Translate

Mostrando entradas con la etiqueta temperaturas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta temperaturas. Mostrar todas las entradas

sábado, 21 de abril de 2018

Las cuatro estaciones de Cádiz.

  Hoy toca una entrada sencilla, sin grandes tecnicismos y con apenas algún texto explicativo. He decidido escoger, a modo expositivo cuatro fotos propias por cada estación del año, y es que nuestra provincia puede mostrar su encanto y su belleza en los distintos momentos del mismo. La variedad de paisajes y ciudades que tenemos nos permite tener diferentes excursiones para cada temperatura y tiempo. Ahí van con sus localidades y fechas, como un recuerdo, de un momento único que pude capturar:
  • Invierno: El invierno gaditano suele ser igual de suave que el de las localidades costeras andaluzas. Si bien, es más húmedo por lo general, tanto en el plano de las precipitaciones como en el de la humedad ambiental. Las olas de frío no suelen ser abundantes ni duraderas, aunque se puede llegar a los cero grados en zonas costeras y a -10º en las cotas más altas de Grazalema. Por lo general, las temperaturas suelen rondar entre los 9º-12º de mínima, y los 16º-20º de máxima, según mes. 
    • Puerto de las Palomas: No hay mejor estampa para el invierno que una nevada, un fenómeno meteorológico que no es precisamente abundante en nuestra provincia, pero que se suele dar en los días más crudos del invierno en este puerto de montaña, que con 1.357 metros de altura, es calificado como el más alto de Andalucía Occidental, y que une las poblaciones de Grazalema con Zahara de la Sierra. En la imagen, unos cuantos pinsapos compiten con unos pinos rastreros por el poco suelo existente entre tanta roca caliza. 

    • Calle Real de San Fernando: Las Navidades son la fiesta oficial de entrada al invierno, una adaptación cristiana de las saturnales romanas y de las fiestas del solsticio invernal a lo largo de las culturas antiguas. En cada una de las poblaciones de nuestra provincia, cada Ayuntamiento se esmera en presentar la mejor decoración posible en sus calles principales, como la Real de San Fernando. En la imagen, la iluminación navideña de la farola se refleja en la cristalera del balcón, pareciendo que el árbol realmente esté dentro.

    • Salina de Dolores, Cádiz: Choca ver una imagen florida en invierno, pero la suavidad de temperaturas imperante en la zona permite una floración sostenida a lo largo del año, sobre todo en invierno y primavera, pues la vegetación es muy variada (hay que pensar, que sólo en el pinar del Hierro de Chiclana, hay más variedad de taxones que en toda Alemania), y de este modo evitan, en lo posible, la competencia entre ellas. En la imagen, los vinagrillos suelen florecer entre finales de enero y mediados de marzo, adornando de amarillo la marisma, y la entrada de la casa salinera Dolores, tal vez, la más bella del parque natural Bahía de Cádiz.

    • Carretera de las Lagunas, Chiclana de la Frontera: Otro efecto desconocido por los foráneos de nuestra tierra es el hecho de que vivimos en una provincia esencialmente húmeda, aunque con grandes irregularidades hídricas, alternándose periodos continuados de lluvias con otros extensos de extrema sequía. En el primer periodo, entre noviembre y abril, cuando las borrascas entran con frecuencia es normal ver como los terrenos endorreicos y pantanosos, secos del estío, se vuelvan a inundar. Aunque para mí el área inundable más curiosa que he conocido es la del entorno de la laguna de La Paja en Chiclana de la Frontera, donde el bosque de pinos y eucaliptos del entorno se ven con medio metro o más de agua, viéndose imágenes tan curiosas como la presente, de las garcetas paseando entre los palmitares, en una imagen más propia de Florida que de Europa.


  • Primavera. La primavera es una de las mejores estaciones para visitar toda Andalucía, y Cádiz en concreto. Los campos están verdes, las flores han proliferado y aunque todavía puede haber abundantes precipitaciones, por lo general empiezan a haber temperaturas suaves y días soleados. La diferencia entre meses hace que en marzo por ejemplo haya temperaturas entre los 12º y 19º, y en junio entre 19º y 30º. 
    • Castillo del Fontanal, Bornos. El castillo palacio bornense, que fue propiedad de los Ribera, estuvo vinculado con el de Pilatos de Sevilla, y es un gran desconocido incluso entre los gaditanos. No obstante, estamos hablando de una de las mejores obras renacentistas de Andalucía con unos espectaculares jardines con fuentes, estanques, grutescos y una espectacular logia pompeyana. Pero no desmerece tampoco el resto del palacio, en cuyo patio central, en la imagen, se puede ver el esplendor de un tiempo de descubrimientos, que se ven reflejados en las gárgolas existentes en las arcadas, con motivos mesoamericanos, como un águila o un jaguar, entre otros. 

