre, toda una pequeña Giralda, eso sí, con reformas barrocas. El otro templo mudéjar, el de Santa Clara, prefiero incluirlo dentro de los estilos Colombinos, que trataré más adelante en la próxima entrada. En la amurallada Niebla pervive la, también, parroquia de Nuestra Señora de la Granada, otro fenómeno mudéjar, que además conserva muchos elementos anteriores, de cuando era mezquita, el otro ejemplo claro de mudéjar, es la iglesia de San Martín, de la que sólo quedan los restos de la fachada con arco de herradura apuntado y alfiz, además el ábside gótico, todo eso sí, con el típico ladrillo visto. Sin embargo, en la provincia onubense, los mejores ejemplos conservados de mudejarismo sevillano los podremos encontrar en la localidad de Palma del Condado, con varios ejemplos magníficos: como la ermita de San Sebastián que mantiene su estructura típica, transformada exteriormente por una reforma barroca,  aunque conserva perfectamente su interior, otro caso es el de la iglesia de nuestra señora del valle, conservada íntegramente, y que aunque con algunas reformas, es la mejor muestra de mudejarismo onubense, siendo además, el edificio religioso más antiguo de la localidad, conservando las tres naves separadas por arcos apuntados, artesonado y demás elementos típicos de éste estilo.
Iglesia de la Concepción.


Interior de San Pedro.

Fachada de San Pedro.
San Jorge Mártir. Palos de la Frontera.

Ábside de San Martín en Niebla. Ruínas.

Virgen del Valle. Palma del Condado.
Interior de la Virgen del Valle. Palma del C.

    • Cádiz. Por último, y en este apartado, hay que decir que en la capital gaditana, solamente perviven algunos elementos de un templo que sí cumplió con las estructuras típicas referidas, y que se sabe por grabados antiguos; me refiero a la parroquia de Santa Cruz o Catedral Vieja, que tuvo que tener un aspecto parecido los citados templos, aunque con la variedad de estar construida en piedra ostionera y no en ladrillo, como era común en la ciudad, todo ello fue arrasado en el asedio inglés de 1.596. Hoy día sólo perviven parte de los muros, y sobre todo, la capilla bautismal, que conserva bóveda, y el arco ojival de la entrada, así como algunos autores expresan, que también la torre, exenta al templo, es anterior, y probablemente fuera alminar de la mezquita que aquí se situaba, aunque hoy día tiene muchas reformas barrocas. El gótico mudéjar se puede encontrar escasamente en las distintas ciudades que se sitúan en la fachada atlántica de la provincia, pues en nuestra tierra el gótico toma como modelo mayormente la catedral sevillana. El principal ejemplo lo encontramos en Sanlúcar de Barrameda, con una muestra típicamente sevillana, la parroquia de Nuestra Señora de la O, que conserva todos los elementos propios del estilo más hispalense, ladrillo, portada labrada en piedra, artesonado en el techo, arcos ojivales...Para ver otros templos de características similares tendremos que ir a Bornos, con la ermita de la Resurrección, pequeña y de aspecto muy oriental, con azulejos, ladrillo visto, almenado y artesonado, también en Vejer de la Frontera, donde la parte más antigua del templo del Divino Salvador tiene elementos mudéjares, consevando el antiguo alminar de la mezquita, aunque si bien, aquí se emplea un extraño románico tardío, volviendo a los orígenes cordobeses,  o Villamartin, pues en la localidad serrana, se conservan elementos típicos del mudéjar sevillano, aunque con una amplia reforma renacentista y barroca, y con una estructura que recuerda, lejanamente, a la de San Isidoro en Sevilla. Sin embargo, los mejores ejemplos los encontramos en la ciudad de Jerez de la Frontera, muy importante plaza en el medievo, con dos iglesias más que destacadas en este estilo, pues son las que mejor conservan en la localidad los elementos mudéjares: San Dionisio, parroquia que luce portada con arcos ojivales abocinados, ladrillo y artesonado en el techo. Destacable es su torre campanario, llamada de la Atalaya, y que si bien parece de pleno un alminar por sus arcos lobulados, es construcción posterior a la conquista cristiana. El otro caso es el de San Lucas, que conserva casi todos los elementos, aunque con una importante reforma barroca en el interior. Otras como la de San Juan, conserva el ábside poligonal, sin embargo el resto tiene reformas góticas flamígeras y renacentistas; y partes, muy escasas de San Mateo, que al igual que en Vejer, en sus partes más antiguas tiene elementos mudéjares y tardo románicos. 
Detalles mudéjares en la torre del Sagrario
de la Catedral Vieja de Cádiz.


Torre de la Catedral Vieja.
Bóveda gótica, Catedral Vieja.

Capilla Bautismal. Catedral Vieja.
Nuestra Señora de la O. Sanlúcar de Barrameda.

Interior de Nuestra Señora de la O.
Ermita de la Resurrección. Bornos.
Torre mudéjar. Divino Salvador. Vejer.


San Lucas. Jerez de la Frontera.


San Dionisio. Jerez de la Frontera.

Torre de la Atalaya. San Dionisio. Jerez.

 Termino la entrada de hoy con la mención de las iglesias mudéjares andaluzas, que como se puede ver, son de lo más importante a nivel patrimonial en nuestra comunidad autónoma. Continuaré con otras iglesias que han servido de modelo en la siguiente entrada, donde ya sí que hay templos matrices que sirvieron de inspiración al resto, incluyendo el nombre del arquitecto que dio lugar al modelo que posteriormente siguieron las demás. Un saludo desde el sur.