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domingo, 29 de junio de 2014

Crisis económicas de la historia. Parte I.

 Después del mal Mundial de España, es momento de meter el dedo en la llaga, y recordar que estamos en crisis. Pero a pesar de la dureza, y sobre todo, de lo alargado de la tortura que venimos sufriendo; hay que decir, que ésta, no es la primera, ni será la última crisis, con sus respectivas burbujas. Y de hecho, ni siquiera ha sido la peor, aunque casi. Todo sistema, no solo el capitalista, tiende a tener crisis cíclicas: las ha tenido el Imperio de los Césares de Roma, los reinos feudales, y los absolutistas, también las naciones comunistas, los grandes imperios centrales, o los imperios coloniales. La diferencia entre unas y otras, es la capacidad de recibir los envites de las distintas crisis sin verse demasiado mermadas. Se han visto, naciones y economías, que han prosperado de manera espectacular, pero que a la primera crisis caían como un sistema de naipes. Y otras que siempre han tendido de un hilo, y se han ido recuperando, o salvándose in extremis. No obstante, toda crisis conlleva a un movimiento, cual seismo, de fronteras, formas de vida y economías. Incluso de poderes militares. Sin más preámbulos, ahí enumero, de forma muy resumida, y en varias entradas, las crisis económicas más famosas, y las más globales, de la historia. 

  • La Invasión de los Pueblos del Mar. Año 1.200 a.c.
 En todos los periodos históricos hay civilizaciones que irrumpen conquistando, de forma repentina, toda nación que les rodea, y que eran, en teoría, más antiguas, más sólidas y mejor armadas. Sin embargo, pocas civilizaciones tan extrañas como la de los Pueblos del Mar, de los que casi nada se sabe, ni siquiera, su procedencia. Pero salvo, las invasiones árabes, la de los hunos o la de los mongoles, pocas han cambiado tanto, la faz del mundo que les rodeaba. De hecho, casi todos los historiadores coinciden en que su irrupción fue un desastre, creando una época oscura. Grecia fue arrasada, salvo la Acrópolis ateniense, la cultura micénica desapareció. Asia Menor no quedó mejor, Ugarit o Tarso cayeron, y fue el fin del Imperio Hitita, que por aquel entonces, le hacia frente al reino de los faraones. Egipto, asimismo, perdió todo territorio de Asia Menor, que nunca volvió a recuperar. Tan solo las ciudades fenicias de Biblos y Sidón se salvaron de la quema, pues la propia Tiro sucumbió.


  • La Crisis del Siglo III. 
 También llamado el periodo de Crisis Imperial, o de Anarquía Militar, es una de las primeras crisis globales que entran dentro de una decadencia económica. Y afectó, sobra decirlo, a un Imperio Romano, que venía disfrutando de su mayor esplendor con la Pax Romana existente en los dos siglos anteriores. Aunque fueron constante los golpes estado, y se sufrieron las primeras razzias bárbaras, solo se venía a certificar la caída de un régimen imperante durante varios siglos. Sin embargo, la falta de conquistas, cuyo freno se puso en el siglo anterior, con el emperador Adriano, supuso el principio del fin de una economía, puramente, colonial, y el fin de materias primas, y de mano de obra baratas. Básicas para la economía de Roma. La ciudadanía se fue acomodando, y fue viviendo, cada vez más de las rentas, y creció de forma importante un segmento de población cada vez menos productiva. Se dio en el siglo III una hiperinflación, a causa de las constantes devaluaciones de la moneda. Siendo eso un enorme problema en un periodo en el que aún, no existía el papel moneda, y todo dependía del valor del metal de la moneda. La corrupción de todos los estamentos, y los sobornos, harían el resto. Era el principio del fin del imperio, que sería arrasado en su zona occidental por los bárbaros en los dos siglos posteriores. Desapareciendo toda economía, y volviendo en muchas ocasiones, al trueque.