    • Plaza de España, Cádiz. La Tacita de la Plata es una ciudad de plazas y espacios abiertos, aunque como todo centro histórico, tenga sus estrecheces. Una de las más espectaculares es la de España, donde se encuentra el monumento a las Cortes de 1.812, así como la bellísima aduana, de estilo neoclásico, además de una serie de palacetes y torres miradores que reflejan el esplendor de tiempos mejores de una ciudad que mira con nostalgia al pasado. En la imagen el generoso colorido de las flores contrastan con los palacetes de las Cinco (izqda.) y Cuatro Torres (Dcha.).

    • Conil desde Castilnovo. Nuestra provincia es una tierra de pastizales y prados naturales, algo muy poco común en España, donde las especies leñosas abundan sobre las herbáceas. Esto es debido, sobre todo a lo compacto de la tierra arcillosa existente en gran parte de nuestro territorio, y que impide que el agua de lluvia se filtre fácilmente al subsuelo, ahogando las raíces de las especies leñosas, y favoreciendo la aparición de lagunas endorreicas de carácter temporal como ya hemos explicado en anteriores párrafos. Muchos de estos pastizales llegan a la misma playa, como éste de Castilnovo en Conil de la Frontera, y que se salvó in extremis de la especulación urbanística, gracias a la valiente acción del Ayuntamiento conileño en aquellos tiempos de la Burbuja Inmobiliaria. Hoy, gracias a ello, podemos pasear entre sus flores, y observar la paciente vida de sus reses de ganado retinto.

    • Iglesia de Santa María, Arcos de la Frontera. Los naranjales suelen adornar gran parte de las calles de nuestra Andalucía, aunque curiosamente, abundan más en zonas cercanas a las iglesias, como un remanente, un recuerdo, del tiempo en que en vez de haber iglesias hubo mezquitas. Y los naranjos, se plantaban en el patio de las abluciones. En muchas calles de Andalucía no sería igual la primavera y la Semana Santa sin el olor que despide el azahar. Por ello hay que evitar el naranjicidio existente en algunas ciudades como San Fernando. En la imagen, la flor de azahar se antepone a la torre de la iglesia, una pequeña Giralda, que no llegó a finalizarse. 
  • Verano. En el estío habría que dividir tres sectores en nuestra provincia, una primera de campiña y sierra donde se suelen alcanzar temperaturas extremas cercanas a los 40º. La costa en cambio tiene una canícula más que generosa con respecto al resto del sur español, pues raramente se superan los 32º de máxima. La tercera zona sería el Campo de Gibraltar, de temperaturas aún más suaves, aunque también con un mayor índice de humedad. 
    • Playa de Camposoto, San Fernando. También el verano es época propicia para las flores en nuestra provincia, y en sus playas es posible observarse a lo largo del estío, unas bellas floraciones blancas que salen de la misma arena de las dunas. Es la azucena de mar, que viene a poner una nota de color es una época en la que la escasez de precipitaciones acaban por agostar la otrora verde hierba de los campos. En la imagen, las azucenas embellecen Camposoto al atardecer, playa virgen, que se ha salvado de la especulación gracias a haber sido territorio militar y después, parte del parque natural Bahía de Cádiz. 

    • La Caleta, Cádiz. La playa más famosa y caribeña de la ciudad se encuentra rodeada de fortificaciones y castillos, algunos como el de Santa Catalina, el más cercano en la imagen, de finales del XVI, en el que el arquitecto Cristóbal de Rojas, toma modelos italianos con forma de estrella, y que después sería exportado a lo largo de todo América y Filipinas. Al fondo, el castillo de San Sebastián, con su faro metálico de 1.907, único en su estilo que todavía sigue funcionando. 

