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domingo, 14 de agosto de 2011

¿Que fue Tartessos?

    Era mayo del año 2.001, y en la estación de ferrocarriles de Huelva, estaba yo sólo, a las 14:10 horas, con un calor insoportable, rodeado de moscas y con una atmósfera polvorienta, así que decidí entrar en uno de los vagones del tren con destino a Sevilla, para hacer luego trasbordo a San Fernando. El aire acondicionado alivió la pesadez del cuerpo, y tras comerme el bocadillo, decidí echar una ojeada a una pequeña guía que un mes antes me había comprado, así hacía tiempo mientras el tren estaba parado, pues su salida era a las 14:35. El pequeño libro en concreto, era una guía de rutas arqueológicas por Andalucía; al rato, un hombre mayor se acomodó en los asientos que estaban al lado de los míos, reparé en que me observaba constantemente, el tren estaba vacío, y él se tuvo que sentar justo al lado de mis asientos. Empecé a incomodarme, y pensé en cambiarme de asiento. Cuando el silencio parecía cortarse con un cuchillo, el hombre me pidió un momento el libro para echarle un vistazo, no sin cierta desconfianza se lo presté, mientras leía, estuve pendiente a él, tras una breve ojeada, me lo devolvió, y me comentó que le parecía interesante; sea como fuere, todo derivó en una amena conversación que duró las dos horas de trayecto que había entre Huelva y Sevilla, y para sorpresa mía, aquel hombre, era un arqueólogo jubilado, y en tiempos, director del Museo Arqueológico de ésta última ciudad, y doy fe de ello, pues en un tiempo record me dio un repaso de todos los yacimientos andaluces, como si fueran pocos...

      A fín de cuentas, cómo ambos éramos andaluces, el centro de la conversación terminó en la antigua civilización de Tartessos, y hoy día, tras leer varios libros, recuerdo que tenía afinidad por la teoría de Schulten. Haciendo un recorrido imaginario por los distintos yacimientos, me habló de Doña Blanca, una importante ciudad fenicia, que se conserva, con todos sus sectores, y algunas casas, prácticamente conservadas enteras, junto a la Torre Medieval de Doña Blanca, en el Puerto de Santa María, a pies de la Sierra de San Cristóbal. Para él, dicho yacimiento, era la antigua Tartessos, es curioso, siempre había pensado que se encontraba en Huelva o en Asta Regia (Jerez). Sin embargo, me contó, que dicha ciudad está excavada en un escaso porcentaje, y que debajo de la tierra se esconde más de lo que imaginamos, tales, como barrios griegos, íberos, etc. en una "especie de Nueva York de hoy día", según sus palabras, donde existen Chinatowns, Little Italys y demás. Fue una sorpresa que no me esperaba, hasta ahora todos los libros me decían que el yacimiento era exclusivamente fenicio, con algunos rasgos calcolíticos en sus lomas más cercanas, sobre todo en el Aculadero. Y sin embargo, no es al único que he escuchado comentar las maravillas sin desenterrar del lugar. A fín de cuentas, ese es el principal problema de Tartessos, que en Andalucía todo se tapa con cemento para que nadie se entere, y no se paralicen las obras, y la administración, hace la vista gorda, y no da dinero para nuevas excavaciones.

       Da la impresión, desde fuera, que Tartessos es un viejo cajón de sastre, donde cabe todo lo que no casa con lo puramente fenicio, lo que no se sabe ciertamente que es, es tartésico. Sin embargo, después de leer varios libros, pienso que éste señor no iba muy desencaminado: Tartessos fue una zona comercial única, como la costa este de EEUU, donde coincidían varias civilizaciones que se hicieron de oro en sus mejores tiempos. Ya que según los textos clásicos nada cuadra, para algunos eran celtas, para otros íberos, para muchos griegos, norteafricanos y para los nuevos arqueológos era la colonia fenicia del suroeste español; de todo se ha dicho. Para que quede bien claro, expongo aquí las teorías más comunes:
    - Colonia Fenicia del suroeste español: según los restos, ésta civilización tuvo más influencia de lo que decían los textos clásicos (que eran griegos, y quisieron llevarse el mérito), pues al no dejar nada escrito, no se han dado autobombo. Y es cierto, la presencia fenicia, es la más importante en el triángulo de Huelva, Sevilla y Cádiz. Sin embargo falla algo, los fenicios no colonizaban, sino que construían factorías, pues eran comerciantes, y con alguien tenían que comerciar, y según ésta teoría, la zona estaba despoblada.