  • Crisis de los siglos VIII al X.
 Entre los libros de historia, es muy común etiquetar al periodo justo después de la caída del Imperio Romano de Occidente, como un periodo oscuro. Sin embargo, todo es pura generalización, hubo un renacer de la cultura que se dio en el reino franco, tanto en el periodo Carolingio, como Merovingio, teniendo a Carlomagno, como su principal monarca y valedor, creador además, de un régimen que duraría aún varios siglos: el sistema feudal. Sin embargo, lo creado por éste último monarca caería como un castillo de naipes. Por un lado la división del imperio por herencia entre sus dos hijos, creando lo que hoy es Francia y Alemania. Y por otro, la vampirización que el sistema feudal estaba sometiendo a los reinos centralizados era letal para el poder de todo monarca que se vio obligado a negociar y a concertar con sus nobles feudales, para entrar en guerras u otros asuntos de estado. Pero lo peor llegó con la llamada Segundas Invasiones Barbaras:
    • Siendo la primera la musulmana, que barrería en el siglo VIII, imperios tan tradicionales como el persa, o amputaría grandes territorios al bizantino. El reino hispánico visigodo desaparecería por completo. 
    • La segunda oleada en el siglo IX, sería la invasión de los Magiares en centroeuropa. 
    • Y la tercera y última, la de los vikingos o normandos, con tres ramas: una sueca, que invadió rusia. Otra Danesa, que invadió sobre todo las islas británicas, y una noruega, que ocuparon Irlanda. Pero también ocuparon el sur de Italia, y parte de Francia, entre otros territorios. 
  La economía se resintió, pues volvió a ser insegura durante estos tres siglos. A ello, se le sumaría otra catástrofe, que sería, la extendida creencia del fin de los tiempos en el año 1.000, donde se daría lugar a mucha especulación y fraudes, a cuenta de los crédulos que vendieron sus bienes a precio de ganga, para liberar su alma de todo pecado. 


  • Crisis del siglo XIV.
 Es esta una crisis, mucho más que económica, pues afectó a todo estamento, y a toda parte del sistema. Es incluso una crisis demográfica. Tras el periodo de esplendor del siglo XIII, donde nace el gran periodo de las catedrales, convergen como una tormenta perfecta varios factores que acabaron con la propia Edad Media:
    1. Crisis climática. La época de los Veranos Podridos. Un periodo de enorme pluviosidad, incluso en verano, acompañado de inviernos muy fríos, que hicieron tierras poco cultivables.
    2. Agotamiento de las distintas minas centroeuropeas.
    3. Crisis demográfica. La principal de todas, pues fue en éste siglo, la aparición, violenta, de una nueva enfermedad, nacida para arrasar poblaciones: la Peste Negra o Bubónica. Que se llevó en sus distintas oleadas, que tendían a ser cíclicas, unos 25 millones de europeos. Es decir, un tercio de su población, o entre un 30 % o un 60 %, según fuentes y lugares. Una de las consecuencias de las distintas epidemias, fue la muerte de religiosos y creyentes, que vieron como Dios no les protegía, por lo que la pérdida de poder de la Iglesia como estamento, y de fe en la religión, fue importante en un periodo en el que toda la población creía sin condiciones en las distintas facciones cristianas (católicas u ortodoxas). 
    4.  La Guerra de los Cien Años, interminable como su nombre indica, y desestabilizadora al extremo en la zona occidental europea. Pues aparte de Francia e Inglaterra, se vieron involucrados los reinos ibéricos, donde en la propia península iba a discurrir parte de la contienda, así como otros estados, como Flandes. 
    5. Un cambio en la economía, pues el florecimiento de la cultura urbana dio lugar al crecimiento de la burguesía, que empezaba a tener más riqueza, y poder, en algunos sectores, que la vieja nobleza. Se empezaron a crear distintos Gremios, que venían a concentrar a los artesanos de un mismo sector. Desaparecía también el régimen de vasallaje, por lo que el señor feudal pierde influencia a favor de los distintos reyes.

 Para no hacer una entrada demasiado larga, continuo la semana que viene con otra entrada, relativa al periodo moderno de nuestra historia, donde hubo otras grandes crisis que cambiaron el rumbo del mundo. Aquí ya veremos como dichas crisis ya empiezan a parecerse más a las nuestras, y se empiezan a hablar de términos similares a los actuales, como es el caso de la burbuja, inflación y demás.







domingo, 22 de junio de 2014

Grandes derrotas navales inglesas a manos españolas. Parte IV.