    • Tormenta desde la Loma del Puerco, Chiclana de la Frontera. A finales del agosto, el verano empieza a dejar respirar algo, y empiezan a llegar, algunas tormentas de verano, como la que vemos en la imagen, y que sirven de desahogo para los agostados campos. No obstante, nuestra provincia, al tener un clima mediterráneo meridional, no suele verse afectada por fenómenos tormentosos veraniegos como la gota fría, entre otras cosas también, por las frías aguas atlánticas, afectadas por la corriente fría de las Canarias. Las lluvias se suelen dar un sólo día o dos en agosto, para no volver hasta mediados de septiembre, también de forma aislada, y ya, no empezar a descargar hasta el mes de noviembre, mes oficial del comienzo de la época de lluvias. 

    • Olivar, Olvera. Aunque la imagen sea al cien por cien veraniega, y despida el calor cercano a los cuarenta grados que hizo aquel día, lo cierto es que en Andalucía el estío bien puede instalarse hasta finales de octubre, como vemos en esta foto sacada un día 28 del mencionado mes. Todavía no había caído una gota, y estrés hídrico se muestra patente en los campos, que como puede observarse, el único verde que domina, es el plateado de los olivares. 


  • Otoño. El otoño en nuestra tierra es realmente una pequeña continuación del verano, aunque algo más suavizado, y de humedad ambiental más pegajosa. Sólo a finales de noviembre suele haber un importante bajón de temperaturas, que anuncia la llegada inminente del invierno. En octubre las temperaturas rondan entre los 17º y 24º, mientras que en diciembre las mismas han descendido y se quedan entre 17º y 11º.
    • Convento de los Caños Santos, entre Alcalá del Valle y Olvera. Abandonado hace siglos, hoy es un centro cultural vinculado a la primera localidad. Magnífica obra manierista, tiene delante de su bella fachada un magnífico patio arbolado, que llegado el final del estío tiende éste, a embellecer el lugar con sus amarillentas hojas. Esta imagen contrasta con los siempre verdes olivares que le rodean. 

    • Parque de los Pinsapos, Zahara de la Sierra. De reciente creación, se trata de un pequeño jardín botánico en el que el protagonista es la mencionada conífera, abeto de carácter mediterráneo, acostumbrado a los estiajes, y que es la joya natural de la zona. Junto a él, le acompañan su formación natural en el medio rural, con arces y quejigos, que en otoño con las hojas rojas de los primeros, y amarillas de los segundos, dan un toque de color al parque. Aparte se pueden observar espectaculares madroños, así como mostajos y otros ejemplos arbustivos típicos de los bosques de montaña gaditanos. 

    • Puerto de Gáliz, Los Alcornocales. No todo es de coloración variada en el otoño gaditano, de hecho, los árboles de hoja caduca no son lo normal en nuestra tierra, al menos en el plano salvaje (excluyendo el ornamental de las poblaciones humanas). Los bosques de alcornoques del este gaditano son de los más extensos de Europa, y casi siempre se encuentran entre la niebla (especialmente en otoño), lo que da lugar a distintos sectores de vegetación lauroide, parecida a la de Canarias y otros sitios subtropicales. En otras zonas más secas, son los acebuches y los algarrobos los que dominan el paisaje. Por ello, aquí lo que dominan son los distintos matices de verde. 

    • Paseo en Arcos de la Frontera. Los plátanos de sombra son los árboles protagonistas de muchas ciudades españolas, y la que más colorido tienen en el otoño, gracias a sus amarillentas hojas. En Andalucía, los paseos de albero con ordenadas hileras de plátanos que marcan un camino, ofrecen una de las estampas más bellas de nuestras localidades, como en éste caso, en Arcos de la Frontera. 

 Como vemos en esta entrada, las posibilidades que ofrece nuestra tierra según la época que se visite permite obtener distintas experiencias y puntos de vista, en el que si corremos el riesgo de ver uno sólo, podemos caer equivocadamente, en una sola idea, basada en una única cara de una tierra que es muy variada, además, en lo climático. Así pues, le animo a visitarnos en distintas estaciones. Un saludo desde el sur. 

