El estudio de la fauna es una disciplina que aglutina a multitud de expertos y aficionados que, cada año, terminan por descubrir algo nuevo. Si hay algo bueno en el estudio de la zoología, es lo democrático de su saber; de hecho, muchos de los nuevos hallazgos faunísticos se han hecho por gente que no era profesional en la materia, pero que, probablemente, sabía más y ponían más empeño e ilusión que el titulado de turno. Pero no hay que generalizar, simplemente digo con ésto, que es una ciencia abierta para todo el mundo que le eche ganas al asunto; y sólo hay que coger carretera y manta, estar bien equipado, e incluso en forma, para lanzarse al campo a observar. También hay una ventaja indiscutible, no hace falta irse a lugares lejanos y exóticos para descubrir nuevos animales para la ciencia; tal vez en un huerto, una marisma, o una playa cercanos, guardan celosamente a algún nuevo espécimen que el mundo actual desconoce, y que tal vez, sólo viva en éste rincón de la tierra. Pero no todo es descubrir nueva fauna para la catalogación, sino que también, sobre todo en el mundo de las aves e insectos, es muy interesante el estudio de las especies ya conocidas en otros lugares que vienen a colonizar los ecosistemas existentes en tus alrededores. Termino ésta presentación con dos ejemplos: el primero es, que por ejemplo en la provincia de Cádiz, en la última década se han descubierto dos nuevas clases de anfibios. Y ésto, al fin y al cabo es Europa, un continente muy explorado. El segundo, y más común en nuestra provincia, es la frecuencia de nuevas aves que vienen colonizando desde lugares lejanos nuestros campos. Hay varios ejemplos: el elanio azul y el buitre de rüppel, que vienen ocupando lugares de nuestra península que se asemejan a su ecosistema originario, la sabana africana, por eso, ocupan espacios como nuestras dehesas de ganado, que es un hábitat herbáceo con arbolado disperso. Otros nuevos habitantes son la garceta grande, que viene ocupando las marismas gaditanas en invierno desde hace unos tres años, siendo su población cada vez más abundante. Otra invasora, y bastante abundante, es el caso de la tórtola turca, que procedentes de Europa Oriental han ido colonizando las ciudades de nuestro país. Y en el caso de los insectos, la mariposa monarca, procedente de Norteamérica tiene ya su población estable en nuestra provincia. Pero sobre los "inmigrantes alados" trataremos en otra entrada.
El motivo de éste artículo es el listado de algunas curiosidades, que en realidad, son de cajón, pero desconocidas para muchos de las personas que no son aficionados al tema. De hecho, es así como se aprende en cualquier materia, "enganchando" al lector con un dato sugerente, que atrae, y logra hacer de la disciplina en cuestión, como algo distraído. Por eso, como decía Becquer, ahí van, como el caballo de copas:
La más extraña de todas es una de la que me he enterado recientemente. Resulta, que la gran mayoría de herbívoros duermen con sus cuerpos orientados al norte. Son exactamente un 90% en el caso de los rumiantes. El motivo de tal comportamiento no parece estar muy claro, hay quienes achacan ésta costumbre como una manera natural de "recargar las pilas", ya que los polos estarían orientados de norte a sur del Polo Magnético. Sin embargo, y en esto hay que ser muy sincero, es una teoría propia del colectivo new age, sin que tenga una validación científica clara. Aquellos que defienden la teoría de la polarización exponen que los animales de ganado, como las vacas, que pastan cerca de una linea eléctrica, con varias torretas cercanas, se "descontrolan", y duermen sin una orientación clara, mientras que los animales que tienen un hábitat más salvaje tienden a descansar como ha sido toda la vida de Dios, es decir, orientados para el norte. Ésto será motivo de discusión para los entendidos durante largo tiempo, pero ahí lo expongo como una curiosidad más.
Hoy día en Europa hay que ir al zoológico para observar a los grandes felinos, como los leones y los tigres, pero sin embargo, ésto no fue siempre así. Hablando de tiempos históricos hay que decir que ambos estuvieron presentes en Europa en tiempos en los que ya se escribía. De hecho la extinción del tigre del Caspio, ha sido reciente, hace tan sólo unas décadas, en los años setenta del siglo XX. Pero éste llegó a habitar hasta la propia Turquía y la zona del Cáucaso. Parece ser que los desiertos de Oriente Medio fue la barrera que frenó su expansión hacia más territorios europeos. También es curioso constatar, que aunque hoy día asociemos a estos bellos felinos a las regiones tropicales, realmente su origen hay que situarlo en Siberia, región fría donde las haya, quedando aún una especie de tigre, que tienen mayor tamaño, y más pelaje, que su pariente de Bengala. En el caso de los leones la cosa tiene más miga; éstos habitaron Europa en tiempos históricos, y está constatado en escritos de la Grecia clásica que sus rugidos se podían oir desde la propia Atenas. Lo que hoy llamamos león asiático o de Gir, habitó toda la Península Balcánica en tiempos clásicos. Lo que no se tiene tan claro es si tuvo una mayor distribución dentro de Europa, llegando a ocupar territorios de la Península Ibérica. De hecho, en el Estrecho de Gibraltar, en las cercanías de Tarifa se han llegado a encontrar huesos de leones y leopardos, lo que no queda claro, es si los leones eran del tipo a los del Atlas, más grandes y con mayor melena, o los que hoy llamamos asiáticos, cuya distribución parece más lejana hoy día, que de la especie marroquí.