 Última entrada sobre las batallas angloespañolas, centradas en el segundo periodo de apogeo español, que no es otro, que el siglo XVIII, que suele ser el gran olvidado por los historiadores a la hora de hablar del imperio hispano. En este siglo se dieron otras grandes victorias a manos de grandes marinos españoles, más académicos y profesionales, que los de anteriores siglos. Luego vendrá Trafalgar y la decadencia absoluta de una nación y su imperio colonial. Para cuando Estados Unidos tome posesión de los últimos territorios hispanos, España era una nación lánguida y moribunda que sólo esperaba un tiro de gracia. Sin más, continuo enumerando:
  • Blas de Lezo y la Guerra de la Oreja de Jenkins. Sitio de Cartagena de Indias. Año 1.741.

 Guerra comenzada, como no, por los constantes incumplimientos de los corsarios ingleses, quienes, una y otra vez, asaltaban barcos españoles. Sin embargo, el intento de invasión llegó por la parte inglesa, que con la intención de conquistar toda la América española, envía una flota, comandada por el Almirante Vernon, cuya primera parada era Cartagena de Indias. Para ello enviaron la mayor flota existente hasta entonces: 186 barcos de guerra y transporte y 23.600 combatientes. Contra 6 navíos, 3.000 hombres, muchos de ellos milicianos, y 600 indios flecheros entre otros, al mando de D. Blas de Lezo, tal vez el marino más carismático de España del XVIII. Tras las primeras batallas, y la toma de alguna fortaleza, el almirante inglés envía un barco de vuelta a Londres para transmitir la noticia de la victoria. Sin embargo, las cosas fueron complicándose de modo sorprendente para los ingleses, gracias sobre todo a la pericia del Almirante español, quien tiene, entre otros medios, espías que informan mal de las medidas de las murallas para su asedio. También el trópico hace lo suyo, y contagia de enfermedades a los soldados ingleses, quienes no están inmunizados. Mientras tanto, en Inglaterra, hay fastos y celebraciones, y se crean monedas con el Almirante Vernon recibiendo de rodilla a Blas de Lezo. Sin embargo, la realidad fue muy distinta, la enorme flota inglesa terminó por darse la vuelta para su metrópoli, su desastre fue mayúsculo, pues cayeron 50 naves, y 9.500 hombres. Sin embargo, no sería una batalla recordada, pues el rey inglés prohibió bajo pena de muerte nombrar tal acontecimiento, y en España...todo héroe es olvidado.

  • Don Luis de Córdova y Córdova. Guerra de la Independencia Americana. Años 1.779-80.
 Es éste, otro de los más grandes marinos que jamás tuvo España, y tuvo sonadas victorias navales a la altura del anterior. Dos grandes hitos marcaron la gloriosa historia naval del marino nacido en Sevilla. La primera de ellas data de la Guerra de la Independencia norteamericana. Donde al mando de 68 navíos españoles y franceses (entonces aliados), lograron el bloqueo completo del Canal de la Mancha, pues todos los buques ingleses tuvieron que refugiarse en sus puertos para mayor desastre de la economía de la isla. Sin embargo, el éxito no fue completo, pues diferencias entre los marinos españoles y franceses evitaron la conquista de la nación inglesa, pues ese era el objetivo final. Los españoles abogaban por desembarcar rápido y atacar desde tierra, donde no tendrían apenas oposición. Nunca estuvo España tan cerca de conquistar toda Inglaterra. Dificultades debidas al tiempo y a la aparición del escorbuto, terminaron por hacer volver la flota a Brest (Francia). El otro éxito fue en el sur de Portugal, donde logró el mayor desastre logístico del país anglosajón. Pues con 27 navíos logró atrapar un convoy de 57 fragatas repletas de tropas para combatir a los independentistas norteamericanos. Asimismo, estas estaban escoltadas por otras tres fragatas de guerra, que pasaron a la Marina de Guerra Española. No obstante, no logró que el bloqueo sobre Gibraltar fuera totalmente efectivo. Murió en 1.796, en San Fernando, y está enterrado en el Panteón de los Marinos Ilustres.

  • Derrotas de Lord Nelson a manos españolas. 

