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sábado, 17 de septiembre de 2011

Un paseo por Los Filabres

     Enclavada justo en el centro de la provincia de Almería, se encuentra una sierra de grandes dimensiones, y que es totalmente desconocida incluso para muchos de los que hemos visitado asiduamente aquellas tierras. Sin embargo de sus entrañas salieron los mármoles más famosos del sur de España, los de Macael, y que dan forma a muchos de los monumentos andaluces más visitados, a decir: el Patio de los Leones de la Alhambra, gran parte del Alcázar de Sevilla, la Alcazaba de Málaga, la Mezquita de Córdoba o los Sarcófagos Fenicios de Cádiz, por decir algunos de los ejemplos más representativos. Por no hablar de más de la mitad de los patios y suelos de muchas casas andaluzas. Es el típico mármol que abunda en muchos rincones meridionales, de color blanco, con vetas negras, muy apreciado por muchos de los pueblos que pasaron por nuestra tierra. Es llamativo, como dando un paseo por sus sierras, al mirar al suelo, uno encuentra trozos de mármol en el mismo. Ésto ha llevado a la condena un paraje que tiene su valor ecológico, pues a medida que uno observa a través de la ventanilla del autobús que conecta Almería con Macael, se ven impresionantes socavones y tajos que las canteras de mármoles (fuente de riqueza de la comarca) producen constantemente, así como los enormes polígonos industriales, algunos más grandes que los propios pueblos a los que pertenecen. Muchos empresarios han hecho fortuna aquí, entre ellos, uno que patrocina a Fernando Alonso. Sin embargo, desgraciadamente, la crisis inmobiliaria se ha llevado por delante a muchas empresas, y numerosos trabajadores se han quedado sin empleo en una zona en la que no se conocía el paro. Por ejemplo, en uno de mis viajes a Macael, tuve que ir a sellar la cartilla del paro, cual fue mi sorpresa, cuando me dijeron que en el pueblo no había oficina de empleo, que había que ir hasta el vecino pueblo de Olula del Río. Aquí se desconocía un fenómeno tan común en mi provincia, y con una sóla máquina en el Ayuntamiento llegaba para los dos o tres parados que hubiera en la localidad.

     Feraz y montañosa, Los Filabres tiene grandes contrastes entre una cara y la otra de la sierra, mientras la vertiente norte es húmeda, boscosa (relativamente), y además se suaviza gradualmente a medida que se avanza hasta el valle de Almanzora; la sur cae, en cambio, de forma brusca hacia el Desierto de Tabernas, y es bastante árida, abundando una vegetación compuesta, sobre todo, por esparto y albardín. En la zona central destacan sus grandes cumbres: Calar Alto (2.168 m.), Bacares (2.080 m.) y Calar Gallinero (2.049 m.). En el primero se encuentra uno de los observatorios más avanzados del mundo. Ésta zona central es de alta montaña, abundando los pinos carrascos y negrales en las zonas intermedias (originarias de una repoblación); aunque alguna vez, la sorpresa se puede encontrar al cruzar una esquina, y encontrarte bosques de encinas adehesados, que son el recuerdo de la antigua foresta primitiva del lugar. A medida que se asciende, se encuentra la zona montana, propiamente dicha, con matorrales almohadillados como el piorno azul. Y donde caen algunas de las nevadas más espectaculares de España. Ésta es la única zona protegida como LIC (lugar de interés comunitario), mientras el resto de la sierra cae en el olvido, algo que según he visto por internet, asociaciones ecologistas almerienses reclaman, ampliar la zona de protección, donde hay un gran valor natural, e incluso etnográfico, pues en muchos rincones, como en las cercanías de Laroya, se pueden encontrar cultivos abarrancados, siendo ésta una estampa muy común en las serranías béticas orientales. El hecho de encontrarnos en un paisaje tan exótico en nuestro territorio patrio, es de por sí digno de protección, aunque sea en forma de Paraje Natural.

    También son destacables las ramblas, típicas del Mediterráneo, donde se encuentran bosques de ribera que consiguen frenar el suelo cuando las riadas se hacen presentes en otoño. Formadas a causa de la fuerza del agua repentina, las ramblas, son valles que permanecen la mayor parte del año seco, mientras que en otoño, o en verano, con la gota fría, se convierten en caudalosos, rápidos y peligrosos ríos, que duran desde apenas unas horas, hasta unos días. En Los Filabres, su vegetación está compuesta principalmente por tarajes y algunos álamos, que en periodo otoñal se tornan espectaculares con sus hojas amarillentas, que contrastan con el seco paisaje circundante. Éstos valles, son, asimismo, aprovechados para el cultivo, teniendo la provincia de Almería, en general, una rica huerta. Y por último destacar, más o menos por noviembre, la belleza que transmiten los almendros en flor, con un telón de fondo espectacular, alguna sierra cercana con sus cumbres nevadas, una imágen que se quedará grabada en nuestra retina por mucho tiempo. Es tal vez el último verso nazarí, de unas montañas que formaron parte del reino de Granada. Un saludo desde el sur.

Dibujo de Laroya

Imágen de Bacares cubierta de nubes

Parte de la sierra en la zona más cercana a Macael

Cresterías

Imágen nocturna de Macael

Típica rambla que, además tiene cultivos en bancales

Enorme cresta

Típico rincón filabrés, en Macael

Bacares desde Macael

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