    -  Gentes de cultura atlántica mezclada con fenicios, es decir, celtas de toda la vida, que acabaron por fusionarse con los semitas comerciantes, de ello da fe, varios monumentos, como la piedra escalera de Ranchiles (Tarifa), y sobre todo, el depósito de la Ría de Huelva, que son puntas de flechas y espadas de tipo atlántico. Sin embargo, ésto tiene su punto débil, ¿por qué no pensar que los tartesios contrataran a algunas tribus de ésta cultura como mercenarios para que defendieran ciertas zonas, dándoles terrenos, como era común en la antiguedad?, como por ejemplo, hizo Roma con los godos, a fín de cuentas los guerreros celtíberos eran muy cotizados.

    -  Íberos mezclados con fenicios, és la teoría más común, y la más extendida de todas, desde hace casi un siglo, pero la urbanización de toda la zona es fenicia, y no íbera, aún así, para mí es la que tiene más probabilidades de acertar

    -  La teoría del alemán Adolf Shulten, quien mezcló Tartessos con la Atlántida, como el que mezcla whisky con vodka en un botellón, y da una importancia clave a los griegos que se dieron un autobombo tremendo, pues a fín de cuentas son lós únicos que han dejado algo escrito, junto con la biblia, sobre Tartessos. Ésta es una teoría del XIX, y prácticamente se ha descartado.

     - La de aquel señor del tren, que no la he escuchado en ningún lado más, en la que los Tartessos, eran los famosos Pueblos de Mar, que arrasaron Egipto, Grecia y Anatolia; nada menos. De ésta, sincéramente, no se puede decir, ni que sí, ni que no, pues no habrá pruebas nunca de ello, aunque en la antigüedad, eran famosas las naves de Tarsis, que llegaban hasta Inglaterra en la famosa ruta del estaño, pero sinceramente, no casa con la idea de un lugar que fue clave para el comercio.

      - Y la mía, tal vez un poco chaquetera, pero, quien sabe, a lo mejor tengo hasta razón. En la que todas las teorías anteriores tuvieran su parte de razón, ya que como es sabido, la zona suroeste española era un cruce de caminos, en el que llegaron gentes de cultura atlántica por la línea de costa, íberos por la zona éste del valle del Guadalquivir y de las sierras Béticas, fenicios que establecieron importantes factorias en toda la costa andaluza, desde Huelva a Granada; y porque no, una ligera participación de los griegos, que según sus textos, fundaron Puerto Menestheo (El Puerto de Santa María) y Mainake (Málaga). Con el tiempo, y debido sobre todo a las caídas de las metrópolis (a manos de distintas civilizaciones), todos acabaron por fusionarse e independizarse, como pasó con América latina, donde los rasgos amerindios predominan sobre los europeos, gracias a la mezcla de razas.

    Hay que decir que Tartessos fue una cultura muy refinada, como demuestran el tesoro del Carambolo, o los candelabros de Lebrija (con el que el mayordomo mató al señor Tate en el cluedo fenicio). Sin embargo, aunque Schulten buscó un final catastrófico para la civilización, lo más normal, es que éstos perdudaran hasta época romana, en las que fueron absorbidos, casi de forma pacífica, convirtiédose en provincia senatorial a diferencia de muchos de los lugares conquistados, gracias a su cultura. También es común considerar que los Turdetanos era una cultura descendiente de Tartessos, aunque últimamente, se piensa que eran dos formas distintas de nombrar a una misma civilización, una de forma griega, y otra latina. Tambien constatar, que realmente no se sabe que era Tartessos, ¿una ciudad (que no se ha encontrado)?, ¿el río Guadalquivir?,  ¿un reino?, ¿o un conjunto de ciudades-estados?. Ellos dejaron escritos, como no, en placas de metal, pero nunca se ha podido traducir, nos falta nuestra piedra roseta, para corroborar como decían los textos clásicos los nombres de algunos reyes como Gerión, Habis, Gárgoris o Argantonio que llegó a los 120 años de edad (murió de viejo). Se decía que tenían leyes escritas en versos de más de 6.000 años de antigüedad, por desgracia, es poco lo que se sabe, para distinguir lo que es mito de la realidad. Pero quien sabe, a lo mejor, algún día, en la isla de Saltés, en Doña Blanca, en Asta Regia o en cualquier lugar se encuentre una ciudad con un cartel que diga: Welcome to Tartessos. Un saludo desde el sur.

Piedra escalera de Ranchiles, al parecer un templo con rasgos celtíberos, en Bolonia, Cádiz

Silla del Papa, otro parecido al anterior, también en Bolonia

Candelabros de Lebrija, de refinada técnica

El famoso tesoro del Carambolo, en las cercanías de Camas, Sevilla

Inscripción tartésica

Barrio fenicio de Doña Blanca, El puerto de Santa María, Cádiz

Casco corintio, museo de Jerez

Restos íberos de Carissa Aurelia, Bornos, Cádiz

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