domingo, 5 de febrero de 2012

Récords Metereológicos

  Hoy era el día adecuado para escribir el tema que les pongo en la mesa. Todo el mundo se quejaba de que el frío no había llegado éste año, y por fin lo ha hecho, el problema es que han llegado todos los fríos a la vez. Se quejan muchos ecologistas de que cada vez hay menos hielos en los polos, y lo que no se dan cuenta, que como siga habiendo estas olas de frío, va a resultar que el casquete se va a venir para la Tacita de Plata. Así me lo ha explicado una morsa que me he encontrado hoy en el ascensor. De hecho, ya han cambiado la canción de Carlos Cano, y resulta que Cádiz ya no es como La Habana, sino que es como Moscú, pero con más salero, y menos mafiosos. Fuera lugar ya, de toda broma, les voy a numerar unos cuantos récords mundiales, y alguna que otra curiosidad climática peninsular, porque Canarias, es como cuando los niños juegan "al coger", es cascarón de huevo en ésto del tiempo. Y ya que no se habla de otra cosa que del tiempo en éstos días, voy a darles ciertos datos con el que se pueden tirar el farol delante de todo el mundo. Así que como decía Becquer, ahí van, como la sota de bastos:

  Vamos a empezar con los récords mundiales, y como es menester, es lógico iniciar el listado con las temperaturas más de su padre y su madre, jamás registradas. Para los que se quejan del frío les voy a helar más la sangre si cabe; nunca se me ha ocurrido ir a La Antártida, ya que allí no abundan los Taco Bell, pero con éstos dos datos menos; la media anual más fría de todo el planeta se encuentra aquí, en el llamado Polo de la Inaccesibilidad, que es sencillamente de -57,8º C, un lugar desde luego, que invita al botellón; asimismo, se alcanzó la temperatura más baja jamás registrada en nuestro planeta, unos -89,2º C, en la estación antártica de Vostok (no confundir con la ciudad siberiana de mismo nombre, y casi misma temperatura...), el día 21 de julio de 1.983. Sin embargo, todo lugar tiene su propia antípoda, y en el caso de las temperaturas, se encuentra en un enclave africano, en Dallol, Etiopía, donde hay una media anual de 34,4º C, y ninguna sombra donde refugiarse. También en África se encuentra la temperatura más alta registrada en la tierra, nada más y nada menos que 57,8º C el día 13 de septiembre de 1.922, en Al' Aziziyah, Libia. Sin embargo, yo creo que lo peor para todos son los cambios repentinos de temperatura, y no hablo del Corte Inglés, donde hay que ir en bañador en febrero, y con abrigo en agosto. Ahí les dejo dos datos, que sencillamente hacen que uno sienta escalofrío, y le suden las manos. El mayor cambio de temperatura en un día que se registró en el mundo fue un 23-24 de enero de 1.916, en Brownig, Montana, EEUU, donde hubo una diferencia de 55,6º C, nada más y nada menos, de 6,7º C a -49º C, en 24 horas. Para salir con un abrigo y unas calzonas debajo. Pero tal vez lo peor que he escuchado fue lo de Spearfish, en Dakota del Sur, EEUU, pues en un 22 de enero de 1.943 hubo el cambio de temperatura más rápido y holgado de la historia, ¡unos 27 grados de diferencia en sólo dos minutos!, el termómetro subió de -20º C a 7º C, y seguramente provocó que muchas mujeres creyeran que tenían una menopausia anticipada. 