 Ya con veinte años, Lord Nelson demostró ser un marino con enormes cualidades, y a esa edad, ya capitaneaba una fragata:  la Hitchenbroke. Donde tuvo su primera derrota, en el desastre de la Expedición a San Juan de Puerto Rico, donde Inglaterra pierde a 3.500 efectivos. Otra derrota ocurre frente a las costas de Cartagena, donde ya siendo Comodoro, tuvo que huir de una persecución de distintas naves españolas que acudieron en ayuda de la fragata Matilde, que fue la primera en presentarle batalla. Pero a lo largo de su dilatada carrera logra enormes victorias que sentarán las bases del futuro esplendor británico como potencia naval. Entre ellas, destaca su victoria sobre España en el Cabo San Vicente. Pero posteriormente a esta batalla sufrió dos sonadas derrotas: una primera en Cádiz, en un intento de desembarco en la playa de la Caleta, y el otro, en Santa Cruz de Tenerife, donde sufriría su mayor derrota, y perdería un brazo. No obstante, la batalla que le marcaría para la historia, fue la misma en la que él mismo perdió la vida, la de Trafalgar. España y Francia, perdieron hegemonía en los mares, y lo que es peor, toda la flota, pues lo poco que quedaría se escondería, capitaneados por Rosilly, en la Bahía de Cádiz, acabando en manos de los constitucionalistas.

  • Invasión del Río de la Plata. Años 1.806-07.
 No se acabaron aún las victorias españolas, pues aún quedaban algunas en el siglo venidero (a pesar de lo desastroso que fue para nuestra nación). Sin embargo, hay que especificar, y coger con pinzas, pues fue una victoria española, sí, pero de españoles americanos. Pues entonces, España aún dominaba gran parte del continente. Curiosamente, fue una victoria nefasta para los intereses hispanos, pues tras la batalla de Trafalgar, nuestra nación se había quedado sin flota, y por tanto, sin posibilidad de defender sus colonias, ni de enviar más tropas. Es por ello, que los ingleses deciden enviar una, para invadir la zona del Río de la Plata, en concreto Buenos Aires. Y que acaba en sonado fracaso inglés, que tras dos invasiones fueron rechazados, una primera por un ejército proveniente de Montevideo. Y otra segunda, por los propios bonaerenses. La victoria, como digo, fue mala para los intereses españoles, pues aquellos ciudadanos de América se dieron cuenta de que podían defenderse ellos solos, sin necesidad de la metrópoli. Esto, y la tiranía e incompetencia de Fernando VII, acabaron por terminar con el imperio español. A partir de entonces, España e Inglaterra, jamás entrarán en guerra. Aunque sí mantendrán sus fricciones diplomáticas en el contencioso de Gibraltar, aún latente y sin una previsible salida. Un saludo desde el sur.



Estatua de Don Blas de Lezo en Cádiz.






domingo, 8 de junio de 2014

Grandes derrotas navales inglesas a manos españolas. Parte III.

 Empiezo hoy la penúltima entrada de batallas navales contra Inglaterra. Las de hoy, son las últimas de nuestro Siglo de Oro que incluyo en la saga. En la próxima, serán del siglo XVIII o del XIX. Y en esta entrada, algunas no serán auténticamente batallas navales, sino que hay dos, que son desembarco en tierras inglesas o sus cercanías. Batallas de la I Guerra Angloespañola, de clara victoria hispana, a pesar del primer batacazo de la Invencible. Sin más preámbulos, ahí van:

  • Carlos Amesquita. Cornualles. Año 1.595.
 Encomendado por Juan del Águila, nuestro militar D. Carlos de Amezquita, fue el artífice de una de las campañas más exitosas de España, y a su vez, de las más desconocidas: la Batalla de Cornualles. Una expedición de castigo, y un desembarco en la punta occidental más alejada, y difícil de defender de Inglaterra. Donde desembarcaron y saquearon todos los pueblos que se pusieron por delante, de los cuales, en uno, sólo quedó vivo un pub. También tomaron varios fuertes, robando su artillería para uso propio de sus galeras. A la vuelta, se toparon con una flota holandesa, a la cual, también le hundieron varios barcos.

