En tiempos como los que corren, y con el proyecto de Eurovegas, casi encima, los divorcios son cada vez más abundantes. Pero los hay, que llevan más de 6.000 años abrazados. No es exageración. Todo empezó en el año 2.008, en la barriada de Camposoto, cuando se preparaba el terreno para construir un nuevo campo de hockey en la ciudad. Y como la bahía de Cádiz es tierra rica en yacimientos, se excavó de urgencias, tras verse con los primeros movimientos de tierra, por parte de la maquinaria, de que había restos humanos. Lo normal en éstas latitudes es encontrarse alguna necrópolis o algún yacimiento de tipo fenicio o púnico, los dos pueblos de la antigüedad que más tiempo estuvieron colonizando estas tierras en la época prerromana. Sin embargo, la sorpresa surgió pronto, y en efecto, se trataban, mayoritariamente, de enterramientos, pero propios de la Edad del Bronce, en pleno periodo Neolítico. No era algo abundante en nuestra provincia. De todos los enterramientos llamó la atención uno especialmente: dos cuerpos abrazados, y mirándose a la cara.
Pronto se les puso el apodo con el que hoy constan: los enamorados de San Fernando. El resto eran enterramientos normales, muchos en posición fetal; la típica en la mayoría de los casos de la antigüedad. Todos tenían más de 6.000 años, y venía a corroborar la tesis de que los primeros habitantes de las islas gaditanas no eran los fenicios, sino una población local y autóctona. Algo que ya se venía diciendo en los textos clásicos. Y tiene su lógica. El pueblo semita, procedente en su mayoría de la ciudad de Tiro, era de carácter comercial, y evidentemente, no fundaba colonias donde no hubiera un mercado apetecible. Aunque como ya dije, la mayoría procedía de Tiro, también hubo en nuestra tierra, fenicios de Sidón, que han legado, por ejemplo, el apellido de la ciudad de Medina Sidonia. Volviendo a los enamorados, hay que decir, que el hombre es el de la derecha, cuyo cuerpo corresponde a un varón de entre 35 y 40 años. Y el de la izquierda, es de una niña de unos 12 años. Aunque hoy suene como un despropósito, en aquella época, esa edad equivalía a lo que hoy es la adolescencia. Pero, no obstante, el hecho de que se encuentren abrazados no tiene porque indicar que sean un matrimonio, pues pueden existir otros vínculos afectivos, como fuera el de un padre con su hija. Por desgracia, sólo el ADN podría demostrar una cosa o la otra, y evidentemente, no queda resto alguno. Asimismo, la muerte pareció sorprenderles a ambos de manera simultánea, pues de lo contrario, los cuerpos no podrían estar tan entrelazados. Para encontrar un ejemplo similar de enterramiento, y de tanta antigüedad, tendríamos que viajar a Mantúa, en Italia.
Pero no todo lo interesante del yacimiento se ciñe a éste enterramiento, sino que hay más de 80, algunos más interesantes arqueológicamente hablando, pues nos dan idea, gracias a los materiales con los que fueron enterrados, de la dieta y formas de vida de aquellos habitantes isleños del Neolítico. También se encontró el poblado del Bronce más grande de la provincia de Cádiz. Con una multitud de cabañas circulares al más puro estilo castreño del norte de España. Lo que delata una población estable en ésta zona de San Fernando. Y que permite, también, deducir, que por aquel entonces, ya existían entre los habitantes peninsulares, ciertos conocimientos básicos de navegación. Ya que en aquella época, San Fernando no estaba rodeada de marismas, sino de mar. Muchos de éstos enterramientos, y sus materiales fueron trasladados al museo de la ciudad, entre ellos los enamorados, que se han convertido, junto con los hornos púnicos y fenicios, en las estrellas del mismo. Sorprende su tamaño, son personas mucho más bajitas que las actuales. El resto del poblado, que podría haber sido aprovechado para uso turístico, fue enterrado, "con cuidado", para un posterior estudio, pero se le dio prioridad al campo de hockey. Y bajo cualquier portería, puede encontrarse una cabaña de hace 6.000 años. Ésto, demuestra la prioridad de los políticos españoles: ladrillo y deportes, pan y circo. Nada de cultura, ni de historia. Un saludo desde el sur.
Imagen de los enamorados en el museo. |
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