  Otros récords mundiales que asustan son, sin duda, las precipitaciones, es decir las lluvias registradas en determinado lugar. Empezaré suave, para no asustar mucho, con el lugar más seco de nuestro planeta, el desierto de Atacama, en el norte de Chile, allí prácticamente no caen precipitaciones, según estadística unos 0,08 mm o litros anuales, sin embargo, puede que haya años que no caiga una gota, en algunas zonas, incluso, para que caiga un chaparrón, sin importancia, de unos minutos, puede uno esperar, incluso siglos. El otro extremo pluviométrico lo encontramos, como no, en la India, donde cae más agua que en el entierro de bigote, en una ciudad llamada Mawsynram, en el estado de Meghalaya (vaya nombrecitos), donde cae una media anual de 11.874,5 litros anuales, una barbaridad, sobre todo, teniendo en cuenta, que en el lugar más lluvioso de España no se llega a superar los 2.500 litros, y muy excepcionalmente los 4.000. Igualmente en el mismo estado hindú, para no repetir nombre, se encuentra el récord de precipitaciones en un año registrada en la Tierra: unos 26.461,7 litros desde el día 1 de agosto de 1.860 al 31 de julio de 1.861, en la ciudad de Cherrapunji. Y por fín nos vamos de la India para no volver, para dar otro dato escalofriante, el mayor índice de precipitaciones registrado en 24 horas, y menos mal que se encuentra en la isla de Reunión, cuyos nombres son más pronunciables. Unos 1.869,9 litros entre el 15 y el 16 de marzo de 1.952, en la estación meteorológica de Chilaos. Con éstos datos, se le puede refutar a un gallego que se queje de que en su tierra llueve demasiado. También entra dentro del índice de precipitaciones la nieve, cuyo récord está registrado entre el 19 de febrero de 1.971 al 8 del mismo mes de 1.972, en Paradise, monte Rainier, en el estado de Washington (no confundir con la ciudad del Distrito Federal que se encuentra en la costa este, mientras el estado se encuentra en el norte de la costa oeste, al sur de Vancouver), aquí cayeron 31.102 litros de nieve. Sin embargo, la mayor cantidad de nieve caída en una sola nevada ocurrió en marzo de 1.911, en Tamarack, California, con 11.455 litros. Pero para chichones los que produjo la granizada ocurrida en el distrito de Gopalganj, Bangladesh, el 14 de abril de 1.986, donde cayó una piedra que pesaba 1,02 kilos. Sin embargo, como buen gaditano, no me puedo ir sin hablar de vientos, y creánme, hay sitios donde hay más ventosidad que aquí, sino pregúnteselo a los pingüinos de la Bahía de Commonwealth, en la costa de Jorge V, la Antártida, donde los vientos suelen, en ocasiones, alcanzar los 322 Km/h. En cambio, la mayor racha registrada fue bastante lejos de allí, unos 372 km/h, y no fue en Tarifa, sino en el monte Washington (que original) en New Hampshire, EEUU, a unos 1.916 metros de altura sobre el nivel del mar, y ocurrió un día 12 de abril de 1.934. Y para terminar los récords mundiales, otra de vientos, los más fuertes registrados en un huracán, unos 322 Km/h de media, con ráfagas de hasta 338 Km/h, en los días 17 y 18 de agosto de 1.969, a lo largo de la costa de Alabama y Missisipi, EEUU, en un huracán llamado Camille. 