  •  Juan del Águila. Kinsale. Año 1.601.
 Fue éste militar, un testigo privilegiado de los grandes acontecimientos de la época, pues estuvo en el Sitio de Malta o en el Milagro de Empel, entre otros. Y fue promotor de la anterior expedición.  Pero la batalla que nos importa ocurrió en tierras irlandesas, como apoyo a los rebeldes católicos irlandeses contra la ocupación inglesa. Pero a causa de una galerna, lo que deberían haber sido unos cuatro mil hombres, se quedaron unos tres mil, más novecientos bisoños mal armados (bisoños eran novatos, por decirlo de un modo fácil de entender). Contra unos diez mil infantes y seiscientos caballeros ingleses, más su artillería. Y lo que es peor, quedaron aislados en la ciudad de Kinsale. Por lo que en las primeras batallas, Juan del Águila, pidió la rendición, que le fue denegada. Si en el enfrentamiento por tierra, se perdió, en el naval se ganó. Porque la llegada de refuerzos por parte de los rebeldes irlandeses, y de Pedro de Zubiaur, que derrotó en otra batalla naval, la de Castlehaven, a la flota inglesa; dieron vida a los arrinconados. Con ello se pudieron desembarcar más infantes. Y Juan del Águila, realizar una salida hacia su cerco para intentar romperlo. Y aunque no se consiguió, causaron bastantes bajas a unos ingleses que empezaban a estar diezmados. Luego, en la llamada Batalla de Kinsale, la coalición hispanoirlandesa perdería, a causa de su escasa coordinación. Pero pudieron sacar una rendición bastante ventajosa. 

  • Asalto de Cádiz. Año 1.625.
 Uno de los asaltos más conocidos a nuestra Tacita de Plata, pues fue pintado por Zurbarán, en unas vistas desde lo que hoy es Puertas de Tierra, y desde se observan Torregorda y el Castillo de San Romualdo de San Fernando. Dicho cuadro se encuentra en El Prado. La flota atacante fue compuesta por una coalición angloholandesa, al mando de Sir Edward Cecil, con quince mil hombres y cien barcos. La batalla fue un fracaso, porque las naves se quedaron estancadas en el ataque al fuerte de San Lorenzo del Puntal (Puntales). Asimismo, el desembarco de tropas fue un fiasco, y la escasa guarnición de Cádiz, acabó por espantar a los ingleses. La intención de llegar a La Carraca, como era lo previsto, no se llegó ni a intentar. La batalla, supuso para Inglaterra un grave quebranto económico, y una pérdida enorme de prestigio. Y con ello, la nación anglosajona, salía trasquilada de la Guerra de los Treinta Años.

  • Guerra Angloespañola con Oliver Cronwell. Entre 1.655 y 1.660.
 En esta guerra ambas potencias salieron tocadas en lo económico, Inglaterra, una vez más, y España, por primera vez, saboreaba que una guerra puede ser poco rentable, y no salir de ella totalmente victoriosa. Como venía siendo de costumbre desde hacía más de un siglo. Como era tradicional, y más, con el fanático de Oliver Cronwell, la nación inglesa solía ignorar los tratados, y era común, los asaltos a las naves españolas. La mayor victoria española de la guerra fue el sonoro fracaso del intento de conquista de La Española en 1.655. No obstante, el resto de la guerra no iría tan bien, y España perdería para siempre Jamaica, entre otras. Otro fracaso inglés fue el bloqueo de Cádiz, en busca de la Flota de Indias, pero esta a sabiendas de la noticia, pasó el invierno en El Caribe, para regresar cuando esta se hubiera ido. Sin prácticamente, gastar una bala.

 En la próxima, y última entrada, entramos en el siglo XVIII, en el de la Ilustración, ya con reyes Borbones en el trono español. Todavía España seguirá siendo una de las tres potencias navales, aunque ya no será la única, y la hegemonía tendrá que compartirla tanto con Francia, como con Inglaterra. No obstante, aún nos quedaban muchas victorias por celebrar, entre ellas, varias a Lord Nelson. Un saludo desde el sur.

