Una ciudad como Jerez de la Frontera sorprende cuando se pasea por ella a conciencia. Da igual se que vaya con un rumbo fijo y programado, o que por el contrario, se opte por coger distintas calles de forma aleatoria, y encontrarse con una sorpresa en cada esquina. La conclusión mía, y la de todo aquel que ha venido conmigo para conocer algo más a fondo la ciudad, es la misma de siempre, aquí en la provincia de Cádiz: hay mucho más que dar a conocer, y las ciudades se dan a valer poco. Por no decir casi nada. Reducir, como todo en nuestra provincia, a cuatro tópicos relacionados con el flamenco, los toros, los caballos, y al pescaito frito. Es simplemente, ser el ciego en el país de los tuertos.
Una de las iglesias que más sorprende es la de San Marcos, situada en pleno centro del casco histórico. Pocos saben que el centro del gótico provincial es Jerez, y que la primera iglesia en ser fundada en la ciudad, tras la reconquista, es precisamente la mencionada. Su aspecto engaña, pues ha sido remodelada varias veces, sobre todo en el periodo barroco. De hecho, la fábrica actual del monumento data del siglo XV, mayoritariamente. Pero hay ciertos sectores de la primera construcción, datada en el siglo XIII, como una capilla y algunos sectores de tipo mudéjar. Hecha por albañiles musulmanes que se quedaron entre los cristianos. La capilla en cuestión, tiene el aspecto de un nicho del Mihrab, elemento musulmán como el que existe, por ejemplo, en la mezquita de Córdoba, y que se suelen orientar hacia La Meca. No obstante, si bien el guía de local me insistió en que era de origen musulmán, anterior a la entrada de los cristianos, no he encontrado información escrita que me certifique este dato concreto. Y prefiero pensar en lo lógico: que es un fenómeno mudéjar. El resto de la iglesia tiene un claro componente gótico tardío, de finales del XV y principios del XVI. Con una clara influencia de la catedral sevillana. Los ventanales y lo abigarrado de los adornos nos delatan tal afirmación. Otras capillas muestran un claro componente barroco, ya sea del XVII o del XVIII.
En los exteriores se nota el gótico sevillano antes mencionado, y merecen atención las abundantes y bien fabricadas gárgolas. Y las dos portadas: una principal, de corte manierista, transición del renacimiento al barroco, con columnas almohadilladas y frontón abierto con hornacina en medio. La segunda es propio del típico gótico mudéjar, también de influencia sevillana, pero menos abigarrado, y con formas más "colombinas", por denominarla de alguna forma, parecidas a las de Palos, Moguer o San Esteban en Sevilla. La bella espadaña es barroca.
Volviendo al interior, para los amantes de lo misterioso y lo lúgubre, podemos encontrar una cripta, donde se encuentran enterrados varios caballeros medievales de la ciudad; y donde se puede encontrar el cubo de una fregona y varias cosas, propias de un escobero, en un lugar que te deberían de vender como la panacea del turismo de aventura y misterio. Pero hablamos de nuestra provincia. Domina lo bizarro. Aquí solo se potencia del turismo de golf. Desgraciadamente no tengo fotos interiores, pues entré un día por casualidad, y porque estaba dando un paseo para hacer tiempo. No me la esperaba abierta, porque todas las iglesias se encuentran cerradas la mayor parte del tiempo. Otra mina más sin explotar. Un saludo desde el sur.
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