  Una vez, descompuestos los cuerpos por éstos datos más propios de otros planetas como Júpiter o Venus, nos vamos a centrar en nuestra península, dejando a un lado, como dije antes las Canarias, que nos ganan al resto en todo, como si fueran el primo de Zumosol. Voy a comenzar con una buena noticia para nosotros, aunque hoy nos olvidemos de ello, las medias anuales más cálidas por capitales son las siguientes: Almería con 18,5º C, Huelva con 18,3º C y Cádiz con 18,2º C. Por zonas más cálidas son por temperatura media anual, la zona costera de Huelva, el bajo Guadalquivir, y el extremo sureste peninsular. No obstante, ésto son datos estadísticos, que no tienen en cuenta la menor diferencia de temperaturas entre el verano y el invierno, que se produce en la meridional ciudad de Tarifa, cuyo microclima, junto con el Campo de Gibraltar, permiten las únicas manchas de bosque subtropical de la Europa continental: la laurisilva existente en Los Alcornocales, aquí la temperatura del mes más frío es de 14º C, mientras que la del verano, apenas llega a los 24º C. En cambio, las medias más frías por capitales son todas de Castilla y León: Burgos con 9,9º C, Ávila con 10,4º C y Soria con 10,5º C. Los récords por temperaturas máximas tienen dos factores, una por las máximas frecuentes en verano más elevadas, 47º C en Écija,  y 48,8º C en Cazalla, ambas en Sevilla; y por récords en un día, las zonas más propensas a freir un huevo en la acera en verano son las Vegas Bajas del Guadiana en Badajoz y el valle del Guadalquivir, en la zona comprendida entre el sur de Córdoba y Sevilla. Entre los récords más calurosos en un día tenemos uno de los Récords Guiness en nuestro haber, 51º C registrado en la capital hispalense el 30 de julio de 1.876; sin embargo, el material con el que se midió tenía unas condiciones técnicas deficientes. No obstante, ese mismo día se registraron temperaturas de 44,2º C en Madrid, 42,5º C en Bilbao y 41º C en Salamanca. Los récords de frío son para quedarse helado, literalmente, -30º C en Calamocha el 17 de diciembre de 1.963, -28º C en Molina de Aragón el 12 de diciembre de 1.963, -24,6º C en Reinosa el 4 de enero de 1.971, -24º C en Albacete el 3 enero del mismo año, -23ºC en Riaño y -22º C en Burgos, el mismo día y mismo año, -21,5º C en Teruel el 28 de enero de 1.958, y  -21º C en Vitoria el día 25 de diciembre de 1.962. Sin embargo, la más baja de todas las que se han medido en España fue el 2 de febrero de 1.956, con -32º C, en el lago Estangento, en el Pirineo leridano. Por precipitaciones, tema preferido de los gallegos, las zonas con mayor índice se localizan, como no, en Galicia, cornisa cantábrica, Pirineo Vasco-Navarro, el Sistema Central, y la Sierra de Grazalema. Como localidades más lluviosas destacan Arruazu y Articuza, ambas en Navarra, con 2.800 y 2.654 litros anuales respectivamente, Grazalema, Cádiz, con una media cercana a los 2.500 litros anuales, Visuña y Villarbacu, ambas en Lugo, con 2.369 y 2.346 litros anuales respectivamente. Por récords de lluvias registradas en un año, destaca nuestra Grazalema con unos 4.346 litros en 1.963; Arruazu y Aticuza, con 3.867 y 3.398 litros en 1.965 y 1.960;  Visuña y Villarbacu con 3.191 y 3.237 litros en 1.977 y 1.984 respectivamente; Vigo y Santiago de Compostela, con 2.859 y 3.159 litros respectivamente, ambas, en el año 1.960. Sin embargo, conviene destacar un dato que el libro que tengo en mis manos no cuenta, pues se refiere a datos meramente estadísticos, la cantidad de lluvia caída en Grazalema difiere con el resto de las localidades norteñas nombradas, el pueblo gaditano al situarse en el sur, a diferencia del resto, registra las precipitaciones solamente en una estación húmeda, contando luego con una seca que suele durar unos cinco meses, por tanto, aquí habría que contar otro hito, el del mayor índice de precipitaciones en un periodo de tiempo anual. Por récords en días destacan los 600 litros caídos en Albuñol (Granada) y Zúrgena (Almería), el 19 de octubre de 1.973, los 426 litros de Cofrentes y Jalance, ambas en Valencia, el 20 de octubre de 1.982, y por último, los 503 litros de Larrasquitu (Vizcaya), el 31 de agosto de 1.983. Por precipitaciones en una hora destaca el levante español: 110 litros en Cofrentes, 82 en Alicante y 159, 6 en Altet, todas el día 20 de octubre de 1.982. En el otro extremo, el de la sequedad, destacan tres localidades almerienses, Cabo de Gata, Huercal-Overa y Aguadulce, con 152, 171 y 182 litros anuales de media. Sin embargo los récords de años secos se quedan en las mismas localidades, 37 litros en la primera, en 1.998, 74 litros en la segunda en 1.995 y 51 litros en la tercera en 1.966. Curiosamente, he quitado las Canarias, Ceuta y Melilla para evitar que los datos estadísticos se me fueran de madre, sin embargo, como dije antes, las islas afortunadas ganan en casi todo, con la media más cálida, en torno a los 21º C en la costa, y el observatorio de Izaña (Tenerife) con la media más fría del país, 9,7 º C, más baja que muchas capitales peninsulares, asimismo el índice más escaso de precipitaciones se encuentra en las islas orientales, las zonas de más auténtico desierto en España, con una media entre 125 y 140 litros anuales.

  En fin, espero no haber dado demasiado la murga con el tema, y es que encontrarse conmigo en un ascensor tiene su peligro, y no precisamente, porque sea un maniaco asesino y violador, sino porque te puedo salir por peteneras con algún dato de éstos. Pero no se preocupen, es mejor hablar de ésto que de la dichosa prima de riesgo, que ya empezaba a ser demasiado cansina, y nos tenía a todos asustados. Y es que aquí en el sur, no estamos acostumbrados a éstas olas polares, pues a los únicos negativos a los que estamos habituados en Cádiz, es a los que había en la clasificación cuando la liga era de dos puntos, y el Cádiz C.F. metía los goles con el tren del gol, cuando la vía no estaba soterrada. Para ser honrado terminaré diciendo las fuentes de donde he sacado los datos que hoy han salido a relucir: "Observar el Tiempo"  de la editorial Geoplaneta y el libro "Meteorología" de Biblioteca Visual. Un saludo desde el sur.

Después de leer ésto no te quejarás más del frío ni de la lluvia.