Defensa de Cádiz contra los ingleses. Zurbarán.





domingo, 1 de junio de 2014

Grandes derrotas navales inglesas a manos españolas. Parte II

 Tras el paréntesis de Champions y elecciones, continuo con las batallas navales que hubo entre España e Inglaterra. Continuo, así pues, a finales del siglo XVI, y principios del XVII, época de mayor esplendor de nuestra patria, y por supuesto, de su Armada. En aquellos tiempos se inventa la que sería la primera Infantería de Marina del mundo, y que hoy es la más antigua en activo. Nuestros ejércitos de tierra son invencibles, y ni siquiera los mercenarios suizos son capaces de hacerles sombra.  En próximas entradas veremos como España llegó a conquistar, por varias ocasiones, suelo inglés. Pero en estos momentos, España afianza su supremacía en los mares, como primera potencia militar del mundo. Continuamos pues, con las siguientes batallas:
  • Fracaso de la Expedición Frobisher y captura del HMS Revenge. Año 1590-91. 
 El barco, uno de los más afamados de la armada inglesa, y gobernado en varias ocasiones por Drake, fue capturado en una fracasada expedición comandada por Frobisher, que pretendía atacar a la Flota de Indias. Pero el sofisticado sistema de convoyes con buques de escolta, repelieron el ataque inglés (y otros muchos más). Dicho sistema sería tomado como referencia en la II Guerra Mundial por la Armada Norteamericana. En septiembre de 1.591, el Revenge fue capturado a la altura de las Azores.

  • Pedro de Zubiaur. 1.593. Batalla de Blaye. Francia.
 El año anterior, este marino causaba estragos en un convoy militar inglés de cuarenta barcos, incendiando a la capitana y tomando otras tres naves. En el mencionado año, la ciudad de Blaye, en Francia, estaba asediada, entre otros, por seis navios ingleses al mando de Houghton. Nuestro marino que contaba con cuatro pinazas hundió los dos galeones principales de sus enemigos: las naves capitana y almirante. Luego hubo de librar otros dos combates, uno primero contra once navíos procedentes de La Rochelle, hundiendo, igualmente, a la capitana. Y por último, logró zafarse de una flota de cuarenta navíos procedentes de Burdeos. De los cuales también lograron hundirse varios navíos a consecuencia del mal tiempo reinante.

  • Expedición de Hawkins y Drake a la América Española. 1.595-96.
 Otra expedición ambiciosa contra los principales intereses españoles, llevadas a cabo, por parte de los corsarios de la monarca inglesa. A diferencia de las dos anteriores, esta se caracterizó por ser una expedición ambiciosa. Pero, igualmente, el fracaso, fue proporcional a las expectativas creadas, con una sonora derrota a ambos. De cinco batallas, cinco derrotas inglesas por cinco victorias españolas, muchas en inferioridad de efectivos y medios. La primera parada sería Canarias, donde el gobernador Alonso de Alvarado, con tan solo 1.500 hombres, la mayoría civiles sin instrucción,  lograrían la primera derrota inglesa, y darían un importante aviso, por correspondencia, a las colonias americanas y a la metrópoli, para que estuvieran preparadas. La segunda parada sería San Juan de Puerto Rico, ciudad que contaba con apenas cuatrocientos hombres, más trescientos del Nuestra Señora de Begoña y quinientos más de la escuadra de Don Pedro Téllez de Guzmán, quien ya les había vencido en Isla Margarita. Y sería la ciudad donde moriría Hawkins, y perderían la vida cuatrocientos ingleses. La tercera parada, sería Panamá, donde ya fallecería Drake, y donde los españoles harían una política de tierra quemada y guerra de guerrillas por las junglas. Por último, ya en la retirada, pararon a reparar sus buques y a obtener aprovisionamiento, para la vuelta a Inglaterra, en la Isla de Pinos. Donde fueron sorprendidos por el Almirante Garibay, que  a pesar, de tener solamente tres galeones, contra los dieciocho buques ingleses, logró sorprender y apresar a un galeón inglés y a una pinaza. El resto huyó perseguido por la flota del Almirante Avellaneda. Del total de seis galeones reales y veintidos pinazas, aparte de las barcazas. Y de más de mil quinientos marinos y tres mil soldados del inicio; cayeron capturados un galeón y dos transportes, diecisiete buques hundidos. Además de mil hombres muertos en combate, mil quinientos por enfermedad y quinientos prisioneros, del total de toda la expedición.

 La semana que viene, continuaré con la tercera parte, en la que ya se adentra, casi, o sin casi, en el siglo XVII. Y dos curiosas conquistas españolas en suelo inglés, concretamente, en Cornualles y Kinsale. Un saludo desde el sur.