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lunes, 30 de noviembre de 2015

Medina Sidonia, completa monumentalidad.

  Medina Sidonia es tal vez, la primera aventura de los conductores nóveles de la Bahía de Cádiz y Jerez, también es lugar de copiosas comidas en las numerosas ventas de sus alrededores a la que vamos riadas de urbanitas en busca de algo de ruralidad en los fines de semana, también es lugar de peregrinación de los golosos compradores de la mejor repostería de la zona, lugar de recogida de tagarninas, espárragos y caracoles, y un enorme pastizal para los toros de las distintas y famosas ganaderías del sur peninsular. Pero ante todo, Medina Sidonia es historia, y bastante antigua, como nos dicta su nombre: Medina, que es ciudad en árabe; y su apellido Sidonia, nos indica de donde procedieron sus fundadores, los fenicios de la ciudad de Sidón (Líbano), a diferencia de los fenicios de Gadir que eran de Tiro. Así pues, estamos ante una de las ciudades más antiguas de Europa, casi a la par que Cádiz, y junto con ésta, conserva importantes restos históricos de todas las épocas, incluida la visigoda, una rareza en el sur. Hay que tener en cuenta, que hasta la aparición de Jerez de la Frontera, si había alguna localidad que compitiera con Cádiz, era Medina. Sus restos, y su monumentalidad, así nos lo atestigua. No quiero hacer una entrada específica, técnica, ni muy extensa, ni numerar uno a uno sus monumentos; pero sí dar a conocer la belleza de una urbe que se encuentra a tan solo veinte minutos de San Fernando, y así, de este modo, orientar al posible visitante que se aventure a visitarla en las próximas jornadas de puertas abiertas, que serán entre el viernes 4 y el martes 8 de diciembre, coincidiendo con el famoso puente de La Inmaculada. Ahí va de modo orientativo, y por épocas:

  • Época Romana y Visigoda: conserva la ciudad importantes restos romanos distribuidos tanto en el centro histórico como a las afueras. Entre los primeros podemos visitar (y recomendar), el Museo Municipal, en cuyo interior se pueden observar los criptopórticos y sótanos de una vivienda particular, una calle, así como parte del antiguo alcantarillado de la ciudad del siglo I d.c. y que se encuentran conservado perfectamente. Cerca, se puede visitar, dentro de un recinto, la calzada romana, un trozo de calle de época imperial muy bien conservada, incluyendo aceras, alcantarillado, e incluso un tablero de juegos de unos críos de la época. En el castillo podemos observar los restos del castellum romano, de gran amplitud, más de 60 metros y seis pequeñas torres; se distingue bien del castillo alcázar árabe por sus muros ciclópeos. En los exteriores de la ciudad destaca la presencia de la que se dice que es la iglesia más antigua en uso de Andalucía, la ermita de los Santos Mártires, de origen visigodo, si bien su fundación se remonta al siglo IV, la actual es del siglo VII, conservando los muros originarios, y parte de sus elementos visigodos (como los restos de una fuente), también conserva el templo, un pozo y una cruz visigoda, así como los restos de una villa romana sobre la que se edificó la iglesia, tales como una torre defensiva, y distintas columnas y zipos que fueron aprovechadas para las columnas de la iglesia y distintos puntos de la estructuras, y las que antes estaban dispersas por la finca, ahora se encuentran expuestas y cuidadas en el interior por el ermitaño. Cerca de la ermita se puede seguir la ruta de los puentes romanos, donde se pueden observar varios de ellos, en buen estado de conservación. 
Puente romano.
Ermita de los Santos Mártires.




Criptopórticos romanos.
Castellum Romano.
  • Época Medieval y Renacimiento: periodo de apogeo de la ciudad, de la que hereda gran parte de su trazado urbano de directa herencia musulmana. Así como las murallas, y sobre todo sus tres puertas de entrada: la de la Pastora (que aprovecha dos columnas romanas del templo de Hércules), la del Sol y la de Belén; las tres del siglo X, en estilo califal. Pero sobre todo el conjunto sobresale dos elementos: los restos del castillo y del alcázar, que forman en realidad dos partes unidas, pero de estructuras separadas por un foso. El primero de origen cristiano tras la reconquista, y que conserva la torre de Doña Blanca, donde se dicen que el rey Pedro I el Cruel, encerró a su esposa Doña Blanca de Borbón. El segundo de mucho mejor material es de origen almorávide del siglo XI. El mismo castillo conserva dependencias y fortificaciones francesas de la Guerra de la Independencia. En lo que se refiere al XVI, Medina conserva su monumento más importante, y el más representativo: la iglesia Mayor de Santa María de la Coronada, del XVI, en estilo gótico-renacentista, destacando su enorme retablo (el mayor de la provincia), sus bóvedas ojivales, y su exterior (fachada y torre) de estilo puramente herreriano, puramente escurialense, así como su claustro. Otra joya es la iglesia de Santiago, patrón de la ciudad, cuyo origen se remonta al XIV, pero el templo actual es un precioso mudéjar del XV o XVI, el exterior es una restauración del XVIII. Olvidada de las rutas turísticas (y por las autoridades) la ermita de Santa Ana se encuentra a un paso del arco del Sol, es del XVI, y desgraciadamente, se encuentra en ruinas. Otro templo de la época, es la iglesia del antiguo hospital de San Juan de Dios, del siglo XVI, en estilo renacentista. Adosada a las murallas, y cercanas al arco de Belén, se pueden ver las Caballerizas del Duque, que como su nombre indica hacía tal función y también formaba parte del enorme conjunto defensivo de Medina, es del siglo XVI.
Iglesia de Santiago.

Castillo cristiano.

Alcázar árabe.

Torre de Doña Blanca.

Iglesia Mayor de Santa María de la Coronada.
Arco o puerta del Sol.

Ermita de Santa Ana.

Arco de Belén.

Arco o puerta de la Pastora.

Calle medieval.

  • Época Moderna hasta principios del XX: todavía guardará Medina Sidonia años para la buena arquitectura. El siglo XVIII, como en gran parte de la provincia, vivirá la localidad otra era de riquezas. De aquel siglo nos queda algunos palacetes, como la casa de los Enrile. Y sobre todo su magnífico Ayuntamiento, en estilo neoclásico y preciosa fachada que da carácter a la plaza de España. En lo que se refiere a templos religiosos deberíamos destacar en un principio la cercana iglesia de Victoria, del XVII, en estilo barroco, con tres grandes naves y enorme cúpula. De entre el XVII y el XVIII se encuentra en frente de la mencionada iglesia, el Convento de San Cristóbal o de las Monjas de Abajo, también en puro estilo barroco. Así como el Jesús, María y José o Monjas de Arriba, de los finales también del XVII, en estilo barroco, y con magníficos frescos en su cúpula, así como dos llamativos cañones que adornan su entrada. Del XIX, son dos obras puramente urbanas, una es el Parque Municipal El Caminillo, uno de los primeros parques de la provincia, junto con el Genovés de Cádiz, y que como éste, guarda aún su aspecto romántico. Por otro lado, el Mercado de Abastos, de típica arquitectura isabelina, tan propia de los edificios de la época y que ordena los puestos en un patio porticado.
Ayuntamiento.

Mercado de abastos.

Monjas de Arriba.

La Victoria.
  Asimismo, para terminar, recomiendo la visita al reciente Museo Arqueológico, construido (como ya he mencionado) junto a las cloacas romanas, y el Etnográfico, que resume el modo de vivir de la Medina Sidonia tradicional, sobre todo la de ámbito rural. Disfruten del puente, ya que se prevee tiempo bueno, y un saludo desde el sur. 
  

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