- Jardín Botánico. Una joya desconocida para muchos, que forma parte de la red de jardines botánicos de los parque naturales andaluces. En un principio fue un vivero, del que se conservan los muros, y la base arbórea y vegetal, completada con nuevas especies autóctonas para recrear medios naturales de la zona. Y encima, su visita es gratuita.
- Parque de los "patos". Realmente se llama de Almirante Laulhé, pero en San Fernando todos lo llaman con el apodo citado. Y eso es debido a que su fuente central está habitada por patos domésticos que son mantenidos por el personal de jardinería. Es digno a destacar el arbolado de tamaño considerable y buen gusto. Aunque relativamente moderno, de mediados del siglo XX, forma parte de alma cultural de nuestra ciudad, y es hoy día es el principal parque de la ciudad (aunque los hay más grandes).
- Últimas huertas. Antes de terminar con las zonas verdes, querría destacar que la crisis ha salvado, no sabemos por cuanto tiempo, las últimas zonas agrícolas de La Isla. Rincones que sorprenden tanto a paisanos como foráneos, que no imaginan una ciudad como la nuestra con pastizales con acebuchales adehesados donde se alimentan ganado vacuno, bovino o equino, y rincones con huertas de pimientos, berenjenas y demás. Tan solo quedan en La Casería y sobre todo en Camposoto, donde se puede observar las ruinas de un convento del XVII.
- Molino de mareas del Zaporito y su muelle. Rincon antiguo, del XVIII, pero restaurado y recuperado recientemente. Si apartamos sin piedad a la masa de pisos que han ido creciendo en el terreno ganado al agua, tendremos una estampa preciosa, que conjuga naturaleza con historia. La entrada del caño hasta el mismo molino, con su muelle, da una imagen preciosa de nuestra ciudad.
- Plaza del Cristo. Un clásico de nuestra localidad, una plaza tradicional, preciosa, y bien ajardinada (conocida como Cristo Viejo). Pero en los que, una vez más, hay que apartar de la vista los mamotretos de pisos construidos en los setenta y ochenta. Presidida por la pequeña y bonita iglesia del Cristo, del siglo XVIII, y actual capilla de Veracruz. Su arbolado embellece el lugar, y en el centro de la plaza se encuentra un crucificado en honor a la imagen del interior de la iglesia.
- Calles de La Isla. No es un rincón exactamente, pero tampoco quería extenderme en varias calles en distintos puntos del blog, así pues, pongo varios ejemplos de calles tradicionales de la Isla que aún conservan todo el sabor tradicional de amplias calles rectas, con casas blancas de un piso con fachadas barrocas y almenas.
- Callejón de Croquer. Es el único callejón que destaco del resto, porque aparte de que su belleza y tipismo merecen ser destacados, hay que decir que es único que rompe con el contorno de calles racionalistas y rectas. Este callejón, en cambio parece medieval, y así lo han sugerido varios historiadores, otros en cambio atribuyen su origen al XVIII, pero nadie tiene claro porque es distinta al resto. Salvo en su origen, que fue calle de carnicerías y mercado. Destacable también, aparte de su belleza sus graciosos azulejos con frases jocosas.
- Los Enamorados y hornos del museo. Todo un símbolo de una ciudad, que también contó con historia antigua. Los llamados Enamorados de San Fernando son dos esqueletos que se conservan unidos, abrazados, en un enterramiento de más de 6.000 años de antigüedad, procedente de la mayor población de época del bronce encontrada en nuestra provincia. Son famosos a nivel internacional, y se han destacado en distintas revistas francesas, inglesas o alemanas entre otras nacionalidades. De los hornos púnicos y fenicios destacar que la mayor cantidad mundial de hornos de alfarería de dicho origen se encuentra en nuestra ciudad, repartidos entre el museo y la plaza de los Hornos Púnicos.
- San Romualdo. Noble castillo que dio origen a nuestra ciudad, junto con el Real Carenero. Ha quedado claro en recientes excavaciones su origen mudéjar, y por tanto cristiano, posterior a la conquista de Alfonso X, aunque hay autores que aún destacan su inicio como ribat almohade, tipo de construcción común en Andalucía Occidental (de ahí vienen Rota, La Rábida...). No obstante el actual es alfonsino, conserva varias torres, el patio central, una iglesia que hizo las veces de parroquial antes de la construcción de la Iglesia Mayor, y varios relojes de sol, así como el foso que lo rodeaba. Su nombre de San Romualdo lo adquiere en el XVIII, sin quedar claro aún el porqué.
- Real Observatorio y Torrealta. Uno de los rincones más bellos de nuestra ciudad, y uno de los menos conocidos a pesar de su popularidad. Todo el mundo lo ve desde fuera, en la silueta de nuestra localidad estos dos edificios, sin embargo, no es de fácil acceso al ser terreno militar. Sin embargo, su interior es una joya del XVIII, donde uno puede "perder" toda la mañana viendo joyas arquitectónicas y científicas del siglo de la razón. El edificio principal es el propio observatorio (con un interior magnífico con instrumentos del XVIII y una biblioteca científica de valor incalculable, coleccionada a lo largo de siglos, que incluye cuatro incunables), pero tiene más "observatorios" pequeños, un pequeño pueblo de viviendas, amplias zonas ajardinadas, una preciosa fuente, una estación meteorológica del siglo XIX, una pequeña reserva de camaleones, y una habitación con sismógrafos. Pero si de algo presumen los isleños es de su sala con el reloj atómico que marca la hora oficial de España, y que también se puede ver en la puerta de acceso al recinto. La bola negra que se encuentra en la fachada de origen dieciochesco marcaba con su caída la hora para los barcos. Cerca, y dentro del mismo recinto, podemos ver (aunque no es visitable) el único edificio gótico de nuestra ciudad, Torre Alta, probablemente del XVI, y que servía de vigía y almenara. Al lado, una gran desconocida, Torre Chica, construida en el XIX como torre de telégrafos, de muy corta vida, pues años después fue abandonada, quedando como almacén hoy día.
- Calle Real. Para el último punto tenía que dejar a la calle que forma parte del alma isleña. La más larga de nuestra ciudad, con más de doscientos números, y donde se encuentran las mejores muestras de casonas del XVIII y XIX de nuestra ciudad. Nació como camino real de Cádiz a Madrid, y a raíz de ahí fueron creciendo las casas, ventas y comercios, dando origen a nuestra población. Se reparten tres iglesias principales, asimismo, El Carmen, la más antigua, San Francisco y San Pedro y San Pablo (Mayor). De ahí nacen casi todas las calles del centro histórico, y las plazas más grandes de la localidad. Rincón, asimismo, de paseo, comercial y de ocio de todos los ciudadanos, y punto de encuentro de muchos para citarse. Aquí las casas (históricas) aparte de su majestuosidad, tienen mayor altura, alcanzándose en ciertas zonas hasta los cuatro pisos.
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