¿Es España un país de conejos?. Todo parece indicar, al menos, según la leyenda, que al menos lo fue. Ésta dice que el nombre nuestro país proviene de éstos simpáticos lagomorfos, los cuales eran tan abundantes en las actuales tierras de Cádiz, que los fenicios que vinieron a comerciar con íberos de la zona, llamaron a la región visitada In Saphan In (pronunciado literalmente insaphanian), que luego traducido al latín por los romanos derivó en Hispania. Realmente significaría tierra de damanes, una especie de animalillo, pariente de los elefantes, pero del tamaño, precisamente de un conejo, de pelaje gris, pero sin las orejas de éste. Es lo más parecido que encontraron la civilización semita para denominar al nuevo animal con el que se encontraban, pues aquí se encadena otra curiosidad. Pues resulta que los conejos son un animal cuyo origen es precisamente la Península Ibérica, al menos en su variante salvaje (sin contar los domésticos), de hecho, hoy día sólo habita en España, Portugal y la zona sur de Francia. En el resto del mundo de modo natural no existe. Lo que sí hay son introducciones de conejos en distintos ecosistemas, por parte de los cazadores, para así tener una pieza más a la que disparar. Ello a llevado a crear problemas donde no los había, y en algunos casos famosos como Australia, su población se ha disparado una barbaridad, al no haber depredadores especializados en matar conejos, como los zorros o linces ibéricos entre otros. También se demuestra con ésto, que la adaptabilidad del conejo es infinita, y logra colonizar medios que en teoría le tendrían que ser hostiles. Por eso hoy día, precisamente, la población de conejos salvajes en la Península Ibérica ha disminuido tremendamente, pues en otros lugares han introducidos brotes víricos, como la mixomatosis, para eliminarlo como especie invasora. El problema es, que también ha llegado a su lugar de origen.
La última ya por hoy, pues tengo previsto continuar en otra entrada éstas curiosidades, para no ser pesado, es precisamente, un tema de higiene personal. Siempre decimos aquello de que alguien es un cerdo cuando no se lava demasiado, precisamente; también es aplicable a "eres más puerca que las gallinas", pero en el caso de las aves de corral está justificado. Mientras que con los pobres porcinos hay una mala fama que es totalmente inmerecida. Y todo ello viene de su costumbre de revolcarse en el fango, algo, que mira usted por donde, hacemos nosotros también en la playa cuando llega el verano. De todos es sabido de las buenas aportaciones a nuestra piel del fango, y de sus propiedades vitamínicas. Pero en cambio nos parece escandaloso si lo hace un cerdo o un jabalí. Y llamamos porcino o cochino a alguien que no se ducha en exceso, cuando lo cierto es, que éstos ricos (literalmente) animales tienen por costumbre bañarse en fango, precisamente, para cuidar su higiene personal y librarse así de los parásitos e insectos que los torturan. Tal vez debieran llamar gorrino al granjero que los cuida, pues lo que no son higiénicas son las condiciones en las que están encerrados. De hecho el jabalí es uno de los animales con el pelaje más limpio de la fauna europea. También para desmentir tal mito, hay que observar a los cerdos españoles de bellota que se crían en las dehesas, y que tienen una higiene de lo más envidiable.
En fin, termino hoy con estas cuatro curiosidades, ya que si metiera en la entrada el resto de las que tengo pensadas, el artículo sería interminable, y pocos se aventurarían a leerlo. De hecho, ya creo, que con tantas letras, más de alguno se echará para atrás. Pero al menos, sirvan para justificar al pobre cerdo que tantas alegrías nos da a los españoles a la hora de comer. Un saludo desde el sur.
La última ya por hoy, pues tengo previsto continuar en otra entrada éstas curiosidades, para no ser pesado, es precisamente, un tema de higiene personal. Siempre decimos aquello de que alguien es un cerdo cuando no se lava demasiado, precisamente; también es aplicable a "eres más puerca que las gallinas", pero en el caso de las aves de corral está justificado. Mientras que con los pobres porcinos hay una mala fama que es totalmente inmerecida. Y todo ello viene de su costumbre de revolcarse en el fango, algo, que mira usted por donde, hacemos nosotros también en la playa cuando llega el verano. De todos es sabido de las buenas aportaciones a nuestra piel del fango, y de sus propiedades vitamínicas. Pero en cambio nos parece escandaloso si lo hace un cerdo o un jabalí. Y llamamos porcino o cochino a alguien que no se ducha en exceso, cuando lo cierto es, que éstos ricos (literalmente) animales tienen por costumbre bañarse en fango, precisamente, para cuidar su higiene personal y librarse así de los parásitos e insectos que los torturan. Tal vez debieran llamar gorrino al granjero que los cuida, pues lo que no son higiénicas son las condiciones en las que están encerrados. De hecho el jabalí es uno de los animales con el pelaje más limpio de la fauna europea. También para desmentir tal mito, hay que observar a los cerdos españoles de bellota que se crían en las dehesas, y que tienen una higiene de lo más envidiable.
En fin, termino hoy con estas cuatro curiosidades, ya que si metiera en la entrada el resto de las que tengo pensadas, el artículo sería interminable, y pocos se aventurarían a leerlo. De hecho, ya creo, que con tantas letras, más de alguno se echará para atrás. Pero al menos, sirvan para justificar al pobre cerdo que tantas alegrías nos da a los españoles a la hora de comer. Un saludo desde el sur.
El cerdo es uno de los animales más higiénicos, aunque en la foto no lo parezca. |
Es curioso saber que las vacas, normalmente, duermen orientadas hacia el norte. |
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